viernes, octubre 14, 2011

Sobre. Cuba. 51 aniversario del fusilamiento de Plinio Prieto, Sinecio Walsh Ríos, José A. Palomino, Porfirio Ramírez y Ángel V. Rodríguez del Sol

Nota del Bloguista


El filósofo de origen español George Santayana escribió: “Quien no conoce la historia está condenado a repetir sus errores”.

A esos enfrentamientos es correcto llamarle Guerra Cívil; tal es así que hasta el régimen Castrista así lo ha entendido y dicho en ocasiones. En el tomo I del libro Las Reglas del Juego, elaborado por miembros de la Dirección Política del MININT y publicado en 1992 por la Editoral San Luis, editoral del MININT se lee ( sólo teniendo en cuenta a los insurgentes alzados en zonas rurales y no a la oposición urbana de la cual hubo más de 300 organizaciones según ha expresado Fidel Castro) lo siguiente:

¨El General de Ejército Raúl Castro calificó este largo batallar como una guerra civil; en 1967 expresó que en aquellos encuentros contra el bandidismo perdieron la vida cerca de 500 combatientes revolucionarios, y las operaciones costaron al Estado cubano entre 500 y 800 millones de pesos. Ese fue el balance de la destrucción de 179 bandas y casi 3 600 alzados que asolaron el teritorio nacional a mediados de 1960 y 1965 fundamentalmente. Cien mil hombres rastrearon las antiguas seis provincias del país para aniquilar a unos 200 grupos de alzados. ¨
( pag 125-126)

(Alzados en el Escambray. Al centro con sombrero alón Osvaldo Ramírez y a su lado con ropa verde olivo Evelio Duque, dos de los primeros jefes de los alzados de todo el Escambray)

Una observación interesante: el Doctor en Ciencias Arnaldo Jiménez de la Cal, oficialista historiador de la ciudad de Matanzas, en su libro Principio y fin del bandidísimo en Matanzas. (1998), que fue Premio 26 de Julio del año 1997, expone en sus datos que de los aproximadamente 600 alzados ( o sea, individuos que participaron en la lucha con el arma en la mano; luego no se tiene en cuenta los suministros, guías, personal de apoyo, etc. ) que hubo en la provincia de Matanzas, y que fue aproximadamente el 25% del total que hubo en todo el país, sólo tres habían pertenecido a los cuerpos armados de la anterior República, mientras que más de 90 habían pertenecido a los cuerpos del régimen Castrista: Milicias Nacionales Revolucionarias, Ejército Rebelde, Policía Nacional Revolucionaria, etc..

En ese libro del Dr. Jiménez de la Cal, se citan fragmentos de discursos locales de Fidel Castro donde se dice que fueron errores de la Revolución los que conllevaron a que tantos campesinos se alzaran. Ese libro se lo presté a mi amigo Víctor Rolando Arroyo Carmona, pues él quería escribir un artículo para Cubanet sobre esa temática, y en un registro y requisa del Departamento de Seguridad del Estado, se llevaron todos los libros de su Biblioteca Independiente Los Reyes Magos, incluyendo el mio; disculpen no poderle citar esos fragmentos.

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Tomado de http://zoevaldes.net


La historia debemos conocerla hoy, para no cometer los mismos errores mañana. Por Luis Guardia.

octubre 12, 2011

La historia debemos conocerla hoy, para no cometer los mismos errores mañana.

Por Luis Guardia

Hace 51 años, un día como hoy se dictó sentencia, que estaba ya pre-establecida, a la causa 829 de 1960 del llamado tribunal revolucionario del distrito de Las Villas. 5 fueron los condenados a muerte y fusilados en menos de 24 horas, en la madrugada del día 13, en La Campana, Las Villas: Plinio Prieto Ruiz, Sinecio Walsh Ríos, José A. Palomino Colón, Porfirio Remberto Ramírez Ruiz y Ángel V. Rodríguez del Sol.

El juicio más que sumarísimo fue como todos los esa época una farsa, cuyas condenas estaban pre-establecidas. Según relatara en 2004 José, hermano de Plinio y presente esa tarde en el teatro de oficiales del Regimiento de Santa Clara, el presidente del tribunal, pidió 24 horas para dictar sentencia, sentencia que estaba como en otros tantos procesos pre-establecida. Estos cinco hombres fueron pasados por las armas.

