sábado, agosto 01, 2009

JORGE MASSETTI Y PETER TORBIORSON DENUNCIAN QUE NO FUE LA CIA LA AUTORA DE LA MASACRE DE 7 PERIODISTAS Y 27 HERIDOS EN CONFERENCIA DE PRENSA EN 1984

Nota del Blogguista

¿ La Inteligencia Sandinista seguirá actuando como lo hizo en el pasado y en otros países como Honduras y Paraguay ?

Algunos de los ejecutores e implicados en estas acciones todavía siguen siendo figuras políticas en Nicaragua.
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JORGE MASSETTI Y PETER TORBIORSON
DENUNCIAN QUE NO FUE LA CIA LA AUTORA DE LA MASACRE DE 7 PERIODISTAS Y 27 HERIDOS EN CONFERENCIA DE PRENSA EN 1984

VIDEO DENUNCIA



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INFORMACIONES RELACIONADAS CON LO DENUNCIADO EN EL VIDEO ANTERIOR


http://www.manfut.org/cronologia/comandantebravo.html

9 DE JULIO DEL 2001 / La Prensa


Jorge Massetti, ex agente cubano: Gorriarán disparó a “Bravo” en la cabeza

Lenín Cerna, desde el consulado de Nicaragua en Tegucigalpa, armó a los ejecutores de Pablo Salazar (“Comandante Bravo”) con una subametralladora, una pistola con silenciador y cuatro granadas. Luego, en una casa de la Carretera Sur, en Managua, planificaron la muerte de Anastasio Somoza Debayle. Massetti explica cómo la Seguridad Sandinista fue creada a copia y semejanza de la Seguridad del Estado cubana
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Eduardo Marenco

Jorge Massetti, ex agente de los servicios cubanos de inteligencia, conoce de primera mano muchos secretos de la conformación y funcionamiento de la Dirección Quinta (D-V) de la Seguridad del Estado Sandinista.

Massetti, de hecho, fue uno de los primeros integrantes del primer “semillero” de argentinos a cargo del coronel cubano Renán Montero, quien dirigió la Dirección Quinta hasta que los sandinistas perdieron el poder.

Casado con Ileana de la Guardia, Massetti rompió con los servicios cubanos en 1989, cuando su suegro Tony de la Guardia fue fusilado en La Habana tras ser condenado a pena de muerte por un Tribunal Militar Especial.

Desde su apartamento en Miami, Massetti conversó con LA PRENSA sobre sus experiencias en el servicio de inteligencia sandinista, y revela las interioridades de la operación para “ajusticiar” en Honduras al “Comandante Bravo” (Pablo Salazar), principal lugarteniente del dictador Anastasio Somoza Debayle.

Massetti cuenta cómo ésta fue la primera operación de inteligencia a cargo de Renán Montero, Lenín Cerna y el argentino Enrique Gorriarán Merlo.

— Jorge, usted formó parte del grupo de guerrilleros argentinos que integró el Frente Sur durante la insurrección para derrocar a Somoza. ¿Cómo se estructuró esta columna guerrillera y qué papel jugaron sus integrantes?

(Una foto del “Comandante Bravo” publicada por los periódicos cuando los sandinistas lo mataron en Honduras. (Derecha) Enrique Gorriarán Merlo. LA PRENSA/ARCHIVO. )

En ese momento éramos un grupo que estábamos en el exilio, en Europa. Ya nuestra organización, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), había sido derrotada en Argentina, atravesábamos un momento de división interna y decidimos irnos a combatir a Nicaragua.

Por otro lado, el Frente Sandinista nos hace saber que necesitaba a algunos que hubiéramos pasado cursos con cierta capacidad organizativa en lo militar, y así fuimos seis argentinos del ERP a Nicaragua: Enrique Gorriarán Merlo, Hugo Alfredo Irurzún, alias “Capitán Santiago”, “El Vasco Manuel”, cuyo verdadero nombre es Eduardo Berestein; “El Gato”, “El Gordo” Sánchez y yo. Había dos argentinos más que habían llegado por su lado, uno que no conozco su nombre y otro a quien le decíamos “Negro Hugo”, pero no eran del ERP.

