Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
En
efecto, un año sin Tarjeta Blanca o Permiso de Salida Temporal, pero la
tiranía sigue teniendo en sus manos la capacidad para negarle la salida
(temporal o definitiva) a las personas que ellos consideren que no es
conveniente. Esa potestad de la dictadura totalitaria de los Castro y
cómplices, se materializa mediante la negación o habilitación del
pasaporte cubano: práctica que también se extiende a los consulados y
Oficina de Intereses de Cuba en Washington. Tambiés eson utilizados
mediante los recursos de encarcelar y otorgar licencia extrapenal.
Algunos de los casos antes mencionados son Oscar Elías Biscet, al que
se le negó la salida, para participar en la ceremonia que el Presidente
Barack Obama le otorgó a todos los que han recibido la Medalla
Presidenacial, Ángel Moya Acosta, Martha Beatriz Roque, etc., que
solamente le dan el Permiso de Salida si es para Salida Definitiva del
país.
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Tomado de
http://www.cubanet.org
La ley de los que votan con los pies
Por José Hugo Fernández
Enero 14, 2014
LA HABANA, Cuba, 14 de enero de 2014.www.cubanet.org — Suele decirse que la eliminación de la Tarjeta Blanca ha sido la más significativa entre las reformas aplicadas en Cuba durante la dinastía de Castro II. No creo que sirva de mucho discutirlo. Las cosas son más y menos significativas según quien las valore, y es natural que cada cual tienda a valorarlas a partir de los criterios e intereses que les condicionan sus circunstancias.
En cualquier caso, lejos de constituir un mérito, me parece vergonzoso que el resultado más significativo de la gestión de un gobernante sea abolir un edicto medieval, impuesto y mantenido desde décadas atrás por su propio sistema de poder, aun cuando fuera pieza de museo para cualquier país del mundo civilizado.
Los opositores
Puesto el parche, reconozcamos que algunos beneficios nos ha traído la medida. A los opositores, controversias a un lado, les allanó el camino para esclarecer ante el mundo sus razones. Si lo han hecho bien o mal, o si sencillamente desperdician la oportunidad, ya es asunto enteramente suyo. A los intelectuales y artistas indiscutiblemente les vino bien, sobre todo a los que disponen de medios o mecenas para sufragar los gastos. Y también les ha venido bien a la gente que, con ayuda desde el exterior, decide explorar los mercados laborales y las posibilidades de asentamiento en E.U, Latinoamérica o Europa.
Gracias a que la dinastía de Castro II nos permitió viajar más o menos libremente, y también permite, más o menos, el regreso temporal o definitivo de aquellos que se fueron de la Isla años atrás, ha mejorado, más o menos, el acercamiento entre la familia cubana, tan dispersa y tan fracturada por culpa de la política. E Igualmente la medida fue útil, hasta hace poco, propiciando que algunos paisanos emprendedores trajeran desde el exterior ropas y productos deficitarios aquí para comercializarlos al margen de las inanes y chupasangre tiendas estatales.
Queda entonces por ver qué ha significado esta reforma migratoria para el resto de la población, que es la mayoría, personas sin recursos y sin parientes o allegados en el extranjero, obreros, estudiantes, empleados y desempleados de a pie, negros en demasía, pobladores de la periferia, menesterosos por lo general.
A pesar de que no me convencen los resultados de las encuestas que se realizan en Cuba, donde la cerrazón y represión gubernamental propician que cualquiera se pueda inventar testimonios de personas cuya identidad y cuyas fotografías no está obligado a publicar, opté por ensayar mi propia cuasi encuesta entre ciudadanos de a pie residentes en los municipios habaneros de Centro Habana, Plaza y La Lisa. Así, pues, comprendiendo de antemano la lógica desconfianza de los lectores, me permito referir algunas opiniones recogidas mediante charlas informales, en la calle y en casas de amigos y conocidos.
Los jóvenes
Por ejemplo, entre los jóvenes a quienes pregunté (unos 40), primaron dos actitudes típicas: los que respondían cualquier bobería, como “eso está en talla”, o “sirvió, sirvió” (estudiantes de nivel medio generalmente), y los que ven la medida como algo muy positivo, aunque les preocupa, de cara al futuro próximo, que los trámites migratorios no puedan pagarse con moneda nacional y a precios que se correspondan con las reales posibilidades de la mayoría de la gente.
