lunes, junio 07, 2010

CUBA: Hace falta una amnistía nacional

Hace falta una amnistía nacional



Por Francisco Chaviano González

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - El 14 de mayo se cumplieron 55 años de la amnistía que concediera Fulgencio Batista a Fidel Castro, su hermano Raúl y el resto de los asaltantes del cuartel Moncada. Los liberados, responsables de un hecho terrorista que incluyó acciones similares en el Palacio de Justicia y el hospital Saturnino Lora, no cumplieron dos años de prisión.

No se necesitó de la intervención de organismos internacionales ni de jefes de Estado, porque por entonces el pueblo tenía una opinión que emanaba de su sociedad civil, era presentada por sus diputados en el Parlamento de la República, y hasta los dictadores trataban de respetarla.

Sobre este hecho nos contaba el compatriota Gustavo Arcos Bergnes, testigo excepcional de aquel suceso por su participación como miembro del Movimiento 26 de Julio: “Me recogió en La Habana un automóvil donde viajaban varios camaradas del grupo conspirativo y nos llevó hasta Santiago de Cuba, al otro extremo de la isla. Nos alojamos en un pequeño hotel donde pernoctamos y al siguiente día nos recogieron para llevarnos a la Granjita Siboney”.

Según su relato, llegaron al lugar cuando se ultimaban los preparativos para el asalto, aunque nadie sabía del mismo. “Fidel reunió a la gente y explicó lo que íbamos a hacer, hablaba de una manera como si todo fuera cosa fácil. Nadie dijo nada, sólo yo me atreví a exclamar, ¡eso es una locura, pero yo voy contigo! Acto seguido nos montamos en numerosos automóviles, con Fidel viajábamos Mario Chanes y yo, entre otros”.

( Algunos de los ataudes de los militares muertos por los asaltantes al Cuartel Moncada; ceremonia de despedida de duelo ; nota y foto sañadidas por el bloguista)

Algunos automóviles se “perdieron” tomando rumbo a La Habana, por considerar aquello una locura. “El auto en que viajábamos, conducido por Fidel Castro –agrega Bergnes- seguido de algunos pocos, llegaron al Cuartel Moncada y próximo ya a la Posta # 3, Fidel se abalanzó contra un sargento que caminaba por la acera y lo atropelló; razón por la cual se desató la balacera, perdiéndose el factor sorpresa”. Al parecer, Castro llegó a considerar una locura demasiado peligrosa penetrar por la posta, y decidió abortar el asalto. En su lugar daría el show de la intentona con varias decenas de muertos”.

“Dice Fidel que dio la orden de retirada, pero yo no la oí, puede que se la haya dado al que estaba a su lado” –cuenta Arcos Bergnes, quien recibió un balazo en la columna que casi le deja inválido: “Boris Luis Santa Coloma me sacó del lugar y logró ingresarme en la clínica de la Colonia Española de esa ciudad, donde me operó el Dr. Posada, quien me tuvo bajo sus cuidados por varios meses, actitud que respetaron las autoridades”.
Como se sabe, Fidel Castro, cuando se vio perdido en las estribaciones de la Sierra Maestra, se entregó al Obispo de Santiago de Cuba, a quien había mandado a buscar con tal fin. Luego estuvo protegido por el teniente Sarría, que se negó a entregarlo a otra fuerza militar que presumiblemente lo quería ejecutar. Luego, en la prisión de Boniato, el entonces oficial de esa penitenciaría, Jesús Yanes Pelletier, le salvó la vida informándole a él y a sus partidarios, que había pretensiones de envenenarle.

Hoy nada es igual. No existen médicos que se atrevan a defender a su paciente, ni oficiales de las fuerzas castrenses que alerten a las víctimas, o se nieguen a participar de un abuso. El Parlamento no se inmuta, no existe en la práctica. Los obispos de la Iglesia Católica, personas que sufrieron el flagelo y la humillación, hoy se pliegan a los intereses del poder.

Ahora los opositores son pacíficos, no asaltan cuarteles ni realizan actos de terrorismo. A pesar de que la población se encuentra despojada de todo derecho y es objeto de abusos masivos; la oposición se limita a criticar y pedir que el propio gobierno realice cambios.