La democracia hoy nos permite, desde ella, escuchar a quienes abogan por liberaciones, por re-encuentros, llamese al del espia confeso René, todo un”best seller” romántico… Pero, ¿pudo la hija de Plinio Prieto darle un beso a su padre, despedirse de él, o ir a recibirlo a la salida de una prisión?… Los dejo con un testimonio de Georgina Prieto del documental “Tributo a Papá” .



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Escambray: La Guerra Olvidada

Un Libro Historico De Los Combatientes Anticastristas En Cuba (1960-1966)

Enrique G. Encinosa


LOS HEROES DE LA GUERRA EN LAS VILLAS

Fue una guerra brutal y larga, de la cual muy poco se conoce o se ha escrito. En Cuba, desde principios de 1960, hasta finales de 1966, unos cuantos miles de campesinos humildes y mal armados se enfrentaron, en lucha desigual, al poderío militar del régimen de Fidel Castro. Sin suministros adecuados, acosados por bien armadas huestes enemigas, los guerrilleros fueron eventualmente derrotados pese a la furia y tenacidad con que combatieron.

Más de dos décadas han transcurrido desde la etapa de los alzamientos guerrilleros. Pese a que estos sucesos afectaron las vidas de cientos de miles de cubanos, muy poco se ha escrito o documentado públicamente sobre esta etapa. El régimen castrista ha publicado media docena de libros y producido un par de películas sobre el tema de los alzamientos, refiriéndose en forma tergiversada a los guerrilleros como simples bandidos. Aunque en algunos libros, particularmente los escritos por José Norberto Fuentes, se admite el valor de los alzados, la mayoría de estas ediciones han tenido circulación muy limitada dentro de Cuba. Obviamente, el régimen de Fidel Castro no ha tenido gran interés en demostrar que existió una fuerte oposición al comunismo entre los hombres más humildes de Cuba, los guajiros de los campos cubanos

En el exilio nada se había publicado hasta la fecha sobre el proceso guerrillero, que ocurrió de 1960 al 1966. Las dificultades en investigar y analizar este momento histórico, se han basado en las limitaciones impuestas por las circunstancias, el tiempo y el espacio. Primeramente, muy pocos líderes guerrilleros sobrevivieron a la brutal guerra. Miles de alzados murieron en combate o fueron fusilados. De los sobrevivientes, más de dos mil cumplieron -y algunos aún cumplen largas condenas carcelarias en las ergástulas del régimen. La disponibilidad de estos hombres para las entrevistas, ha sido limitada a los últimos años, en los cuales numerosos ex-presos politicos comenzaron a llegar a tierras del exilio. Una tercera circunstancia limitadora ha sido el hecho de que los alzados, siendo de procedencia humilde cuentan con un bajo nivel educacional, lo que hace muy escaso el número de memorias, cartas o ensayos escritos por los sobrevivientes para documentar un estudio serio sobre el proceso.

Pese a todas las dificultades, la etapa de los alzamientos guerrilleros merece ser estudiada profundamente. La guerra campesina abarcó las seis provincias de la Isla, siendo la campaña militar más grande llevada a cabo en Cuba desde el inicio de la República en 1902. Desde los tiempos de los mambises nunca se había combatido con tanta fiereza en suelo cubano.

El número de muertos en estos años de combate nunca se sabrá con certeza. El gobierno de Castro rara vez dió a la publicidad detalles sobre combates o ejecuciones. Los alzados, divididos en grupos, con malas comunicaciones entre sí, sólo sabían de las bajas ocurridas en zonas limitadas. Mantener un censo de los caídos era imposible para los insurgentes. Los fusilamientos, especialmente en Las Villas, no fueron sólo de guerrilleros, también abarcaron a colaboradores, a contactos en líneas de suministros y a algunos infelices guajiros que se encontraban en el lugar equivocado cuando el ejército castrista patrullaba la zona.

