lunes, octubre 21, 2013

Recordando algunos secretos de los dictadores de Cuba Fidel y Raúl Castro

Hablan con sus testimonios: Alina Fernᮤez, hija de Fidel Castro,Dariel Alarcón ¨Benigno¨ ex-coronel del Ministerio del Interior, Carlos Cajaraville, ex analista de la Contrainteligencia de Cuba, Huber Matos, ex Comandante,  Jorge Masseti ex agente de Inteligencia del Departamento América  y otros

Los Secretos de Castro

 Parte 1


Parte 2



Parte 3



Parte 4



Parte 5



************
Tomado de http://www.cubanet.org/CNews/y01/jun01/04o1.htm


Publicado el 4 de junio de 2001 en el El Nuevo Herald

Cuba usó alucinógenos al adiestrar a sus espías

Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald

Cuba experimentó con técnicas de hipnosis y alucinógenos para "modificar la conducta'' de numerosos agentes que fueron enviados al extranjero desde finales de los años 80, aseguró en Miami un ex oficial de la inteligencia cubana que desertó en Estados Unidos en 1995.

"Entre estos alucinógenos estaban la psilocibina y el LSD. Era un proyecto similar al MK-Ultra de la CIA, del cual se consiguió y tradujo tanta información como fue posible obtener'', escribió el desertor en un documento obtenido semanas atrás por El Nuevo Herald.

El polémico MK-Ultra iniciado por la CIA consistía en el uso de drogas para explorar la posibilidad de "dominar las mentes a larga distancia''.

El ex oficial --identificado por los seudónimos de Alex y José-- habló bajo condición de anonimato, pero proporcionó a El Nuevo Herald un informe escrito de nueve páginas que resume el testimonio ofrecido al FBI pocos días después de su deserción, así como documentación fotográfica.

A su llegada a territorio norteamericano, Alex tenía la misión de contactar a otros agentes, especialmente en el área de Miami, donde operaba entonces la llamada Red Avispa. A comienzos de este año decidió romper su silencio, motivado por el juicio que se sigue en Miami contra cinco presuntos espías cubanos.

"Puedo asegurar que la Red Avispa [desarticulada en septiembre de 1998] es apenas una porción del trabajo de espionaje que se había concebido para infiltrar Estados Unidos a largo plazo'', señaló Alex, que vive ahora en el sur de la Florida.

La oficina del FBI en Miami declinó hacer comentarios sobre el caso, pero tres ex oficiales de la inteligencia cubana que residen actualmente en Estados Unidos, corroboraron --por separado-- la procedencia y la credibilidad de Alex.

"Por los datos relacionados, puedo asegurar que se trata de información de primera mano", aseveró el ex capitan de la contrainteligencia Carlos Cajaraville, quien llego a Miami en 1995.

El informe de Alex se centra en el desempeño del teniente coronel de la Dirección General de Inteligencia, Eduardo Rodríguez, alias Martín "El Manco'', fundador de los órganos de Seguridad del Estado en 1959.

Cercano colaborador del fallecido ex ministro del Interior (MININT) José Abrantes, Rodríguez era considerado un experto en los métodos de trabajo de la CIA. En la década del 80, el alto mando del Ministerio del Interior le dio órdenes directas para que trabajara en la preparación de los agentes de la inteligencia cubana que serían enviados al exterior.

"El Manco manejó directamente las investigaciones sobre hipnosis y el uso de drogas en la preparación de agentes'', señaló el desertor. "Fue el artífice de este repentino auge de estudio de la parasicología y la hipnosis, temas que hasta ese momento eran tabú en la comunidad científica cubana, y hasta se invitaron a Cuba a científicos de la talla de [el especialista soviético] Vladimir Raykov''.

De acuerdo con el testimonio, Rodríguez participó en la creación de la Sociedad Cubana de Hipnosis (SCH), en 1985, sufragada con fondos secretos de la Dirección General de Inteligencia. Bajo su mando se seleccionó el personal científico para esa entidad, muchos de los cuales ya laboraban como agentes o informantes de la Seguridad del Estado.

"Esta sociedad [la SCH] sólo fue una 'cortina de humo' para justificar ciertos experimentos sobre modificación de conducta bajo hipnosis y sobre el uso de drogas para los propósitos de (...) inteligencia y contrainteligencia", subraya el informe.

Según Alex, para los experimentos con los potenciales agente, se utilizaban habitaciones en los hoteles Riviera y Presidente, en la zona de El Vedado, y se llegó a financiar viajes al extranjero de los especialistas involucrados en el proyecto.

Rodríguez, de 59 años, fue detenido e interrogado a raíz de la llamada Causa No. 1, de 1989. En la actualidad está retirado y reside en La Habana, ya sin la influencia que tuvo dentro del MININT.

El informe de Alex menciona al menos tres agentes que fueron reclutados y entrenados por Rodríguez en La Habana, a finales de los 80:

Antoine Avila, un ex funcionario de la Embajada de Francia en Cuba. Fue detectado como contrabandista de joyas y obras de artes, y se le reclutó para que ofreciera información sobre los sistemas de alarma, registros de seguridad y personal de esa sede diplomática. Se le utilizó para que "favoreciera'' las donaciones, créditos y colaboración de instituciones francesas dedicadas a fomentar el desarrollo de países del Tercer Mundo. Avila distorsionaba la información sobre la realidad cubana que debía enviar periódicamente al Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia.

Cosme González Carone, un antiguo agente de la contrainteligencia que se comisionó para las operaciones económicas del MININT, particularmente en Panamá. Mantuvo una estrecha relación con el general Manuel Antonio Noriega, el ex hombre fuerte de Panamá, y concertó negocios a través de la compañía MOINSA Motores Internacionales. Otra de sus fachadas era el de representante de las firmas SKF y Sabena (aerolíneas belgas), para lo cual se le abrió una oficina en el Instituto de Aviación Civil de Cuba. Bajo sospechas de haber sido reclutado por los servicios de inteligencia norteamericanos, fue secuestrado por un operativo en Panamá y llevado a la isla en un vuelo especial de la Fuerza Aérea Cubana.

Un ciudadano americano de origen cubano, alias "El Johnny'', cuya preparación se realizó en el quinto piso del Hotel Presidente. En dos habitaciones contiguas, Rodríguez y otros oficiales trabajaron para modificar la conducta del futuro agente, hacerlo más agresivo y seguro de sí mismo, y desarrollarle su capacidad de concentración. Al "Johnny'' se le creó una fachada de empresario, con dinero proporcionado por la Seguridad del Estado, y se le ordenó crear una empresa comercial en Estados Unidos en 1989.