Julio César Álvarez desde Cuba: ¿Asesinato selectivo contra opositores políticos?
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Para Cuba actualidad: ajuliocesar68@gmail.com
Julio César Álvarez
05 de Septiembre de 2013
Cuba actualidad, Santos Suárez, La Habana, (PD) El hecho de que los dirigentes del Estado cubano nieguen que sus servicios de seguridad se dediquen al asesinato selectivo de opositores políticos no constituye una prueba de que esos servicios no hayan asesinado en su momento a algún opositor, ya sea por acción u omisión, como son los ejemplos de Oswaldo J. Payá Sardiñas, coordinador nacional del Movimiento Cristiano de Liberación y su ayudante Harold Cepero, fallecidos el 22 de julio de 2012 en un accidente automovilístico.
El expresidente de Cuba, Fidel Castro, siempre respondía a las acusaciones sobre las violaciones de los derechos humanos y los maltratos a los prisioneros en las cárceles de la isla con una frase: "En Cuba jamás se ha maltratado a un prisionero".
Sin embargo, los maltratos y las violaciones, denunciadas con oportunidad por los prisioneros, desmentían y desmienten una y otra vez tal afirmación. Todavía el Estado cubano no reconoce esas violaciones, a pesar del cúmulo tan grande de evidencias.
De la misma forma los dirigentes del Estado cubano también niegan que sus servicios de seguridad ejerzan violencia contra los opositores, y afirman que muchas veces dichos servicios de seguridad han protegido a dichos opositores de la "ira del pueblo".
Muchos cubanos conocen que son los propios servicios de seguridad los que organizan a esos cubanos "iracundos" para que neutralicen e infundan miedo a los opositores a través de los actos de repudio y la violencia.
Son algo así como las tropas de asalto del Partido Comunista. Son los mismos cubanos "iracundos" que asesinaron a más de 40 compatriotas, hundiéndoles el remolcador en el que navegaban para impedirles huir del país.
Por tales argumentos no sería nada extraño que los dirigentes del Estado cubano mientan también sobre el
asunto de los asesinatos políticos selectivos como es el caso de Oswaldo Payá y Harold Cepero. Si los dirigentes del Estado cubano han mentido antes, ¿por qué no volverían a mentir ahora?
El ciudadano español Ángel Camorrero, uno de los tripulantes del auto donde viajaban Oswaldo Payá y Harold Cepero, afirmó en sus declaraciones en Cuba que la muerte de los dos cubanos había sido un accidente. Posteriormente, ya en España, cambió su versión, y planteó que lo habían obligado a dar esa declaración.
El señor Camorrero puede estar mintiendo, eso es una posibilidad. Pero también existe la posibilidad de que lo hayan obligado a dar una declaración falsa bajo amenaza. No será el primero ni el último en la historia que se vea obligado a ello. Por poner un ejemplo famoso, recordemos a Galileo Galilei ante el tribunal de la inquisición.
Personalmente no creo en la teoría del asesinato. Fui oficial de la Seguridad del Estado durante dos años, y tampoco puedo decir que nos incitaran en algún momento al asesinato como medio de neutralizar a un opositor.
Pero también pasé más de 16 años en las cárceles de la isla por ayudar a los grupos de oposición y de derechos humanos. En esos lugares la misión de los carceleros debía ser la de cuidar y proteger la integridad física de los reos. Sin embargo, muchos de ellos actuaban de forma totalmente contraria, y era la tortura física y sicológica la que guiaba muchas veces sus actos.
De manera que más allá de lo que crea cada cual, existe la posibilidad de que las acusaciones lanzadas por la familia de Payá contra el gobierno cubano tengan fundamento.
Como la mentira tiene piernas cortas, en algún momento se sabrá si el Estado cubano estuvo involucrado o no en la muerte de esos dos opositores.
Cuba actualidad, Santos Suárez, La Habana, (PD) El hecho de que los dirigentes del Estado cubano nieguen que sus servicios de seguridad se dediquen al asesinato selectivo de opositores políticos no constituye una prueba de que esos servicios no hayan asesinado en su momento a algún opositor, ya sea por acción u omisión, como son los ejemplos de Oswaldo J. Payá Sardiñas, coordinador nacional del Movimiento Cristiano de Liberación y su ayudante Harold Cepero, fallecidos el 22 de julio de 2012 en un accidente automovilístico.
El expresidente de Cuba, Fidel Castro, siempre respondía a las acusaciones sobre las violaciones de los derechos humanos y los maltratos a los prisioneros en las cárceles de la isla con una frase: "En Cuba jamás se ha maltratado a un prisionero".
Sin embargo, los maltratos y las violaciones, denunciadas con oportunidad por los prisioneros, desmentían y desmienten una y otra vez tal afirmación. Todavía el Estado cubano no reconoce esas violaciones, a pesar del cúmulo tan grande de evidencias.
De la misma forma los dirigentes del Estado cubano también niegan que sus servicios de seguridad ejerzan violencia contra los opositores, y afirman que muchas veces dichos servicios de seguridad han protegido a dichos opositores de la "ira del pueblo".
Muchos cubanos conocen que son los propios servicios de seguridad los que organizan a esos cubanos "iracundos" para que neutralicen e infundan miedo a los opositores a través de los actos de repudio y la violencia.
Son algo así como las tropas de asalto del Partido Comunista. Son los mismos cubanos "iracundos" que asesinaron a más de 40 compatriotas, hundiéndoles el remolcador en el que navegaban para impedirles huir del país.
Por tales argumentos no sería nada extraño que los dirigentes del Estado cubano mientan también sobre el
asunto de los asesinatos políticos selectivos como es el caso de Oswaldo Payá y Harold Cepero. Si los dirigentes del Estado cubano han mentido antes, ¿por qué no volverían a mentir ahora?
El ciudadano español Ángel Camorrero, uno de los tripulantes del auto donde viajaban Oswaldo Payá y Harold Cepero, afirmó en sus declaraciones en Cuba que la muerte de los dos cubanos había sido un accidente. Posteriormente, ya en España, cambió su versión, y planteó que lo habían obligado a dar esa declaración.
El señor Camorrero puede estar mintiendo, eso es una posibilidad. Pero también existe la posibilidad de que lo hayan obligado a dar una declaración falsa bajo amenaza. No será el primero ni el último en la historia que se vea obligado a ello. Por poner un ejemplo famoso, recordemos a Galileo Galilei ante el tribunal de la inquisición.
Personalmente no creo en la teoría del asesinato. Fui oficial de la Seguridad del Estado durante dos años, y tampoco puedo decir que nos incitaran en algún momento al asesinato como medio de neutralizar a un opositor.
Pero también pasé más de 16 años en las cárceles de la isla por ayudar a los grupos de oposición y de derechos humanos. En esos lugares la misión de los carceleros debía ser la de cuidar y proteger la integridad física de los reos. Sin embargo, muchos de ellos actuaban de forma totalmente contraria, y era la tortura física y sicológica la que guiaba muchas veces sus actos.
De manera que más allá de lo que crea cada cual, existe la posibilidad de que las acusaciones lanzadas por la familia de Payá contra el gobierno cubano tengan fundamento.
Como la mentira tiene piernas cortas, en algún momento se sabrá si el Estado cubano estuvo involucrado o no en la muerte de esos dos opositores.
Para Cuba actualidad: ajuliocesar68@gmail.com
posted by PPAC @ 9/07/2013 03:08:00 a. m.
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