ZOÉ VALDÉS RESPONDE A OSCAR ESPINOSA CHEPE SOBRE LA CARTA DE LOS 74 AL CONGRESO DE LOS EE.UU.
El borrador de la Carta de los 74 lo habrá hecho mi amigo y admirado Dagoberto Valdés, al que esta carta no le daña significativamente toda su valiosa obra de vida como persona preocupada por lo que sucede en Cuba , pero los endebles argumentos son los que durante años ha expuesto Oscar Espinosa Chepe en sus artículos, aunque me extraña que el anglisismo ¨empoderar¨ esté en ella, pues Dago no lo usa ni cuando habla ni cuando escribe y ahí están sus libros y artículos.
La respuesta en el Exilio y en parte de la comunidad internacional al asesinato de Orlando Zapata Tamayo en febrero, a la represión a Las Damas de Blanco y a Las Damas de Apoyo en marzo y abril , la huelga de hambre y sed de Guillermo Fariñas comenzada tras la muerte de Zapata para que la tiranía excarcele a los Presos de Conciencia más enfermos, preocupó grandemente al régimen Castrista. La gran manifestación en Miami cubierta por muchos medios internacionales y de la Internet y las múltiples manifestaciones en otras grandes ciudades del mundo, así como dentro de Cuba la reprobación en voz baja a la represión a Las Damas de Blanco en Cuba provocaron que la dictadura reforzara su estrategia fundamental en contra de aquellos que desean cambiar el estado de cosas en Cuba: DIVIDIR Y DESVIAR LA ATENCIÓN.
El régimen para llevar a cabo ese refuerzo han utilizado a personas buenas, regulares y malas que por diferentes razones han participado en la distracción y división. No obstante, el régimen ha tenido que pagar un precio por ese objetivo, objetivo que indudablemente ha alcanzado parcialmente. Uno de esos precios ha sido casi ¨quemar¨ a algunos Vínculos Útiles y Relación de Confianza y quizás hasta a Agentes de Influencias que residen tanto fuera de Cuba como dentro de Cuba. En el artículo La Inteligencia Castrista y las Universidades Norteamericanas, de Jose Cohen Valdés, pueden conocer el significado de esas categorías.
No puedo afirmar que La Carta de los 74 ( la cual ha recibido dos contundentes respuestas en forma de cartas; una con las firmas de más de 250 expresos políticos y otra carta con las firmas de casi 500 personalidades de la Oposición y la disidencia de la Isla ) sea algo gestado por la tiranía Castrista pero indudablemente Ha servido grandemente a sus objetivos estratégicos y SEGURAMENTE la dictadura la ha apoyado con sus peones. Un fuerte indicio de que él régimen al menos ¨sopló al oido¨ esa carta a algunos de los que la conformaron o firmaron es que esa carta es relativa a un proyecto de ley, H.R.4645, que no tiene la menor posibilidad de ser aprobado en el Congreso, ni el Comité de Relaciones Exteriores ni tampoco probablemente en el Comité de Agricutura. Es como diría un andaluz ¨pa´jodé hombre pa jodé !¨.
Sí aseguro que ha sido una maniobra de la tiranía la a ¨conversación¨ de Raúl Castro con la jerarquía de la Iglesia Católica para excluir de la mesa de conversación o negociación a las personas que realmente deberían estar con relación a los presos políticos . Una conversación donde la jeraquía de la Iglesia ha desempeñado un lamentable rol desde que se sentó sin exigir que AL MENOS una representación de Las Damas de Blanco y de Las Damas de Apoyo compartieran la mesa.
Ambos hechos, la carta y la conversación, han logrado lo que él régimen totalitario perseguía: DIVIDIR Y DESVIAR LA ATENCIÓN QUE HABÍA SOBRE ÉL...
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Tomado de http://zoevaldes.net
De la jerga castrista de la diz que “disidencia”.
Junio 22, 2010
Por Zoé Valdés
DE LA JERGA CASTRISTA DE LA DIZ QUE« DISIDENCIA ».
