martes, febrero 07, 2012

Cuba. Escambray: La Guerra Olvidada. Comandante Manolito El Loco. Mario Manuel López López

Tomado de http://www.latinamericanstudies.org/



Escambray: La Guerra Olvidada

(Un Libro Historico De Los Combatientes Anticastristas En Cuba (1960-1966))


Por Enrique G. Encinosa

EL LOCO LÓPEZ

Le decían El Loco. El apodo le vino por su audacia, por su sangre fría, por la manera temeraria de actuar ante el enemigo. Manolo López López era de Chambas, en el norte de Camagüey. Fue encarcelado cuando era aún menor de edad, acusado de participar en actividades guerrilleras contra el régimen castrista. Lo enviaron a Torrens, una cárcel para menores en La Habana, para cumplir sentencia y recibir adoctrinamiento político.

Pero El Loco nunca cumplió la condena. Con una navaja se abrió una herida en el estómago, al lado del ombligo. Lo llevaron a un hospital, donde le cosieron la herida. Y antes de regresar a Torrens, El Loco amarró una tira de sábanas y se lanzó por una ventana, perdiéndose en la oscuridad de la noche.

Casi desnudo, herido, y sin recursos, Manolito López se las arregló para regresar a Camagüey, donde se alzó de nuevo. Cumplió los 18 años en la manigua. Aprendió sus tácticas guerrilleras de Rolando Martín Amodia y Arnoldo Martínez Andrade, dos ex oficiales del Ejército Rebelde que fueron los pioneros de los alzamientos contra el castrismo en Camagüey. El Loco participó en muchas acciones, incluyendo el asalto a las Minas de Perea, la toma de los poblados de Río y Centeno, y numerosas emboscadas en los llanos de la Provincia. Para febrero de 1962, a pesar de su juventud, era comandante guerrillero, jefe de los alzados en Camagüey.

En los próximos seis meses, Manolito El Loco se convirtió en uno de los jefes guerrilleros más audaces de toda Cuba. Los propios castristas publicaron relatos que demuestran la audacia de Manolito. En Boquerón, la milicia tendió una emboscada a los alzados. 'En el primer combate murió un guerrillero, Justo López Fuentes. Al poco rato, cuando la milicia peinaba el terreno en búsqueda de la guerrilla, se escucharon dos disparos. Dos milicianos se desplomaron. Cuando las tropas castristas llegaron al farallón desde donde los alzados habían disparado, no encontraron guerrilleros, pero sí encontraron colgado de un árbol un pequeño letrero que decía.

«Por cada patriota muerto, la vida de dos milicianos.

»(firmado) Manolito López

»Comandante en Jefe Frente Norte de Camagüey,»

A Manolito El Loco lo buscaron con ganas. Y él, con su locura y su audacia, continuó rompiendo cercos. Mucho triple cerco se cerró sobre campo vacío mientras El Loco y sus hombres cruzaban sembradíos y potreros, evadiendo a los cazadores de las tropas especiales castristas.

Con temeridad, los hombres de El Loco López llevaron a cabo constantes contra-ataques, a pesar de ser continuamente perseguidos y acosados por el ejército castrista. El 29 de junio de 1962, con la milicia pisándole los talones, Manolito y sus hombres detuvieron a un ómnibus en El Chorro. Después de matar a dos milicianos que viajaban en el vehículo, El Loco le prendió candela al autobús.

El 10 de agosto lo cercaron en Los Barriles. En el primer combate, Manolito López fue herido. Una bala le produjo una herida en el cuello y otra le traspasó una mano. Los cazadores tiraron un triple anillo. Por una semana, centenares de soldados rastrearon las piedras y los farallones, pero no encontraron el rastro de los once guerrilleros escondidos.

Oscar Figueredo, uno de los jefes de las tropas especiales se adentró en Un pedregal. Allí estaba El Loco. Recostado a unas piedras, el joven jefe guerrillero apuntó serenamente con su carabina M 1. Apretó el gatillo cuatro veces. Tres plomos dieron en el blanco. Una bala se incrustó en la barriga de Figueredo. Dos plomos más, uno sobre cada tetilla, destrozaron el pecho del oficial castrista. Oscar Figueredo murió instantáneamente.

El nudo de tropas comenzó a estrangular al grupo de alzados. Floro Camacho, el lugarteniente de Manolito, lo ayudó a tratar de escapar. El Loco estaba débil. Con hojas de savia se había tapado la herida en el cuello, y la herida de la mano estaba infestada. El Loco sabía que su hora había llegado. Con aplomo, el jefe guerrillero de 19 años de edad le cedió el mando de la guerrilla a Floro Camacho, parapetándose después en unas piedras, para cubrirle la retirada a sus hombres.
Atrajo fuego enemigo sobre sí para salvar a sus hombres. Desde las piedras, disparó con su carabina M I y su pistola calibre .45, para confundir, para que los castristas pensaran que había más de un alzado atrincherado, peleando. Lo rodearon. Le dispararon en cruce de fuego y las balas partieron gajos, reventaron piedras.