Habíamos llegado a fines de mayo de 1979, poco antes del triunfo de la revolución. El “Capitán Santiago” y “El Gato” trabajaron en artillería; Gorriarán se quedó en la retaguardia con el Estado Mayor, y “El Vasco Manuel” trabajaba en armamento y almacenamiento. “El Gordo” Sánchez estaba en transporte y yo estaba en escuadras de asalto, bajo el mando de Javier Pichardo.

El 19 de julio abordamos camiones en Sapoá para llegar a Managua el 20 de julio. Nos habíamos enfrentado a las fuerzas del “Comandante Bravo” y nos habían bombardeado los push and pull, y desde helicópteros nos tiraban tanques de fósforo vivo. Para la experiencia que habíamos tenido anteriormente, fue para nosotros bastante duro el bombardeo, y nos hacía mucho daño la artillería también.

— ¿Qué ocurre con este grupo de argentinos cuando triunfa la revolución sandinista? ¿Qué funciones les asignan?

Cuando triunfa la revolución nos acuartelan en lo que llamaban El Búnker, en la Loma de Tiscapa, y estábamos muy bien, aunque sin saber qué hacer. Entonces nos juntamos los seis argentinos que habíamos estado separados durante la guerra y empezamos a discutir qué hacer. Hasta que hacemos contacto con los cubanos Tony de la Guardia y Renán Montero para empezar a trabajar orgánicamente en las estructuras sandinistas después del triunfo.

El que nos introduce es Renán Montero, quien en ese momento estaba trabajando como jefe del G-2, luego lo cambiaron y pasa a la inteligencia, a lo que después llamaron la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado. Ahí empezamos a trabajar solamente “El Vasco Manuel”, Gorriarán Merlo y yo. Es entonces cuando llega la información para hacer la operación del “Comandante Bravo” en Honduras.

— ¿Cómo se enteran de la operación para “ajusticiar” al “Comandante Bravo” en Honduras? ¿Cómo se planifica y quién la organiza?

El primero de los argentinos que se va a la inteligencia de la Seguridad del Estado, fui yo. Gorriarán se va a operaciones de la Seguridad del Estado, como interrogador. Entonces, durante una visita que le hago a Gorriarán, me comenta que la ex amante del “Comandante Bravo” cayó presa, pero está dispuesta a colaborar, que le avise a Renán porque nos puede dar la ubicación del “Comandante Bravo” en el exterior.

Yo me fui a ver a Renán y, efectivamente, el caso era de interés. Gorriarán la sigue trabajando, incluso ella de inmediato se convierte en la amante de Gorriarán, es la misma persona que está con él cuando cae preso después en México, a mediados de los noventa.

( Jorge Massetti )

Entonces, ella pone como condición que se olviden las delaciones que ha cometido en la época de la Guardia, por lo cual ella había caído presa, porque a ella la denuncian como “sapa” (informadora) y por eso había caído presa al triunfo de la revolución. También pide una casa en León para que viva su madre y una suma de dinero que no recuerdo ni supe el monto. Pero a la vez, ella se convierte en la amante de Gorriarán Merlo, y entonces a partir de allí es que se monta la trampa para matar al “Comandante Bravo” en Tegucigalpa.

— ¿Quiénes y cómo organizan la operación para “ajusticiar” al “Comandante Bravo”?

La organiza Renán Montero, a cargo de la inteligencia y de lo que sería después la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado. Ella tenía el contacto telefónico con “Bravo”, y en uno de estos contactos ya controlados por la Seguridad Sandinista, por Renán y “El Pelao” Gorriarán, él le plantea que salga para El Salvador u Honduras, que alquile una casa y que una vez lo haya hecho él llegará a verla.

Salen Gorriarán y ella en vehículo hasta Panamá, ahí cambian de documentación para portar documentación falsa, y se van para Honduras. Los acompaña “El Gato”, uno de los seis argentinos.

Además, cuando surge lo de “Bravo” se nos llama a los seis argentinos para integrar la inteligencia. Se deja de estar en operaciones de seguridad del Estado o artillería y se nos concentra en una casa que estaba en la primera entrada a Las Colinas.

Ahí nos concentramos, se nos prepara documentación falsa para todos, y a la hora de salir se nos dice que es innecesario que viajemos todos, porque “Bravo” tenía dos posibilidades: llegaba solo o llegaba con escoltas. Teníamos a nuestro favor el factor sorpresa, iban a llegar a un lugar a donde pensaban que no habría nadie de peligro, por lo que sería muy fácil neutralizarlos.