Oscar Espinosa Chepe publicó un artículo en Cubanet (el que seguro le remunerarán y muy bien, tal como ellos siempre exigen, él y su mujer) en respuesta a lo que yo he dicho sobre una Carta de 74 “iluminados opositores cubanos” que piden que Estados Unidos le de créditos al régimen castrista, todavía más, no les basta con los créditos que les da Europa y el resto del mundo, y además exigen que dejen viajar a los turistas estadounidenses, como sin con el resto de los turistas del mundo no les fuese más que suficiente. Voy a responder a Oscar Espinosa Chepe, aunque hace tiempo me propuse no responder a ningún representante de la tiranía de los hermanos Castro, lleve el disfraz que lleve.
En primer lugar, el término de “talibanes” lo empleó Jean-François Fogel en relación a los jóvenes castristas como Hassán Pérez, Roberto Robaina, y a los hijos de los Castro, en un excelente artículo en El País, que luego reprodujo Le Monde, para designar a una generación, situada en el poder, que como no poseía un pasado histórico, y por lo cual necesitaba apelar -y actuar- a un presente histérico, donde, demostrarían ser, a base de discursos gritones, más castristas que Castro, para que los Jefes creyeran en ellos, y de este modo ganarían más puntos que cualquier otro militante, y nadie se atrevería a dudar de su entereza revolucionaria.
Oscar Espinosa Chepe salta, en su maltrecho artículo, de ahí al odio que tenemos los que descalificamos –según él-. Me recuerda cuando Alfredo Guevara, Abel Prieto, y otros de la incultura castrista, se referían a Reinaldo Arenas o a Guillermo Cabrera Infante, en privado, con diplomáticos extranjeros que le hablaban bien de estos escritores. La respuesta invariablemente era la misma: “Sí, podrán ser buenos escritores, pero llevan demasiado odio dentro”. El odio; también a mí me han atacado con ese truco del odio y de la pornografía y lo soez. Bien, puedo decir que, en tiempos pasados, dentro de Cuba, sentí la misma ira y rabia que, supongo yo, han sentido las víctimas del fascismo y del estalinismo; en la actualidad, sin embargo, ya ni siquiera, ahora lo que siento es una profunda pena, y hasta lástima, por gente como Espinosa Chepe y su mujer, antiguos estalinistas. Por cierto, por este artículo que estoy escribiendo nadie me paga. Cubanet debería hacer lo mismo con ellos, a ver si aún sin pagarles se deciden a escribir sobre Cuba, porque entre otras cosas, somos los exiliados los que defendemos y pagamos con nuestros impuestos instituciones que defienden y sostienen la causa de los periodistas, de los verdaderos.
( Oscar EspinosaChepe cuando era alto funcionario del régimen Castrista )
Seguimos, después del tema del odio y demás, el señor Chepe –más conocido por “Cheque”- cree él que profundiza, al menos lo intenta, en que las autoridades castristas están en desacuerdo con las invitaciones de algunos artistas al exterior, o sea a Estados Unidos, como Silvio Rodríguez, etc, del mismo modo que los extremistas de Miami. Bien, ahí es donde me da una profunda lástima este camarada, porque ahí es donde se le sale la pluma, y me retuerzo de la risa ante tan burda manipulación. Para nadie es un secreto que durante años los castristas han usado a los artistas que se han dejado, como embajadores del castrismo. Para nadie es un secreto que las jornadas culturales organizadas en Italia, en Brasil, durante los años ochenta, constituían un plan del Ministerio de Cultura y de Alfredo Guevara para expandir la ideología castrista en Europa y en América Latina, lo que han conseguido a través de algunos artistas, como se está viendo que está sucediendo con la gira de Silvio Rodríguez por Estados Unidos.