Las amas de casa consultadas (58) coincidieron casi en su totalidad a la hora de situar la reforma migratoria por debajo, en importancia, de otras medidas, como la extensión del trabajo por cuenta propia, o como el hecho ¿simple? de que por vez primera en 50 años se venda pan liberado, mejor aunque más caro que el de la libreta, y en horarios abiertos. Todas elogiaron la eliminación de la Tarjeta Blanca. Y muchas dijeron, quejosas, que ahora las trabas para que viajemos las ponen las embajadas de otros países, ignorando, o al menos sin tener presente que tales negaciones de visas se deben al miedo de los gobiernos ante posibles oleadas migratorias de cubanos, o sea, que la traba es igualmente culpa de nuestro régimen dictatorial y empobrecedor, del cual la gente quiere huir en masa, sobre todo los jóvenes, aunque ya no solamente ellos.
El derecho a regresar
Algo más de 60 mujeres y hombres agrupados a ojo de buen cubero en la edad laboral, vertieron criterios sustanciales, los de mayor peso dentro de mi cuasi encuesta.
Los más recurrentes coinciden en que mientras no se resuelva o al menos se alivie la dura crisis económica que afecta a la mayor parte de la población, la importancia de la reforma migratoria será siempre relativa. Insistieron en que a todos les parece una buena medida, pero son pocos los que pueden servirse directamente de ella. Incluso, aquellos que la ven como una opción, no se interesan en ella sino como otra variante de lucha económica, pues el pueblo cubano carece radicalmente de cultura turística. De modo que esta medida viene siendo a fin de cuenta la ley de los que votan con los pies. En tanto, los que optan por vivir aquí, o aquellos a quienes no les queda otro remedio, aun cuando consiguieran el dinero requerido para viajar, necesitan emplearlo en la solución de problemas más perentorios: alimentación, vivienda, pequeños negocios…
Tanto estos últimos como el grueso de los demás cuasi encuestados, se refirieron favorablemente al derecho al regreso (de quienes viajan o de quienes viven en el exterior) como otra de las aristas más positivas de la reforma. Mientras, sólo tres –ancianos- manifestaron no estar de acuerdo con la medida, pues, según ellos, favorece al régimen en mayor proporción que al pueblo. Y cinco de mis cuasi encuestados (dos mujeres y tres hombres, uno de ellos joven) la descalificaron sin matices, alegando que a los pobres no les hace falta viajar sino comer, vestirse y tener una casa y un empleo que les permita vivir sin sobresaltos.
En suma, fueron algo más de 150 criterios, acopiados informalmente entre gente de a pie, no profesionales ni artistas ni disidentes. Y aunque bien se sabe que un centenar de golondrinas no hace verano en una ciudad de 2 millones de habitantes, aproximadamente, tal vez sirva para dar una leve idea en torno al estado de opinión popular sobre este asunto. Si no resulta suficiente o creíble, qué remedio. También mis circunstancias me condicionan, así que apenas pude hacer uso de la posibilidad de describir el paisaje con trazos de pintor de brocha gorda.
Por lo demás, sea ésta o no la reforma más significativa de la dinastía de Castro II, creo que de todas maneras pasará a la historia, si no como la ley por la cual dejamos de ser rehenes del régimen, al menos como la que mejoró pálidamente nuestro estatus, convirtiéndonos en rehenes con disyuntiva legal para la huida.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
José Hugo opina en esta entrevista:
Me gustaría responderte que el
periodismo independiente tiene reales aunque inexploradas posibilidades
de influir sobre la gente de a pie en Cuba. Pero ahora mismo yo no veo
el modo. Al margen del discurso y la utopía política, de cualquier
signo, si no dispones de los medios para que te lean, te escuchen o te
vean, estás muy jodido a la hora de influir.
Tengo la opinión de que el periodismo independiente será la fuente fundamental donde en el futuro el pueblo cubano podrá informarse de lo que fue el Castrismo. Los Castristas en la Cuba futura intentarán ocultar la barbarie del Castrismo, pero ahí estarán los testimonios del periodismo independiente actual para refrescarle a aquellos que tienen mala memoria o no supieron, afortunadamente, lo que fue verdaderamente el Castrismo.
