miércoles, enero 13, 2010

La pesadilla de Raúl Castro


La pesadilla de Raúl

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El gobernante cubano se ha atascado en el viejo modelo del socialismo de mercado: un ajuste aquí, un retoque allá, a pesar de que la Europa de 1989 le debería servir de advertencia.
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Por Marifeli Pérez-Stable
Washington | 13/01/2010

Los problemas de Cuba no pueden resolverse desde el reformismo pasado de moda del gobierno. Raúl Castro no es Gorbachov ni Deng Xiaoping, que mientras ostentaron el poder fueron innovadores. Raúl se ha atascado en el viejo modelo del socialismo de mercado: un ajuste aquí, un retoque allá, a pesar de que la Europa de 1989 le debería servir de advertencia. Es un callejón sin salida.

De niña, a menudo solía pedirle un peso a mi abuelo materno —un gallego que emigró a Cuba y al que le fue bien en todos los sentidos—. Un peso era entonces dinero real y, al entregármelo, mi abuelo me decía: "Mari, recuerda, al dinero hay que respetarlo". Dándole vuelta a la frase, he traspasado su sabiduría a mis alumnos: "Recuérdenlo, al mercado hay que respetarlo".

Desde luego, no quiero decir que siempre sea bueno que el mercado actúe solo. Pero los políticos —tanto los dictadores como los demócratas— que no sienten respeto por el mercado, tampoco respetan a sus pueblos.

( Raúl Castro, durante la última sesión de la Asamblea Nacional. La Habana, 20 de diciembre de 2009. (AP) )

Los hombres y las mujeres de a pie tienen derecho a realizar sus sueños, sobre todo el de brindarles a sus hijos el mejor futuro posible. Los políticos que no reconocen el papel que desempeña el mercado sólo velan por su propia gloria, lo que acaba por costarle muy caro a sus pueblos. Sólo por eso, la historia casi nunca los absuelve.

El 20 de diciembre pasado, Raúl Castro expresó ante la Asamblea Nacional: "…en la actualización del modelo económico cubano no puede haber espacio a los riesgos de la improvisación y el apresuramiento. Porque sencillamente no tenemos derecho a equivocarnos". Así habló con cautela un hombre consciente de lo que había omitido: que demasiados errores se habían cometido a lo largo de décadas y que en estos momentos todo estaba en peligro.

Raúl continúa detallando los absurdos que sólo pueden ocurrir cuando no se respeta el mercado. Por ejemplo, alardea del éxito que para él supone que en 66 municipios (de los 169 de la Isla), el suministro local de leche fresca a las bodegas se realiza puntualmente, con el consiguiente ahorro de combustible. Los presidentes de países normales no tienen que preocuparse por la distribución de la leche fresca. El sector privado se encarga de asegurarlo.

En los últimos meses, tanto funcionarios de alto rango como la prensa han estado machacando al "Estado paternalista" y, dado que durante más de medio siglo las mismas personas se han mantenido en el poder, me pregunto quién es responsable por haber creado tal estado de cosas y la mentalidad que este genera. En Cuba, el trabajo y los salarios llevan mucho tiempo divorciados: los cubanos hacen como que trabajan y el Estado hace como que les paga. Es lo que sucede cuando a los pueblos se les roba su dignidad, cuando se les niega el derecho a ganarse la vida honradamente.

Sin embargo, no sólo de pan vive el hombre. De acuerdo con una encuesta Gallup realizada en La Habana y Santiago de Cuba hace algunos años, sólo la cuarta parte de los encuestados creía que gozaba de la libertad para decidir qué hacer con su vida. Al preguntárseles si habían reído o sonreído el día anterior a la encuesta, sólo el 62% declaró que sí. Los cubanos se sitúan muy por debajo del promedio del resto de los latinoamericanos en este y otros tipos de medición subjetiva del bienestar.

La libertad es tan importante como la justicia social. Cubanos valientes radicados en la Isla han reclamado sus derechos. Sea un bloguero, las Damas de Blanco, un hombre en huelga de hambre, un rapero que le canta la verdad al gobierno o una joven que lee algún libro prohibido, las personas de a pie están recuperando el país poco a poco. Las amenazas, las golpizas, las detenciones y los simulacros de juicios puede que amedrenten a algunos, pero otros siempre avanzan más. ¡Una pesadilla interminable para el régimen!