Esto lo sé porque, como he explicado ampliamente en este blog, y en mis libros, a los 23 años trabajé por contrata en la Oficina Cultural de la UNESCO, durante 5 años, como esposa acompañante de un diplomático “a la carrera” y no de carrera, escritor, y sí, por compartir cama con gran gusto y sana distinción, ya que se trataba de mi esposo, con este señor, estuve en el meollo de ese grupo que trabajó con Alfredo Guevara. Después trabajé como acompañante de invitados al Festival de Cine de La Habana (sobre todo franceses, Michel Legrand, Erick Bertok, Dominique Sanda, Agnès Vardá, entre otros), escribí un guión, fui premiada por el mismo, llevaba años escribiendo como colaboradora de revistas, como Control, revista para diabéticos, Alma Mater, publiqué un artículo en Bohemia, tres en Granma sobre La Habana Vieja, y algunos poemas en Revolución y Cultura y en El Caimán Barbudo, etc. Había trabajado en el Diario de Carlos Manuel de Céspedes, en el Museo de la Ciudad, en lo que fue mi práctica social de estudios, y llegué a ser jefa de redacción de la Revista Cine Cubano, sustituyendo al periodista y escritor Antonio Conte (hoy periodista de Cubanet en Miami, por cierto), luego fui vicedirectora de la revista. Todo esto en cuatro años. Así que lo que yo trabajé para el castrismo fueron solamente nueve años; jamás fui militante de nada, y tengo testigos de que cuando todavía Chepe y Leyva ni soñaban con ser disidentes y se encontraban muy cómodos y felices como militantes castristas, ya yo andaba escondiendo películas contestarías como la de Daniel Díaz Torres, citando a la prensa extranjera para conferencias de prensas clandestinas y sorpresivas, y ayudando a los cineastas underground que existían en la sociedad contestaría joven cubana, marginados y perseguidos. Por eso yo también lo fui, por eso me enfrenté al poder, cara a cara. Pero muchísimo antes, a años luz que ellos decidieran ser “opositores”. Nunca nadie me pagó por ello, ni hice de tales hechos una carrera para escalar posiciones sociales en la disidencia interna ni externa. Escribí, no una novela, varias, y veintitantos libros publicados más tarde, traducidos a varios idiomas, creo que me he ganado el derecho a opinar sobre mi país, y no permito que nadie me calle la boca. Y me expreso de la manera en que, a mí, escritora, me dé la gana de decirlo, en el tono que sea; porque para eso vivo en democracia.
Encima, el señor Chepe saca un dato curioso, que seguramente ustedes han olvidado, pero que los segurosos que se encargaron del tema no lo habrán olvidado, entre ellos Erick Valdés Martínez, al que encargaron de repartir a la llegada en el aeropuerto a los periodistas de Miami, como si de una homilía se tratara, un artículo mío: Cuando Juan Pablo II fue a Cuba, El País me pidió un artículo, y yo lo escribí basándome en el testimonio de un amigo del Papa, al que conocí, fue mi editor, y quien cuenta en su libro Le Livre de L’Homme, de Bruno Durocher (lo he presentado antes en este blog), que Wojtila, que había estudiado con él, siempre quiso ser actor, que fue en su juventud bastante mujeriego, y hasta pajero (esto me lo dijo personalmente, y no solamente a mí). A mí esa información me dio mucha risa, como supongo a cualquier persona, y me dio la idea de un hombre sumamente humano que había llegado a ser Papa, y en el artículo, increpaba al Papa, por el hecho de viajar a Cuba. Durocher estuvo de acuerdo, es más, me confesó al leerlo, a Wojtila le gustará, al Papa, no sé. Chepe entonces, con esa memoria de elefante muy propio de los policías –no digo que él lo sea, líbreme Dios-, saca a relucir el tema, sin calcular que no todos vivimos en una torre de marfil de la disidencia como es su caso, que los que vivimos en el exilio viajamos, conocemos personas interesantísimas, amamos y respetamos de otra manera, y somos cultos a matarnos.
