Nota del Bloguista
No debemos de olvidar que Fidel Castro llevó a cabo esa política con la complicidad y gran ayuda de su hermano Raúl Modesto Castro Ruz. Si existiese nuevamente la URSS y el campo socialista de Europa del Este, volverían a implantar esa política, ya que es la que le permitió imponer y consolidar su tiranía.
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Paternalismo y bloqueo
Por Tania Díaz Castro
27 de Febrero de 2013
Cuba actualidad, Santa Fe, La Habana, (PD) En esta selva cubana donde vivimos, con su vegetación leñosa siempre en pleno desorden, existen más sombras que claros. Pero esas sombras son ignoradas por los periodistas a sueldo de la dictadura castrista.
Dice uno de esos mercenarios de la prensa oficialista, la señora Juana Carrasco, que "las mejores almas de este mundo siempre han deseado cambiar las armas por utensilios de trabajo que produzcan alimentos, bienes necesarios para una vida de bienestar".
La señora Carrasco ha olvidado que en los treinta primeros años de selva revolucionaria, nuestra vida de bienestar se vio afectada por las guerras secretas que Fidel Castro dirigió desde un buró del Comité Central del Partido, y financió con el dinero del pueblo, tal como hizo José Stalin en la desmerengada URSS. Por último, una buena parte de este pueblo cayó muerto en combates ajenos, o llegó mutilado a Cuba.
Por estos días se hace hincapié en la prensa nacional para que Estados Unidos levante el embargo comercial y ayude a la dictadura cubana, como lo hizo el desaparecido campo socialista durante décadas y como lo hace por estos años el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aunque se encuentre en el umbral de la muerte.
Esto quiere decir que la dictadura castrista siempre ha gozado de la ayuda exterior para mantenerse en el poder. Cuando la URSS la apuntalaba, por ejemplo, apenas se mencionaba al bloqueo, con la excepción de agosto de 1962, cuando barcos norteamericanos rodearon la isla con el fin de evitar la entrada de más armas nucleares soviéticas. Entonces sí conoció Cuba el verdadero bloqueo.
No olvidemos, pues, que la mente enferma, pervertida y belicista de Fidel Castro hubiera preferido que la isla completa desapareciera en el mar, antes de que los soviéticos pactaran la paz con Estados Unidos. Era evidente que Fidel Castro, en vez de sentir amor por su pueblo, lo menospreciaba, desde el momento en que ni siquiera hizo una consulta popular para saber si los más de seis millones de cubanos que éramos entonces preferíamos la muerte antes de perder aquellos artefactos soviéticos de largo alcance.
Otra prueba de su menosprecio al pueblo cubano es la puesta en práctica de una doctrina social basada en el paternalismo, según la cual las relaciones entre el patrón y sus empleados deben ser parecidas a las que existen entre padres e hijos. La idea no es mía, sino de la célebre escritora Graziella Pogolotti, vieja amiga de revolucionarios terroristas durante la República. El 23 de diciembre pasado lo dejó dicho en el periódico Juventud Rebelde: "La subestimación paternalista contiene una dosis de menosprecio".
Con su carácter paternalista heredado de Ángel, su padre, dueño de un verdadero latifundio, Fidel Castro controló la vida del cubano hasta en sus más íntimas necesidades. Ponía en sus manos, en pocas cantidades y pésima calidad, ropa, comida, techo... Los cubanos se acostumbraron a que el maná les cayera del cielo, sin realizar ningún esfuerzo: el daño más grave que aún sufre el pueblo cubano
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Para Cuba actualidad: vlamagre7@gmail.com
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