miércoles, enero 11, 2012

Tres testimonios cubanos de experiencia carcelaria; Ramón Labañino, Orlando Zapata Tamayo y Fidel Castro Ruz

Tomado de http://www.cubaencuentro.com



Espía cubano dice que hace deportes para evitar monotonía

******
Ramón Labañino: “Mi día en estos lares universales, transcurre entre cartas, lecturas (de libros, informaciones, revistas), respuestas a ellas, tanto en misivas como en e-mail…”
******

Agencias
La Habana
11/01/2012


Uno de los cinco agentes cubanos detenidos en Estados Unidos en 1998 bajo cargos de espionaje, relató a un portal cubano que cambia frecuentemente de rutina en la prisión para enfrentar la “monotonía” y que hace deporte para mantener en forma el cuerpo y la mente, reportó la AFP.

“Mi día en estos lares universales, transcurre entre cartas, lecturas (de libros, informaciones, revistas), respuestas a ellas, tanto en misivas como en e-mail, y en las tardes siempre algún deporte: pesas o constructivos, caminatas, handball”, dijo el espía Ramón Labañino al portal oficialista Cubadebate.

(Ramón Labañino, su esposa Elizabeth Palmeiro y sus hijas. Elizabeth pertenecía al Ministerio del Interior de la tiranía cuando fue capturado y juzgado el espía Labañino; ella nunca ha tenido problema alguno en poder visitar a su esposo, pues nunca, que se sepa, ha actuado en contra de los EE.UU. algo bien diferente a las esposas de los también espías de la red Avispa, Gerardo Hernández y René González. Foto y comentario añadido por el bloguista de BC)

“Trato siempre de romper la monotonía irreflexiva que imponen circunstancias tan particulares, por ello, a cada rato, cambio bruscamente de actividades, de horarios, hábitos. Es como refrescarme interna y externamente, es un mecanismo de pelea diaria contra los años y los desgastes”, añadió este economista de 48 años.

Labañino, que cumple una sentencia de 30 años en la prisión de Jesup, Georgia (sureste), relató que “en las noches, más bien lo dedico a oír radio, ver noticias, y a reorganizarme para el día siguiente”.

“Una o dos veces por año, recibo visitas de algún familiar, de amigos buenos”, contó el agente, casado con Elizabeth Palmeiro y padre de tres hijas.

Amnistía Internacional ha denunciado que los cinco agentes cubanos, sentenciados a largas penas de prisión en Estados Unidos, carecieron de un “debido proceso”.

Los cinco cubanos fueron detenidos en 1998 y en 2001 recibieron largas condenas. Labañino fue sentenciado a cadena perpetua más 18 años de prisión, pero en una apelación en 2009 la pena fue rebajada a 30 años.

La Habana, que considera que los cinco son “héroes antiterroristas”, mantiene una campaña internacional para conseguir su libertad. Aunque reconoce que eran sus agentes, afirma que vigilaban a anticastristas de Miami y no espiaban a Estados Unidos.

Los otros agentes cubanos son Gerardo Hernández (dos cadenas perpetuas más 15 años), Antonio Guerrero (21 años más 10 meses), Fernando González (17 años, más nueve meses) y René González, liberado en octubre tras cumplir su condena de 13 años, pero debe permanecer tres años más en libertad vigilada en Estados Unidos.

En Cuba cumple una condena de 15 años de prisión el contratista estadounidense Alan Gross, detenido en diciembre de 2009 bajo cargos de espionaje, quien fue excluido de un indulto otorgado en diciembre por el presidente Raúl Castro.
***********
En este video se narran algunas de las actividades del espía Ramón Labañino en contra de la Seguridad de los EE.UU., entre las que se encuentra la misión ¨Surco¨ que consistía en la penetración del Comando Sur; primero en Panamá y posteriormente en Homestead, Florida, EE.UU.. Labañino era dentro de la red Avispa el jefe de que se llevara a cabo esa misión.



**************
Tomado de http://baracuteycubano.blogspot.com

(publicado el 14 de abril del 2010)

Lo torturaron, pero él no se rindió


Testimonio sobre Orlando Zapata

Por Efrén Fernández Fernández
Prisionero de Conciencia


13 de abril de 2010

Prisión de Guanajay, La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – En mayo de 2004 me trasladaron para aquí. Recuerdo los relatos que los presos comunes me hicieron a mi llegada sobre las golpizas que los militares le habían dado a Orlando Zapata Tamayo.

Todos los días yo podía divisar la ventana de su celda a través de la mía que está a unos 30 metros de donde aún estoy cautivo. A gritos dialogábamos e incluso nos escribíamos con la ayuda de comunes que burlaban el asedio de los guardias. Fue así como el propio Zapata me contó con lujo de detalles lo antes informado por los comunes: “cuando me trajeron para esta prisión en 2003 me ubicaron en el destacamento #6, donde el primer teniente Emilio Guilarte Ramírez y el primer suboficial Leonel Torres Reñí me golpearon salvajemente, causándome múltiples hematomas”.