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José Hugo Fernández, escritor de soledades habaneras
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El narrador especializado en el género policíaco ha vivido aislado en Cuba por 20 años
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Por LUIS LEONEL LEÓN
ESPECIAL
José
Hugo Fernández es uno de los escritores cubanos contemporáneos más
atípicos, misteriosos y a la vez desconocidos. Veinte años atrás, por
sus ideas políticas, fue expulsado de la UPEC (Unión de Periodistas) e
incluido en la “lista negra” de los medios de información, por lo que
nunca más se le permitió trabajar. Desde entonces, según sus propias
palabras, decidió “encuevarse en su casa” para escribir al margen de un
régimen que no permite otros medios que no sean los oficiales. El
resultado: 14 libros publicados, casi todos por Plaza Editorial de
Miami. En sus novelas predomina el género policíaco y sus cuentos
describen cotidianas angustias individuales, siempre marcados por la
realidad cubana. Su más reciente novela Mujer con rosa en el pubis se
presenta en el Café Demetrio de Coral Gables este viernes 10, 7pm. Muy
pocos le han entrevistado. De su solitaria vida de escritor, conversamos
para DIARIO LAS AMÉRICAS.
¿Por qué esta novela atravesada por la mítica fotógrafa italiana Tina Modotti?
La
causa es una conocida foto que le hizo Edward Weston donde aparece
desnuda en una azotea. Yo era muy joven cuando la vi por vez primera, y
me enamoré para siempre. Así que a la hora de escoger el ideal de un
hombre torturado por un deseo insaciable, Tina se impuso sin la menor
resistencia de mi parte. Este es el único detalle que podríamos
considerar autobiográfico. El resto de los personajes y los hechos nada
tienen que ver conmigo. Hay quien ha dicho que es una sensual historia
de amor y
crimen.
(El escritor y periodista independiente ha publicado 14 libros. (CORTESÍA))
No pocos se preguntan, incluso tu editor Jorge
Mota, de dónde nacen tus historias y cómo haces para escribirlas con
tanta fertilidad y elocuencia.
Escribo a partir de mis
pulsaciones existenciales: vivencias, lecturas, observaciones,
desasosiegos, pesadillas, sobresaltos, roñas. Y en cuanto a lo que
llamas fertilidad, supongo que se deba a que trabajo como un burro,
desde antes del amanecer hasta la noche, de lunes a lunes.
Después de años trabajando para los medios, ¿qué ha sido lo más duro de esta elección de escribir al margen?
Escribir
es para mí el mayor placer, y estar al margen es algo que define mi
personalidad. Así que escribir al margen es lo más confortante que me ha
pasado en la vida. Sólo fue duro al principio, justo cuando apenas
podía escribir, porque tenía que hacer otras cosas para entretener las
tripas.
¿Cómo es vivir censurado por disentir?
Tal vez sea
la única forma de vivir decentemente en Cuba. O al menos para mí lo es.
Supongo que el disentimiento no resulte determinante en absoluto para
un taxista, un carpintero o una manicura, pero para un intelectual y un
artista debe ser descorazonador pasarse la vida aguantando las ganas de
disentir sólo porque no lo censuren, o fingiendo que disiente, que es
peor aún, por lo que agota.
¿Te ha salvado de algo la literatura?
Del aburrimiento, la desesperación, la morriña, la soledad, la incertidumbre, el miedo. Incluso del hambre en ocasiones.
¿Qué sientes al saber que Mujer con rosa en el pubis se presentará en Miami y no puedes asistir?
Me
gustaría ir a Miami para abrazar a personas a las que quiero mucho, y
en general me gustaría ir a Miami. Con respecto a la presentación de
esta novela, siento la tranquilidad de saber que allí estarán apoyándome
buenos amigos, mucho mejores que yo para estas contingencias, y la vez
es esta otra posibilidad de invitar a los posibles lectores, lo cual
agradezco a ti y al Diario las Américas.
¿En tus circunstancias, qué sostiene tu goce por la vida, cuál es tu mayor esperanza y cuál es tu más querido sueño?