La operación fue muy improvisada, era octubre de 1979, todavía no hay muchos recursos para operar. De modo que “El Gato” viaja por su parte, alquilan una casa en Tegucigalpa, va armado con una subametralladora, y Gorriarán con una pistola 22 con silenciador que previamente les ha entregado Lenín Cerna, que en ese momento trabajaba en el Consulado de Nicaragua en Honduras. A raíz de esto es que él es expulsado. Lenín Cerna les entrega la subametralladora, la pistola con silenciador y cuatro granadas.

La operación es muy sencilla porque “Bravo” llega solo a la casa. “El Gato” está parapetado en la parte de afuera de la casa, en un patiecito, y Gorriarán está oculto en una segunda pared. Cuando el hombre toca la puerta la mujer lo recibe como si fuera la amante, lo hace pasar, y “El Pelao” le pone la pistola en la cabeza y le da el tiro. Luego, lo arrastran, lo meten debajo de la cama y se van tranquilos. Pasaron varios días para que encontraran el cadáver de “Bravo” en Tegucigalpa.

— ¿Ésta es la primera operación de envergadura de la inteligencia sandinista?

Yo diría que de envergadura y no de envergadura. Es decir, es la primera operación montada con mucha improvisación por la falta de recursos.

— ¿Por qué desde entonces Renán Montero se perfila como jefe de la inteligencia sandinista y particularmente de la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado? ¿Quién es Renán Montero?


Renán Montero era un oficial cubano, había estado en la primera experiencia de Carlos Fonseca en Nicaragua, incluso sale con una herida en la cabeza. O sea, que tenía un vínculo con los sandinistas desde comienzos de los años sesenta, después del triunfo de la revolución cubana en 1959. Luego, es el hombre al que el “Che” Guevara le llama “Iván” en su diario, que es el enlace entre la guerrilla en el monte y las estructuras urbanas de la guerrilla en La Paz, Bolivia, era el contacto con Cuba. Es el hombre al que después se acusa de haber abandonado al “Che”, porque se retira por órdenes de Cuba hacia Francia y deja al “Che” sin comunicaciones en 1967. Luego, es el director de las escuelas especiales para los extranjeros en Cuba, por lo que desde ahí tenía muchos contactos con movimientos guerrilleros. La última vez que conozco de él, antes de la victoria sandinista, él está trabajando en la oficina comercial cubana en San José, Costa Rica. Desde ahí, apoyaba a los sandinistas.


— ¿Es decir, fue un enviado especial del gobierno cubano para asesorar a los sandinistas? Claro, especialmente en el área de inteligencia donde todavía el Frente no tiene experiencia. Ellos le dan una forma legal: lo nacionalizan nicaragüense por haber estado en Nicaragua con Carlos Fonseca. Él también estuvo en el Frente Sur, donde se dedica a organizar la contrainteligencia, llamada Policía Sandinista, organizada para evitar la penetración de la Guardia Nacional al Frente Sur. En ese momento Tony de la Guardia se ocupa del apoyo logístico, garantizando la llegada de armamento, el que venía vía Panamá, otro de Cuba y Venezuela. Sin embargo, no hay relación de subordinación entre ellos. Tony se va inmediatamente después del triunfo sandinista. Renán Montero era un oficial de las tropas especiales y de inteligencia del MININT cubano”.

— ¿Bajo qué concepción se crea la Seguridad del Estado Sandinista?

A copia y semejanza de lo que fue la Seguridad del Estado cubana. Incluso la inteligencia es lo mismo como era al principio la inteligencia cubana. Se apoya mucho en el movimiento guerrillero latinoamericano, en el acceso a la información. También es desde la inteligencia que se le da el apoyo principal al movimiento revolucionario latinoamericano, o sea, que es una copia idéntica a la de los sistemas cubanos.

A Gorriarán Merlo lo hacen jefe de operaciones especiales dentro de la inteligencia. Entonces, así es que se empieza a pensar ya en el ajusticiamiento de Somoza. Para esto, otros argentinos van llegando después del triunfo y nos dan una casa en el kilómetro ocho y medio de la Carretera Sur, donde estuvo el Taller Alvarado (donde luego se encontraría un buzón de armas en los noventa). Nos dan esa casa en noviembre de 1979, y ahí se empieza a conocer la operación de Somoza, que es conocida únicamente por el grupo original de argentinos.

