sábado, julio 20, 2013

Raúl Rivero sobre Venezuela: Amores y batallas


Amores y batallas
 
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 Nicolás Maduro se casa, publicita la ceremonia y hace verdaderos aportes al periodismo rosa de su país.
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Por Raúl Rivero
 Madrid 

20 Jul 2013

Los graves problemas de transporte del socialismo de todos los tiempos —el avión de Evo Morales empantanado en Viena, sus metástasis diplomáticas, y el barco norcoreano apresado en el canal de Panamá con azúcar de Cuba y cohetes rusos en sus bodegas— le han dado el chance a Nicolás Maduro de revolucionar el lenguaje de la prensa venezolana del corazón. Lo ha hecho mediante la reseña de su boda con la exprocuradora general del país, la abogada Cilia Flores.

El presidente aprovechó también para desviar la atención de la crisis de Venezuela que cada día se hace más aguda para los ciudadanos. Trató de vender un panorama de estabilidad y sosiego. Y entró con resolución y sin sonrojos a reformar la cursilería tradicional de la crónica social por una fanfarria patriótica que copió en Cuba, donde a las personas del servicio doméstico de los jefes se les llama "compañeros que ayudan en la casa".

El aporte de Maduro al periodismo rosa de su país comenzó por la figura del funcionario que realizó la ceremonia de su enlace matrimonial con la mujer con quien vive en pareja desde hace 19 años. Así, el alcalde del municipio Libertador de Caracas, el siquiatra Jorge Rodríguez, es, a partir del 15 de julio, fecha de la firma de los documentos legales, "el casamentero oficial de la Revolución".

La señora Cilia Flores no es la primera dama. Es "la primera combatiente de la República". Otra contribución del dirigente sudamericano es una frase que debe estar al final de cada nota de casamientos entre chavistas de raza. La pensó Maduro solo, sin la ayuda de ningún asesor y la dijo frente a las cámaras de los canales oficiales de televisión: "¡Qué bonito construir patria desde el hogar!"

Un homenaje verbal a la superficialidad y una muestra de manipulación en una Venezuela donde no se detiene la inflación, no hay dinero ni para pagar las pensiones, aumenta la escasez y la inseguridad, se reprime, se imponen las ideas, se acosa y se amordaza a los comunicadores y los ingresos de los ciudadanos no dan para llegar a fin de mes.

Maduro afirma que con su boda quiere mandar un mensaje muy claro de fortalecimiento de la familia venezolana. El recado le llegó a su familia, a las de sus panas de la nomenclatura y a las de los empresarios ricos de la llamada boliburguesía. A nadie más.
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Este artículo apareció en El Mundo. Se reproduce con autorización del autor.