BARACUTEY CUBANO

LAS APARICIONES DE FIDEL CASTRO EN TELEVISIÓN: EL DILEMA DE RAÚL CASTRO


2009-08-24.
Elías Amor
Economista ULC



(www.miscelaneasdecuba.net).- Cada vez que Fidel Castro reaparece en televisión, Raúl Castro se enfrenta a un complicado dilema.

En contra de lo que muchos pensaban, el hermano pequeño no ha sido capaz de hacerse con las riendas del poder. Ya lo dijo días atrás Carlos Alberto Montaner, el poder mesiánico no se hereda.

Raúl Castro lo sabe, y por eso su empeño en hacer todo lo posible para sacar un país de la postración, del atraso y la miseria. Desde 2006 hay que reconocerle que ha impulsado más reformas económicas que su hermano en casi 50 años. Pero todavía queda mucho por hacer, y ya hay mucha gente que se empieza a impacientar. Ahí mismo se encuentra una parte de su dilema.

Si quiere que la economía cubana sea productiva y alimente a los 11 millones de habitantes del país, tiene que impulsar reformas estructurales con las que, casi seguro, su hermano estará en contra. Ya lo ha dicho en muchas ocasiones, con tono despectivo: Cuba nunca será capitalista. Cuanto más tiempo tarde en encontrar una salida al túnel, más crecerá el nivel de malestar social y las protestas que se mantienen bajo control por una policía política que es implacable.

Por eso, cuando reaparece su hermano, Raúl Castro vuelve a ganar tiempo porque muchos cubanos piensan que con Fidel en vida, no se puede hacer nada para cambiar las cosas. Entonces, cualquier demanda social se congela, reaparece el estado de pesimismo que embarga a la sociedad civil cubana, y el que puede coge el camino del exilio. Es la otra cara del dilema, que acentúa notablemente su complejidad.

Raúl Castro dirige la nación, pero aparece ante la opinión pública mundial como un político secuestrado, sometido a las directrices de un enfermo que se escuda en la propaganda de las ideas de sus artículos y reflexiones que sólo contribuyen a confirmar una vez más por qué ha sumido al país en un auténtico caos.

Un hermano manda y el otro obedece, pero ¿cuál de los dos? Y, sobre todo, ¿cómo?

No cabe duda que Raúl Castro se encuentra ante un dilema complicado. El pasado o el futuro. Sacar a la economía del atraso y la improductividad, o volver a los sueños del pasado convertidos en pesadilla.

Mal escenario para Cuba en estos años de crisis económica global en los que se necesita valentía para emprender los cambios que la sitúen un plano de igualdad con el resto del mundo.

Fidel Castro seguirá apareciendo en las televisiones de todo el mundo. Elige los momentos más oportunos y domina los plazos y los tiempos. Pero el interés mediático internacional ya nunca será el mismo. Al final esas apariciones sólo servirán para mantener al régimen en un puño y dar oxígeno vital a los populismos de izquierda de América Latina, sostenidos por los fondos del petróleo venezolano.

Detrás de esa imagen de bondad del anciano que parece escuchar complacido a unos jóvenes, no conviene que olvidemos quién se encuentra y qué es lo que nos ha hecho a todos los cubanos. Es sólo cuestión de tiempo.
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