Hoy, 26 prisioneros de conciencia se encuentran en delicado estado de salud. Por pensar diferente ya han extinguido cuatro veces el tiempo que estuvo Castro en prisión. Su rencor no termina, y mantiene a los opositores presos en condiciones infernales de vida. Y si se quejan porque murió uno de ellos, o Guillermo Fariñas se declara en huelga de hambre como extrema opción, entonces el tirano se disfraza de víctima y dice que es una campaña preparada y pagada por el imperialismo Justify Fullyanqui.( Ariel Sigler Amaya uno de los Prisioneros de la Primavera Negra del 2003entre agosto del 2008 y enero del 2010; nota y comentario del bloguista )
*****************
Nota del Bloguista

La amnistía no ha sido la única diferencia entre el Batistato y el Castrato: las condiciones de vida fueron infinitamente mejores en las cárceles de Fulgencio Batista que en las de Fidel Castro

Mario Chánes de Armas, asaltante al Cuartel Moncada y expedicionario del yate Granma, quien sufrió tanto la cárcel del régimen de Fulgencio Batista como la del régimen de Fidel Castro, en la que cumplió hasta el último día la condena de 30 años de prisión, valoró ambos presidios y dijo que comparando a ambos presidios, el presidio de Batista era el Paraiso y el de Fidel el Infierno. Esas palabras se encuentran en videos de YouTube y en documentales del Instituto de la Memoria Histórica de la Lucha del Pueblo Cubano contra el Totalitarismo.

Orlando Zapata Tamayo, Prisionero de Conciencia, fue a la huelga de hambre pidiendo las más elementales condiciones de vida y de dignidad en su injusta prisión política: cese de las golpizas por parte de sus carceleros, no vestir la ropa de preso común, etc.

Orlando Zapata Tamayo, Prisionero de Conciencia, no pedía comodidades como las que disfrutó Fidel Castro y demás asaltantes al Cuartel Moncada y que están reflejadas en la correspondencia personal del futuro tirano; dos fragmentos reproduzco a continuación:


En la foto vemos a Fidel Castro en el Presidio Modelo de Isla de Pinos en una de las visitas de su hijo Fidelito Castro Díaz-Balart a la cárcel donde cumplía condena por el sangriento ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 donde decenas de personas murieron y otras decenas fueron heridos. Fue condenado a 15 años pero sólo cumplieron apenas 2 años por una Amnistía General que aprobó el dictador Fulgencio Batista.

Comunicaron mi celda con otro departamento cuatro veces mayor y un patio grande, abierto desde las 7 am hasta las 9pm. No tenemos recuento ni formaciones en todo el día. Nos levantamos a cualquier hora, (tenemos) agua abundante, comida y ropa limpia. No sé, sin embargo, cuánto tiempo más vamos a estar en este paraíso”

........
.........Justify Full

“Como soy cocinero, de vez en cuando, me entretengo preparando algún pisto. Hace poco me mandó mi hermana desde Oriente un pequeño jamón y preparé un bistec con jalea de guayaba. También preparo espaguetis de vez en cuando, o bien tortilla de queso. Arreglé mis cosas y reina aquí el más absoluto orden. Las habitaciones del Hotel Nacional no están tan limpias. Me estoy dando dos baños obligado por el calor, cuando cojo sol por la mañana en shorts, siento el aire de mar, que me parece que estoy en una playa, luego un pequeño restaurant aquí, me voy a cenar espaguetis con calamares, bombones italianos de postre, café acabadito de colar y después un H Upman número 4”



En la Cámara de Representantes, el Dr. Rafael L. Díaz-Balart fue el único que se opuso a que la Amnistía General incluyera a Fidel Castro y demás Moncadistas; en el Senado el único que se opuso fue el Dr. Santiago Rey Pernas. No estarían equivocados aquellos que los llamaran ¨Los Nostradamos¨ cubanos, aunque Rafael se quedó bastante corto en la cantidad de años que dio como cota inferior para derrocar al régimen Castrista.


DISCURSO DEL DR. RAFAEL L. DÍAZ-BALART

Este discurso fue pronunciado en la Cámara de Representantes de la República de Cuba en mayo del año 1955 por el Dr. Rafael L. Díaz-Balart, en ese momento el líder de la mayoría y presidente del comité parlamentario de la mayoría en la Cámara, contra la ley que amnistió a Fidel Castro y demás asaltantes al cuartel Moncada, cuando habían cumplido solamente dos años de cárcel y después de haber sido condenados por un tribunal civil. Castro había recibido una condena de 15 años.

