CUBA: La mediación católica
Nota del Bloguista
Muy buen artículo de Oscar Peña, sólo la observación de que la jerarquía católica, o una parte de ella, no son todos los cat
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La mediación católica
Por Oscar Peña
Alos cubanos hace mucho tiempo las cosas no nos salen bien. Recientemente resplandeció un rayo de esperanza al ver a las máximas autoridades de la Iglesia Católica Cubana sentados frente a frente con el sucesor del mando en Cuba. Sin dudas de ningún tipo --teniendo en cuenta sus diarios contactos con el pueblo-- los católicos podían ser unos magníficos traductores y mensajeros de los reales y verdaderos problemas de Cuba que no tienen ninguna relación con la justificación oficial del embargo norteamericano. La iglesia como todos en Cuba sabe donde está el cuello de botella de la grave situación nacional. Obviamente también lo saben los que ostentan el poder a la fuerza, pero tiene mucho peso que una institución como la Iglesia Católica si van a dar un paso cívico al frente lo dieran decididamente en defensa de los anhelos de la mayoría del pueblo cubano.
No se puede atropellar la verdad. Es justo reconocer que en varias oportunidades por medio de cartas pastorales y comunicados la Iglesia Católica cubana ha criticado públicamente la falta de libertad en Cuba y los intentos de las autoridades de justificar un sistema económico y social cerrado, controlador e improductivo. El arzobispado cubano ha llamado al gobierno cubano a que no haya restricciones a las libertades individuales y colectivas y que cesen las políticas contraproducentes y de fuerza que son las que provocan la permanente tristeza e improductividad nacional que caracterizan a Cuba, así como el lamentable éxodo de sus hijos. La Ley de Ajuste Nacional es el problema del país.
Sin embargo, a la hora decisiva la Iglesia ha desconcertado a la mayoría de los cubanos dentro y fuera de la isla al ser sólo una recepcionista de las condiciones que ha determinado el régimen para poner en libertad a ciudadanos cubanos que nunca debieron estar en prisión. Incluso hasta penosamente se ha percibido en el papel de funcionaria comunicándose con los presos que están dispuestos a abandonar el país y no exigiendo la pronta libertad de los que no aceptan ser deportados. Nadie debe ocultarse o callarse manteniendo un silencio de confianza divina ante graves errores. De la Iglesia Católica cubana se esperaba más en momentos tan difíciles y tensos que tiene nuestro país con una población completamente desalentada espiritual y económicamente por estar atada a un gobierno dictatorial sin proyecto viable para todos.
Los problemas de Cuba no están limitados solamente a la excarcelación de prisioneros políticos. Estas gestiones de deportación no abren caminos hacia el respeto a los derechos humanos, la libertad y el desarrollo del pueblo cubano. Es difícil digerir ese viaje del cardenal a Washington para pedir visas para los presos políticos a un país que tiene un serio y sostenido programa para este tipo de situaciones. En este punto se me hace necesario rogarle comprensión al cardenal Jaime Ortega y a Orlando Márquez, portavoz del Arzobispado cubano, para que comprendan que estas opiniones no son nada personal con ellos a los que respeto, pero efectivo hubiera sido no visitar y hacer reclamos a Washington, sino reclamar a las autoridades nacionales, pedir la palabra en la Asamblea Nacional del Poder Popular y transmitir a esos diputados el gigante almacén de quejas y frustraciones del pueblo cubano que la Iglesia domina y de manera constructiva expresarles a todos esos cubanos que los problemas de Cuba no son por culpas extranjeras. Y en medio de una franca intervención, poner la vista en Raúl Castro, en Ricardo Alarcón y en el ministro del Interior y decirles que la mayor fábrica de contrarrevolución de Cuba es su manera de conducir el país.
Las autoridades cubanas, al invitar a la mesa de diálogo sólo a la Iglesia Católica, ha querido dividir más a la sociedad contestataria cubana. Cuba no es sólo el Palacio y la Iglesia. Eso es tapar la realidad. No se puede creer en un diálogo que excluya a partes involucradas del problema nacional. Hemos propuesto el diálogo, la negociación y la gradualidad, pero de procesos auténticos y no de maniobras de una de las partes.
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Jose Gonzalez ha dejado un nuevo comentario en su entrada "CUBA: La mediación católica":
Pablo, yo diria "muy buen articulo" al promover la idea de que la Iglesia Catolica Cubana, o al menos sus dirigentes, aunque han cometido errores, "van por buen camino y son parte de la solucion y no del problema", de lo cual yo discrepo.
La "politica" de la Iglesia Catolica cubana durante casi medio siglo ha sido, cuando menos de complicidad con el regimen castrista, por lo tanto, el regimen junto con la alta jerarquia catolica cubana son parte del problema no de la solucion.
Entiendo que por desgracia y por lo que veo venir, esta jerarquia catolica cubana sera parte de cualquier "arreglo" o borron y cuenta nueva que exista en un futuro en la isla.
1 Comments:
Pablo, yo diria "muy buen articulo" al promover la idea de que la Iglesia Catolica Cubana, o al menos sus dirigentes, aunque han cometido errores, "van por buen camino y son parte de la solucion y no del problema", de lo cual yo discrepo.
La "politica" de la Iglesia Catolica cubana durante casi medio siglo ha sido, cuando menos de complicidad con el regimen castrista, por lo tanto, el regimen junto con la alta jerarquia catolica cubana son parte del problema no de la solucion.
Entiendo que por desgracia y por lo que veo venir, esta jerarquia catolica cubana sera parte de cualquier "arreglo" o borron y cuenta nueva que exista en un futuro en la isla.
saludos
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