viernes, agosto 17, 2012

DAYRON ROBLES ANTE EL DILEMA DEL RETIRO. ¿CUÁNTO DIINERO LE EEBE AÚN EL INDER?



Dayron Robles: las deudas que Cuba prefiere olvidar

DAYRON ROBLES ANTE EL DILEMA DEL RETIRO. ¿CUÁNTO DIINERO LE EEBE AÚN EL INDER?


 
Por Ariel Casas

Todavía en Cuba se discute la legitimidad de la lesión de Dayron Robles en la final de 110 metros con vallas en los Juegos Olímpicos de Londres. Verlo tocarse el muslo en señal de dolor y abandonar una carrera que parecía reservarle una medalla, llenó a millones de frustración y desamparo.

Las críticas no están solo en la calle. En un rapto de soberbia oficial, inusuales artículos de la prensa cubana han fustigado duramente la actuación del que apenas unas horas antes llamaban “Lord del Guaso”, ahora mencionado solo como Dayron, o Robles.

Pero la ley de causa y efecto no está por gusto y, en este caso, tiene mucho más peso del que se nota. Antes de lincharlo verbalmente, ¿se han puesto alguna vez los críticos en su lugar?

Con 25 años, Dayron Robles lo ha ganado todo. El guantanamero es monarca olímpico, mundial, iberoamericano, panamericano y centroamericano, nacional y recordista mundial.
Una casa para mamá

En compensación -más allá del cariño de todo su pueblo, un ardid más que socorrido para enmascarar lo que también merece-, el gobierno le otorgó una casa en Guantánamo, su tierra natal.

Hasta ahí todo es color de rosa, pues un inmueble confortable, como el que tiene su madre en la más oriental de las provincias, es un buen premio. Pero en el mundo actual cada detalle del deportista cuenta, y otros “pequeños elementos” van haciendo la diferencia en carácter, conducta y rendimientos.

El centro de entrenamiento del atletismo cubano está en la capital y en la mentalidad de los orquestadores de todo hasta los extraclases tienen que convivir en los albergues destinados a los integrantes de la preselección nacional.

Lo que se les olvida a los “jeques” del Instituto Nacional de Deportes (INDER) es que la década humillante de los 70 ya es agua pasada, y hay que ofrecer otras facilidades, otros estímulos, si se quiere tener a los atletas de buen ánimo.

No es lógico que un campeón, una personalidad reconocida e influyente en el ambiente deportivo, tenga que pasar meses en albergues que distan mucho de las comodidades necesarias, aunque ya no son barracas como las de hace algunos años. Tampoco tiene por qué pasarse horas en un tren en pésimas condiciones para llegar a casa.

Los $60,000 en litigio con el INDER

Por muchos "baños de pueblo" que una figura deportiva cubana quiera asumir, no es menos cierto que su vida no es ya la misma que la del resto de la población. Pareciera obvio, pero vale la pena recordarlo en un país donde muchas de las rutinas normales de los ciudadanos son consideradas privilegios.
Es un joven que viaja constantemente, se codea con un nivel de vida muy superior y compara, inevitablemente compara. Y ahí viene el desconcierto.

A Dayron Robles le debe parecer que le están robando -tal y como descaradamente lo hace la institución deportiva- como a un niño su chupete, pues cuando gana las más duras competencias y pone el nombre de Cuba en el concierto atlético universal, no recibe ni la mitad de los premios en metálico que recibe.
He llegado a oír comentarios en las altas esferas del deporte cubano como el siguiente: "¿Qué más quiere Dayron? Bastante que viaja todo el año y que trae pacotilla. Ya se le dio una casa y un carro, que no pida más”.

Lo que sucede es que no se trata de una prebenda gubernamental, sino de un premio ganado. El gobierno no le está haciendo un favor en darle casa y carro cuando le quita más del 60 por ciento de lo que se gana con el sudor de su frente y la destreza de sus piernas.

Y para colmo, el INDER le quedó debiendo 60,000 CUC por concepto de premios en recientes eventos europeos, que el atleta logró cobrar después de litigar durante varios meses.

La cuenta es muy sencilla y reveladora: Si Cuba le quita mucho más de la mitad de lo que gana, y le debía semejante cantidad de dinero, ¿cuánto se embolsó la Caja Central del INDER solo por vía de Dayron Robles?

Realmente es de vergüenza el trato que ha recibido un atleta de su estirpe. Ese es el primer golpe demoledor a la motivación de Dayron Robles.

Idolo con excepciones

Vale relatar que el estelar vallista vive actualmente alquilado en un edificio en Centro Habana, y necesitó luchar bastante para que le dieran el auto nuevo que tiene. ¿Cómo se debió sentir Robles si, además de los desmadres con el dinero, tuvo que aguardar mucho tiempo después de la Olimpiada de Beijing 2008 para que le entregasen el auto prometido, mientras peloteros mediocres recibían agasajos inmediatamente?

En cualquier lugar del mundo, un ídolo vive como tal. La regla, sin embargo, tiene su excepción en Cuba. A pesar de inevitables modificaciones para detener la hecatombe deportiva nacional, lo subjetivo sigue prevaleciendo a la vieja usanza implantada por Fidel Castro. Y aquellos de que todos somos iguales y nadie podía tener más que otros, permanece en la retórica y el comportamiento de muchos de los que hoy tienen las riendas del deporte y del país. Claro, ya sabemos que unos son más iguales que otros.

Dayron Robles no tuvo una buena preparación, evitó todo el año estar en los principales eventos y dejó de codearse con los mejores. No creo que haya sido por estrategia, sino porque ya no estaba motivado a dar más que eso.

Ninguno de sus críticos recuerda ahora que siempre estuvo listo para obedecer ante cualquier disposición de las autoridades deportivas, que le impusieron "tareas" como participar en los Juegos Panamericanos y los Centroamericanos, aún cuando estaba en la élite y no necesitaba sobrecargarse en competencias, pues sus metas eran otras. Pero la “patria” lo convocaba y era imperdonable que no asistiera.

¿Desilusionados? ¿Incomodados? ¿Decepcionados con Robles? Me parece que nuestra decepción no es ni por asomo comparable con la que debe sentir Dayron Robles hacia aquellos por los que se entregó durante años en las pistas del mundo.

Podrá optar por retirarse del deporte activo, pero hay que entenderlo. Yo me inclino ante la dignidad de Dayron Robles.