BARACUTEY CUBANO

Bosch y El Escambray



octubre 14, 2010

Por Héctor D’Avanzo

A cincuenta años de los alzamientos en El Escambray contra Castro parece oportuno recordar que el coordinador provincial del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7) y gobernador en funciones de Las Villas, Orlando Bosch, razonó: si la guerra de guerrillas tumbó a Batista, entonces Castro correrá igual suerte. Luego de presentar su renuncia personalmente a Castro en La Habana, Bosch regresó calladito a Santa Clara para llegarse por el cuartel Leoncio Vidal y llevarse cuantas armas pudo. Lo acompañó un amigo que tenía camión de distribución de leche y trasladaron las armas a lugar seguro. El alzamiento se tramó en el laboratorio médico del propio Bosch y en la finca San José, a diez kilómetros de la ciudad, que era propiedad el padre del líder estudiantil universitario Porfirio «El Negro» Ramírez. El comandante Víctor «Diego» Paneque, el capitán Sinesio Walsh y otros oficiales del Ejército Rebelde redondearon la conspiración para fundar el Movimiento Insurreccional de Recuperación Revolucionaria (MIRR).

Bosch se entera de que el G-2 iba a prenderlo y tuvo que marchar al exilio, donde recauda dinero y compra armas para infiltrarse con ellas en la Isla. Luego de anunciarse en Guanayara (mayo 20, 1960) la apertura del frente guerrillero bajo el mando de Plinio Prieto, los alzamientos van sucediéndose y el MIRR designa (agosto 31) a Bosch su delegado en el exterior. Sin embargo, los guerrilleros anticastristas adolecían de cierta desventaja táctica, porque operaban en zonas conocidas de antemano por gente leal a Castro, que antes peleó junto a ella contra Batista. También se manifestó la aguda debilidad de los suministros por aire, tan erráticos que solían caer en manos del bando contrario.

Castro alegó en su Biografía a dos voces (2006) que los alzados «no respetaron la patente nuestra [de guerra de guerrillas]», pero la diferencia quedó marcada con «que nosotros siempre estábamos en acción [y] ese espíritu no lo tenían [ellos], verdaderos expertos en disimularse, en evadir el combate» (páginas 241-43). Así mismo admitió que «una guerra irregular se puede organizar con el apoyo del 10% y hasta del 5% de la población» (página 243). De ahí que recurriera al desplazamiento forzoso de familias campesinas del Escambray hacia «pueblos cautivos» en el llano.

La gente de Castro dio fácil con el campamento de Walsh y terminó apresándolo (octubre 6). Prieto y Ramírez caerían presos seguidamente por Cumanayagua y Manicaragua, respectivamente. Así pudo montarse en Santa Clara (octubre 12, 1960) el juicio de la causa 829-1960, en el cual el fiscal Juan Escalona pidió y obtuvo penas de muerte contra Ramírez, Prieto, Walsh, Ángel Rodríguez y José Palomino. Los demás acusados (más de 150) fueron condenados a 30 años, si fueron capturados en el teatro de operaciones, y a 20 años, si fueron arrestados en otro lugar.

Aunque la mayoría de los restantes alzados se reagrupó (octubre 16, 1960) en Boca de Carrera para formar las 13 columnas del Ejército de Liberación Nacional del Escambray, bajo el mando de Evelio Duque, Bosch tropezaría en el exilio con el desdén de quienes apostaban todo a la expedición de Bahía de Cochinos, sin ánimo de coordinar acciones con el MIRR y demás grupos alzados en El Escambray. Al mostrar Bosch fotos de sus guerrilleros, el Coordinador General del Frente Revolucionario Democrático (FDR), Antonio de Varona, repuso que habían sido tomadas en tiempos de Batista.

-Foto: Luego de haberse infiltrado desde el exilio en Miami, Bosch entrega una ametralladora calibre 30 y otras armas a la guerrilla anticastrista del MIRR en El Escambray © Latinamericanstudies.org