martes, julio 30, 2013

WSJ. MARY ANASTASIA O'GRADY sobre el descubierto contrabando de armas cubanas en buque de Corea del Norte: Los hermanos Castro no pueden esconder su verdadera naturaleza . The Castro Brothers Get Caught in the Act.


Los hermanos Castro no pueden esconder su verdadera naturaleza

 Por  MARY ANASTASIA O'GRADY
July 28, 2013


La noticia de que Cuba fue descubierta contrabandeando combustible y armas en un buque de carga norcoreano, cuando trataba de atravesar el Canal de Panamá, sorprendió a muchos de los que se creyeron el cuento de que el régimen de los Castro se está reformando y está ansioso por perder su reputación criminal.

Son como la rana de la fábula que accede a llevar a un escorpión sobre su espalda para ayudarle a cruzar un río. Cuando a medio camino el escorpión pica a la rana de todas maneras, la rana se queda confundida porque está claro que ahora morirán los dos. El escorpión se explica diciendo que lo que hizo era inevitable porque "esa es mi naturaleza".

Lo mismo vale para los hermanos Castro. Simplemente son incapaces de contener su bestialidad.

Pretender lo contrario significa negar que los Castro, que abogaron ante los soviéticos a favor de la guerra nuclear contra Estados Unidos en 1962, todavía son peligrosos. Sin embargo, la negación está de moda en las redacciones de los medios de comunicación y en los pasillos del Capitolio, en Washington, lo que explica por qué la noticia del contrabando de armas fue tan evanescente.

La naturaleza de escorpión de los Castro no es noticia para los cubanos. No tienen permiso para utilizar Internet, no pueden ver programas de noticias independientes, no pueden ganar en dólares ni expresar sus opiniones, tienen prohibido enviar a sus hijos a escuelas privadas o rendir culto a sus religiones con libertad. Algo tan básico como la leche para los niños es difícil de encontrar.

(Fidel Castro y su hermano Raúl durante una sesión de la Asamblea Nacional Cubana en febrero de 2013. European Pressphoto Agency )

Algunos cubanos que se rebelaron llevan años languideciendo en mazmorras. Otros ahora son víctimas de un nuevo método de represión que según los observadores consiste en arrestos y rápidas puestas en libertad. El Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba informó la semana pasada que "en los primeros seis meses de 2013, la Policía Política del Gobierno Cubano llevó a cabo más de 1.000 arrestos arbitrarios por motivos políticos, la mayoría violentos, que duraron como promedio entre 12 y 24 horas". El consejo cifra en 70 los prisioneros políticos que cumplen sentencias de varios años.

El incremento en la represión ha acompañado los recientes esfuerzos de conseguir más capital extranjero al atraer visitantes estadounidenses a través de excursiones "educativas" y "culturales" que son permitidas por EE.UU. bajo su embargo. Los movimientos de estos visitantes y su interacción con los cubanos deben ser controlados de cerca por la dictadura para asegurarse de que no vean mucho de la Cuba verdadera. Se supone que deben irse hablando maravillas del feliz paraíso comunista. Muchos de ellos lo hacen.

Una dictadura es aparentemente una curiosidad exótica para los estadounidenses acomodados. Son dirigidos en grandes grupos por partes selectas del país para que vean de primera mano lo que puede inspirar la privación.

Esta semana, la exclusiva escuela Phillips Exeter Academy anunció que se uniría al colegio Miss Porter's "en una semana de exploración del fascinante arte y cultura de Cuba". El comunicado no hacía ninguna mención a si los estudiantes de estos internados visitarían las cárceles donde residen los inconformistas, incluyendo artistas, músicos y la defensora de derechos humanos Sonia Garro. Tampoco quedó claro si los chicos aprenderían sobre el régimen de moneda dual, bajo el cual el gobierno militar se embolsilla los dólares de los turistas mientras que paga a sus trabajadores con pequeños pedazos de papel que apenas tienen valor. Yo tengo mis dudas al respecto.

Ahora llega la noticia del envío de armas a bordo del buque Chong Chon Gang con destino a Corea del Norte, un país de cercas de alambre de púas y hambre, un régimen tan peligroso para la paz mundial que incluso el indeciso Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, China incluida, accedió de manera unánime en marzo a incrementar las sanciones en su contra.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba inmediatamente dijo que las armas, encontradas ocultas bajo 10 toneladas de azúcar y sin declarar, eran obsoletas y que estaban a bordo para ser reparadas. Pero José Otero escribe en el diario panameño "La Prensa" que las autoridades del país encontraron los fuselajes de dos aviones MIG y tanques llenos de combustible para jets, además de "un avión para recarga de combustible en el aire, dos vehículos para remolques de radares, una base para lanza-cohetes, una antena de radar con su plataforma y muchos cables" en las bodegas del barco.

Los expertos dicen que algo no cuadra. Las reparaciones de equipos bélicos suelen hacerse pidiendo partes y trayendo a los técnicos. Además, dado que todo estaba hecho en la Unión Soviética, enviarlo a Corea del Norte no tiene ningún sentido.