Ni siquiera las fuentes de información del régimen están de acuerdo con el número de bajas sufridas por sus propias fuerzas. El escritor Juan Carlos Fernández, en su libro Todo es secreto hasta un día, publicado en Cuba en 1976, dá la cifra de doscientos noventa y cinco muertos en combate sufridos por operativos del FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) en las acciones contra los bandidos. Sin embargo en 1970, Raúl Castro. en discurso pronunciado en un acto conmemorativo del aparato represivo del MININT (Ministerio del Interior) hizo una alusión muy significativa a la lucha guerrillera de 1960 a 1966, declarando que en las seis provincias de Cuba llegaron a existir un total de ciento setenta y nueve bandas guerrilleras, compuestas por tres mil quinientos noventa y un alzados. Según lo expresado por R. Castro en su discurso, el costo de eliminar a estos grupos llegó a ser de casi ochocientos millones de pesos y causó la muerte, de casi quinientos hombres del FAR. Pero, esta. cifra de Raúl Castro ha sido contradicha. En el libro Nos impusieron la violencia (Cuba, 1986), el autor José Norberto Fuentes, detalla el costo de esta guerra en cerca de mil millones de pesos. Este mismo autor asegura en uno de sus tres libros (Cazabandídos) que las unidades especiales del LCB (Lucha Contra Bandidos) perdieron en combates en la provincia de Las Villas trescientos cinco cazadores. Como la cifra de Norberto Fuentes no toma en consideración los muertos del FAR ocurridos entre 1960 y 1962 en las dos Limpias (antes de la creación del LCB) ni las bajas ocurridas en las otras cinco provincias, es muy posible que el número de muertes incurridas por fuerzas del régimen haya sido mucho mayor al de la cifra expresada por Raúl Castro en su discurso de 1970.

Lo que sí sabemos, sin discusión, es que el proceso guerrillero de 1960 al 1966, costó las vidas de por lo menos tres mil cubanos de ambos lados de la contienda, causó el presidio de miles de otros, y afectó la vida de una nación entera.

II

LAS PRIMERAS CONSPIRACIONES

La lucha guerrillera contra Fidel Castro fue causada por el descontento en las filas del campesinado hacia el gobierno revolucionario que se instauró en el poder el primero de enero de 1959.

Castro asumió el poder, utilizando su astucia y aprovechándose de las debilidades de los dirigentes de otros partidos de oposición en la lucha contra Batista. El Segundo Frente Nacional del Escambray, el Directorio Revolucionario y la Organización Auténtica quedaron marginados de la estructura del poder desde la primera semana de 1959.

El nueve de enero de 1959, el nuevo Gobierno Revolucionario legalizó el hasta entonces abolido PSP (Partido Socialista Popular). Con la legalización del comunismo, vino al día siguiente, el reconocimiento oficial diplomático de la Unión Soviética. A las pocas semanas llegó a Cuba Aleksander Alexeyev, primer agente de la KGB, encargado de establecer nexos con el nuevo régimen y establecer un aparato represivo en el país. Alexeyev fue el organizador del Ministerio del Interior, vertebrando el sistema de espionaje y represión que aún existe en Cuba. Para 1962, por pedido oficial del propio Fidel Castro, Alexeyev fue designado embajador soviético en Cuba, cargo que ostentó hasta 1967.

En la primavera de 1960, cientos de soviéticos comenzaron a llegar a la Isla, en calidad de técnicos, pero con la misión de ayudar en la reestructuración de la sociedad cubana, para cambiarla de un sistema de libre empresa a un satélite colonialista de la URSS.

La Revolución Cubana tuvo el apoyo de la inmensa mayoría del pueblo cubano. En el Manifiesto de la Sierra Maestra de 1958, Castro prometió que el nuevo sistema que se establecería en Cuba honraría a la Constitución de 1940, con justicia social, una reforma agraria equitativa, derechos civiles y elecciones libres.

Desde el primer momento en el poder el régimen castrista violó los conceptos por los cuales se había combatido contra Batista.. Más de trescientos fusilamientos se llevaron a cabo en las primeras semanas del triunfo, producto de juicios carnavalescos. Cuando varias docenas de miembros de la derrocada Fuerza Aérea fueron enjuiciados y juzgados inocentes por un tribunal revolucionario, Castro ordenó un segundo juicio. Posteriormente, desde los oficiales hasta los mecánicos, fueron sentenciados a largas condenas, en un segundo juicio, al que ni siquiera se les permitió asistir.