— ¿En qué consistía el entrenamiento en lo que después sería la Dirección Quinta de la Seguridad del Estado?

Recibíamos cursos de métodos conspirativos, defensa personal, prácticas de tiro, y vivíamos dentro de la casa como si fuera un cuartel. Yo me voy antes que terminemos la instrucción para la operación contra Somoza, porque surgen diferencias políticas con Gorriarán en el seno del grupo. Yo prefiero renunciar de la inteligencia porque sabía que esas diferencias políticas podían afectar el trabajo operativo que teníamos que realizar.

— ¿Cuáles son las diferencias que se dan con Gorriarán Merlo?

Yo diría que sobre todo metodológicas. A partir de la llegada a Nicaragua, Gorriarán asume el mando como una dirección única, nosotros teníamos dentro de la organización del ERP una estructura de dirección colectiva, y, además, Gorriarán tenía métodos muy autoritarios de dirección, llegando incluso al colmo, al tener cierto poder ya en Nicaragua, de llamar a discutir a compañeros que vivían en Europa, y si no tenían su misma posición se les acusaba de agentes enemigos y se les expulsaba de Nicaragua con un rigor bastante fuerte. Tanto “El Vasco Manuel” Justify Fullcomo yo nos abrimos de este grupo.
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Renán Montero: ¿autor intelectual?

Foto
. El ex guerrillero argentino Jorge Masetti asegura que también planificó el atentado contra el Comandante Bravo, en Tegucigalpa



Eduardo Marenco
eduardo.marenco@laprensa.com.ni

Jorge Masetti, un guerrillero argentino que luchó en el Frente Sur en la insurrección final, sostiene que el coronel cubano Renán Montero, ex asesor de la extinta Seguridad Sandinista, habría planificado el “ajusticiamiento” de Anastasio Somoza Debayle con el apoyo de los sandinistas desde Managua.

Masetti luchó en el Frente Sur junto a los guerrilleros argentinos Enrique Gorriarán Merlo, Hugo Irurzún y Roberto “El Gordo” Sánchez, tres de los que participaron en la acción del comando perpetrada en Paraguay.

Este grupo de guerrilleros argentinos, miembros del “Ejército Revolucionario del Pueblo” (ERP), se unió a la lucha guerrillera sandinista en el Frente Sur, a fines de los setenta, enfrentándose al bombardeo de la Guardia Nacional y las tropas del Comandante Bravo, Pablo Emilio Salazar, principal lugarteniente de Somoza.

En su autobiografía “El furor y el delirio”, publicada en 1999, Masetti señala que fue asignado junto a Gorriarán Merlo, “El Pelado”, a las órdenes de Renán Montero, principal asesor de la Seguridad sandinista, siendo la primera misión de envergadura la muerte de Pablo Emilio Salazar, con la ayuda de la ex amante del mismo.

“Nos pusimos a organizar de inmediato el plan de ejecución... consideramos que los participantes deberían ser extranjeros, porque en caso de fallar y de que hubiera pérdidas o capturas, no se comprometería a los sandinistas que ya formaban el gobierno. Con este fin los otros compañeros fueron incorporados al servicio. Nos ubicaron en una villa y nos fabricaron seis juegos de documentos falsos”, recuerda Masetti.

A los días de planificada la acción, Montero y Masetti escucharon la noticia por la radio desde las oficinas del Ministerio del Interior sandinista: “Al Comandante Bravo, de la ex Guardia Nacional de Nicaragua, lo habían encontrado muerto de un disparo en la cabeza en una casa de las afueras de Tegucigalpa. Nadie había sido detenido y todo parecía indicar que se trataba de un ajuste de cuentas entre ex militares somocistas, decía el locutor. Bravo, totalmente confiado, había llegado sin escolta a la casa donde lo esperaba su amante, pero también lo esperaba “El Pelado” apuntándole con su pistola. La operación había sido un éxito total”.

Masetti narra que “no sólo se alcanzó el objetivo, sino que ningún indicio dejaba suponer que los autores de la ejecución fueran revolucionarios argentinos, vinculados a los sandinistas”.