Este tan solo fue el inicio de una desaforada historia de crueldades contra Zapata. Varias veces vi a los carceleros sacarlo de la celda con las manos esposadas y sin camisa, lo tiraban al suelo y cogiéndolo por los pies lo arrastraban unos 200 metros por las aceras ásperas de hormigón hasta llegar al área militar. También solían atravesar una cancha de baloncesto de piso de grava, ocasionándole lesiones en la piel.

A fines del año 2003, durante una requisa general, los guardias lo encadenaron y arrojaron al piso para que el primer teniente Quintana le diera una descomunal patada en la cabeza, inmediatamente cayó sobre él un enjambre de uniformados quienes lo apalearon presos de odio y sadismo. Por esos mismos días varios militares lo esposaron otra vez y el jefe de la prisión, el Teniente Coronel Wilfredo Velásquez Domínguez, le rompió la boca de un piñazo mientras que sus subordinados le daban golpes con las porras.

Nuestro finado hermano fue víctima de muchas vejaciones y palizas en esta Prisión de Guanajay, el escarnio caló tan hondo que hasta la capitana Delia, jefa de control penal, llegó a propinarle una bofetada. También lo agredieron y ultrajaron el oficial Felito, los suboficiales, Alejandro, Orestes, Pileta y Reinier, entre otros.

En una de las noches tenebrosas de la prisión de Taco-Taco, en el año 2006, torturaban en una celda de castigo a Zapata, por gritar consignas y plantarse en huelga de hambre, en reclamo del cese de los malos tratos, las condiciones infrahumanas y exigiendo el respeto de los derechos de los reclusos. En ese momento le estaban aplicando la tortura física conocida en las prisiones pinareñas con el nombre de la sillita; después de golpearlo le pusieron a la fuerza unas esposas en los pies, le torcieron las manos hacia la espalda, se las aprisionaron con un segundo par de esposas y a continuación con un tercer par le unieron los pies y las manos arqueando su cuerpo hacia atrás, dejándolo así tirado en el suelo varios días, Pero él no se rindió y continuó gritando: “¡Abajo Fidel!, ¡Abajo la dictadura!, ¡Vivan los Derechos Humanos!”.

El enjambre de mosquitos, la plaga de chinchas, y las Ratas, aumentaban su suplicio; por eso los presos comunes, Ramón Acosta Moreno, Michel Jáuregui Pérez, Enrique González Silva, Michel Rodríguez Roldán y Jesús, alias Monín, quienes se encontraban en las celdas vecinas de castigo, llamaron a los funcionarios militares para que pararan aquel tormento. Entonces el Mayor Orlando, jefe de control penal, les prometió consultar a la dirección provincial, pues, según dijo, solamente ellos podían librarlo de aquella pena, porque la orden venía de los superiores.

Las horas pasaban, pero el mayor Orlando no retornaba, por eso ellos comenzaron a gritar y hacer bulla, dando golpes en el piso con pomos plásticos vacíos, obligando a los guardias a personarse nuevamente en el local, a quienes amenazaron con unirse a Zapata en la huelga de hambre. Esta fue la razón por la cual fingieron acceder y le retiraron las esposas, pero cuando todos ya dormían rodearon las celdas de castigo con feroces perros mientras un pelotón de guardias lo despertó para darle otra golpiza.

Sin embargo, el Gobierno cubano jamás pudo callar al defensor de los Derechos Humanos Orlando Zapata Tamayo, quien nunca desmayó en su empeño pacífico en aras de la libertad de Cuba. Todavía hoy en estos muros salpicados con su sangre resuena su potente voz que parece levantarse cada día en contra de los abusos del régimen y defendiendo el derecho de los reos comunes a ser tratados como seres humanos.


Efrén Fernández Fernández, de 47 años de edad, es miembro del Movimiento Cristiano Liberación. Fue condenado a 12 años de prisión en la Causa de los 75 del 2003 y declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional. Su familia reside en Calle Clavel #582 e/ Tulipán y Concepción, municipio Cerro, Ciudad de La Habana, Cuba.

Grabado por teléfono y transcrito por Tania Maceda Guerra del Centro de Información del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba. Dado por Fernández el 1ro de marzo de 2010 desde la prisión de máxima severidad de Guanajay.

**************
Nota del Blogguista:

En el libro Cartas del Presidio, de Luis Conte Aguero ( libro apologético a la figura de Fidel Castro publicado en Cuba en 1959 en el que aparecen fotocopias de las cartas) y en el libro La Prisión Fecunda, tambien apologético y publicado en Cuba en los años 80s, se habla de las comodidades de las que gozaron los Moncadistas, y en particular Fidel Castro, en el corto tiempo que estuvieron en las cárceles producto de una sentencia de un tribunal independiente que los juzgó con todas las garantias procesales por unos eventos en los que perdieron la vida y resultaron heridas más de 100 personas. ¿ Qué sucedería si un grupo de cubanos asaltara una unidad militar de la tiranía cubana para derrocar a la tirania cubana que lleva 47 años en el poder, poder que tomaron y mantienen por la fuerza con elecciones ilegítimas de un sólo partido ?. No hay que especular mucho para dar la respuesta correcta, pues tenemos esta historia cubana de sangre y fusilamientos de casi medio siglo donde se han fusilado hasta a personas que no han matado ni planeado matar a alguien.