Los fusilamientos, los arrestos y la creciente influencia soviética, sembraron las raíces del descontento nacional. Apurándose para consolidarse en el poder, Castro nombró a numerosos elementos comunistas a puestos claves en las seis provincias. En breves semanas, cientos de empleados en cargos gubernamentales fueron despedidos, siendo reemplazados por elementos leales al PSP y a Fidel Castro. Dentro de las filas del propio Movimiento 26 de Julio y del Gobierno Revolucionario, las protestas y las confrontaciones se multiplicaron. El nuevo presidente, Manuel Urrutia, fue obligado a renunciar y a pedir asilo politico en una embajada de México, después de una confrontación con Castro. El jefe de la nueva Fuerza Aérea, el Comandante Pedro Luis Díaz Lanz abandonó la. Isla. acusando a Castro de alinearse a elementos comunistas. En octubre de 1959, el Comandante Hubert Matos, jefe del regimiento de Camagüey, fue arrestado junto a un grupo de sus oficiales por protestar la ingerencia comunista en el nuevo gobierno. Pocas horas después del arresto de Matos, el Comandante Camilo Cienfuegos, una de las figuras más populares del proceso revolucionario, desapareció misteriosamente, bajo circunstancias inexplicables que muchos historiadores han atribuído a una pugna interna.

Numerosos elementos revolucionarios veteranos de la lucha contra Batista, comenzaron a reunirse nuevamente para conspirar. Los primeros movimientos anti-castristas comenzaron a estructurarse a finales de 1959. Estos movimientos estaban formados y dirigidos por revolucionarios, que intentaban rescatar el proceso antes de que el comunismo pudiera consolidarse en Cuba.

Entre los movimientos clandestinos más activos de aquella época, se encontraban el MRR (Movimiento de Recuperación Revolucionaria), el DRE (Directorio Revolucionario Estudiantil), el MRP (Movimiento Revolucionario del Pueblo) y el Movimiento 30 de Noviembre. El MRR y el DRE comenzaron a recibir ayuda de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, durante los últimos meses de la administración de Eisenhower. Irónicamente, el Movimiento 30 de Noviembre, que no recibió apoyo económico de Estados Unidos, llegó a ser el aparato clandestino más grande de esa época, manteniéndose activo hasta 1968. Los cuatro movimientos tenían entre sus filas a numerosos veteranos guerrilleros que querían abrir frentes de combates en las sierras cubanas.

A principios de 1960, los conspiradores iniciaron el envío de pequeñas cantidades de armas a la Sierra del Escambray en Las Villas y a la Cordillera de los Organos en Pinar del Río, anticipando así, posibles alzamientos.

El primer alzado en Cuba fue Luis Lara, El Cabito, un ex-militar del ejército de Batista, que se fugó de una prisión y se escondió en la Cordillera de los Organos. Lara no era un alzado en el sentido clásico de la palabra, ya que al subir al monte, él carecía totalmente de suministros o vínculo alguno con las organizaciones clandestinas, que lo pudieran ayudar. Después de unas semanas fugitivo, en las cuales, organizó una modesta guerrilla de cuatro hombres, Lara fue capturado por una patrulla de milicias y posteriormente fusilado.

En 1959 hubo dos intentos de invasiones a Cuba por elementos opuestos al castrismo. La primera, en el mes de agosto, fue conocida como La Conspiración de Trinidad. Descubierta por agentes de Seguridad del Estado, se llevaron a cabo centenares de arrestos de conspiradores y el gobierno castrista interceptó un avión cargado de armas que aterrizó en el aeropuerto de Trinidad. Esta conspiración fue fraguada desde la República Dominicana, apadrinada por el dictador Rafael Leonidas Trujillo.

La segunda invasión fue el Desembarco de Navas, en la Provincia de Oriente, en el mes de octubre. Un grupo de 27 exiliados desembarcaron al este de la Isla, con el propósito de fomentar un frente guerrillero. Rodeados por varios centenares de las recien formadas milicias populares, los insurgentes entablaron varios combates. En el primer encuentro murió el jefe de la guerrilla, Armentino El Indio Feria. El resto del grupo fue capturado y diez de sus miembros, entre ellos tres norteamericanos, fueron fusilados.

La muerte del Cabo Lara y los combates de Nava eran sólo el preludio a la violenta guerra que se avecinaba. A principios de 1960 comenzaron los alzamientos en el Escambray.