domingo, septiembre 27, 2009

UN DESAYUNO PARA CARLOS EMBALE, UNA VERDADERA GLORIA MUSICAL CUBANA

Nota del blogguista

Carlos Embale fue realmente una gloria musical cubana; no estoy acudiendo a ese calificativo tan manido sin razón alguna. El estilo y la voz de Embale han sido tomados de manera general y unánime, tanto por los especialistas como por el pueblo en general, como patrón del estilo y la voz del genuino sonero cubano; tal es así, que muchos han tratado de igualarlo, pero ninguno le ha llegado. Carlos Embale no tuvo la suerte de integrar el Buenavista Social Club y así salir de la miseria y del olvido oficial como les sucedió merecidamente a otros.

Eusebio Leal dejaba en esos años, no se ahora, fuertes propinas en moneda dura, sobre todo a su entonces barbero, mientras que el verdadero sonero mayor se moría de hambre y buscaba al alcohol para olvidar .

En uno de los comentarios de sus videos aparece este sentido comentario de una persona con seudónimo Cascaret

el chino embale' que como carinosamente le llamabamos era de mi barrio (jesus maria) y es verdad murio triste, olvidado y abandinado por su propio pueblo al que un dia les canto con mucho carino, yo personalmente lo lle vo en mi corazon y cada ves que sueno una rumba siempre cae el suelo un trago de ron para mi socio el chi embale'.

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Un desayuno para Embale

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La tarja que recuerda al sonero en el Hostal Valencia no dice que, antes de obtener la 'dádiva' de desayunar allí, deambuló por La Habana pidiendo limosnas.
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José Hugo Fernández
La Habana | 24/09/2009


En el Hostal Valencia, ubicado en pleno casco histórico de la Habana Vieja, hay una tarja para atraer turistas que certifica: "Aquí tomaba el desayuno Carlos Embale, sonero mayor. 1923-1998".

Al visitante de otras latitudes, entusiasta ingenuo de la música popular cubana, puede resultarle tentador ocupar un sitio allí, "junto a Embale", en un discreto rincón del bar, fantaseando que comparte su desayuno con aquel mulato achinado de voz única, como la flor del cáñamo.

Lo vislumbrará tal vez con su guayabera de color pastel y mangas cortas, bien afeitado, oloroso, locuaz, haciendo gala de su apetito galáctico. O levantándose apurado de la mesa, sin haber terminado el primer café del día, para ir a cumplir con múltiples contratos, por los que —supondrá el turista— le pagarían a precio de oro sus virtudes para cantar como nadie el son y el guaguancó.

( Carlos Embale. )

Cada cual es libre de inflar a cuenta y riesgo sus propias burbujas. Sin embargo, por respeto elemental hacia la historia, ese visitante o cualquier otro, y en general todo el que hoy lea la tarja del Hostal Valencia, tiene el derecho de conocer ciertos pormenores que no aparecen en la inscripción.

La historia real

Verdaderamente, Carlos Embale se tomó algunos desayunos en el rincón de aquel bar. No fueron muchos y sí los últimos antes de morir el 12 de marzo de 1998, a los 74 años de edad, con las entrañas inundadas de alcohol rústico, con el espíritu seco por la tristeza, la soledad, la frustración, y con el cuerpo socavado por tantos amaneceres sin desayuno, tantos crepúsculos sin comida caliente, y tanto ocio baldío, sin son ni ron.

Aquel que había sido voz y encanto de agrupaciones paradigmáticas como el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro, el conjunto Matamoros, o la orquesta Melodías del 40, entre otras, tampoco pudo evadir los atropellos del cilindro tiránico y totalitario que pulverizó a su paso el vuelo de nuestra música popular, entumeciendo su desarrollo y atenazando su empuje durante demasiados años, sobre todo en las décadas de los setenta y los ochenta.

Es una catástrofe suficientemente conocida y, más o menos, recordada por la mayoría. Así que casi huelga repetir que, por su causa, muchos de los soneros cubanos de brillante estirpe se vieron obligados a quemar sus naves, yéndose a vivir a otros países, lejos del mercado natural y de todo cuanto significaba para ellos raíz y sentido.