El ex presidente colombiano Álvaro Uribe escribió un tuit el 18 de Julio en el que decía que una fuente confiable le dijo que parte de ese cargamento tenía como destino Ecuador. El periodista colombiano Eduardo MacKenzie indicó en una columna en línea la semana pasada que "siete otros barcos de Corea del Norte han hecho viajes a Cuba en los últimos cuatro años, con itinerarios parecidos al del Chong Chon Gang". Un nivel más del misterio es lo que esos barcos podrían haber llevado a Cuba en primera instancia.

Todo esto huele mal. Cuba quiere deshacerse de su estatus como paria internacional para que pueda recibir ayuda del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo así como crédito de bancos estadounidenses y de esta manera evitar las reformas políticas y económicas. Adoctrinar a las estudiantes del colegio Miss Porter's es parte de ese esfuerzo. El contrabando de armas es, o debería ser, una llamada de atención
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The Castro Brothers Get Caught in the Act.

Por Mary Anastasia O'Grady
 July 28, 2013

The news that Cuba was caught smuggling fuel and weaponry on a North Korean freighter through the Panama Canal surprised many who have bought the line that the Castro regime is reforming and eager to lose its reputation for criminality.
They are like the fabled frog that agrees to carry the scorpion on his back across the water. When the scorpion stings the frog midstream, the amphibian is confounded because it is clear that both will drown. But the scorpion explains that what he did was inevitable because "it's my nature."
The same goes for the Castro brothers. They are simply incapable of containing their beastliness.
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To pretend otherwise is to deny that the Castros, who lobbied the Soviets for nuclear war against the U.S. in 1962, are still dangerous. Yet denial is in fashion in some newsrooms and in the cloakrooms on Capitol Hill, which is why the weapons-smuggling story was so evanescent.
The scorpion nature of the Castros is hardly news to Cubans. They are not permitted to use the Internet, to watch independent news broadcasts, to earn dollars, to speak their minds, to send their children to private school or to worship freely. Something as basic as milk for children is hard to find.
Some Cubans who rebel languish for years in dungeons. Others are now victims of a new method of repression that observers call "catch and release." The Council of Human Rights Rapporteurs in Cuba reported last week that "in the first six months of 2013 the Cuban government political police made more than 1,000 arbitrary arrests for political activity, the majority [of the arrests] violent and lasting on average between 12 and 24 hours." The council counts more than 70 political prisoners serving multiple-year sentences.
Increased repression has accompanied recent efforts to bring in more foreign exchange by attracting American visitors through "educational" and "cultural" excursions that are permitted by the U.S. under its long-standing embargo. The movements of these visitors and their interaction with Cubans must be tightly controlled by the dictatorship to ensure that they don't see too much of the real Cuba. They are supposed to go away singing the praises of the happy communist paradise, and many do.
A dictatorship is apparently an exotic curiosity for well-to-do Americans. They are being herded through selected parts of the country in large numbers to view firsthand what deprivation can inspire.
This week the elite Phillips Exeter Academy announced that it would join with Miss Porter's School "on a weeklong exploration of the fascinating art and culture of Cuba." There was no mention of whether students in these prep schools would be visiting the jails where nonconformists—including artists, musicians and the black human-rights advocate Sonia Garro—reside. Nor was it clear whether the children would learn about the dual-currency regime in which the military government pockets dollars from the visitors while it pays workers in almost worthless bits of paper. Somehow I doubt it.
‪Now comes the news of the arms shipment aboard the Chong Chon Gang headed for North Korea, a land of barbed-wire fences and starvation, a regime so dangerous to world peace that even the dithering United Nations Security Council, China included, agreed unanimously in March to heightened sanctions against it.
The Cuban foreign ministry immediately claimed that the weaponry, found hidden under 10 tons of sugar and undeclared, was obsolete and going abroad for repair. But José Otero writes in the Panamanian daily La Prensa that Panamanian officials found two MiG fighters and full tanks of jet fuel, along with "a mid-air refueling plane, two vehicles for towing radars, a rocket-launching platform, a radar antenna with platform and many cables" in the ship's hold.
Experts say the story doesn't add up. Weapons repairs are normally made by ordering parts and flying in technicians. What is more, since everything was made in the Soviet Union, sending it to North Korea doesn't make sense.
Former Colombian President Alvaro Uribe tweeted on July 18 that a reliable source told him that part of the shipment was destined for Ecuador. Colombian journalist Eduardo MacKenzie noted in an online column last week that "seven other North Korean ships had made trips to Cuba in the last four years with itineraries similar to the Chong Chon Gang." A further mystery is what these ships may have brought to Cuba in the first place.
All of this smells bad. Cuba wants to shake off its international pariah status so that it can get World Bank and InterAmerican Development Bank handouts and credit from U.S. banks, thereby avoiding economic and political reform. Indoctrinating the girls at Miss Porter's School is part of that effort. The arms-trafficking is, or should be, a wake-up call.


Write to O'Grady@wsj.com
A version of this article appeared July 29, 2013, on page A11 in the U.S. edition of The Wall Street Journal, with the headline: The Castro Brothers Get Caught in the Act.