Fidel Castro y Chicharito, el personaje cómico de Alberto Garrido con su frase : ¨primero muerto que despretigiao¨
Fidel y Chicharito
Por Paulino Alfonso Estévez
Lawton, La Habana, (PD) La fama de Fidel Casiano como mal perdedor es proverbial. Todos los que le han conocido, vivos o muertos, amigos o enemigos, tienen una anécdota que reafirma este defecto del otrora perínclito varón, apuesto mancebo y gran fornicador en jefe; el hoy frágil ancianito, residente de Punto Zero.
Las hay que relatan guaperías, como la escenificada en el Colegio Belén cuando le sacó una pistola a un condiscípulo por una discusión en un juego de básquet o cuando años más tarde viéndose abrumado por un alumno de la Escuela Lenin en un juego de ping pong le tiró la raqueta al joven por la cabeza.
Cuentan que una vez que pescaba en unión de su agente el Cabo (sic) García Márquez y un político visitante, los mantuvo pescando hasta altas horas de la madrugada, lo que hizo al escritor siervo del dictador decirle al político: Déjate ganar, vale, para podernos ir a dormir .
El deporte preferido del ancianito ha sido el béisbol y también ahí no admite perder. Para desgracia suya, sus invencibles beisbolistas hace años no encuentran a la diosa Niké y regresan sin el triunfo, no importa que se haya alcanzado la plata o el segundo lugar, eso es motivo suficiente para las iras del Zeus tropical o al menos el ostracismo total, como ocurrió en los recientes Juegos Panamericanos de México.
Fue tal el temor a la vergüenza que ni el manager Urquiola, ni el archilacayo Higinio Velez o el playboy Tony Castro, como hijo del Supremo, se atrevieron a entrevistarse con la prensa. Sólo el jugador Frederic Cepeda, devenido vocero del team, pronunció una lacónica respuesta que fue vista por todos en el mundo, excepto por los cubanos, que no gozan de la TV por cable.
Su regreso a Castrolandia pareció un velorio y los atemorizados comentaristas deportivos castristas, más preocupados por perder los favores del Supremo que de cumplir con su deber, ignoraron por completo la existencia de estos magníficos atletas que dieron el alma en el terreno por la victoria.
Lo mismo pasó cuando el espía norteamericano al servicio del régimen castrista René González Sehweret, fue liberado en su patria de origen por haber cumplido su condena. Se mostraron videos familiares al salir este de la prisión y unas muy bien montadas declaraciones que su “afligida” esposa y ex agente de la Red Avispa, la Sra. Olga Salanueva (Ida para la inteligencia castrista) diera a la televisora chavista Telesur.
Pero seguro exclamó el coma-andante ante esta excarcelación: ¡Esto no es un triunfo, esto es una mierda!
Seguramente todavía resuenan en él sus apologéticas e ¿infalibles? palabras cuando hace ya 10 años, dijo en El Cotorro “Solo digo esto. ¡Volverán!” O hace un año en la UH, cuando pitoniso exclamó “Yo creo más que nunca que ha llegado la hora de que los suelten. Este fin de año vamos a prepararnos, pero los liberarán mucho antes del fin de año, me responsabilizo ante sus familiares”.
Antes de esto, vino el inefable y egocéntrico Bill Richardson, quien al mejor american way posible declaró venir a ver o llevarse a Alan Gross de regreso a su casa. ¡Pobrecito! Ni lo uno ni lo otro, tuvo que regresar con el rabo entre las patas.
Como buen yanqui que es, olvidó que en Castrolandia, Raúl Modesto es el mayoral, pero el dueño es aún Fidel Casiano. El judío amateur, quien parece haber venido a Castrolandia más por necesidades financieras que por órdenes de la CIA, se convirtió por carambola en objeto de interés estatal, que en Castrolandia equivale a decir rehén de Fidel y por tanto permanecerá preso hasta que al Jefe se le ocurra otra cosa.
Recuerden que la máxima de Fidel Casiano, es y será la del difunto bufo cubano Alberto Garrido, en su personaje del negrito Chicharito: Primero muerto que desprestigiado.
paulino.alfonso@yahoo.com
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home