Pero en los últimos tiempos han surgido nuevos dolores de cabeza.

-Un grupo de afroamericanos prominentes no pudo callar más y denunció el "insensible desprecio" hacia los cubanos de color. Negros y mestizos en la Isla renuevan su testimonio de maltratos.

-Veintiún intelectuales y cinco organizaciones culturales firmaron una declaración denunciando "un incremento del control burocrático-autoritario" para aplastar proyectos culturales autónomos.

-La dirigencia no puede fijar una fecha para el congreso del Partido. Algunos militantes, como el resto de la población, exigen un cambio. Ser comunista no significa necesariamente que seas confiable.

Todo peligra. Para los que se encuentran a la cabeza, significa que peligra su propio poder. Para todos los demás, peligran su dignidad, sus derechos como ciudadanos, su libertad. Que 2010 sea un año en el que cada vez más cubanos, en toda su diversidad, encuentren sus voces, sus sonrisas, y avancen con la cabeza muy alta.

© cubaencuentro.com
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COMENTARIO DEJADO
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "La pesadilla de Raúl Castro":

En gral. estoy de acuerdo con el artículo, aunque no creo que aporte nada novedoso tampoco. Que el raulismo no cambia nada, eso estaba cantado desde que RC tomó el mando formalmente. Sólo que a Marifeli et. al. les llevó todo este tiempo darse cuenta.----- Como siempre, algunas candideces de la autora derivan en desenfoques crasos, dos de los cuales paso a puntualizar: 1) No es que el "reformismo pasado de moda" de Raúl Castro no resuelva nada; es que no existe tal reformismo, ni a la antigua ni a la moderna, excepto como promesas incumplidas. El raulismo es el fidelismo con una cara más fea. O sea, es el mismo inmovilismo de siempre. 2) ¿Es correcto afirmar que "Raúl se ha atascado en el viejo modelo [...] a pesar de que la Europa de 1989 le debería servir de advertencia"? Sería correcto eso si en vez de 'a pesar de' dijera 'debido a'. El 89 eurooriental le confirmó a FC lo que éste ya sabía de antes: que emprender reformas aperturistas implica cambios que dan lugar a otros muchos más como reacción en cadena, desembocando en un proceso que puede adquirir una dinámica propia y salírsele de las manos. El gran 'éxito' del castrismo, el que la gerontocracia valora por encima de todo, es haber seguido en pie durante estos veinte años de poscomunismo. El bienestar del pueblo, para ellos, es absolutamente secundario. Su meta no es solucionar los graves problemas de la nación, sino mantenerse en el poder hasta el final de sus días y si es posible legárselo a sus herederos. NIC
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Jorge A. Pomar ha dejado un nuevo comentario en su entrada "La pesadilla de Raúl Castro":

Muy acertado el comentarista anónimo: según propia confesión, ex agente de la policía secreta metida a dialoguera fundamentalista, la Dra. Marifeli Stable había apostado todas sus cartas al raulismo desde las páginas de Encuentro en la Red y ahora, sin admitir su error, se apresura a cambiar el paso bajo los escombros de Cubanencuentro.

A medias, desde luego, pues a todas luces no ha renunciado a su loca esperanza de ver consolidada la sucesión y escapar al destape de los archivos de Villa Marista junto con sus mecenas de Infanta Mercedes # 43. Amén de que, siguiendo la pauta de hermético silencio al respecto que se han impuesto a sí mismos los colaboradores estelares del extinto portal, no ha dicho ni ésta boca es mía sobre la debacle de la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana para la que redactaba sus anodinas disquisiciones académicas.

Por otra parte, le subo al sagaz comentarista un peldaño en lo del rango "secundario" del "bienestar del pueblo" a los ojos de la cúpula castrista. A saber, el hambre, la escasez y el deterioro de la industria y los servicios poseen un valor tan estratégico para la supervivencia del régimen como la sicofancia, la desinformación y la represión.

