Carlos Alberto Montaner: La Moringa de Fidel Castro
El semental Rosafé Signet, considerado el Padre de la Ganadería Revolucionaria llegó a “El Dique” en mayo de 1962, junto a otros muy apreciados, a los cuales se les extrajo semen para la elaboración de miles de ámpulas de semen congelado para su utilización en la mejora genética de la ganadería cubana. Recuerdan testigos la presencia del Comandante Fidel en abril de 1965, al conocer del grave estado de salud del valioso toro, el cual se decide sacrificar solicitando nuestro líder se realizara el método de menor sufrimiento. El mismo día ejecutada la eutanasia, vuelve a visitar el centro e indaga detalles sobre la muerte y testigos oculares mencionan haberlo visto arrojando tierra con sus manos, en el momento en que los trabajadores enterraban al animal...
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La Moringa de Fidel
(FIRMASPRESS) Fidel Castro se ha enamorado de la Moringa. Es un amor crepuscular. A sus 86 años, como en los boleros, ha encontrado otra razón para vivir. La Moringa es una planta milagrosa que viene de la India. Es una fuente inagotable de proteínas y minerales que crece casi sin agua y en cualquier terreno. Por qué la Moringa no ha efectuado sus prodigios en la India es una pregunta incómoda que el viejo Comandante no se hace. Fidel es un hombre de respuestas, no de preguntas. No conoce la duda, esa actitud típica de los agentes de la CIA. Fidel está seguro de que esta vez ha acertado con la bala de plata adecuada para matar de un tiro todos los males económicos que aquejan al país. Será su legado final a la nación que ha dirigido desde hace tres generaciones, aunque en el tramo final lo asiste su hermano Raúl, en tantos sentidos, pequeño.
No es la primera vez que Fidel resulta iluminado por estas intuiciones geniales. El economista Marzo Fernández, escapado del manicomio hace unos años, sintetizó muy bien la lista de hallazgos portentosos debidos a la iniciativa de Fidel: una semilla de gandul que crecía hasta en el cepillo de dientes; el arroz IR8; el café Caturra que no necesitaba sombra, ni agua, ni tierra, porque, como la hidra, arraigaba tenazmente hasta en las piedras; un plátano maravilloso cultivado por microjet; un tipo de ganado con vacas generosas que daban ríos de leche y toneladas de carne que no cumplió lo que se esperaba, pero al menos les dejó a los cubanos la única estatua que existe en el mundo a una vaca, la gloriosa Ubre Blanca, junto a un toro semental, ambiguamente llamado Rosa Fe, también venerado, que murió en acto de servicio y en los brazos amorosos de un mamporrero tras la milésima eyaculación revolucionaria.
¿Para qué seguir? La revolución cubana es algo así como la versión caribeña del Gabinete del Doctor Caligari o la consulta del Dr. Frankestein. La sociedad cubana es un laboratorio experimental colocado a la disposición de un tipo arbitrario y lleno de imaginación, colérico y autoritario, que lleva más de medio siglo buscando un truquito que catapulte a la fama y a la prosperidad la hacienda de su propiedad llamada Cuba. Ese personaje, Fidel, ha acaparado y se ha reservado absolutamente la capacidad de tomar iniciativas. Es él quien precisa cuáles son las necesidades y las resuelve. Es él, en exclusiva, quien descubre las oportunidades y se lanza a explotarlas.
Por eso, entre otras razones, ese régimen es un fracaso absoluto. Si le vamos a creer a los discípulos de Vilfredo Pareto –y hay razones para tomar en cuenta a este extraordinario economista italiano— el 20% de la sociedad tiene el ímpetu que se necesita para tirar del 80 restante. De esa quinta parte llena de energía surgen la mayoría de las iniciativas. Eso quiere decir que en un país como Cuba, Fidel Castro se ha apoderado de las facultades creativas de más de dos millones de personas y las ha condenado a la pasiva obediencia de sus caprichos más delirantes, lo que explica (en parte) la miseria y la desesperanza que imperan en esa pobre nación, de la que los jóvenes quieren escapar a bordo de cualquier cosa porque, dada la experiencia, son incapaces de creer que algún día conseguirán mejorar la calidad de sus vidas.
