BARACUTEY CUBANO

Laritza Diversent

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Desde hace tiempo se escuchaba en la calle el comentario de que los comedores obreros estaban a punto de desaparecer, y se pagarían 15 pesos diarios adicionales, unos 60 centavos de dólar, a los trabajadores afectados por la medida. Muchos trabajadores estaban ansiosos de que el rumor se convirtieran en realidad. Un aumento salarial de 360 pesos mensuales no vendría mal.

Sin embargo, la idea me parece descabellada. No parece lógico que paguen más por almorzar que por el valor de la fuerza de trabajo en una jornada. Soy licenciada en Derecho, y como egresada universitaria, mi salario mensual es de 275 pesos, alrededor de 11 pesos con 50 centavos diarios. Si en mi centro de trabajo aplicaran la medida, me pagarían 15 pesos para almorzar.

A partir del presente mes se aplicará la medida en cuatro ministerios, algo no muy justo, ya que más de un centro laboral en el país que no tienen comedores obreros, y mantiene la jornada de ocho horas. Incluso algunos, como el Ministerio de Justicia, tiene un horario extendido dos días a la semana, con el mismo salario.

Algunas familias serán beneficiadas por el aumento en sus ingresos. Pero no canten victoria, que ya lo advirtieron: la dieta para la alimentación se aplica de forma experimental, no es vitalicia, y se podrá eliminar cuando sean diferentes las condiciones que determinaron su aprobación.

( Cuentapropista esperando consumidores. Foto AP )

El rumor se hizo realidad, por la buena acogida que tuvo dentro de la población. Pero hay que reconocer que fueron muy inteligentes nuestros dirigentes. Los 15 pesos diarios no constituyen un aumento salarial. Es un estipendio para cubrir gastos de alimentación. Por tanto, no se tendrán en cuenta a la hora de acumular vacaciones, ni para pagos de asistencia y seguridad social.

Tendrá un aumento en sus ingresos quien asista físicamente a su trabajo. No es necesario aumentar la productividad; si trabaja más, menos o con calidad, simplemente tiene que ir todos los días al trabajo.
Si el Estado, único empleador, no está en condiciones de garantizar el almuerzo a sus trabajadores, que reduzca las jornadas de trabajo a cuatro horas. Y en vez de dar dinero para que almuercen en centros gastronómicos estatales, a precios no subsidiados, mejor sería aumentar los salarios oficialmente y establecer las condiciones para que se desarrolle el pluriempleo.