lunes, agosto 03, 2009

CUBA: LA HERENCIA COMO CASTIGO

Nota del blogguista

Después de la muerte de los Castro, habrá Fidelismo, al igual que en Rusia después de Stalin, hay estalinistas; después de Hitler hay nazis; después de Trujillo hay trujillistas, despues de los Somozas, hay somocistas, después de Pinochet hay pinochetistas, etc... Lo importante es que el Fidelismo o el Castrismo no sea en el futuro un fuerza política significativa por el recuerdo sublimado de ¨los mejores momentos ¨del Castrismo. Este medio siglo de Castrismo con sus errores y horrores, intolerancias, demagogía, trampas y fraudes contribuirá a que ese recuerdo sublimado sea muy difícil de sostener y defender si la Oposición política anticastrista, la Prensa y los profesionales de la Historia y los comunicadores en general, hacen correcta y objetivamente sus respectivas misiones.

No obstante lo anterior, el buen actuar de los gobiernos antiCastristas en su gestión gubernamental es esencial para que el Fidelismo o Castrismo no se convierta en el futuro en una fuerza política significativa. Los pueblos tienen mala memoria.
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Tomado de http://www.cubaencuentro.com

La herencia como castigo

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Lo peor que ha conocido Cuba es el fidelismo. Ni siquiera los esclavos aceptaron resignadamente su destino, ni exhibieron sus llagas como virtudes.
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Por José Hugo Fernández
La Habana | 03/08/2009


En la fachada de unos almacenes, situados en la avenida habanera que bordea el cementerio de Colón, han escrito "Viva la revolución, con Fidel 80 años más". Habrá que tomarlo con filosofía: por fin seremos libres dentro de 80 años.

En resumidas cuentas, no es tan desesperanzador si lo comparamos con el tiempo que, aun después de su desaparición física, nos restaría vivir bajo la sombra de lo que ya es peor que Fidel Castro: el fidelismo.

Por más que nos revuelva, hay que reconocerlo. La idiosincrasia del cubano de estos días (viva dentro o fuera de la Isla), unida a otros giros de nuestra identidad, no lograron mantenerse impermeables ante el arrollador legado fidelista.

(Concentración por el 26 de julio en Holguín. (REUTERS) )

Es una tragedia que nos hipoteca el presente y nos entenebrece el futuro. Tanto más cuanto menos resueltos nos mostremos frente el imperativo de encararla.

Desde luego que el legado excede las fronteras de la política, donde nos ha marcado con laceraciones que de momento parecen incurables. Pero mucho más graves, por lo que supuran, son las de carácter epistemológico, aquellas que se relacionan con la manera de percibir la realidad, y, claro, con la forma en que actuamos partiendo de esa percepción errónea y por lo general retorcida.

El enfado, o pesar, o rencor como reacciones ante el bien del prójimo, muy particularmente cuando éste no comparte nuestros estilos de pensamiento y de vida. La incapacidad, unida a la total falta de condescendencia para valorar las razones del otro. El recurso de asumir la competencia no mediante el análisis y la superación de los defectos propios, sino intentando desacreditar al competidor, sin reparar en miserias ni falsedades. La acción abusiva ante el más débil, en proporción con la taimada y ladina actitud de víctima ante el fuerte.

He aquí algunas, sólo muy pocas de las gemas que adornan la relación entre cubanos en este minuto, más y menos extendidas, más y menos visibles, de acuerdo con los estratos y los sitios en que actuamos, pero siempre identificables entre los rasgos de reciente incorporación a nuestro comportamiento.

Son los patógenos del fidelismo. Los más, fruto de la influencia directa del líder, o del sistema que él alimentó y aún excreta, según su absoluta imagen y semejanza. Los menos, resultado de la influencia por vía indirecta, o sea, anticuerpos que desarrollamos para sobrevivir a merced, o a pesar, de Fidel Castro.

La procacidad como supuesta manera de hablar claro. La ofensa a ultranza, en tanto alarde de falsa valentía, sobre todo, cuando se está amparado por algún poder o por la distancia. El talante de fullero, jactancioso, arribista, postalita, trepador, soberbio y déspota, como patrones de conducta para conquistar el éxito.

Hablamos en términos de generalidades. De modo que nadie debe sentirse ofendido si no se reconoce dentro del prototipo. Lo excepcional complementa la regla.

Idiotizados por la ideología

El cubano no es un pueblo político, nunca lo fue; pero hoy estamos gravemente ideologizados, en el sentido más pernicioso, es decir, idiotizados por la ideología.