He ahí el quid de la lección sacada en su momento por el Magno Paciente del fiasco de la Perestroika y la Glasnost, por un lado, y la súbita caída del Muro de Berlín, por el otro. Y lleva razón desde su maquiavélico punto de vista: por regla general, bajo férreas dictaduras totalitarias la plebe no encuentro ocio para pensar en política con el estómago vacío. Y basta con un plato de lentejas para taparles la boca a los intelectuales, quienes por lo común en tales coyunturas acaban pronto inventándose una mitológica coartada gremial (léase "Quinquenio Gris") y optando por encerrarse a cal y canto dentro sus torres de márfil en la Isla o la Diáspora. No sin su cuota de abastecimiento adicional de víveres, licores y demás medios de subsistencia para tiempo muerto, claro está...

Saludos,

El Abicú

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2 Comments:

At 1:50 p. m., Anonymous Anónimo said...

En gral. estoy de acuerdo con el artículo, aunque no creo que aporte nada novedoso tampoco. Que el raulismo no cambia nada, eso estaba cantado desde que RC tomó el mando formalmente. Sólo que a Marifeli et. al. les llevó todo este tiempo darse cuenta.----- Como siempre, algunas candideces de la autora derivan en desenfoques crasos, dos de los cuales paso a puntualizar: 1) No es que el "reformismo pasado de moda" de Raúl Castro no resuelva nada; es que no existe tal reformismo, ni a la antigua ni a la moderna, excepto como promesas incumplidas. El raulismo es el fidelismo con una cara más fea. O sea, es el mismo inmovilismo de siempre. 2) ¿Es correcto afirmar que "Raúl se ha atascado en el viejo modelo [...] a pesar de que la Europa de 1989 le debería servir de advertencia"? Sería correcto eso si en vez de 'a pesar de' dijera 'debido a'. El 89 eurooriental le confirmó a FC lo que éste ya sabía de antes: que emprender reformas aperturistas implica cambios que dan lugar a otros muchos más como reacción en cadena, desembocando en un proceso que puede adquirir una dinámica propia y salírsele de las manos. El gran 'éxito' del castrismo, el que la gerontocracia valora por encima de todo, es haber seguido en pie durante estos veinte años de poscomunismo. El bienestar del pueblo, para ellos, es absolutamente secundario. Su meta no es solucionar los graves problemas de la nación, sino mantenerse en el poder hasta el final de sus días y si es posible legárselo a sus herederos. NIC

 
At 1:10 p. m., Anonymous Jorge A. Pomar said...

Muy acertado el comentarista anónimo: según propia confesión, ex agente de la policía secreta metida a dialoguera fundamentalista, la Dra. Marifeli Stable había apostado todas sus cartas al raulismo desde las páginas de Encuentro en la Red y ahora, sin admitir su error, se apresura a cambiar el paso bajo los escombros de Cubanencuentro.

A medias, desde luego, pues a todas luces no ha renunciado a su loca esperanza de ver consolidada la sucesión y escapar al destape de los archivos de Villa Marista junto con sus mecenas de Infanta Mercedes # 43. Amén de que, siguiendo la pauta de hermético silencio al respecto que se han impuesto a sí mismos los colaboradores estelares del extinto portal, no ha dicho ni ésta boca es mía sobre la debacle de la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana para la que redactaba sus anodinas disquisiciones académicas.

Por otra parte, le subo al sagaz comentarista un peldaño en lo del rango "secundario" del "bienestar del pueblo" a los ojos de la cúpula castrista. A saber, el hambre, la escasez y el deterioro de la industria y los servicios poseen un valor tan estratégico para la supervivencia del régimen como la sicofancia, la desinformación y la represión.

He ahí el quid de la lección sacada en su momento por el Magno Paciente del fiasco de la Perestroika y la Glasnost, por un lado, y la súbita caída del Muro de Berlín, por el otro. Y lleva razón desde su maquiavélico punto de vista: por regla general, bajo férreas dictaduras totalitarias la plebe no encuentro ocio para pensar en política con el estómago vacío. Y basta con un plato de lentejas para taparles la boca a los intelectuales, quienes por lo común en tales coyunturas acaban pronto inventándose una mitológica coartada gremial (léase "Quinquenio Gris") y optando por encerrarse a cal y canto dentro sus torres de márfil en la Isla o la Diáspora. No sin su cuota de abastecimiento adicional de víveres, licores y demás medios de subsistencia para tiempo muerto, claro está...

Saludos,

El Abicú

 

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