Normando Hernández: Hay que continuar luchando porque esa barbarie hay que acabarla
Normando Hernández: “Hay que continuar luchando porque esa barbarie hay que acabarla”.
VIERNES,
16 DE JULIO DE 2010
RADIO REPÚBLICA
Prisionero de Conciencia Normando Hernández
El Directorio comparte las siguientes declaraciones ofrecidas por Normando Hernández González a Radio República al momento de su llegada a Madrid.
RADIO REPUBLICA: ¿Cómo te sientes?
NORMANDO HERNANDEZ GONZALEZ: Me siento triste, muy triste me siento. Me siento triste porque he dejado atrás a mi patria, he dejado atrás a mis hermanos de causa que están encarcelados. He dejado atrás a mi pueblo. Muy triste me siento porque no debía estar en libertad en un país extranjero. Debía estar en libertad en Cuba.
R: ¿Cómo puedes valorar este tiempo que has estado encarcelado injustamente desde marzo de 2003?
NORMANDO: Es inenarrable. Es el crimen sobre el crimen, el odio visceral del régimen castrista para toda aquella persona que disiente de ellos pacíficamente. Es una experiencia única en la vida que no se la deseo a mi peor enemigo. No se la deseo a ningún ser humano porque es lacerante, es enajenante la experiencia vivida allí adentro, rodeado de personas enajenadas, de personas peligrosas socialmente que representan cualquier tipo de peligro para cualquier ser humano, de personas sin ningún tipo de catadura moral, sin ningún tipo de catadura espiritual, sin ningún tipo de valores. Ha sido terrible y más que nada por el régimen establecido en las prisiones castristas, por esa negligencia abismal que existe de los oficiales carcelarios hacia los reclusos.
RR: ¿Qué te han enseñado estos siete años de cautiverio?
NORMANDO: Mas que nada me han ensenado que la lucha no se puede abandonar. Hay que continuar luchando porque esa barbarie hay que acabarla. Esa es la enseñanza más grande que pueda tener un luchador pacífico por la democracia y por el bienestar de sus hermanos patriotas. Esa es la enseñanza primordial. Se adquiere una conciencia tan grande de humanidad, de amor hacia el prójimo, independientemente del tipo de persona que sea, que tenemos que adquirir la libertad y que no podemos abandonar la lucha nunca. Nunca podemos abandonarla porque debe ser nuestro punto de partida y nuestra obligación- más que deber, más que nada. Hay que continuar luchando- y es lo fundamental- donde quiera que nos encontremos, dentro de Cuba, fuera de Cuba. En cualquier parte del mundo, tanto los cubanos como aquellas personas que aman la libertad tienen que continuar luchando porque la experiencia vivida dentro de la prisión- se cuentan las cosas que ocurren y no se creen porque son increíbles. En realidad son increíbles, son enajenantes.
RR: ¿Te dieron en algún momento la opción de decidir si querías o no el destierro?
NORMANDO: Esta es una pregunta muy importante que se puede prestar a muchas interpretaciones. El Cardenal me llamó el día 8 y me preguntó que si estaba decidido a emigrar hacia España. Fue una decisión. Dije que sí. ¿Pero qué tipo de decisión? Una decisión bajo circunstancias extremas.
RR:: ¿Por qué bajo circunstancias extremas?
Como ser humano que soy, consciente de la lucha que venimos desempeñando en defensa de los derechos humanos tengo derecho a sacrificarme yo, pero no tenía más derecho a continuar sacrificando a mi hija que está enferma, no tenía más derecho a continuar sacrificando a mi mamá, que hacía ocho años que no la veía. No tenía más derecho a seguir sacrificando a mi esposa que ha sido vilipendiada, amenazada y hostigada por la Seguridad del Estado. Y eso es lo que me ha motivado a decir que estoy desterrado.
Soy una persona que he sido desterrado después de un secuestro de siete años y que he sido humillado en mi venida hacia acá, hacia España. ¿Por qué? Porque lo lógico sería “Sí, me vas a dar la libertad. Dámela para mi casa. Dámela para no separarme más de mi hermana, de las personas de mi familia, de mi pueblo, de mis vecinos.” Entonces he sido prácticamente obligado a venir para acá. Porque si no vengo para acá mi hija va continuar enfermándose más de lo que está, que la tengo desnutrida a grado severo, la tengo con trastornos psíquicos. Si no hubiese venido para acá, mi salud se continúa degradando más aún.
Entonces estos son los motivos fundamentales del por qué de esta decisión. Legalmente se puede decir que sí, pude decidir venir para acá, pero moralmente y espiritualmente he sido desterrado. He sido expulsado de mi país simplemente por disentir, por tener una opinión diferente del gobierno oficialista- disculpe, del fascismo imperante en Cuba. He sido desterrado simplemente por ejercer el periodismo independiente.
Entonces, no puedo decir otra cosa. Me han obligado a salir de mi patria. Me han desterrado para poder ejercer derechos que son inalienables de cualquier cubano, en un país extranjero para poder hacer algo en favor de la salud de mi hija, la salud de mi esposa, la salud de mi madre y de mi propia salud. Estas son las circunstancias reales. He dado esta explicación tan extensiva para que no se malinterprete la situación…
…[E]s que no he salido de Cuba. Mi corazón, mi mente, mi espíritu están en Cuba. Materialmente estoy en España pero mi espíritu, mi pensamiento, mi vida están en Cuba. Yo de Cuba no he salido. Allí está Biscet- hay muchos hermanos de causa- Pedro Argüelles Morán, Regis Iglesias, Eduardo Díaz Fleites, que han dicho de una forma muy digna que no van a salir de su país y hay que seguir luchando para sacarlos a ellos y para que el gobierno acepte que salgan en libertad hacia sus casas, para que continúen haciendo su trabajo desde dentro de Cuba que es donde lo debemos de hacer. El problema de los cubanos es de nosotros los cubanos y lo debemos resolver entre los cubanos, allí, con la ayuda de los cubanos de la diáspora y con la ayuda de todas aquellas personas que aman la libertad.
RR: ¿Cómo fue ese abrazo con Daniela, y con tu madre, Blanquita?
NORMANDO: Para qué contarte. Lágrimas, lágrimas. Muchas lágrimas, muchas emociones muy efusivas. El corazón acelerado que quería salirse de la cavidad torácica. Es inenarrable, un sentimiento que- imagínate, después de ocho años ver a la madre que te educó, a la madre que te enseñó a mantenerte firme en tus ideales, en tus principios. Ver a aquella abuela que no conocía a su nieta, a esa nieta que no conocía a su abuela, son cosas que no se las deseo a nadie, a nadie en la vida porque son cosas muy tristes, muy emocionantes y muy estresantes también. Aunque sean positivas, son muy estresantes y es terrible. Para qué contar aquello. Desde la guagua ya comenzamos a llorar. Ya las lágrimas me comenzaron a salir. Ya Mima no se quitaba las manos de la cara, muerta de lágrimas. Imagínate, ¿qué vamos a hacer? Esto es terrible.
Y le voy a decir otra cosa. Gracias a ustedes, al Directorio, a todos los cubanos, a todas aquellas personas de buen corazón que no son cubanos pero que aman a los cubanos y que aman la libertad, que han hecho tanto no por nosotros sino que llevan años haciendo por la libertad de Cuba, que llevan años haciendo, que su razón de ser es implantar la democracia en nuestro país: gracias a todos, a todos, de buen corazón. Gracias de mi parte, gracias de mi familia y gracias de todos los cubanos.
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