En lucha contra Batista: Comandante Lalo Sardiñas, Martí y un acto de ¨justicia revolucionaria¨ en la Sierra Maestra
Nota del Bloguista
En http://cubaarchive.org/ leemos
¨Joven soldado fusilado sin causa: Evelio Otero, 1959.
Era de Pinar del Río, de una familia de militares -tanto su abuelo como su padre habían sido militares. Se había graduado de Teniente del Ejército hacía apenas tres meses cuando triunfó la Revolución. En el clima de persecución masiva a militares y civiles asociados con el gobierno de Batista, lo implicaron falsamente en la muerte de dos activistas del 26 de julio. Su hijo recuerda que todos sabían que era inocente. Aún así, reafirmó su valor dirigiendo el pelotón de fusilamiento.
Dejó a la esposa embarazada de siete meses y a su hijo por nacer. La familia fue víctima de múltiples vejaciones por parte de la dictadura y tuvo que salir al exilio.¨
Pinareños que conocían a la familia Otero me dijeron lo siguiente:
El capitán Otero pese a ser militar del Ejército de la República tenía relaciones de negocios con los alzados revolucionarios en las montañas Pinar del Río pues les proporcionaba suministros, así era la desmoralización y la corrupción dentro del Ejército Constitucional. En una ocasión, los alzados le dicen al capitán Otero que habían tenido que matar a dos personas que quisieron ¨desalzarse¨ y que no les convenía que eso se supiera. El capitán Otero les dijo que esos muertos podían aparecer como muertos en combate con la tropa de ¨Oterito¨ (el teniente Otero, su hijo); esos dos muertos fueron los que en el juicio le achacaron al teniente Otero como asesinados por él y su tropa.
La familia habló con las autoridades militares en Pinar del Río de lo que realmente había ocurrido y les dijeron que fueran a La Habana a plantear la situación; todo esto fue sólo un truco, usado en múltiples ocasiones, pues al regresar de La Habana a Pinar del Río, ya había sido fusilado al teniente Otero. A la Revolución no le convenía que se supiera los asesinatos que se cometían dentro de sus filas.
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Lalo, Martí y un acto de justicia revolucionaria en la Sierra Maestra
Dr. Sergio López Rivero
enero 25, 2011
“Ha amanecido, la columna no se mueve. Estamos en las riberas del río Peladero. Vamos a marchar de noche. Entonces se produce algo inesperado: un oficial mata a un soldado. Se crea una situación difícil. Boldo, el tío del capitán Lalo Sardiñas –el oficial implicado- se convierte en su guardaespaldas. Monta la ametralladora y nos encañona amenazadoramente. Llega el Ché, desarma al oficial y lleva a cabo la investigación. Se espera el veredicto”.
Recurriendo a sus recuerdos en la Sierra Maestra, Enrique Acevedo narra en Descamisado este pasaje incómodo para la historiografía tradicional, dedicada a ese fenómeno histórico conocido como Revolución cubana. Más que el motivo del conflicto, el asunto merece la atención de los historiadores por la solución que ofrece la elite revolucionaria. Al fin y al cabo, el asunto parecía claro. El capitán guerrillero Eduardo Sardiñas, había matado a un guerrillero subordinado, tras un altercado por no obedecer la orden de calzarse las botas. De ahí, el malestar de la tropa bajo el mando del comandante guerrillero de origen argentino Ernesto Guevara. Ahora bien, el cómo Ernesto Guevara y Fidel Castro lograron que Eduardo “Lalo” Sardiñas saliera ileso, sí que merece un punto y aparte de aquellos que les interesa acercarse a la prehistoria de lo que ha dado en llamarse el “modelo cubano”.
Considerar a Fulgencio Batista el verdadero culpable, fue la estrategia discursiva que se inventó Ernesto Guevara para apaciguar a los guerrilleros descontentos, según puede leerse en Pasajes de la guerra revolucionaria. Un despropósito que no se aleja de la construcción de Fidel Castro, al considerar aquello un acto trágico pero necesario, en defensa del concepto de la disciplina revolucionaria. A pesar de que ni uno ni otro logró convencer a una importante porción de la tropa guerrillera que había sido testigo de los hechos, la solución que impuso Fidel Castro dio un giro novedoso a la interpretación de la justicia en la Sierra Maestra. De los tribunales que actuaban en juicios sumarísimos, a la votación de los 146 guerrilleros que integraban la tropa y decidirían la condena (o no) del capitán Eduardo Sardiñas, por matar y ser reincidente en aplicar castigos físicos a sus subordinados.
76 votos por un tipo de condena menos severa y 70 a favor de la pena de muerte, fue el resultado de aquella manera de interpretar la justicia en la Sierra Maestra. Con una diferencia de 6 votos, en un ejercicio que se repitió varias veces, dice Ernesto Guevara que salvó la vida Eduardo “Lalo” Sardiñas, quien posteriormente ascendió a comandante y recientemente murió con ochenta años de un infarto en La Habana. Por si acaso, al día siguiente de aquel veredicto, Fidel Castro dividió en tres el grupo de los guerrilleros inconformes. A los que llevaban más de 6 meses, les devolvió el arma y les rebajó un grado. A los que cumplían de 3 a 6 meses, les entregó armas de menor calibre. Y a los de menos tiempo, les expulsó de la guerrilla. Curiosamente, estos últimos se marcharían junto al jefe de la “Comisión de Disciplina” interna de la guerrilla y los tres hermanos Cañizares, quienes participarían luego en la expedición de Bahía de Cochinos.
La selección del capitán Camilo Cienfuegos como jefe de la vanguardia, fue otra de las medidas para reforzar la columna del comandante de origen argentino Ernesto Guevara, mientras a Eduardo Sardiñas se le rebajó el grado militar y se le condenó a rehabilitarse peleando junto a una pequeña patrulla en la Sierra Maestra. De la víctima, poco se sabe. Ni su edad, ni su profesión, ni sus preferencias políticas. Tampoco se conoce de sus gustos ni de sus aficiones. Todavía hoy es un secreto donde (y como) fue sepultado. Así como de qué manera se enteraron sus familiares y amigos. Por no saber, Ernesto Guevara, que recuerda incluso a algunos de los que abandonaron la guerrilla en aquel momento histórico, ni menciona su nombre en Pasajes de la guerra revolucionaria. Y en Descamisado, Enrique Acevedo dice que le llamaban Martí. Así, a secas.
-FOTO: Eduardo “Lalo” Sardiñas en dos tiempos. Foto 1: cubadebate. Foto 2: trabajadores
4 Comments:
interesantisimo .
entrevista al mono morales -2p.
http://www.youtube.com/watch?v=uS5NYWNLGfo&feature=related
la libertad en la historia y los peligros en el presente.
http://www.youtube.com/watch?v=gBe12YXjamA
galeria
http://www.cubaliberal.org/lasamericas/110120-LaLibertadenlaHistoria.htm
el guerrillero muerto,por lalo sardiña era de campechuela,de apellido marty.
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