Wendy Guerra y el travestismo político en Cuba
ni es escritora, ni es buena actriz, ni se desnudó nunca en La Habana, ni tuvo quince, es enana... se pasea con una carta visa que le dio el gabo, qué casualidad que la representa carmen ballcels, qué casualidad que se haya ganado un premio con una primera novela mediocre, premio convocado por una editorial desaparecida que revivió para crear ese premio, cuyo único jurado fue eduardo mendoza, y cuyo premio y editorial volvieron a desaparecer, esto me huele a maniobra castrista, como cuando sacaron a senel paz para contrarrestar a reinaldo arenas... aquí no se trata de cuerpos desnudos, ni quien tiene más, aquí hablamos de escritores, y esta no es una escritora, esta es un invento... compararla con zoé valdés, auténtica y genuina, es de muy poca monta... ah, y la primera que habló y escribió sobre anaïs nin fue zoé valdés, y si no lean la carta de joaquín nin cullmel a zoé valdes en su blog... pero todo esto es muy feo, muy asqueroso... esto nada tiene que ver con la literatura
Fabián Reyes
Tomado de http://zoevaldes.net
Wendy Guerra y el travestismo en Cuba
Por Humberto López y Guerra
Si nos detenemos un instante para ver el caudal de artículos, entrevistas y vídeos que circulan en Internet con y sobre la poetisa, actriz, cineasta y escritora cubana-francesa de visita reciente a España, podemos comprobar sin esfuerzo que Wendy Guerra es una verdadera experta en travestismo político, una dulce guerrera que incesantemente divaga entre lo subliminal a lo metafórico, esquivando con gracia y fingida inmadurez, casi infantil, pero humedecida de premeditada fémina ironía. Su ambigüedad y actitud no es única, hay muchos otros ejemplos, desde Leonardo Padura, Amaury Pérez, Perrugoría o Silvio Rodríguez entre otros; en realidad, casi todos los artistas e intelectuales cubanos que salen al exterior (muchos de ellos con pasaportes extranjeros) y que viven del dinero que ganan en el exterior: la nueva clase de artistas e intelectuales que se mojan, pero saben guardar su ropa.
En realidad Guerra no es nada original: cabalga alegremente por el oblicuo trillo con sus compañeros en el arte de ser artistas inconformes, pero plagados de un conformismo rayano con la complicidad de un régimen que se aprovecha de sus talentos, fama, entrevistas y giras internacionales, para apuntalar la falsa hipótesis de que en Cuba hay libertad de expresión, que artistas inconformes, críticos, reconocen los logros revolucionarios desde una posición crítica.
Todos ellos tienen un denominador común, una misma forma de proyección internacional: Utilizan hábilmente la parábola de críticos desde adentro, para de alguna forma invalidar, o al menos desfavorecer a los intelectuales y artistas cubanos que viven en el exilio, o forman parte de la diáspora cubana. Lo cual es un eufemismo ya que hay también intelectuales y artistas que prefieren denunciar los abusos del régimen y la violación de los derechos humanos y tampoco piensan dejar Cuba. Esa es la diferencia, no la única, pero si la más evidente entre ellos y Yoani Sánchez, por ejemplo, o incluso muchos otros jóvenes artistas e intelectuales que dentro de Cuba prefieren hoy decir lo que piensan, sin tapujos, antes de bambolear sus declaraciones con frases maniqueas y ambiguas.
Lo que distingue a Wendy Guerra del resto de sus colegas es que es una de las pocas mujeres jóvenes cubanas con una trayectoria intelectual que se apuntala dentro del feminismo tan en boga en los círculos intelectuales-políticos de las metrópolis del planeta, para mediatizar su presencia fuera de la Isla. Está mucho más cerca de una Mariela Castro Espín que de un Leonardo Padura. Su rápida verborrea, su gracia natural, su físico, sus poses atrevidas, son el mejunje perfecto para que la diva tropical pueda acaparar la atención necesaria para convertirla en un personaje interesante y evidentemente original de la fauna cubana.
Son expresiones contundentes de un exclusivismo que el régimen ha cultivado con gran éxito y que define la nueva camada de artistas e intelectuales cubanos, más interesados en perfilarse ellos mismos que en denunciar la represión y las injusticias sociales en Cuba. Una nueva clase intelectual-artística que no se le exige desde el Ministerio de Cultura o la UNEAC, como antaño, obediencia ciega al Máximo Líder y a su revolución, sino solamente una actitud benevolente aunque crítica, dispuestos a matizar con hipérboles y hasta con mentiras la verdadera esencia de la dictadura.
(Amabilidad del autor)
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Wendy Guerra y el travestismo político en Cuba":
Ella juega la doble, o triple moral, tiene tantas o mas caras como los personajes de sus novelas. Para mi ella carece de cualquier reconocimiento.
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Juan Gomez ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Wendy Guerra y el travestismo político en Cuba":
Leyendo el articulo y los comentarios, me parece que hay una envidia hacia ella detras de todo esto que es palpable. Y si no fuera como uds se llenan la boca de pregonar a todos vientos, y es sencillamente la persona que se ve en su literatura y voz? Yo personalmente no la conozco pero muchos que si la conocen no hablan lo que escribe aqui el autor.
Comentario del Bloguista
Yo tampoco la conozco, pero lo que dice el articulista es poco comparado con lo que se dice en los comentarios del post de Los Miquis de Miami de donde obtuve esa foto. Por cierto, al menos uno de los que componían el colectivo del blog Los Miquis de Miami trabajaba en La Revista de la Mañana que fue un espacio televisivo en que Wendy trabajó haciendo un personaje para niños que era algo distinto y refrescante, aunque se notaba que ese personaje estaba fuera de la realidad cubana; quizás por eso era tan refrescante y bien recibido por muchos, entre los que se cuenta este bloguista ... Sobre Wendy como escritora, sólo he leido uno o dos artículos de ella en la revista Encuentro de la Cultura Cubana y no me pareció una mala escritora, pero tampoco nada extraordinario como para premios de cierta importancia literaria. En el film Buenos días Hemingway actuó de manera aceptable.
2 Comments:
Ella juega la doble, o triple moral, tiene tantas o mas caras como los personajes de sus novelas. Para mi ella carece de cualquier reconocimiento.
Leyendo el articulo y los comentarios, me parece que hay una envidia hacia ella detras de todo esto que es palpable. Y si no fuera como uds se llenan la boca de pregonar a todos vientos, y es sencillamente la persona que se ve en su literatura y voz? Yo personalmente no la conozco pero muchos que si la conocen no hablan lo que escribe aqui el autor.
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