Guillermo Fariñas, el cordero del sacrificio
El cordero del sacrificio
Por Eugenio Leal
LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - El gobierno cubano es ambidextro para coger, y manco para dar. Entre los hechos de estos 51 años que demuestran la aseveración recordemos que en 72 horas detuvieron y encarcelaron a 75 ciudadanos promotores del cambio. Ahora, después de casi dos meses de hacernos creer que comenzarían las excarcelaciones, sólo se ha concedido licencia extrapenal a Ariel Sigler Amaya, y se trasladaron para cárceles cercanas a sus domicilios a doce de los prisioneros de la Primavera Negra.
Después que se dieron a conocer las conversaciones entre el gobierno y la Iglesia, se realizó una reunión del Consejo de Defensa, ampliado a ministros y otros funcionarios. Parecería que en este cónclave se decidió ralentizar las excarcelaciones y demás medidas relacionadas con los presos de conciencia. La excusa de siempre ha sido que no se aceptan chantajes ni presiones, cuando quienes amenazan con hundir la Isla antes que ceder son los que detentan el poder.
En el mes de marzo, en Santa Clara, se informó en los núcleos del Partido Comunista que el “mercenario y vende patria ingresado en el hospital de la ciudad” se iba a morir. A principios de junio el mensaje se difundió en las secciones sindicales con los trabajadores de los organismos y empresas. Posteriormente ha sido en los Comités de Defensa de la Revolución, con los vecinos de cada cuadra. Así prepararon a la opinión pública en el territorio villaclareño. De lo que se infiere que si hay excarcelaciones serán después de la muerte de Fariñas.
La salud de Coco se ha complicado y se acerca a un punto de no recuperación. El sábado 3 de julio, el periódico Granma publicó en sus dos páginas centrales, una entrevista al jefe de los servicios de terapia intensiva del hospital Arnaldo Milián Castro, de Santa Clara, realizada por Deisy Francis Mexidor, bajo el título Luchar por la vida es nuestro deber, en el que se explican las acciones realizadas para mantenerlo con vida. Se da a entender que Fariñas actúa de forma suicida y el desenlace es de su entera responsabilidad.
Los culpables de la ruina del país, la destrucción de las familias, el sufrimiento y la muerte por defender la democracia, son quienes nos han gobernado durante 51 años. Con prepotencia y desprecio siempre han actuado. Sólo les interesa conservar su poder personal, sin importarles la nación ni las vidas de las personas.
Guillermo Fariñas ofrece su vida por los prisioneros políticos y de conciencia que languidecen en las mazmorras del régimen. Ante el mundo, en el ara de la patria, se inmola como el cordero del sacrificio.
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