martes, agosto 03, 2010

CUBA: El problema está en el apellido

El problema está en el apellido




Por José Hugo Fernández


LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Ciegos como topos, sordos como tapias y escurridizos como tenias, los abanderados de nuestra izquierda bistec se lanzan ahora a defender la tesis de que una vez que el régimen ha resuelto –según ellos- la tragedia de los presos de conciencia, aquí no queda ya pendiente ningún otro problema de carácter político.

“Cuba pende más de lo económico que de lo político”, afirmó recientemente Silvio Rodríguez, en declaraciones para el diario español El País. Y de seguida, con palabras ante las que uno no sabe si reír o echarse a temblar, dijo que la evolución deseable para la Isla es la que profundice y amplíe lo logrado por el régimen.

Era de suponer que desde esas cumbres donde habita –una mansión principesca, ubicada en el punto más alto, aislado y exclusivo de las playas del este habanero- Silvio no tuviera acceso a la realidad concreta que sufre hoy su pueblo. Pero parece que, además, la altura le ha obstruido la capacidad de pensar.

Porque no hace falta ser muy listo para comprender que el problema número uno en Cuba es el régimen. Entonces se trata de un problema político, eminentemente, generador y representante por antonomasia de todos los demás problemas.

De igual manera, la más que demostrada incapacidad del régimen para enfrentar con éxito el sin fin de complicaciones creadas por él mismo, empezando por la crisis económica, es, antes que cualquier otra cosa, un grave problema político.

Y si agregamos que junto a su incapacidad para gobernar (que no es lo mismo que dominar), salta a la vista a cada paso la absoluta renuencia de nuestros caciques a permitir que otros cubanos más competentes que ellos intenten coser sus descosidos, entonces resulta fácil concluir que el régimen no sólo es en sí mismo el más grave problema político de Cuba, sino en general el único que padecemos.

De modo que desde ese problema político llamado régimen no parece que sea posible, ni serio siquiera, enfrentar con eficacia nuestras múltiples crisis de este momento.

Lo demás es lo de menos, o sea, el malabarismo verbal de nuestra izquierda bistec.

Por cierto, casi al mismo tiempo en que Silvio declaraba que nuestros problemas de hoy son económicos, mucho más que políticos, eran detenidos en La Habana varios disidentes por intentar entregarles cartas a los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, donde les pedían, entre otras pequeñeces, que clamaran porque se les garantice a los cubanos, sin nepotismos y sin privilegios o favoritismos con fondo ideológico,el derecho a fomentar la pequeña empresa privada en el país como alternativa para combatir la crisis.

Sería interesante que Silvio Rodríguez nos aclare qué apellido deberá llevar el problema que se buscaron estos disidentes con la policía. ¿Es económico o político?

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