Masetti establece que “el éxito de la operación de Bravo estimuló proyectos más ambiciosos”, como el del “ajusticiamiento” a Somoza.

La operación contra Somoza “había sido decidida por la inteligencia nica, es decir, por Renán (Montero)”, dice Masetti en sus memorias.

Renán Montero fue un oficial de inteligencia de las Tropas Especiales cubanas que se infiltró como topo en la alta sociedad boliviana en los sesenta para servir de contacto urbano al guerrillero Ernesto Ché Guevara, quien poco antes de morir quedó totalmente aislado y sin apoyo logístico.

Montero fue retirado de Bolivia por el gobierno cubano, poco antes de la muerte del Ché Guevara, en uno de los grandes misterios que rodearon la muerte del internacionalista argentino.

Tras el triunfo sandinista, fue enviado por los cubanos para dirigir desde Nicaragua el apoyo a movimientos guerrilleros latinoamericanos, así como “asesorar” en la conformación y funcionamiento de los servicios de inteligencia sandinistas.

Montero regresó a Cuba tras la derrota electoral sandinista, donde se asegura padece una grave enfermedad y está virtualmente “retirado”.

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Pastora: Torbiornsson Was Sandinista Informant

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Ex-rebel leader says Swedish filmmaker collected intel for 1984 bombing of ‘La Penca’
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By Tim Rogers
Nica Times Staff | trogers@ticotimes.net

MANAGUA – Twenty-five years after a terrorist's bomb ripped through a press conference at the “La Penca” jungle headquarters of anti-Sandinista guerrilla leader Edén Pastora, killing seven people – including Tico Times journalist Linda Frazier – and seriously injuring many others, accusations are once again flying, further clouding an already murky mystery.

Different Versions of History: Swedish filmmaker Peter Torbiornsson, says his interest in rebel leader Edén Pastora, below, was always journalistic.

Edén Pastora, says Torbiornsson was collecting intel for the Sandinistas.
Tim Rogers | Nica Times

Swedish documentary filmmaker Peter Torbiornsson, a survivor of the La Penca bombing, returned to Nicaragua last month to start shooting an investigative documentary on the May 30, 1984 terrorist attack. Torbiornsson, who claims he was an “unwitting” accomplice to the plot, considers himself the “key witness” in the unsolved mystery.

( Peter Torbiornsson )

He went to Nicaraguan National Police Jan. 22 to accuse three top former Sandinista leaders of masterminding the plot (NT, Jan. 30). Those named – Cuban Col. Renán Montero, ex-chief of Sandinista intelligence; Comandante Tomás Borge, ex-Minister of the Interior; and Lenín Cerna, ex-chief of state security – have not responded to the charges. National Police confirm the complaint was filed, but haven't yet announced whether they will open an investigation.

Torbiornsson told The Nica Times this week in an e-mail from Guatemala that he has since gathered “irrefutable evidence” that will be presented “exclusive for the film” he is shooting, due to air in October on Swedish TV.

Pastora, however, told The Nica Times this week that the Swedish filmmaker should be careful whom he fingers.

“He is more involved than many other people who were involved,” says Pastora, who escaped the bombing with relatively minor leg wounds.

The larger-than-life rebel leader, known as “Comandante Cero,” led a Sandinista com- mando unit that took Managua's legislative National Palace hostage in 1978, sparking the popular insurgency that led to the downfall of dictator Anastasio Somoza a year later.

Pastora later turned on the revolutionary government and led a southern-front counterrevolutionary force aimed at “rescuing the revolution” – a phase he now calls “part of his Sandinista struggle.” At the time, he was viewed as a “traitor” by the revolutionary government.

More recently, Pastora has rejoined the ruling Sandinista Front, and last year was put in charge of a $1.2 million government project to dredge the San Juan River, the Nicaraguan river that forms the southern border with Costa Rica.

Foolish Involvement

Torbiornsson, a self-described Sandinista sympathizer in the 1980s, told The Nica Times in an interview last month that he got foolishly involved with a Sandinista spy ring in the ‘80s and was “totally used” in their alleged assassination plot against Pastora.