Sobre todo los escritores, no tenemos que darle cuenta a nadie de nuestros actos de palabra, porque la palabra es nuestro resorte, nuestra vida, nuestro universo, y las usamos libremente, sin compromiso alguno político, como no sea el de escribir, y hasta herir, primero a nosotros mismos. Además, yo no aspiro a nada como no sea seguir siendo lo que soy, punto. Y tengo derecho, como cubana y como escritora, a escribir como me dé la real la gana. Es curioso, pero debería saberlo, él que tanto se roza con Reynaldo Escobar (su nombre siempre fue con y griega, que yo recuerde), por cierto, en la época, Escobar se moría por conocer a Alfredo Guevara, de hecho lo conoció gracias a Manuel Pereira, y también ansiaba entrar en el círculo de Guevara, con la intención de poder viajar, como cualquier cubano ansioso de escapar. Lo mismo debe pensar de Leonardo Padura, quien durante años fue alto funcionario de la UNEAC, nada más y nada menos; entre otros.
Pero Chepe no ataca más que a mí, debe ser que se lo han murmurado al oído, el hombre que murmura al oído de los caballos, o de los perros, y le han bajado esa directiva, porque su artículo se condensa en responderme, a mí solamente. Ah, claro, también a otros del exilio, pero solo se refiere a los que viven “soezmente a la sombra de la Tour Eiffel”, seguramente ha leído demasiada mala literatura proveniente de los blogs de El Nuevo Herald. Desdichadamente yo no vivo “soezmente” como vivieron Arthur Rimbaud, Jean Genet, Jean Rhys, y Doris Lessing, entre bastantes otros, aunque ya me gustaría, y mucho. Yo vivo de mi trabajo como escritora, de mis traducciones, de mis conferencias en universidades del mundo entero, soy Chévalier de las Artes y de las Letras y Doctor Honoris Causa de la Universidad de Valenciennes, en Francia. Condecoraciones que nadie me ha regalado o comprado con el dinero del petróleo chavista o árabe, me las he ganado con mi prestigio, el prestigio de mi trabajo. Tengo magníficas relaciones con altísimos representantes del gobierno francés, y de otros de la UE, y también las tengo con escritores relevantes, y con cuatreros de la calle, que para mí poseen un valor incalculable. Lo que sí no tengo es amistades con traidores y vendepatrias, eso, lo repito, lo aprendí con Carlos Manuel de Céspedes en sus últimos diarios de campaña en San Lorenzo. Lo que no quiere decir que me haya equivocado alguna vez y les haya cedido espacio y hasta cama, pero ya tengo 51 años y sólo me dedico a lo que de verdad vale la pena, a mi familia, y a la libertad de Cuba, algo que le prometí a mi madre, en su lecho de muerte, y lo voy a cumplir hasta el final de mis días, o hasta que vea a Cuba libre. ¿Quién era mi madre? Una mujer que trabajó toda su vida como camarera, con mucha dignidad y honor, y que todo lo que hizo, lo hizo para que yo pudiera estudiar y ser feliz.
Siento aclararle a Chepe que no vivo bajo la sombra de la Tour Eiffel, me gustaría, y ahora que él lo dice, empezaré a buscarme algo por allí, no alquilado, comprado. Vivo al pie de La Bastille, comme il se doit en una rebelde como lo soy yo, pero aún mejor, vivo frente por frente al banco donde Bouvard y Pécuchet se encontraron al inicio de esa maravillosa novela de Gustave Flaubert, frente a ese mismo banco del Boulevard Bourdon; soy codueña de una galería de arte con Ricardo Vega, situada a unos pasos del Beaubourg, y hemos hecho una productora de cine. Todo eso con nuestro esfuerzo. Yo salí definitivamente de Cuba con 35 años. Nada de eso se lo debo a Chirac, ni a Sarkozy, y mucho menos a Chacumbele I ni a Chacumbele II. Mi casa me la he comprado yo, y está pagada, no le debo nada a nadie, así es con todo lo que tengo. Jamás he cobrado por ningún acto social a favor de la libertad de Cuba. Y jamás he vivido de mi exilio, ni de ningún cuento de disidencia, he trabajado muy duro, en lo que sea, sin miedo, y jamás he pretendido vender mi país al mejor postor. Porque no creo que ese país pertenezca a nadie, ni tampoco yo pertenezco ya solamente a esa isla. Soy cubana, francesa, española, irlandesa, y china. Pongo al chino en último lugar, porque aún con toda esa mezcla que llevo en mi sangre, en la actualidad me siento más china, en relación a una cultura milenaria, sabia, y paciente.