Estar
vivo es lo que me mantiene el gusto por la vida. Es una frase hecha, y
espero me disculpen por ella, pero no encuentro una mejor manera de
simplificar el asunto. Mi mayor esperanza, es seguir vivo y con salud,
si Dios y la policía quieren. Y mi más querido sueño, ojalá sea el que
voy a soñar esta noche.
¿Cómo prefieres invitar a tus posibles lectores de Miami a la presentación de tu novela: estilo radial, literario, periodístico?
Siempre
fui un impugnador del estilo radial, tal y como lo identifican los
tópicos. Eso, entre otras naderías, me costó la cabeza. La novela es
literatura y esta entrevista es periodismo. Así que prefiero dirigirme a
los lectores con el estilo de ciertos vendedores ambulantes de La
Habana: “compren la novela, y si no les gusta, prometo devolverles el
dinero”.
Para muchos, entre los que me cuento, la radio es uno de los medios en donde más se aprende. ¿Qué es, o fue, la radio para ti?
Fue
una experiencia determinante en mi vida como creador. La radio es un
medio único, sobre todo, como dices, en tanto vía de aprendizaje.
Lástima que sea subestimada por muchos mediocres y metatrancas, de esos
que hay tanto en Cuba como en todo el mundo, la miran por encima del
hombro, inexplicablemente.
Algunos de los que comenzamos a hacer
radio en La Habana de los 90’, nos sentimos influenciados por tus
programas. Fue una huella quedó en lo que escribimos y dirigimos
después. Y de pronto, desapareciste del éter. ¿Qué más extrañas de la
radio?
Lo que más extraño de la radio es la música, o sea, el
privilegio de compartir o repartir la música que prefieres. Tal vez sea
algo difícil de explicar. Esa posibilidad de conectar con gran cantidad
de personas mediante la música que más te gusta, la que te apurruña la
mente y el corazón, es una experiencia irrepetible. Nunca he sido muy
apegado a los preceptos. Se dice que la radio es inmediatez noticiosa y
posibilidad de comunicación directa con la gente. Para mí, siempre fue,
ante todo, un conducto de complicidad espiritual con otros seres. No
importa cuántos fueran, ni bajo qué circunstancias. Uno tenía la certeza
de que estaban ahí, escuchando, y eso era suficiente.
¿Si mañana (ojala suceda pronto) Cuba alcanza una transición democrática, regresarías a la radio, o te dedicarías a otras cosas?
No
regresaría a la radio, ni a ningún otro medio. Ya no soporto la idea de
trabajar bajo las órdenes de un jefe y de atenerme a disposiciones o
reglas o leyes impuestas desde arriba. Además, me siento absolutamente
incapacitado para el gregarismo.
En Cuba todos los medios de
comunicación están en poder del régimen y el acceso a Internet es muy
limitado. De ahí que activistas, blogueros y periodistas independientes
publiquen fuera de la isla, realizando una labor de denuncia ante el
mundo, de adentro hacia fuera. Por ello su trabajo donde realmente se
conoce es fuera del país. ¿Cómo el periodismo independiente pudiera
funcionar de dentro hacia dentro, para informar, incentivar, o quizás
hasta movilizar al pueblo cubano?
Me gustaría responderte que el
periodismo independiente tiene reales aunque inexploradas posibilidades
de influir sobre la gente de a pie en Cuba. Pero ahora mismo yo no veo
el modo. Al margen del discurso y la utopía política, de cualquier
signo, si no dispones de los medios para que te lean, te escuchen o te
vean, estás muy jodido a la hora de influir. Sólo después (sabe Dios
cuándo), una vez que haya democracia en Cuba, y siempre que el
periodismo independiente lo sea verdaderamente, tendrá la real
posibilidad de influir para bien entre la gente. Por más que eso también
lo veo como el sueño que ojalá pueda soñar esta noche.
“Mujer
con rosa en el pubis” se presenta este viernes 10, 7pm, en Café
Demetrio: 300 Alhambra Circle, Coral Gables, FL 33134. 305- 448-4949.
Los libros de José Hugo Fernández pueden comprarse en:
www.plazacontemporaneos.com
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