viernes, febrero 12, 2010

Blanca González clama libertad para su hijo en Madrid

Blanca González clama libertad para su hijo en Madrid



Por María Benjumea

12 de febrero de 2010


Sevilla, España – www.PayoLibre.com – Con ocasión de la presentación de la “Asociación Damas de Blanco”, y de su página web, en Madrid, el pasado 28 de enero, Doña Blanca González, madre de Normando Hernández González, lanzó un conmovedor alegato a favor de la libertad inmediata de su hijo, sí, pero también de todos los presos políticos cubanos.

He visto el vídeo del acto en YouTube: hablaron además Blanca Reyes, en calidad de presidenta, Jesús Gracia, embajador en La Habana del 2001 al 2004, y Andrés Lacau, pintor cubano afincado en Madrid y responsable de la nueva web damasdeblanco.org. Prieto y Lacau serán vicepresidente y secretario respectivamente de la Asociación. Elena Larrinaga, cubano-española y presidenta de la FECU (Federación de Asociaciones Cubanas en España), presentó el acto.

( Normando Hernández cuando estaba en libertad )

Blanca González, conteniendo las lágrimas y haciendo un esfuerzo sobrehumano, consiguió decir gran parte de lo que quería. Normando cumplió en septiembre 40 años, y sufre 22 patologías distintas, entre ellas desnutrición severa, a causa de un grave padecimiento gastro-intestinal que le provoca constantes náuseas. Necesita una dieta que no se le proporciona. Padece además de una lesión cardiaca.

Los diversos médicos que lo han tratado no se ponen de acuerdo ni en el diagnóstico ni en el tratamiento, y por tanto ni sigue dieta ni está siendo tratado adecuadamente. Actualmente pesa 50 kilos y lleva tres meses en el “hospital” de la prisión Combinado del Este, en La Habana, después de varios traslados, desde la de Camagüey, hogar de la familia, y desde otro hospital habanero.

A Blanca, exiliada en Miami desde el 2002 por su propio activismo, el Gobierno cubano le ha denegado el permiso de entrada a su país para visitar a su hijo.

Esta madre coraje ha dicho en Madrid: “Ya no me quedan puertas a las que llamar ni gritos que dar. He viajado por todo el mundo gritando libertad”.

“¿¿¿Dónde están los gobiernos del mundo???” “¿¿¿Qué delitos han cometido estos hombres???” Exige a la “Comunidad Europea” que ejerza toda la presión de que sea capaz para que los Castro liberen a todos los presos, porque todos están enfermos, y algunos van a morir muy pronto.

Asegura que la represión es más feroz que nunca, que Raúl Castro es un “Poncio Pilatos que se lava las manos”: en la práctica tan asesino como su hermano.

Mostró una foto de su nieta, una niña de 8 años que pesa 15 kilos, aquejada de una enfermedad nerviosa, una anorexia infantil, producida por la ausencia de su padre: la pequeña es consciente de todo, porque desde siempre ha acompañado a su madre en los largos viajes a todos los rincones de la Isla donde su padre ha estado confinado. Pero muestra fortaleza: “Mami, tráetelo para la casa que lo vamos a curar”.

Su nuera, Yarai Reyes, habla desde La Habana por teléfono con una admirable serenidad y voz clara. Detalla los problemas de salud y la dificultad del tratamiento médico, así como los continuos viajes de casa a La Habana. Clama por que entre todos se ponga fin a este “capricho” de los Castro. “Capricho”, qué bien expresado, un capricho más de los tiranos. Al final, pide hablar con Blanca. “Tu suegra no puede hablar”, le dice Blanca Reyes. No, no puede: Blanca González tiene un nudo en la garganta y no puede ni saludar a Yaraí.

Con motivo del concierto de Juanes y compañía en La Habana, leí un comunicado de Normando Hernández dictado a la periodista Yesmy Elena Mena, desde la cárcel de Camagüey: “Si el hombre de la camisa negra se deja utilizar por los que tienen el alma más negra, sería cómplice de un crimen”. Y a los cantantes: “Si quieren ayudar al pueblo isleño, hablen en el concierto del Proyecto Libertad, para que todos los cubanos lo conozcan, firmen y pidan la libertad inmediata de todos los que sufren prisión”.

Libertad ya para este insobornable luchador antes de que muera. Y un abrazo a su madre, a su esposa y a su pequeña.