Los cambios que los 74 han querido iniciar dentro de la isla no son los que han elegido todos los cubanos, son los que está imponiendo el castrismo; hay que ser ciegos para no querer ver que desde hace rato, estos 74 –algunos ni siquiera sabían que habían firmado por ellos-, están llevando a cabo un plan para alargar la vida del castrismo, a través de un raulismo light, donde, entre otras lindezas, las cubanas podrán aspirar a casarse con los estadounidenses, y los cubanos a vender tabaco por debajo del tapete, Fariñas dixit. Si ese es el futuro que ustedes desean para Cuba, sepan que no todos los cubanos anhelamos ese futuro, que no es más que una continuidad del castrismo puro y duro. ¿Cómo les llamaban a los que como ustedes actuaban de tal modo en el siglo XIX?: Vendepatrias, y lo que es peor, traidores. Voy a añadir otro: Castristas, tan sencillo como eso. Ustedes están en el derecho de proponer, y otros de disentir, y a la inversa. Eso se llama democracia.
La isla no es de ustedes, la isla pertenece a todos los cubanos, de dentro y de afuera, y también y sobre todo a los hombres que hoy están presos en las celdas tapiadas, a los hombres que han defendido con sus vidas ese país. No ha sido el exilio el que ha dividido a la disidencia, han sido ustedes con esa carta. Ha sido Miriam Leyva quien desde hace rato intenta explotar el movimiento de las Damas de Blanco, por algo será. Informaciones éstas que salen de Cuba, porque mis fuentes de información son las que llegan al exilio desde dentro de Cuba, y de disidentes que luchan dignamente, y que notan cómo ustedes han querido ponerles el pie encima.
Resulta curioso que en lugar de luchar porque los cantantes del exilio vayan a Cuba, a su país, a cantar, así como los artistas del exilio, ustedes apoyen que a la inversa sean los artistas que representan y divulgan la ideología castrista los que viajen a Estados Unidos a promocionar esa ideología y a exigir la liberación de los 5 terroristas en lugar de reclamar la liberación de los presos de conciencia cubanos.
Por último, no tengo nada de qué arrepentirme ni de qué avergonzarme. Presiento que ustedes sí, cada vez más.
Zoé Valdés.
Talibanes en el exterior
Por Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org - En Cuba se califica de talibanes a quienes desde posiciones gubernamentales encarnizadamente se esfuerzan por obstaculizar los cambios urgentemente requeridos por la sociedad. Son los que organizan hordas de energúmenos para perseguir las personas que pacíficamente se pronuncian por la liberación de los presos de conciencia y políticos pacíficos, así como cambios democráticos en la isla.
El horrible miedo de estos fundamentalistas, por lo regular personas mediocres, a las transformaciones hacia una sociedad abierta y competitiva, radica en que temen perder sus posiciones y los privilegios resultantes que durante decenios han mantenido gracias a la existencia de un sistema disfuncional que ha conducido al desastre actual.
Cuando el gobierno cubano ha aceptado sostener conversaciones con la Iglesia Católica nacional sobre la liberación de los presos de conciencia y políticos pacíficos, que podrían trascender a otros temas medulares y promover los cambios, procuran obstaculizar y hacer fracasar las negociaciones. No por casualidad últimamente florecen las “reflexiones” para tratar de crear un ambiente poco propicio para los contactos Iglesia -Estado.
