Días difíciles, momentos críticos
Días difíciles, momentos críticos
Luife Galeano
Podría estar escribiendo hasta agotar el tintero pero he preferido hacer un alto en el camino y repasar la prensa de estos días por ver si existe algún atisbo de esperanza en la lucha. Es probable que la situación se encone por el absurdo proceder de quienes se erigen en salvadores debido a que sus intenciones son muy distintas a las que exhiben encorbatados y arropados por los distintos foros en los que impera la soberbia socialista.
Cree con muy lamentable mal fario el gobierno español que la batalla cubana va a decantarse de su lado. El inefable Moratinos ya se ufana en los medios de comunicación diciendo que la Posición Común vive sus últimas horas y no deja de asombrarnos al retratarse con dictadores a los que sonríe y con los se fotografía para engordar ese expediente de ultraje a los Derechos Humanos que se empeña en fabricar a su alrededor.
No pasa un día sin que las tácticas de Exteriores dejen de atosigar a los presos políticos recién llegados. Tal parece que estuviesen en Cuba viviendo el constante tableteo del opresor. Ello es debido a que el gobierno español sabe muy bien que con haberlos traído hasta España no es suficiente. Ahora toca neutralizarlos y desactivarlos.
Para ello se están desplegando en varias líneas de actuación. Por una parte, es público y notorio que ya se escuchan comentarios insidiosos sobre las quejas de los deportados por el sitio en el que han sido acogidos. Dicen que el lugar no reúne las condiciones para recogerlos y se pasman los funcionarios de que cómo es posible que digan esas cosas si vivían en peores condiciones.
En primer lugar, los deportados no se han quejado sino que han puesto de manifiesto las estrecheces en las que viven teniendo que compartir el mismo baño, carecer de aire acondicionado en un verano de temperaturas extremas y compartir habitaciones carentes de unos mínimos de intimidad. En segundo lugar, no se les está dispensando el mismo trato —y esto lo digo yo, no los deportados— que se les ofreció a deportados anteriores que fueron alojados en lugares de mucho mayor nivel y condiciones. El hecho de que se comenten estas circunstancias no los convierte en desagradecidos sino que pone de manifiesto la forma tan rala y chapucera en que el gobierno español atiende a héroes que pusieron sus vidas al límite. Claro que, por mucho que se proteste, el gobierno español no va a cambiar. Ya dijeron que estos eran inmigrantes y sería absurdo alojarlos en residencias distintas de las que alojan a los ilegales que recogen en las playas todos los días como consecuencia de su nefasta ley de inmigración.
( De izquierda a derecha Pablo Pacheco Ávila y Omar Ruiz Hernández y sus familias; la esposa de Pablo Pacheco fue la doctora que opinó en otro post que las Damas de Blanco deben de desintegrarse; foto y comentario añadidos por este bloguista )
Por otra parte, son conscientes de que los Castro le han soltado una papa caliente porque no se trata de un preso aislado que se pueda manipular sino de, por el momento, ocho presos más sus familiares que, acostumbrados en Cuba a protestar, no van a callarles la boca así de fácil. Exteriores ya se ha puesto manos a la obra e intenta dispersarlos por todo el territorio nacional de manera que, al igual que en las cárceles cubanas, estos no puedan reunirse, hablar y crear la masa crítica necesaria para dar pie a una verdadera resistencia anticastrista organizada en la península.
Por último, el gobierno se esmera en considerarles un status especial en el que dispongan del permiso de residencia y el acceso al mercado de trabajo para que puedan desarrollarse en el país y, por tanto presumen que, aumentando el nivel de vida y llenando la barriga, estos deportados dejen de pensar tanto en su patria; es decir, sucumban al oropel y a la opulencia que tanto fascina a los socialistas Visa Oro que intentan gobernarnos.
No obstante, hay algo que se pone de manifiesto de una forma más fehaciente que en ocasiones anteriores. Estos presos han llegado fuertes y claros en sus manifestaciones. Ello llama la atención porque no se vislumbran tantas dudas como en otras ocasiones. Les he escuchado en varias intervenciones y me gusta lo que oigo. Reclaman su status de asilo político, piden que no se levante la Posición Común y expresan que van a seguir en la lucha activa.
No es que en anteriores ocasiones haya habido tibiezas, ni mucho menos, pero sí ha existido un mayor nivel de despiste achacable en un cien por cien a que otros presos políticos llegaban en peores condiciones de salud y en un número inferior. Incluso fueron más atosigados que estos y ello restó, por desgracia, impacto.
Además, ahora existe otro panorama. Un panorama repleto de días difíciles y momentos críticos que, entre todos, tendremos que resolver. Sin embargo, la oposición en el exilio está más unida que nunca, la gente está manifestándose con mayor fervor y, lo más importante, el noble pueblo español, los ciudadanos decentes de la Madre Patria, no sólo nos están apoyando sino que, incluso, han organizado actos en contra del régimen por su cuenta y nos han llamado a los cubanos a participar.
Ahora parece que con la ayuda de estos deportados se va a conseguir un nivel de crítica muy superior contra el régimen y sus colaboradores. Es nuestro deber ayudarles y unirnos a consolidar la verdadera Posición Común del Pueblo de Cuba. Decía Guillermo Gortázar —presidente de la Fundación Hispano Cubana— en una intervención suya no hace mucho tiempo que, si bien existía una Posición Común europea con respecto a Cuba, no existía una Posición Común española en la misma dirección y que ello le asombraba porque si alguien debía tener muy claro su posición debería ser España que, en definitiva, fue quien hizo suya y llevó su lengua y sus costumbres a la isla antes que a cualquier otro país de hispanoamérica.
Hoy se cumplen las condiciones para que podamos construir esa Posición Común con respecto a Cuba pero haciéndola mucho más rica porque no sólo van a estar los españoles o los cubanos sino que tiene que ser una posición común hispanocubana como corresponde y sienten tanto los cubanos que amamos la Democracia y la Libertad como los españoles decentes que, además, aman a Cuba. Tenemos a las personas pero, más allá de todo eso, tenemos a los héroes que acaban de llegar y a los que llegaron en anteriores hornadas para liderarnos y conseguir que los que aún luchan en Cuba tengan el prestigio y el reconocimiento mundial necesario para hacerlos inmunes a la represión e invencibles frente al castrocomunismo.
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