martes, agosto 03, 2010

El fin de las ilusiones: Raúl Castro en su discurso de clausura del último período de sesiones de la Asamblea Nacional..

Tomado de http://www.cubanet.org/


El fin de las ilusiones

Lucas Garve
Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) – Que nadie piense coger mangos bajitos. Este es el mensaje en que se recibe después de escuchar las palabras del Presidente cubano Raúl Castro en su discurso de clausura del último período de sesiones de la Asamblea Nacional.

En otra parte de su discurso, el mandatario envió un mensaje a quienes pensaron aflojar las riendas del poder, donde deja bien claro que no habrá cambios en ese sentido. Y reafirmó que las calles siguen siendo de los revolucionarios, amenaza velada a las Damas de Blanco, y garantizó el derecho de los revolucionarios (turbas al acecho) a reprimir cualquier leve manifestación de desacuerdo con lo establecido por el gobierno. En realidad, dio un espaldarazo a todos los que insultaron a las Damas de Blanco.

En cuanto a los presos desterrados recientemente, los volvió a acusar de estar al servicio del gobierno de los Estados Unidos y su política subversiva, negó que fueran prisioneros de conciencia, cuando expresó que ninguno fue condenado por sus ideas, y repitió aquello de la amenaza a la independencia de Cuba de parte de una potencia extranjera.

Asimismo, aseguró que no tolerarán ninguna expresión ni acción que promueva cualquier tipo de cambio o transición. Más claro, ni el agua. Descartadas quedaron las gestiones de la Iglesia Católica y del canciller español para que el gobierno adelante las reformas necesarias que reviertan la catastrófica situación insular.

Sobre este punto, obsérvese que nunca abundaron en explicaciones sobre lo que se conversó, y además, comisionaron al Cardenal las gestiones de preguntar a los presos si querían o no salir del país o no. Luego, los desterraron como si fueran narcotraficantes o terroristas peligrosos, sin estatus definido. ¿Se detuvo entonces el proceso que el Cardenal Ortega y el canciller Moratinos mencionaron? ¿A dónde fueron a parar las premoniciones de quienes cifraron alguna esperanza de respirar el aire fresco de los cambios tan esperados?

Una vez más soltarán a un cierto número de presos, y que se preparen los que vendrán después, porque según las propias palabras de Raúl Castro, “no habrá impunidad”.

Ni una sola palabra será borrada de las leyes represivas, como la 88, conocida como Ley Mordaza. Por lo visto, nada cambiará en Cuba. Quienes se opongan al gobierno seguirán bajo la amenaza de dar con sus huesos en la cárcel. Los que pretendan decir la verdad en voz alta en las calles, que se preparen para recibir golpes como respuesta rápida de las turbas llamadas por los gobernantes “el pueblo enardecido”. No se equivocan quienes califican al gobierno de intolerante e intransigente.


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Sin embargo, Chepe es infundadamente optimista pese a que vivió la implementación de esas mismas medidas, y otras más en 1994, y después fue testigo, a partir de 1996, de la vuelta a la situación anterior cuando el Estado mejoró económicamente. Chepe no es un ignorante ya que trabajo en el Exterior como diplomático de la tiranía y años antes había ocupado altos cargos en lae sfera económica.

Tomado de http://blogsdecuba.impela.net

Opina Chepe sobre medidas anunciadas
August 2, 2010

(Radio Martí) – En opinión del economista cubano Oscar Espinosa Chepe, las nuevas medidas económicas anunciadas por el gobierno comunista cubano son producto de la presión popular y pudieran generar una nueva situación política en el país.

Espinosa Chepe cree que el asunto principal es que, supuestamente, con esas medidas se ha derribado el tabú de la contratación de la fuerza de trabajo por parte de sectores privados.

Según Chepe esas medidas son el resultado der las presiones populares y de las huelgas de hambres y protestas por parte de la disidencia interna.

Chepe lamentó que el régimen lo haya encarcelado en el año 2003 por pedir las mismas medidas que ahora implementa el general Raúl Castro.