BARACUTEY CUBANO

Por Juan González Febles
Periodista independiente.
jgonzafebster@gmail.com


Lawton, La Habana, 11 de febrero de 2010, (PD) Cuando concluyó con un fracaso la promocionada zafra de los 10 millones de toneladas de azúcar en 1970, Fidel Castro pronunció un lagrimeante discurso de justificación por el fracaso. Habló hasta de renunciar a su cargo, aunque fuera de mentiritas. Para la ocasión, una orquesta de música popular puso de moda una tonada que repetía a modo de estribillo, algo así como: “El perico está llorando”.

La tonada terminó por ser prohibida y la orquesta que la interpretó, proscrita. No obstante, la tonada convertida en frase recurrente sobrevivió en el imaginario popular como representación gráfica del mea culpa y la hipocresía institucionalizada.

Luego de esta introducción que espero no llegue a cansar al lector, entro de lleno en un tema de actualidad. Se dice que por obstáculos, ora políticos, burocráticos y de seguridad, están en peligro los fondos para fomentar la democracia en Cuba. Se dice que influyentes políticos estadounidenses han prometido bloquear los programas ‘‘provocadores'' y la administración del presidente Barack Obama ha dejado entender que se podría eliminar una parte clave de los programas que la dictadura cubana califica de "subversivos''.

Los grupos de exiliados que manejan de forma tradicional los programas de marras, se quejan de que si la tendencia actual se impone, todo puede irse al diablo. Frank Hernández Trujillo del Grupo de Apoyo a la Democracia (GAD) declaró a los medios desde USA, que tendrían que empacar las cosas y cerrar, de mantenerse esta tendencia. Su grupo según informaciones suministradas por fuentes oficiales del gobierno estadounidense y de los medios asentados en La Florida, ha recibido 6 millones de dólares desde el año 2005.

( Ciudad de Miami, Bayside )

Por su parte, el Sr. Orlando Gutiérrez del Directorio Democrático Cubano de Miami, dijo que este sería el peor momento para congelar los fondos. Gutiérrez argumenta que el movimiento por una sociedad civil libre y contestataria en Cuba da señales evidentes de despertar.

Frank Calzón, director ejecutivo del Centro para una Cuba Libre, asentado en Washington, dice que si esto mantiene la tendencia actual, el programa de fomento de la democracia en Cuba desaparecerá.

Lo lamentable de todo esto es que el gobierno de los Estados Unidos decida tomar decisiones dirigidas a complacer al régimen cubano y que en realidad dan la espalda a los mejores objetivos de libertad por los que se lucha en Cuba. Es lamentable repetimos que se priorice la complacencia del régimen cubano y no se contemple en toda su dimensión y con carácter de problema principal, el abordado desde el exilio por la Fundación Nacional Cubano Americana y desde la Isla por voces diversas. Es decir, que el grueso de estos fondos, nunca llegó a Cuba. Señores, todo parece indicar que en Washington y en Miami, “El perico está llorando”.

Si el gobierno de los Estados Unidos se centrara en que los fondos que aportan el pueblo y el gobierno estadounidense, lleguen a su destino natural en Cuba, esto sería loable. Formularse el problema en términos de la conveniencia del régimen cubano, es simplemente inmoral.

Si no aparecen los diez justos, es decir, si no hay una organización que no esté sindicada en ninguna marrullería. Como sucedió por ejemplo, con el Centro para una Cuba Libre, en que uno de sus funcionarios malversó una gruesa suma de dinero. Entonces, que tales fondos sean entregados a ONG internacionales con probada eficiencia en la realización exitosa de tales funciones y con contabilidades no contaminadas por la certeza o la sospecha de una eventual corrupción.

Todo esto pone sobre el tapete la incompetencia demostrada por el grupo multidisciplinario que desde Washington aporta tantas soluciones descabelladas en todo lo que respecta al caso cubano. Es además una demostración palpable de divorcio con la realidad cubana o de mera y simple incompetencia.

Salta a la vista su afinidad por simpatía o mera química, con los grupos que han demostrado total incapacidad o voluntad, para que los fondos lleguen a la Isla, y que por otra parte, se han visto comprometidos en una u otra ocasión con asuntillos clientelares de fraude o de mera y simple malversación.

Ciertamente, en Washington y Miami, el perico está llorando.

jgonzafebster@gmail.com