Desde el pedregal, El Loco gritó que se rendía, que se le habían acabado las balas. Varios cazadores de las tropas especiales se pararon para ir a capturarlo, pero fueron dispersados por una lluvia de balas. Era un truco. El Loco no iba a rendirse.

La balacera continuó. Desde su escondite, entre piedras comidas por las balas, Manolito El Loco lanzó granadas hacia el nudo de hombres uniformados que cada momento se acercaban más. Mientras el joven alzado se desangraba en el pedregal, Floro Camacho y los otros alzados cruzaban el anillo de tropas que se extendía por varios kilómetros.

Dos cazadores lograron acercarse al guerrillero. Dos ametralladoras vaciaron sus peines sobre las espaldas del muchacho de Chambas. El Loco se retorció entre las piedras y quedó inmóvil.

El comandante Manolito López López había muerto.

5 Comments:

At 4:16 a. m., Anonymous Anónimo said...

Que historia, que valentia, que honor el de este hombre a pesar de su edad, como pudieron sepultar la historia de los guerrrilleros del Escambray, gracias por exponer al mundo estas historias de la vida real de los cubanos, que dieron todo por la independencia de Cuba

 
At 7:01 a. m., Blogger PPAC said...

La tiranía Castrista ha escondido, escamoteado, tergiversado y falseado mucho sobre la oposición que ha tenido en estos más de 53 años. Algún día se conocerán todas estas historias. Todavía tenemos entre nosotros a sobrevivientes de esa etapa de lucha y el Instituto de la Memoria Histórica de la Lucha del Pueblo Cubano contra el Totalitarismo hace todo lo posible porque no se pierdan esos testimonios. Otros esfuerzos los hacen personas particulares con mucho esfuerzo y dedicación. El autor del libro de donde salió esta historia es uno de ellos.

Yo me enteré de la existencia de Manolito el Loco por una de las primeras novelas policiacas que se escribieron en Cuba para un Concurso oficialista del Castrismo. La novela se llama ¨Los hombres color del silencio ¨. En la novela se habla de una manera tal de Manolito El Loco, que me dije ¨este personaje no es de ficción¨. Posteriormente el autor, que creo que había sido del MININT, se quedó en España y prácticamente no se conoce casi nada de él. Quizás el autor tuvo como objetivo oculto al escribir la novela, dar a conocer algo de la historia de Manolito El Loco.

 
At 7:34 a. m., Anonymous Anónimo said...

A mi lo que me llama mas la atencion era con la facilidad que mataba milicianos. Y con el orgullo que lo cuentan. lOs milicianos, por lo menos los de Cuba siempre han sido gente de pueblo. Con poco entrenamiento militar y por lo general de evanzada edad. Monolito habrá sido un patriota pero también fue un asesino.

 
At 10:51 p. m., Blogger PPAC said...

Los alzados y los milicianos eran gente de pueblo; la nueva clase conformada por la nomenklatura Castrista, estaban bien lejos de participar en esa lucha, salvo de lejos y a buen recaudo y cuando la correlación de fuerzas era 50 a 1 a favor de la tiranía Castrista.

Usted parece que no es cubano o que no vivió esa lucha; la inmensa mayoría de los milicianos eran personas jóvenes y adultas sin llegar a ser de avanzada edad, pues la inmensa mayoría de los milkicianos eran trabajadores en edad laboral, o sea, menor de 55 años. Alos trabajadores que no se inscribían en la milicia los tildaban en el centro de trabajo de ser personas apáticas a la Revolución, que equivalía a que le llamaran contrarrevolucionarios y todas las represalias laborales y políticas a que eso llevaba.

No obstante, le hago la observación de que esos milicianos a los que hace alusión el artículistas, eran miembros de los batallones de la LCB ( batallones de Lucha Contra Bandidos) que eran personas veteranas en la lucha contra los alzados y recibiían un entrenamiento especial ya que eran la élite de los que ya habían participado en esa lucha de manera destacada. Eran personas jóvenes y conocedoras del terreno y de ese tipo de lucha.

 
At 10:59 p. m., Blogger Carlos Echarte said...

Gloria eterna a nuestros heroicos combatientes contra el CastroComunismo
ejemplos muchos hubieron de jovenes que no dudaron en combatir por la libertad de Cuba.Bochorno de lS nuevas generaciones "sumisos carmeros"de la dictadura.

 

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