Pero todavía peor le fue a los que optaron por echar pie en tierra en la Isla.

Subempleados, sin perspectivas, ni instrumentos, ni discos, ni giras, ni espacio en los medios de difusión; sin contacto directo con su público —pues los salones de baile fueron cerrados—; sin un peso para el chícharo y sin un chícharo de consideración ante su peso histórico, a los grandes soneros que se quedaron en Cuba sólo les restó acogerse a una de dos variantes, cual de las dos más fatal: ir extinguiéndose poco a poco, en el silencio, la miseria, el olvido, o dejarse arrastrar por la desesperación hasta el manicomio, el alcoholismo y la muerte.

"Para el desayuno"

En 1997, Carlos Embale, con la traza de un indigente, sucio, maloliente, sin vigor, deambulaba por la Habana Vieja pidiendo monedas a los turistas. "Para el desayuno", solía requerir, con la mano extendida.

Quiso el destino que Eusebio Leal, el Historiador de la Ciudad, se avergonzara ante aquel triste espectáculo, o que tal vez lo considerase contraproducente para su proyecto de promocionar el casco histórico como polo turístico.

El caso es que ordenó que a partir de entonces el Hostal Valencia le concediera desayuno gratis a Embale. Algo era algo, y le permitía al sonero cambiar su estribillo. Ahora, en vez de pedir para el desayuno, tendría que pedir sólo para el almuerzo y la cena.

De cualquier forma, pudo hacerlo por muy poco tiempo. Pues, quizá por suerte para él, pronto a Dios le hizo falta una voz prima para su gran orquesta celestial.

© cubaencuentro.com
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Sonero Carlos Embale ultimo cantante del SEPTETO NACIONAL DE CUBA de Ignacio Piñeiro,junto a Omara Portuondo, Grupo SIERRA MAESTRA,estrellas de Areito,P.Amat Manguare en duelo de treseros.



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Carlos Embale y Coro Folklórico

http://www.youtube.com/v/EUG6CEizTcE&hl=en&fs=1&


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Rumba de la buena, Carlos Embale

http://www.youtube.com/v/pNdykA7dVTY&hl=en&fs=1&





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Algunos comentarios dejados en Cuba Encuentro.com


Leonel Perez (Usuario no autenticado) 25/09/2009 16:00

Como productor de espectaculos del teatro Carlos Marx en la decada de los setenta, tuve el privilegio de hacer varios espectaculos con Carlos Embales y el septeto Ignacio Pineiro y guardo gratisimos recuerdos de esa tan profesional agrupacion, la lectura de este articulo referente a las visicitudes de esa gran gloria de la musica cubana me ha llenado de trizteza por el mucho carino con que los recuerdo a todos.Recuerdo las veces que los fui a buscar a la calle Belascoain donde se reunian para asistir a los ensayos y las funciones.Gloria eterna a Carlos Embale, porque despues que desaparezcan los que causaron su ruina y la de tantos otros grandes talentos de la musica y las artes cubanas, ellos permaneceran en el corazon de todo el pueblo cubano.

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Guanabacoa (Usuario no autenticado) 25/09/2009 5:40

Yo conoci a Carlos Embale en mi pueblo Guanabacoa. El iba a una heladeria tropical (El Oasis) y nosotros le regalabamos helado y otras cosas de comer. Ya estaba en muy malas condiciones fisicas y mentales pero siempre tenia una sonrisa de agradecimiento. Verguenza deben sentir los que permitieron que uno de los mas grandes soneros de Cuba terminara asi. Otros casos parecidos al de Embale fueron Domingo Lugo, El Chino, Planas y muchos mas....quedaron en el olvido. Dios los guarde.