Raúl Castro no ignora nada de esto. Él sabe que los arrebatos de su hermano son responsables de una buena parte del fracaso económico del país, pero su autoridad no le alcanza para frenarlo. Lo ha obedecido ciegamente toda su vida y esos comportamientos se convierten en hábitos. En todo caso, Raúl es un déspota diferente. Administra el desastre, pero no lo provoca. Su intención es mantener el poder político a cualquier costo y quiere copiar el modelo vietnamita, aunque no se sabe muy bien qué es ese engendro. Me cuentan que Raúl despachó la historia de la Moringa con un comentario melancólico e impotente: “son cosas de Fidel”.
EL MÁRTIR ROSAFÉ SIGNET
Por Esteban Casañas Lostal
Montreal, Canadá
Viajando en la ruta 44 hacia el pueblo de Aguacate y después de pasar San José de las Lajas, mi hijo leyó un cartel que decía “Centro de Inseminación Artificial Rosafé Signet”. Como en Cuba le ponían el nombre de un mártir a todas las entidades del Estado y como allí todo le pertenece, pues casi todo lleva el nombre de algún muerto, es un vicio propio del sistema. Como cualquier niño picado por la curiosidad, me preguntó quién era ese mártir cubano llamado Rosafé y en cual batalla había muerto. Le tuve que contar esta pequeña historia que muchos jóvenes desconocen.
-…¡Mijo! Rosafé fue un hermoso toro que se compró en Canadá allá por el año 67 ó 68, fue traído con el propósito de desarrollar una ganadería que había sido diezmada en pocos años. Aquellas vacas Holstein, Brown Swiss y Santa Gertrudis entre otras, fueron sacadas poco a poco de nuestro panorama ganadero porque tenían desviaciones ideológicas y eran muy presumidas. Eran vacas de distintos colores y esto no le gustaba al caballo, él aspiró siempre a tener un pueblo uniformado. Entonces, haciendo gala de su dote veterinaria y amplios conocimientos de ganadero, orientó hacer varios cruces de razas usando a la Cebú, una noble especie que pastaba tranquilamente en nuestros campos. Él se propuso lograr un animal perfecto que bautizaría como las siglas F1, F2, F3 y así sucesivamente. Calculando inteligentemente que obtendría vacas lecheras y de carne con estos experimentos, soñando quizás que cuando se llegaran a las F100, F105, F111 y al ser éstas de más desarrollo científico y tecnológico, darían una producción directa de yogurt, mantequilla, queso, etc. Las más avanzadas, soñó nuestro máximo dirigente, porque eso sí, se pasaba la vida soñando. Si recibían una alimentación enriquecida con el café que luego sembraría en el Cordón de La Habana, darían café con leche directamente de la teta y las que se alimentaran con el cacao que hoy se produce por millones de quintales en el pueblo de Imías, serían capaces de producir un buen chocolate caliente en invierno y helados en el verano. No puede negarse que los sueños del comandante superaban a Julio Verne.
¡De verdad, mijo! El caballo siempre ha tenido buenas intenciones, lo que pasa es que el infeliz es un incomprendido, nadie lo entiende y los cubanos somos unos malagradecidos que lo tiramos todo a jodedera. ¡Carajo! ¿Qué se le habrá ocurrido al tipo cuando importó bueyes de agua de Viet Nam? Pobres animales, se jodieron porque en Cuba escaseaba el agua hasta para las personas.
El caballo, porque le complacía ser llamado así, se vistió con el mejor uniforme ese día y cuando Rosafé descendió por la escalerilla del avión le dio un abrazo. Gesto que la multitud congregada en el aeropuerto José Martí, premió con un prolongado aplauso, hubiera querido que estuvieras allí para que valoraras las simpatías mostradas por ese pueblo hacia el toro canadiense y el caballo cubano, nunca encontrarás a otro pueblo tan solidario. Después del desfile ante la banda de música, el toro y el caballo recorrieron toda la ciudad respondiendo el saludo de ese pueblo tan entusiasta. A lo largo de su recorrido podían leerse lemas que decían: “Fidel y Rosafé, el presente es de lucha y el futuro es nuestro”. ¡Qué vas a saber de esto! Fueron días de gloria.
Después de una bien organizada y merecida recepción, Rosafé fue conducido hacia lo que sería su hogar, una casa de campo en San José de las Lajas con aire acondicionado y música indirecta. Luego de darle las instrucciones a todo el personal que allí laboraba sobre la importancia de nuestro distinguido huésped, el caballo se retiró a ocuparse de otras tareas tan importantes que tenía en desarrollo, como lo era El Cordón de La Habana. Prometió que pasaría frecuentemente para supervisar los trabajos realizados e impartir nuevas orientaciones a los especialistas y veterinarios, no olvides que te hablo de toda una eminencia científica en éste y otros campos.