Con posterioridad al injustificable, aunque explicable, Golpe del 10 de Marzo de Fulgencio Batista, golpe que solamente tuvo tres muertos ( dos por parte de los golpistas y uno por parte del gobierno constitucional), ninguna persona fue juzgada ni sentenciada. ¿ De haber triunfado los Moncadistas, éstos hubieran actuado de la misma manera con sus oponentes?; nuevamente recurramos a la historia cubana: la revancha disfrazada de justicia que observamos en los juicios de 1959, y que bañó de sangre a Cuba de punta a cabo. nos dice que muy probablemente NO, pues Fidel Castro, uno de los líderes del Asalto al Cuartel Moncada, no hubiera actuado de la misma manera, pues Fidel Castro lo que siempre ha querido mostrar y advertir, es que la Muerte es lo que le espera a todos aquellos que se le oponen y ponen en peligro su ejercicio total del Poder.

Pero dejemos a un lado las especulaciones y respondamos la siguiente pregunta : ¿ Fidel Castro y sus seguidores Moncadistas han tratado a los presos políticos cubanos de la misma manera que ellos fueron tratados en las cárceles de la dictadura batistiana ?. Ahí están Mario Chanes de Armas, el preso político que más años de cárcel ha cumplido en el Mundo al cumplir 30 años y días en las cárceles de Fidel Castro, y Gustavo Arcos Bergnes, ambos Moncadistas y también presos de Fidel Castro que en sus carnes contrastaron el presidio de ambos regímenes. Mario Chanes de Armas expresó que el presidio cuando Batista era el Paraiso comparado con el Infierno que es el de Fidel Castro. Por cierto, Gustavo Arcos fue el que le salvó la vida a Fidel Castro en el Moncada; Gustavo fue herido en dicho ataque.




(No, no es una foto desde uno de lo hoteles de La Habana. En la foto vemos a Fidel Castro en el Presidio Modelo de Isla de Pinos en una de las visitas de su hijo Fidelito Castro Díaz-Balart a la cárcel donde cumplía condena por el sangriento ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 donde decenas de personas murieron y otras decenas fueron heridos. Fue condenado a 15 años pero sólo cumplieron apenas 2 años por una Amnistía General que aprobó el dictador Fulgencio Batista.)

**************
Tomado de http://secretoscuba.cultureforum.net


El Presidio Rosa de Fidel Castro


Por Armando D. Justiz

Al ser enjuiciado (octubre 16, 1953) por los eventos del Moncada (julio 26, 1953) de acuerdo con el Código de Defensa Social (1938) por «alzamiento de gentes armadas contra los Poderes Constitucionales del Estado» (Artículo 148), Fidel Castro libró «una breve escaramuza jurídica» contra el fiscal, que pedía 26 años, con la razón suficiente de haber «promovido rebelión contra un poder único [e] inconstitucional»: la dictadura de Batista. Los jueces entendieron y deshicieron el entuerto sancionándolo a 15 años por insurrección armada «contra la forma de gobierno establecida» (Artículo 147).

La experiencia carcelaria que siguió puede rastrearse por sus cartas y resumirse en esta confesión (mayo 2, 1955) a una de sus hermanas, ya próximo a salir (mayo 15) con amnistía: «Nunca está uno conforme en ningún lado, pero aquí al menos no lo molestan a uno los cobradores (…) ¡Ojalá no se cumpla mi premonición de que en la calle añoraré algo la cárcel!».

Anda en coplas que permaneció mucho tiempo aislado en una celda, pero la entrevista de Raúl Martin Sánchez (Bohemia, julio 9 de 1954) dejó claro que tenía biblioteca y radio. El mismo escribió que pudo oír a su medio hermano Pedro Emilio y otras peripecias de la campaña política de Oriente «hasta la 1 y 30 am oyendo por Cadena Oriental».

Al cabo avisó que «comunicaron mi celda con otro departamento cuatro veces mayor y un patio grande, abierto desde las 7 am hasta las 9pm. No tenemos recuento ni formaciones en todo el día. Nos levantamos a cualquier hora, [tenemos] agua abundante, comida y ropa limpia, visitas dos veces al mes. No sé, sin embargo, cuánto tiempo más vamos a estar en este paraíso».

Castro narró tras las rejas que, «como soy cocinero, de vez en cuando me entretengo preparando algún pisto. Hace poco me mandó mi hermana desde Oriente un pequeño jamón y preparé un bistec con jalea de guayaba. También preparo espaguetis de vez en cuando, o bien tortilla de queso». Así mismo, luego de arreglar su celda, que «las habitaciones del Hotel Nacional no estarían tan limpias. Me voy a cenar espaguetis con calamares, bombones italianos de postre, café acabadito de colar, y después un H Upmann 4. ¿No me envidias? Cuando cojo el sol por la mañana en short y siento el aire del mar, me parece que estoy en una playa, luego un pequeño restaurante aquí. ¡Me van a hacer creer que estoy de vacaciones!». Aquello duró 22 meses.

Etiquetas: