sábado, mayo 22, 2010

CUBA: ARMADOS Y PELIGROSOS

ARMADOS Y PELIGROSOS



Por Juan González Febles
Periodista independiente.
jgonzafebster@gmail.com
20/05/2010

Lawton, La Habana, 20 de mayo de 2010, (PD) En Cuba se vive con muchas dudas y pocas certidumbres. Entre las certidumbres con que se puede y se ha podido contar siempre, está la infalibilidad del Estado y de lo que por práctica viciosa llamamos revolución. El Estado comete errores y aún así es infalible. Tanto, como que jamás pide o ha pedido disculpas, a ningún ciudadano perjudicado.

La llamada revolución, paridora del Estado, ha recibido la certidumbre eterna de una categoría supra humana de justicia que nunca existió y en la que nadie cree. Pero nadie puede ponerla en duda. Las dudas en Cuba surgen como consecuencia natural del vivir incierto, las certidumbres son impuestas por el poder del Estado.

Como categoría universal, en Cuba toda afirmación del Estado llega acompañada por la duda ciudadana y consagrada en su certidumbre, por el poder del Estado. A esto se debe agregar que se trata de un Estado fundado contra la ley y que aún y a pesar del tiempo transcurrido, considera estar por encima de “todo”. Y “todo”, incluye la ley.

En la edición de Granma correspondiente al viernes 14 de mayo de 2010, Ángel Fernández Vila, alias ‘Horacio’, publicó un trabajo que tituló o le titularon “Las ideas de Fidel y la Reforma Agraria”. En el citado artículo, ‘Horacio’ expone un largo listado de violaciones a la legalidad y el derecho de gentes ejecutadas por mandato de Fidel Castro a raíz de la promulgación de la citada ley.

Sin entrar a considerar el carácter justo o no de la entonces controvertida ley, vale citar una de las partes del trabajo de ‘Horacio’. El fragmento se refiere a la actuación de los llamados ‘jefes de zona’. Estos fueron una suerte de sargentos políticos con autoridad casi ilimitada y que nunca respetaron la ley o cosa que se le pareciera. De cierta manera, fueron precursores de los abusos de autoridad que en la actualidad caracterizan el actuar de los repres de la policía de Seguridad del Estado.

Pues bien, nos dice ‘Horacio’: “Fidel expresa que si algún Jefe de Zona es acusado por los latifundistas de estar ‘fuera de la ley’, sepan ustedes que desde que tiramos un tiro contra el régimen establecido, nos pusimos fuera de la ley”. Lamentablemente, al cabo de más de cincuenta años, no han encontrado la ley o lo que es peor, la ley no los ha encontrado.

Sin duda razonable alguna, el grupo de poder verdeolivo mantiene la dinámica de 1959, que es, la de los piratas de los siglos XVI, XVII y XVIII. Llevados más a la modernidad, es la dinámica mejorada de la Cosa Nostra italoamericana y la peor de nuestras certidumbres.

El hoy proscrito y eventualmente corrupto Max Marambio, un condotiero chileno que en su momento fue amparado, acogido y entrenado por la banda verde olivo, publicó un libro prologado por Gabriel García Márquez y todo parece indicar que corregido, revisado y hasta aumentado por él. El libro de marras se llama, ‘Las armas de ayer’.

Desde sus periódicas deyecciones, llamadas Reflexiones, que el sitio web Cubadebate publica y la prensa plana oficial, tiene además la obligación de hacerlo, Fidel Castro se refirió en términos muy elogiosos al libro. Es el propio Marambio desde ese texto, quien nos aporta la esencia de por qué el Ministerio del Interior castrista puede ser mirado desde el ángulo más benigno, como una organización criminal que actúa en contra de la ley.

Los elementos sobre la dinámica interna de la banda verdeolivo, tan cerca de los piratas y los hombres de honor de la mafia italoamericana, son expuestos por Marambio con nostalgia y hasta con admiración. Se trata de personas capaces de asaltar un banco o instalar un arsenal en una sede diplomática. Ojo con ellos.

Con sólo la orden de quien puede darlas, sería posible convertir a un embajador cubano en pistolero y verle disparar a cualquier adversario político en cualquier capital del mundo. Esta es una vieja certidumbre compartida por muchos en Cuba, quizás algunos británicos de buena memoria también recuerden.

En la actualidad, quedan pocas dudas, la principal de todas es, cuándo terminará esta confrontación que tiene por una parte al pueblo de Cuba y por otra a una banda armada y peligrosa.