He admitted that the Sandinistas' international spy boss, Cuban Col. Renán Montero, had introduced him to the bomber several weeks before the attempt on Pastora's life. He said the man was presented to him as Danish cameraman Per Anker Hansen, whom he befriended and later brought to the press conference at La Penca. Torbiornsson said he knew at the time that the phony journalist was a Sandinista spy, but never imagined he was an assassin carrying a bomb inside his aluminum camera case (NT, Jan. 30).

The assassin, who pretended to be among the injured but was unharmed, disappeared shortly after detonating the bomb by remote control. It wasn't until a decade later that he was identified as Vital Roberto Gaguine, a leftist Argentine guerrilla who allegedly died in 1989 in an attack on a military barracks in Argentina.

Pastora claims Gaguine was a double agent also working for the CIA. He claims Gaguine had links to former CIA-propped Panamanian strongman Gen. Manuel Noriega, and was feeding the U.S. intelligence information about the Sandinista government.

‘Fully Involved'

After the bombing, Torbiornsson faded into obscurity for two decades, before finally going public with his story in 2008. Now, as his final documentary project before retiring, Torbiornsson claims he is trying to fully unravel one of Central America's greatest unsolved mysteries – one in which he says he was naively involved.

Pastora, however, says Torbiornsson's role is not as innocent as he makes it sound. He says the filmmaker knew “perfectly” well what he was doing at the time.

“He was always involved in (Sandinista) state security. He is another failed Marxist- Leninist,” Pastora said. “He was fully involved.”

The former rebel leader recalls that “one or two weeks” before the La Penca bombing, Torbiornsson spent 15 days with him on the San Juan River, posing as a journalist but really gathering intelligence for the Sandinistas.

“Peter was with me for 15 days going up and down the river, studying my habits” and “movements,” Pastora says. Based on that intelligence, he says, the Sandinistas developed their assassination plot and employed Gaguine to carry it out.

Pastora says he “didn't imagine at the time ” that Torbiornsson was a Sandinista spy. But after the Swede returned to Managua, Pastora said he received a letter from a “Honduran contact” warning him that Torbiornsson had also been gathering intelligence for the Sandinistas in Honduras, “disguised as a freelancer.”

Pastora's former right-hand man, Carol Prado, told The Nica Times this week that Pastora's informant in Honduras at the time was Víctor Meza, who is currently the Honduran Minister of the Interior. Prado claims Pastora has a “bad memory” that can at times be clouded by emotion.

The Nica Times this week asked Meza by phone whether he remembers informing Pastora about Torbiornsson back in 1984, but the Honduran minister replied, “I have no information and can't help you.”

Torbiornsson, for his part, confirms Pastora's story that he spent time with the rebel leader on the San Juan River prior to the La Penca bombing, but insists he was there only as a journalist.

“Pastora and his troops were very cinematographic, and yes I spent time there, in order to capture an almost mad reality – speedboats and all,” Torbiornsson told The Nica Times in an e-mail from Guatemala. “I was a filmmaker with leftist sympathies, nothing more. The films are there to prove it.”

But Pastora claims it was Torbiornsson's films that provided the intelligence the Sandinistas needed to hatch their assassination plot. And once they did, he says, they again tapped Torbiornsson to deliver the killer to Pastora's doorstep.

Sarcastic Greeting

When Torbiornsson showed up at the ill-fated press conference on May 30, 1984, Pastora says, he already knew that the Swede was working for the Sandinistas. “I greeted him sarcastically,” the former rebel leader remembers. What he didn't realize was that Torbiornsson had brought deadly company.

It wasn't until “days or weeks” after the bombing, Pastora says, that he made the connection between Torbiornsson and the mysterious terrorist.

Pastora says he can't be certain that Torbiornsson knew Gaguine was there to kill him, but wonders why the filmmaker was “out of range of the bomb blast.” Torbiornsson suffered minor wounds to his wrist and ankle. He did not answer requests for comment on Pastora's allegation.

“(Torbiornsson) knew he hadn't brought the Archangel Saint Michael,” Pastora said. “I am absolutely certain of that.”

Confidence Man

Pastora claims that Torbiornsson's role in gathering intelligence and then delivering the bomber proves the Swede was not just some innocent European who got swept up in the events of the day.

“He was a man of confidence,” Pastora insists. “To bring ‘Hansen' he had to have been a man of extreme confidence.”

