Tomado de http://www.palabracubana.org/
Lourdes María canta a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre la canción
No permitas que tu pueblo sucumba
En tiempos de tribulaciones, todos buscan la paz sin cesar.
Muy adentro preguntamos: hasta cuando podemos soportar?
Cubano, que te sientes tan solo, piensa que solo no estás.
Dios siempre está con nosotros, es nuestro guía y verdad
Y si Dios está con nosotros, quien en contra nuestra estará?
Virgen de la Caridad, patroncita de mi Cuba,
hacia ti hoy nos volvemos, intercede por nosotros.
Tu presencia está en mi pueblo desde que llegaste a Nipe
No permitas que tu pueblo sucumba y que muera nuestra fe.
Y si ayer te dimos la espalda, hoy queremos volver hacia ti,
Padre, escucha a tu pueblo cubano que de nuevo se acerca a ti.
Que no crea en ídolos falsos, que aprenda vivir en la verdad.
Que no crea en líderes vanos y que aprenda amar de verdad.
Y si ayer te dimos la espalda, hoy queremos volver hacia ti,
Dios perdona a tu pueblo cubano que de nuevo sea fiel a ti.
Que no crea en ídolos falsos, que aprenda vivir en la verdad
Que no crea en líderes vanos y que aprenda amar de verdad.
LOURDES MARÍA
canta
No permitas que tu pueblo sucumba
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Nota del Bloguista
Muchos
mambises llevaban consigo durante la guerra, la ¨medida ¨de la Caridad
del Cobre, que era una cinta con la longitud de la altura de la imagen
de la Virgen de la Caridad del Cobre que se encontró en la bahía de
Nipe. Para conocer la historia (no leyenda ni cuento) de como fue ese
hallazgo pueden leer mi artículo
NO ES LEYENDA EL HALLAZGO DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE
basado en un documento encontrado por el eminente historiador y
geógrafo cubano Levi Marrero en el archivo de Indias en Sevilla, España.
Leví Marrero, fallecido en 1995, sigue condenado al ostracismo por el
Castrismo como se puede leer en el sitio
La Jiribilla:
¨Esas
versiones se refieren a que en el Archivo de Indias en Sevilla, España,
se conservan desde 1607 descripciones del anciano Juan Moreno, uno de
los tres protagonistas, en ese entonces de 10 años de edad, y se deduce
que el acontecimiento ocurrió en 1606.¨
El 12 de agosto de
1898, terminada la Guerra de Independencia de 1895, el Mayor General
Calixto García envió a su Estado Mayor a celebrar una misa solemne y un
Te Deum de acción de gracias en la Iglesia de la Caridad del Cobre, hoy
Santuario Nacional y Basílica.
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La Virgen de la Caridad, virgen mambisa, cubana
José Abreu Cardet
jabreu040751@argentina.com
Máximo
Gómez afirmó que para obtener la victoria en la guerra de 1868 eran
necesarios: “... algunos elementos de guerra y un poco de constancia”
(1) Se ha escrito en algunos textos como los mambises obtenían esos
“elementos de guerra” pero de cómo fundamentaron ese “poco de
constancia” se conoce mucho menos. Es esta una pregunta que reclama una
respuesta. Primero debemos hacer una breve reflexión sobre lo que
significaban 10 años para un hombre de mediados del siglo XIX.
Nos
hemos acostumbrado tanto a repetir la expresión “Guerra de los 10 años”
que en cierta forma ha perdido su sentido de tiempo. Tampoco hemos
intelectualizado lo que pudo significar para una persona, en especial
para alguien de mediados del siglo XIX, donde la esperanza de vida no
era tan prolongada. Podía ser perfectamente un quinto, un cuarto y
quizás hasta más del total de la existencia de cualquiera de aquellos
hombres y mujeres.
¿ Cómo resistieron tanto tiempo?. Hay una
respuesta elemental: la intransigencia independentista. Era la esencia
de la “...vorágine de la guerra de los diez años.” (2) como la llamó
Enrique Jose Varona. Ese es el gran mecanismo mental que conformó una
espiritualidad del sacrificio.
Desde esa sólida base debemos de
iniciar la construcción de todo argumento para entender la resistencia.
Pero es de pensar que en la mísera vida cotidiana de esta gente existían
toda una serie de mecanismos, que sumados, harían más soportable cada
día, cada noche de humedad y hambre, de calores y mosquitos, de fugas y
combates. Detalles que, quizás, hoy nos parezcan insignificantes pero
que para ellos alejaron la soledad, la desesperación, la incertidumbre
por el futuro. Eso es lo que llamamos los mecanismos de la
resistencia. Es asunto difícil de determinar con ejemplos. Quizás cada
mambí llevaba en su macuto (3) un cúmulo muy particular de motivos que
explican su hazaña. De todas formas hay aspectos comunes sobre los que
podríamos hacer algunas generalizaciones. Entramos en un campo inseguro
para un historiador, más acostumbrado por el oficio a moverse entre
datos muy concretos, criterios argumentados con buena letra en papel o
evidencias de diverso origen; pero siempre perceptibles a los ojos, al
oído o al tacto. Ahora comenzaremos a andar en un mundo en extremo
subjetivo. Siempre en asuntos humanos hay campos intangibles. Similares
al efecto de esas aguas subterráneas que de humedad en humedad van
avanzando hacia la superficie hasta que un día producto de la búsqueda
humana o las circunstancias geológicas brotan para constituir un
manantial en la montaña o el desierto. Los motivos de la gran
resistencia del 68 tienen fuerzas ocultas que no son mágicas ni
sobrenaturales. Fueron productos de las circunstancias o de las acciones
de aquellos hombres y mujeres. Intentaremos encontrar ese mundo
espiritual y material que consolidó el espíritu de la resistencia por 10
años. Quizás no tengamos todas las razones. Es posible que existieran
otros motivos que consolidaron la gran y desesperada resistencia. El
mundo religioso tuvo en el campo mambi un espacio que en ocasiones hemos
olvidado. Si bien la iglesia católica como institución se unió a los
integristas los cubanos eran propietarios de una fuerte religiosidad
popular que los acompañaron a los campos de combate.