La Amnistía (1955)

Por Rafael Díaz-Balart

Señor Presidente y Señores Representantes:

He pedido la palabra para explicar mi voto, porque deseo hacer constar ante mis compañeros legisladores, ante el pueblo de Cuba y ante la historia, mi opinión y mi actitud en relación con la amnistía que esta Cámara acaba de aprobar y contra la cual me he manifestado tan reiterada y enérgicamente.

No me han convencido en lo más mínimo los argumentos de la casi totalidad de esta Cámara a favor de esa amnistía.

Que quede bien claro que soy partidario decidido de toda medida a favor de la paz y la fraternidad entre todos los cubanos, de cualquier partido político o de ningún partido, partidarios o adversarios del gobierno. Y en ese espíritu sería igualmente partidario de esta amnistía o de cualquier otra amnistía.

Pero una amnistía debe ser un instrumento de pacificación y de fraternidad, debe formar parte de un proceso de desarme moral de las pasiones y de los odios, debe ser una pieza en el engranaje de unas reglas de juego bien definidas, aceptadas directa o indirectamente por los distintos protagonistas del proceso que se esté viviendo en una nación.

Y esta amnistía que acabamos de votar desgraciadamente es todo lo contrario. Fidel Castro y su grupo han declarado reiterada y airadamente, desde la cómoda cárcel en que se encuentran, que solamente saldrán de esa cárcel para continuar preparando nuevos hechos violentos, para continuar utilizando todos los medios en la búsqueda del poder total a que aspiran. Se han negado a participar en todo proceso de pacificación y amenazan por igual a los miembros del gobierno que a los de oposición que deseen caminos de paz, que trabajen a favor de soluciones electorales y democráticas, que pongan en manos del pueblo cubano la solución del actual drama que vive nuestra patria.

Ellos no quieren paz. No quieren solución nacional de tipo alguno, no quieren democracia ni elecciones ni confraternidad.

Fidel Castro y su grupo solamente quieren una cosa: el poder, pero el poder total, que les permita destruir definitivamente todo vestigio de Constitución y de ley en Cuba, para instaurar la más cruel, la más bárbara tiranía, una tiranía que enseñaría al pueblo el verdadero significado de lo que es tiranía, un régimen totalitario, inescrupuloso, ladrón y asesino que sería muy difícil de derrocar por lo menos en veinte años. Porque Fidel Castro no es más que un psicópata fascista, que solamente podría pactar desde el poder con las fuerzas del Comunismo Internacional, porque ya el fascismo fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial, y solamente el comunismo le daría a Fidel el ropaje pseudo-ideológico para asesinar, robar, violar impunemente todos los derechos y para destruir en forma definitiva todo el acervo espiritual, histórico, moral y jurídico de nuestra República.

Desgraciadamente hay quienes, desde nuestro propio gobierno tampoco desean soluciones democráticas y electorales, porque saben que no pueden ser electos ni concejales en el más pequeño de nuestros municipios.

Pero no quiero cansar más a mis compañeros representantes. La opinión pública del país ha sido movilizada a favor de esta amnistía. Y los principales jerarcas de nuestro gobierno no han tenido la claridad y la firmeza necesarias para ver y decidir lo más conveniente al Presidente, al Gobierno y, sobre todo, a Cuba. Creo que están haciéndoles un flaco servicio al Presidente Batista, sus Ministros y consejeros que no han sabido mantenerse firmes frente a las presiones de la prensa, la radio y la televisión.

Creo que esta amnistía tan imprudentemente aprobada, traerá días, muchos días de luto, de dolor, de sangre y de miseria al pueblo cubano, aunque ese propio pueblo no lo vea así en estos momentos.

Pido a Dios que la mayoría de ese pueblo y la mayoría de mis compañeros Representantes aquí presentes, sean los que tengan la razón.

Pido a Dios que sea yo el que esté equivocado.

Por Cuba

4 Comments:

At 3:42 p. m., Anonymous Jorge A. Pomar said...