Al día siguiente llevaron a Rosafé para que montara a una vaca cubana y ésta no soportó el peso de aquel enorme animal. Entonces, el caballo orientó preparar una vaca artificial para el experimento y se retiró nuevamente. Toda la provincia de La Habana se puso en funciones de aquella nueva orientación del comandante y ese mismo día, se terminó de confeccionar un simulador de vaca de tamaño natural que el toro canadiense asimiló con mucho placer. Los inseminadores colectaron el semen en una vagina artificial y partieron corriendo para el laboratorio. Todo fue un éxito y con ese semen se inseminaron doscientas vacas, lo cual informaron a su líder al día siguiente por medio de un informe muy bien redactado por el secretario del partido del centro.
El líder que más sabe en el mundo se puso a sacar cuentas mentales y dedujo que si en diez días se inseminaban 2000 vacas, en un año Cuba sería una potencia ganadera, no se equivocaba. En medio de un mitin relámpago que siempre hacen todos los tarugos y tracatranes a su alrededor, el comandante les dijo que esa era una tarea de choque del partido y que sobre ellos descansaba la responsabilidad del desarrollo de la ganadería en nuestro país y el futuro de la patria, esta última frase no debía faltar antes de iniciar una nueva tarea.
Esa noche se quedó de guardia el secretario del partido atendiendo al ilustre visitante y siendo de madrugada, se llevó a Rosafé para el área de monta y allí le hizo dos pajas. Al día siguiente y durante su sagrada visita al centro, se le informó al comandante que se habían inseminado 400 vacas y el jefe sin poder ocultar su alegría se quitó el Rolex y se lo regaló al secretario por los logros obtenidos.
Al día siguiente se quedó de guardia el secretario del sindicato y de madrugada hizo lo mismo, aquello no fallaba, pero esa vez le hizo tres pajas al pobre toro que no acababa de comprender nada. Nuevamente la acción fue premiada, pero ahora con una moto MZ con side car. Entonces, cuando llegó el turno de guardia al secretario de la juventud, el tipo quiso romper todas las metas y se pasó la noche masturbando al infeliz animal que ya no se podía mantener en pie. ¡Me tengo que ganar el carro! Se decía constantemente, pero después de la tercera paja no logró otra erección en el infeliz toro. Le enseñaba revistas pornos de vaquitas cubanas, le daba masajes prostáticos, le hablaba al oído, lo masajeaba, pero nada de esto lograba excitar al desgraciado Rosafé. El infortunado animal tampoco estaba acostumbrado a esos trajines de las tareas de choque revolucionarias y esa misma noche sufrió un infarto.
El secretario de la juventud, muy asustado, acusó a la CIA por aquella pérdida irreparable y esa fue la versión que se le dio al comandante. Los restos de Rosafé fueron velados en la Plaza de la Revolución, fue así como Rosafé se convirtió en un mártir más y en honor a él, ahora el centro lleva su nombre como homenaje por la lucha que desarrollo en favor de los pobres. ¿Comprendes ahora por qué te quitaron la leche a los siete años? Me respondió afirmativamente, pero estoy seguro de no haberlo convencido…
De todas maneras, como mi hijo era muy pequeño, le dije al final del cuento que todo había sido broma mía, que la realidad era otra y que el camarada Rosafé había sacrificado su vida en una misión internacionalista. En la medida que iba creciendo, aprendí a soportar todos sus traumas mentales, pobrecito, él nunca tuvo la culpa.
Esteban Casañas Lostal.
Montreal, Canadá
13-08-1999
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
traigo este tomado de un comentario de un articulo del Nuevo Herald: . “En 1970 la Isla habrá de tener 5 mil expertos en la industria ganadera y alrededor de 8 millones de vacas y terneras…productoras de leche… Habrá tanta leche que se podrá llenar la bahía de La Habana con leche”. Fidel Castro 8-23-1966. Si no fuera por el sufrimento del digno pueblo cubano, habria que reir mucho de las payadases del payaso en jefe Fidel Castro Ruz.
1 Comments:
traigo este tomado de un comentario de un articulo del Nuevo Herald:
. “En 1970 la Isla habrá de tener 5 mil expertos en la industria ganadera y alrededor de 8 millones de vacas y terneras…productoras de leche… Habrá tanta leche que se podrá llenar la bahía de La Habana con leche”. Fidel Castro 8-23-1966.
Si no fuera por el sufrimento del digno pueblo cubano, habria que reir mucho de las payadases del payaso en jefe Fidel Castro Ruz.
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