Se sentía
una especial devoción por la virgen de la Caridad del Cobre. En Holguín
tal creencia tenia viejas raíces. El territorio holguinero estuvo
vinculado al surgimiento del mito de la virgen. Según este fue en aguas
de la bahía de Nipe que encontraron la imagen sobre una tabla que
flotaba. Tres vecinos de esas riberas la rescataron e iniciaron la
adoración a su figura. Era frecuente que familias holguineras
emprendieran una peregrinación al santuario del Cobre donde se situó su
imagen. La tradición oral guarda esos recuerdos de viajes en carretas o
en cabalgaduras hasta aquel lejano lugar para cumplir una promesa hecha a
la virgen o por devoción. Al marchar a la guerra por la independencia
se llevaron los cubanos a la manigua mambisa esa creencia que se
convirtió en un elemento de la gran resistencia que se extendió por diez
años. Un mambí escribió en una carta a un amigo “… si la virgencita quiere, pronto tendremos modo de darle su merecido…” (4) a los españoles.
La
mejor forma de entender la creencia de los mambises en aquella imagen
es una descripción que nos dejo el líder insurrecto Ignacio Mora en su
diario personal:
El fanatismo
del pueblo cubano raya en locura. La fiesta de la Caridad es un delirio
para él. Sin tener que comer, pasa dedicados estos días en buscar cera
para hacer la fiesta al estilo mambí, esto es, encender muchas velas y
suponer que la imagen de la Virgen está presente. En todos los ranchos
no se ve fuego para cocinar sino velas encendidas á la Virgen de la
Caridad. (5)
La buena madre de Cristo parecía estar
atenta a los muchos sufrimientos de sus hijos antillanos. No los pudo
rescatar de los pelotones de fusilamientos, de la acción implacable de
las contraguerrillas pero por lo menos estos sufridos combatientes
debieron de sentirse acompañados en sus momentos más trágicos por la
piadosa imagen. Quizás en cierta forma conformaba una especie de
abstracción de la patria para esta gente de un sentido muy recto y
simple de la imaginación. Cuba era representada como una mujer. (6) La
virgen bien pudo devenir en la imaginación de aquellos héroes en símbolo
de la patria y la independencia.
1— Yoel Cordoví Nuñez. Máximo Gómez tras las huellas del Zanjón. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2005, p 92
2—
Enrique José Varona a Ventura García Calderón. En Letras, cultura en
Cuba. Número 6, Editorial Pueblo y Educación , La Habana, 1989, p 3
3—El macuto mambi era un saco que llevaba cada insurrecto donde guardaba todo lo que consideraba que le podía ser útil.
4—Elda
Cento Muñoz y Ricardo Muñoz Gutiérrez. Salvador Cisneros Betancourt:
Entre la controversia y la fe Editorial Ciencias Sociales La Habana 2009
p. 150
5— Nydia Sarabia, Ana Betancourt, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1970, p. 153
6—
La historiadora Olga Portuondo Zuñiga en su libro sobre la Virgen de
la Caridad del Cobre dedica un capitulo a este papel subversivo de la
virgen. En el recoge diversos ejemplos de la devoción de los mambises
por la virgen.
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Virgen Mambisa
Madre, que en la tierra cubana
Riegas desde lo alto tu amor;
Madre del pobre y del que sufre,
Madre de alegría y dolor:
Todos tus hijos a ti clamamos,
Virgen Mambisa, que seamos hermanos.
Todos tus hijos a ti clamamos,
Virgen Mambisa, que seamos hermanos.
Madre, que en tus campos sembraste
Flores de paz y comprensión:
Dale unidad a tu pueblo,
Siembra amorosa la unión.
Todos tus hijos a ti clamamos,
Virgen Mambisa, que seamos hermanos.
Todos tus hijos a ti clamamos,
Virgen Mambisa, que seamos hermanos.
Madre, que el sudor de tus hijos
Te ofrezca su trabajo creador.
Madre, que el amor a mi tierra
Nazca del amor a mi Dios.
Todos tus hijos a ti clamamos,
Virgen Mambisa, que seamos hermanos.
Todos tus hijos a ti clamamos,
Virgen Mambisa, que seamos hermanos.
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Virgen Mambisa
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TRIO MATAMOROS - VENERACIÓN
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