A los talibanes del patio, además les preocupa tremendamente las reiteradas visitas de artistas cubanos a Estados Unidos y sus declaraciones a favor del entendimiento entre ambos países. Están asustados ante las manifestaciones de destacados intelectuales y políticos, que por muchos años mantuvieron estrechos nexos con el oficialismo, y que hoy se pronuncian sensatamente a favor de los cambios con declaraciones que no tienen por qué ser idénticas a las expresadas por la disidencia.
Los fundamentalistas isleños se aterran por la creciente pérdida de sus coartadas preferidas, como la confrontación con Estados Unidos y su errada política de aislamiento. Saben que al desaparecer esas excusas, será muy difícil justificar el desastre nacional y la tradicional represión contra el pueblo.
Lamentablemente los talibanes tienen sus pares en el exterior, que les han brindado siempre todo tipo de justificaciones para machacar a la sociedad civil. Se trata de grupos cada vez más minoritarios, que guiados por el odio, y posiblemente otros factores menos justificables, durante años le han hecho el juego al totalitarismo. Ciertamente, en esos grupos, en un porciento elevado, se encuentran compatriotas, que habiendo sufrido mucho, y recibido en el pasado considerables daños y humillaciones personales y familiares, están obnubilados por las ofensas y responden con métodos equivocados, sin darse cuenta que contribuyen a la permanencia de esta pesadilla que por más de 51 años ha asolado nuestra sufrida patria.
En estos grupos no incluimos a aquellos compatriotas, que tienen todo el derecho a discrepar de nuestros puntos de vistas, y de hecho lo hacen de forma racional y civilizada, sin caer en difamaciones ni las calumnias habituales de ciertos auto titulados demócratas en el exterior.
Con la carta que hemos firmado 74 activistas sociales a título personal, una lluvia de asquerosos ataques han caído sobre nuestras cabezas, calificándonos hasta de vende patrias, por opinar. Infamias, por demás, idénticas a las que por decenios hemos recibido del régimen. Esta carta, cuyo borrador confeccionó una persona tan pacífica y prestigiosa como el laico Dagoberto Valdés, y luego consensuada entre los participantes, ha sido el pretexto para descargar el odio contra quienes durante años hemos luchado sin descanso por la democracia y la reconciliación nacional dentro del territorio nacional. No se ha tenido en cuenta al formular las calumnias que si se sumaran los años de cárcel de las condenas de quienes apoyamos esa carta, el resultado sumaría siglos -incluidas las penas de los firmantes actualmente en prisión o en peligro de regresar a ella- y no obstante eso, hemos continuado defendiendo desde Cuba los intereses de nuestro pueblo sin doblegarnos.
Los extremistas, cada vez más aislados, como demuestran las encuestas realizadas en los últimos tiempos en Estados Unidos entre norteamericanos y la comunidad cubana, o como indican los resultados de las pasadas elecciones presidenciales en la Florida, se han caracterizado por boicotear todas las iniciativas en favor de la amistad con nuestro vecino y la reconciliación entre los cubanos. Recuérdese el boicot al Proyecto Varela, apoyado por la abrumadora mayoría de la disidencia cubana. En esto se aliaron a quienes después resultaron 12 agentes de la Seguridad del Estado destapados durante los juicios a los 75 en marzo de 2003.
Igual actitud habían asumido en ocasión de la visita del Papa Juan Pablo II en 1998, con obstáculos de todo tipo para impedir la estancia en la Isla de su Santidad.
Ahora injurian a la Iglesia Católica Cubana, obviando los esfuerzos realizados por ella durante años para procurar una solución a la crisis nacional. Con estos ataques, incluido el propósito de dividir a la disidencia, reproducen los perversos esfuerzos para evitar que los presos del grupo de los 75 nos manifestáramos mayoritariamente en apoyo al concierto del cantautor Juanes y sus amigos en septiembre pasado. En esa ocasión familiares de presos recibieron llamadas desde Miami, conminándolos a presionar a los hermanos encarcelados a retractarse; felonía que resultó abrumadoramente rechazada. El mensaje enviado en aquella ocasión por los 75 neutralizó a nivel internacional la terrible imagen que dejaron allí los grupos extremistas, que de una forma reprobable destruyeron discos e insultaron a los artistas que viajaron a La Habana, comportándose al mismo nivel de las hordas que nos insultan y persiguen en las calles de Cuba.