Y sobre tal idiotez se yergue la facha de agresivos. Hace tiempo que no se escucha ya en la Isla aquel pavoroso grito de "paredón", inoculado por el fidelismo en el flujo cerebral de las masas. Pero la sustancia del grito permanece intacta, agazapada en la agresividad y en la intolerancia.

Dicen que el bien seduce por el gesto y el mal por la palabra. Tal vez sea así, pero no lo ha sido en nuestro caso. Los patógenos del fidelismo nos han llegado por igual mediante el gesto y la palabra. Y para mayor escarnio, a lo largo de toda una vida, impunemente, dejándonos la moraleja de que el mal no paga sus deudas.

La carencia de ánimos para reafirmar y defender nuestro ser individual, mediante esa noción (manipuladora) de que resulta egoísta pensar en uno mismo. La falta de opiniones propias y el excesivo temor para defenderlas cuando las tenemos. La solidaridad como demagogia o como picaresca, sin auténticas sustentaciones éticas. La desestimación de la familia en tanto tradición y fundamento. La pasmosa apatía con que nos avenimos a vivir sin libertades, al punto que el régimen sabe que con garantizarnos los frijoles basta y sobra.

Es el castigo que a manera de herencia nos lega el fidelismo. Posiblemente no habíamos conocido otro peor, por su repercusión en la moral y en el espíritu, desde los tiempos de la esclavitud. Con la diferencia de que los esclavos de entonces jamás aceptaron resignadamente su destino, ni exhibieron sus llagas como virtudes.

© cubaencuentro.com
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Comentarios dejados en Cuba Encuentro.com Baracutey Cubano

arod64 (Usuario no autenticado) 03/08/2009 18:00

de acuerdo con usted,pedro pablo,lo importante es hacer bien la tarea cuando el cagalitroso desaparezca,informar todos los desmanes y abusos cometidos por esa horrible dictadura y tenga la seguridad que si se trabaja bien el castrismo será tan odiado como el nazizmo,fidel castro a sido uno de los más grandes asesinos de la historia y pruebas,son las que sobran...
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Para no pecar de otro defecto muy cubano que es el absolutismo. No diré que es el mejor de todos los artículos que he leído en esta revista, sino uno de los mejores que he leído en muuuuchoooo tiempo. No se queda atras lo que apunta Pedro Pablo de Baracutey cubano. Comparto lo que dices Justify Fullestimado Pedro y me apunto también a tu opinión. La memoria histórica no fue borrada por la Castrismo, ya la traíamos castrada de nacimiento. El Castrismo no hzo más que aprovechar este estado fisiológico y manipular nuestra cepa nacional, para sacarle partido en beneficio propio. Gracias y que tengan un buen día.
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José González
Pablo,solo queria opinar que veo algo ignorante y falta de veracidad historica la inclusion del "pinochetismo" o de Augusto Pinochet en la lista de dictadores que mas que construir,destruyeron sus respectivos paises,lo opuesto a lo que hizo el Capitan General Augusto Pinochet.

saludos


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Respuesta a José

Si me obligaran a escoger entre vivir en la dictadura autoritaria de Pinochet y la dictadura totalitaria de los Castro, yo sin pensarlo hubiera escogido a Pinochet.

Pinochet levantó la economía chilena. Fidel Castro enterró a la economía cubana
Pinochet permitió la muerte de no más de 3000 chilenos. Fidel Castro lleva hasta ahora, contabilizados rigurosamente, más de 10 000
Pinochet permitía el asesinato de sus opositores violentos. Fidel Castro ha permitido, y alentado, hasta el asesinato de civiles ( incluyendo mujeres y niños ) desarmados que sólo querían irse del país.
Pinochet exigía obediencia a sus dictados políticos. Fidel Castro no sólo pide obediencia en toda las áreas de la actividad social, sino que pide incondicionalidad y unanimidad. El profesor Luis Aguilar León lo escribió magistralmene en La hora de la unanimidad:
“ Porque la unanimidad es peor que la censura. La censura nos obliga a callar nuestra verdad, la unanimidad nos fuerza a repetir la verdad de otros, aunque no creamos en ella ...

Pinochet no llegó a 20 años en el Poder. Fidel Castro todavía y después de medio siglo está en el Poder.
etc., etc., etc.










1 Comments:

At 12:22 a. m., Anonymous Jose Gonzalez said...

Pablo,solo queria opinar que veo algo ignorante y falta de veracidad historica la inclusion del "pinochetismo" o de Augusto Pinochet en la lista de dictadores que mas que construir,destruyeron sus respectivos paises,lo opuesto a lo que hizo el Capitan General Augusto Pinochet.

saludos

 

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