“I am well aware of the laws of conspiracy, and Torbiornsson can't trick me,” he adds, referring to the Swede's role in the plot.

Torbiornsson admits that he was closer than most to the Sandinista inner circle. He told The Nica Times last month that he held a private meeting in 1990 with President Daniel Ortega and Cerna, and the two allegedly confessed to him that La Penca had been a Sandinista operation.

Torbiornsson described Ortega as someone who was “very open with me” – a description not echoed by many journalists.

Unclear Motives

Pastora has long maintained that the attempt against his life at La Penca was an unlikely confluence of interests between the CIA and the Sandinistas. As the rebellious leader of the southern front Democratic Revolutionary Alliance (ARDE), Pastora said he was “a stone in the shoe of the Sandinistas and the CIA.”

In the days immediately following the attack, Pastora thought it had been strictly a CIA plot, according to his former confidant Prado.

Prado, who now lives in Costa Rica, told The Nica Times this week in a phone interview that the CIA had been heavily pressuring Pastora to join with the northern-front Contras, and had been providing him with large sums of cash as an incentive.

The last cash payment from the CIA had come around May 2, 1984 – 28 days before La Penca – for the sum of $625,000, according to Prado. Despite taking the cash, Pastora refused to join with the Contras.

“He thought (the bombing) was revenge for not uniting with the CIA,” Prado said of Pastora's initial theory while convalescing from the bomb attempt in Venezuela. “He thought it was the CIA at that moment.”

In 2004, however, Pastora had already developed his “cross of interests” theory. He told The Tico Times that “The Frente supplied the manpower, and the CIA supplied the technology”(TT, May 28, 2004).

Pastora also believes Gaguine was a “double agent” working for both the Sandinistas and the CIA. But when asked whom he blames for La Penca, he names “First, the Sandinista directorate, second, Renán Montero and third, Peter Torbiornsson.”

He dismisses Torbiornsson's claim that Cerna was involved. Pastora also doesn't believe that the Sandinistas, with whom he has recently reconciled, ordered the hit to take place at the press conference.

The former rebel leader says Gaguine had been trying to get an interview with him for weeks beforehand, but hadn't been able to find him. Torbiornsson, too, told The Tico Times shortly after the bombing that he and the bomber had gone out on a mission several weeks earlier to look for Pastora along the river, without any luck (TT, June 8, 1984).

“(Gaguine) had been looking for me, to kill only me. But he couldn't hunt me, so in an act of desperation, the only opportunity he had was at the press conference – that was not part of the plan given by the (Sandinista) national directorate,” Pastora says.

He blames Torbiornsson for bringing Gaguine to the press conference.

“I forgive everyone, but I don't absolve Torbiornsson,” he says.

The 72-year-old former guerrilla leader says of the 67-year-old filmmaker, “Now that he is getting closer to the grave, he is repentant.”

“He is having an identity crisis,” Pastora adds. “And in the world there is an economic crisis. There are various crises that have led him to this role.”

Used Again?

Pastora also believes Torbiornsson, who claims he served as a “useful fool” for the Sandinistas in the 1980s, is being played again. The fact that the filmmaker has come forward now, with the Sandinistas back in power, is not coincidental, Pastora says.

“This is the work of the anti-Sandinistas,” he says, without elaborating. “Like the Sandinistas used him the in ‘80s, he's being used again.”

Torbiornsson insists the timing is a “coincidence,” but admits it's “more interesting” with Ortega as president again.

Torbiornsson did not answer Nica Times questions about who is bankrolling his project, or what his budget is.

Sleeping Dogs

For Pastora, who has lived an extraordinary life as a rebel leader, La Penca was not as life-changing as it was for the other survivors. In war, Pastora says casually, “it's kill or be killed.”

While many of the victims have become obsessed with solving the mystery of La Penca, Pastora seems content to bury it.

Asked if he has ever discussed the subject with Ortega, Pastora says, “I've talked about this with no one.”

“Why?” he adds, “Because these are conversations that are arid, sterile, and it's not worth opening wounds that are scarring.”

Similarly, Pastora's advice to Torbiornsson is to let sleeping dogs lie.

“I think that he is brewing a storm in a glass of water,” Pastora says, “and he is the only one who can drown.”
http://www.nicatimes.net/nicaarchive/2009_02/0213092.htm