Ahora por la Carta de los 74 lanzan una lluvia de improperios y descalificaciones a persona que hemos perdido nuestros trabajos, ahorros y hasta derecho a retiros -teniendo todas las condiciones para recibirlos- por preferir la miseria antes que doblegarnos al totalitarismo. Se ha llegado hasta a la bajeza de acusar a periodistas independientes de recibir considerables pagos por sus trabajos en el exterior, cuando se sabe que por problemas diversos la mayoría de los órganos de prensa no pagan nuestras colaboraciones, y debemos mantenernos con los 15 pesos convertibles (CUC) que paga CubaNet por artículo, en un país donde una bolsa de leche en polvo vale 5.25 CUC, un litro de aceite comestible 3.25 CUC y una hora de internet, con dificultades incluidas, cuesta en un hotel de turismo de 6,00 a 10,00 CUC la hora (0.80 CUC = 1.00 US$) y todo por el estilo.
Mientras tanto, algunos, dedicados a insultarnos soezmente, viven cómodos bajo la sombra de la Torre Eiffel sin nunca haber hecho nada por su patria, a no ser servir por muchos años obedientemente a altos funcionarios del totalitarismo. Otros tratan de meter cuña entre la disidencia para hacer el juego a intereses hoteleros, a los que en no interesa los sufrimientos del pueblo cubano, sino evitar que Cuba pueda convertirse en un importante competidor en el Caribe. No por gusto, según periodistas norteamericanos –Lesley Clark, Nuevo Herald, noviembre 16 de 2009 - se han repartido más de 11 millones de dólares entre congresistas para evitar que se levanten las prohibiciones a los viajes de los norteamericanos a Cuba, una violación de sus derechos humanos, que también sirve de justificación para hacer lo mismo por parte del totalitarismo insular.
Nosotros, de nuevo, instamos a esas personas a que paren su colaboración con el totalitarismo y se sumen junto a todo el pueblo cubano -residente en la Isla y en el exterior- a la construcción de una nueva Cuba, y para dejar atrás este negro pasado empezado el 10 de marzo de 1952 con la tiranía de Fulgencio Bastita y prolongado con el relevo de Fidel Castro, quien con sus ansias enormes de poder absoluto frustró los sueños surgidos en 1959.
De todas formas, no habrá talibanes ni aquí ni en ninguna parte que puedan parar las ansias de libertad y democracia del pueblo cubano. Hoy paulatinamente los compatriotas de aquí y de allá, por encima de diferencias ideológicas, forjaremos un frente común que nos llevará a todos, sin exclusiones, al triunfo. A una Cuba democrática y reconciliada, donde nos respetemos e impere la justicia social y la solidaridad.
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Zoé Valdés ha dejado un nuevo comentario en su entrada "ZOÉ VALDÉS RESPONDE A OSCAR ESPINOSA CHEPE SOBRE L...":
Gracias por difundirlo, y por tu excelente prólogo.
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "ZOÉ VALDÉS RESPONDE A OSCAR ESPINOSA CHEPE SOBRE L...":
Muy bueno tu comentario. Creo que tratas a Dagoberto con el respeto que se merece, dada su larga trayectoria de entrega a Cuba.
Sobre la palabra “empoderar” debo aclararte, que si bien no la utiliza mucho, él sí la conoce. Como no tengo mala memoria, te puedo decir que la primera persona que habló de ese término en el contexto del CFCR fue una señora mexicana de nombre Cristina Muñoz que fue junto a un cura a una reunión del Centro hace muchos años en Pinar del Río (creo que el sacerdote estaba vinculado a Justicia y Paz; los dos yucatecos).