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Miguel Gonzalez (Usuario no autenticado) 24/09/2009 23:00

Yo trabaje cerca de la calzada del Cerro, Embale que era un fumador de puros iba a que le regalaran fosforos, hasta queria cantar con su grupo en la fabrica. Si mal no recuerdo pudo haber sido 90, 91 0 92. Siempre trate de servirlo, porque sabia de quien se trataba, en esos momentos pense, si este senor que es una gloria de la musica esta pidiendo fosforos, que sera de mi. Hay que irse, me respondi. El jefe de produccion de la fabrica, un dia, al ver que yo le estaba regalando algunas cajitas, me dijo que eso estaba prohibido, sin embargo el se robaba los paquetes de 72 cajitas, cada vez que le daba la gana. No obstante le servi siempre que pude. Dios lo tenga en la gloria junto a Celia Cruz, Cachao y demas musicos de la isla.
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El juicio de la historia (Usuario no autenticado) 24/09/2009 21:20

A Carlos Embale le llego tarde Ray Cooder con su Buena Vista Social Club que puso en la cima alrededor del mundo a esa pleyade de glorias cubanas de la musica que como Embale estaban en el olvido. Echale Salsita cantado por Embale con Ignacio Pin~eiro es unica y ninguna version reciente la puede igualar. Por este articulo no solo me entero de la triste situacion en que vivio sus ultimos an~os Carlos Embale en Cuba,pero tambien a donde han llevado a Cuba en todos los ordenes los hermanos Castro con su "buena voluntad" de salvar el pais y a su pueblo.
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Jorge Mata (Usuario no autenticado) 24/09/2009 15:20

Fue muy triste para mi ver una imagen de Carlos Embale posando junto a unos turistas español para ganarse unos centavos. El turista en cuestión me mostró la foto orgulloso por haber conocido casulmente a uno de sus ídolos y con el que más tarde gravaría un tema a cambio de un par de bolsas de comida. Los desayunos de Eusebio a mi juicio fueron limosnas para lo que pudo hacer desde su posición. El alcoholismo y la demencia en la que poco a poco se fue sumergiendo Embale merecían otros cuidados más específicos. Creo que figuras como estas deben ser consideradas patrimonio en nuestro país y tratados con el respeto y las atenciones que merecen sobretodo en sus últimos años. Pues son nuestros mejores embajadores por el mundo.
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Santiago Acosta (Usuario no autenticado) 24/09/2009 15:20

Mis respetos a ese cantor extraordinario. Mis escupitajos en la cara al tirano miserable que destruyó a la sociedad cubana para erigirse un monumento a sí mismo.
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xavier arrieta (Usuario no autenticado) 24/09/2009 8:20

amigo mio, no digo yo a embale, sino tambien al pinto de la paloma vi yo recibir del bienamado eusebio una facturita mensual con algo asi como: dos piezas de pollo de 435 gramos, una botella de aceite de girasol, tres libras de arros y una de frijoles, etc, etc. Esas facturitas degradantes eran recibidas casi que con loca alegria por los beneficiarios: dulce maria loynaz, la viuda de jose antonio portuondo, rosita fornes, maria de los angeles santana y otras muchas "glorias de cuba". No se muy bien que pensar, si fusilar a eusebio o ponerle un altar simbolizado por una gran lengua parlante en aras de reconocer su verborrea inacabable. Esta es una de las razones por las que la vieja guardia en Cuba prefiere morir a jubilarse. En las oficinas de raul castro hay colas de los antiguos comandantes del ejercito rebelde y otros funcionarios, para pedir un juego de gomas nuevo o que le reparen gratis el cacharro de hace quince años. A pesar de que casi todos ellos "alquilan" las grandes mansiones arrebatadas a los ricos. Digo, los que pueden alquilar, porque muchos se ven y se desean para mantener habitables los otrora palacios y hoy vetustos caserones con los aire acondicionados rotos, las paredes derruidas, la mierda desbordada en los sistemas sanitarios. Y es que en cuba no existe el retiro honroso, enaltecedor de una larga vida laboral. Y muchos se preguntan cómo es que los otrora furibundos guerrilleros no son capaces de hacer algo por la patria. Pues señores, muy fácil, se pierde la facturita.