Estimado Pedro Pablo, vaya por delante que no está para nada en ánimo cuestionar las crueldades carcelarias: desnutrición, maltratos, desatención médica, represalias, golpizas y demás. A mí mismo, que usaba la talla de pantalón 54 al ingresar en Ariza en a principios de diciembre del 91, me quedaba holgada la 36 al pasar a recoger la ansiada Carta de Libertad en agosto del 93.

Eso a pesar de recibir en cada visita de mis familiares --sobre todo gracias a la ayuda de activistas austriacos-- jabas bastante más grandes y mejor surtidas que el promedio de mis compañeros de mis cautiverio; y de haber cumplido los últimos 8 meses de reclusión en el Correccional Modelo de Lagunillas, donde se comía mucho más, se laboraba al aire libre en los campos y los habaneros (yo era el único) disfrutaban de pases de tres días cada mes u medio.

Cualquier recluso común o político puede dar fe del estado de caquexia crónica de casi todos --excepto los matones que controlan el comedor y especulan con la comida robada a los demás-- los reclusos en una cárcel castrista, especialmente durante el apogeo del Período Especial. A juzgar por las espeluznantes noticias acerca de la agudización de la crisis alimentaria en toda la Isla, cabe suponer que la situación en los establecimientos penales sea similar a la de aquellos años.

Ahora bien, puesto que lo cortés no quita lo valiente, quisiera llamarte la atención sobre una evidente torpeza cometida por el fotógrafo, e imperdonablemente al parecer pasada por alto por la organización disidente encargada de divulgarlas, en la primera pareja de fotos comparativas de Ariel Sigler Amaya.

El esfuerzo atlético de Ariel por mostrar su flaquencia, a todas luces tan superfluo como innecesario, se nota en el gesto artificial de apretar los labios, contraer el vientre y echar los hombros hacia atrás. No hay que ser un experto para darse cuenta del efecto contraproducente que debe de producir el cotejo gráfico en la imaginación de aquellos lectores que no hayan visto al corpulento Ariel antes y después pero, en cambio, sí conozcan la crónica hambruna carcelaria en nuestro de por sí hambreado país.
Incluso, se diría que el Ariel enfermo sin barriga de la derecha luce más sano que el barrigón desmadejado de la izquierda. De ahí que su rostro demacrado de durante el velatorio de Gloria Amaya sea mucho más convincente e inobjetable. De hecho, en vez de una sensación de veracidad se trasmite al observador imparcial justo la impresión contraria, o sea, la de falsedad, truco, montaje fotográfico. Lo cual es particularmente nocivo para la fama del presidio político y de la oposición interna, últimamente mellada por tantos sicofantes e impostores.

"Una imagen --reza un axioma del ramo-- dice más que mil palabras". Corolario: en el arte de la denuncia fotográfica no basta con tener la razón; también hay que parecerlo. Por tanto, esperando que no me tomes a mala fe o indiscreción este comentario colegial, te aconsejaría volverle a echar una ojeada crítica a ambas fotos superiores. No sólo le restan credibilidad al cotejo de abajo sino que recuerdan demasiado esos anuncios publicitarios sobre ejercicios para bajar de peso.

Seguro estoy de que te percatarías al instante del lamentable equívoco visual. Desde luego, si estoy equivocado y posees datos en contrario , te agradezco de antemano que me saques del error... Continúo en mi blog.)

Un abrazo,

El Abicú

 
At 4:36 p. m., Anonymous Doble Rasero said...

Esa foto de Fidel en el presidio vale cualquier cosa, por todo lo que dice de la diferencia entre la dictablanda de Batista y la dictadura castrista, pero claro, los que no quieren ver nunca van a hacerlo. Ahora, si Batista hubiera sido Salvador Allende y el castrismo fuera derechista, la foto fuera vista y utilizada de forma muy distinta.

 
At 7:14 p. m., Anonymous Anónimo said...

Este documento ya lo conocía, y viniendo de quien venía, era imprescindible haberle prestado atención en su momento. Lamentablemente no ocurrió y hoy todos hemos pagado las consecuencias, de una u otra forma.

chicho el cojo

 
At 9:07 p. m., Anonymous Ricardo E. Trelles said...

Hmmmm Seguimos rumiando que el régimen actual es muy malo, mucho peor que el de Batista. Pero de actuar con efectividad para darle solución al problema, nada. De pensar sobre cómo darle solución con efectidad al problema, nada.

 

Publicar un comentario

<< Home