Dago no la utiliza, pero a la economista Karina Galvez (a quien tu conoces) que es de su equipo y además una de las firmantes de la Carta de los 74, si le gusta ese término, por tanto ahí no te doy la razón ni a ti ni a Ninoska que también dijo eso pretendiendo vincular de esa manera a Saldriguas. No digo que no lo esté, pero por favor,se pueden intentar otras respuestas.
Copio enlace de artículo de Karina donde se utiliza el término en el acápite “Principal ventaja y principal dificultad” http://convivenciacuba.es/
http://www.vitral.org/vitral/
Una crónica sobre el tema en la que se habla de la señora
http://www.vitral.org/vitral/
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Comentario del Bloguista
Lo que escribí fue: ¨aunque me extraña que el anglisismo ¨empoderar¨ esté en ella, pues Dago no lo usa ni cuando habla ni cuando escribe y ahí están sus libros y artículos.¨. No escribí que Dago desconocía la palabra ¨empoderar¨. Chepe escribió ¨.Esta carta, cuyo borrador confeccionó una persona tan pacífica y prestigiosa como el laico Dagoberto Valdés, y luego consensuada entre los participantes...¨, luego como obra colectiva sí puede estar la ¨cuchareta¨, por ejemplo, de mi estimada Karina , y que en la redacción apareciera la palabra empoderar. Esto se me parece al galicismo ¨Os¨conque empieza el Capítulo 12 de La Historia me Absolverá, pues Fidel Castro conoce ese galicismo pero nunca loha dicho en público ni lo ha escrito. Ese es uno de los indicios por lo que algunos dicen que La Historia me Absolverá fue retocada y redactada por más de una persona y que no fue lo que Fidel dijo en uno de los dos juicios sobre el ataque al Cuartel Moncada. Las actas del juicio con las palabras de Fidel ¨desaparecieron¨de la Audiencia de Santiago de Cuba y algunos dicen que fue el ya difunto Baudilio ¨Bilito¨Castellanos, muy amigo de Fidel desde que eran jóvenes, el que las desapareció para que no desmintiera a La Historia me absolverá como el alegato de Fidel en ese juicio. Se cree que Jorge Mañach fue el que redactó esa parte de La Historia me absolverá y el que usó el galicismo ¨Os¨, ya que buena parte de su educación la cursó en España.
3 Comments:
Gracias por difundirlo, y por tu excelente prólogo.
Muy bueno tu comentario. Creo que tratas a Dagoberto con el respeto que se merece, dada su larga trayectoria de entrega a Cuba.
Sobre la palabra “empoderar” debo aclararte, que si bien no la utiliza mucho, él sí la conoce. Como no tengo mala memoria, te puedo decir que la primera persona que habló de ese término en el contexto del CFCR fue una señora mexicana de nombre Cristina Muñoz que fue junto a un cura a una reunión del Centro hace muchos años en Pinar del Río (creo que el sacerdote estaba vinculado a Justicia y Paz; los dos yucatecos).
Dago no la utiliza, pero a la economista Karina Galvez (a quien tu conoces) que es de su equipo y además una de las firmantes de la Carta de los 74, si le gusta ese término, por tanto ahí no te doy la razón ni a ti ni a Ninoska que también dijo eso pretendiendo vincular de esa manera a Saldriguas. No digo que no lo esté, pero por favor,se pueden intentar otras respuestas.
Copio enlace de artículo de Karina donde se utiliza el término en el acápite “Principal ventaja y principal dificultad” http://convivenciacuba.es/content/view/127/56/
Saludos,
El sacerdote es Raúl Lugo. Aquí tiene un artículo sobre el empoderamiento
http://www.vitral.org/vitral/vitral60/pedag.htm
Una crónica sobre el tema en la que se habla de la señora
http://www.vitral.org/vitral/vitral55/ecos.htm
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