jueves, enero 02, 2014

Sobre Cuba. Ofelia Acevedo, viuda del asesinado Oswaldo Payá: En memoria de Antonio Augusto Villareal Acosta. Orlando Luis Pardo Lazo: En la muerte mala de un hombre bueno


 


 Antonio Augusto Villareal Acosta, antes de caer preso





  Antonio Augusto Villareal Acosta, después de salir de la prisión preso

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En memoria de Antonio Augusto Villareal Acosta.

Por Ofelia Acevedo
Movimiento Cristiano Liberación
30 de diciembre de 2013

Aún recuerdo claramente su voz desesperada clamando que lo sacaran de aquel encierro, en las múltiples llamadas que hacía a  nuestra casa en el Cerro. Eran llamadas de auxilio. Recuerdo que tanto Oswaldo como yo tratábamos de calmar su desesperación, de infundirle esperanza hasta quedarnos sin palabras con que alentarlo. ¿Cuantas veces denunciamos su situación? Fueron muchas, pero sabíamos que la única solución  que frenaría el avance de la enfermedad que le debutó o le indujeron por la crueldad sufrida en la cárcel, era su liberación. Esa estaba en las manos del Gobierno que lo había condenado a injusta prisión  en condiciones humillantes. Era la venganza contra el hombre decente y amante de la libertad, que se había entregado en cuerpo y alma a reclamar a ese Gobierno que ocupa el poder a fuerza de terror, los derechos para su pueblo indefenso y amordazado. Villareal fue unos de los coordinadores del Proyecto Varela, trabajó incansablemente en la campaña, por los cambios pacíficos, los derechos y la reconciliación, que  exige aun hoy a la Asamblea Nacional, (amparada en el artículo 88g de la constitución actual en Cuba), un referéndum, o plebiscito  para que el pueblo decida su futuro.

Por eso lo encerraron y condenaron, por eso no tuvieron misericordia con él y lo convirtieron en un guiñapo humano, como a tantos otros, algunos  quizás desconocidos aun.

La deportación fue otra crueldad, a su edad y enfermo lanzarlo al destierro, como alternativa al encierro que sufría, fue el indigno final del plan macabro que concibieron para aniquilar, la movilización cívica más importante que en 55 años de dictadura ha logrado el pueblo cubano y que Oswaldo Payá denominara la “Primavera de Cuba” por lo que significó aquella entrega en el mes de la primavera cubana de aquellas 11020 primeras firmas del Proyecto Varela.

El Movimiento Cristiano Liberación, quiere que recordemos a Augusto Villareal Acosta, como aquel hombre, impecable, generoso y gentil, conocedor de la literatura, con el que se podía conversar horas de diferentes temas, ingenioso y valiente para expresar sus ideas, que gustaba de escribir y escribió mucho, capacidad que perdió porque los temblores en sus manos se lo impidieron. Algún día se publicaran sus escritos, para cuando haya ojos y oídos nuevamente en el mundo que se interesen sinceramente  por la suerte de los hombres buenos.

El lamentable final de Villareal nos recuerda la situación de emergencia de todos los prisioneros políticos que hoy sufren en las cárceles cubanas. Es urgente salvar a Yosavani Melchor Rodríguez que el próximo marzo cumplirá cuatro años en prisión solo porque su  madre del MCL se negó a cooperar con la Seguridad del Estado del Gobierno Cubano.

Hoy, Dios ha acogido a Villareal, como acoge a todos los hombres buenos para hacerlos gozar de su paz, liberado ya de todos los tormentos que sufrió. Intercede junto a los  que ya  le han precedido, para que los cubanos alcancemos la libertad y la felicidad. Ellos labraron el camino y nos hicieron vislumbrar la meta, entre todos podemos lograrlo.

Como postrero homenaje, recordamos una de tantas denuncias que Oswaldo Payá, a nombre del Movimiento Cristiano Liberación hiciera en Noviembre de 2008, después de una de las conversaciones telefónicas con Villa, como le llamábamos que ilustran la transformación sufrida por el estado en que se encontraba por entonces:

"El Movimiento Cristiano Liberación hace un llamado de urgencia por la situación de varios presos políticos.

El prisionero de conciencia Antonio Augusto Villarreal Acosta sufre de una enfermedad del sistema nervioso desde que lo encarcelaron en Marzo del 2003. Enfermedad que se agudiza cada vez más debido a las infrahumanas condiciones con que se enfrenta en la prisión y a los malos tratos recibidos, desestabilizando su sistema emocional, lo que lo mantiene en constantes depresiones. El temblor en sus manos es tal que ya no puede ni escribir, que era la única acción  que le permitía desahogarse, por lo que vive en un constante tormento. Apenas se levanta de la cama. Camina arrastrando los pies. Muchas veces casi no pude ni hablar porque está atontado por la cantidad de medicamentos que toma para los nervios Ha recibido atención psiquiátrica y ha sido diagnosticado por la psiquiatra con “inadaptación a la prisión”, pero a pesar de esto Villarreal sigue encarcelado junto a presos comunes, muchos de ellos de alta peligrosidad. Recientemente contrajo una infección por escabiosis y no tenía las condiciones para hervir la ropa de cama y cambiarla diariamente como debe ser; sólo le suministraron los medicamentos para untarse en el cuerpo. Hace más de siete meses está esperando por una operación de vesícula que le dijeron que le iban a hacer. Casi no come nada porque todo le cae mal. Padece de frecuentes diarreas. La ropa se le cae por el bajo peso.

El domingo 23 de Noviembre de 2008, en una llamada telefónica a la casa de Oswaldo Payá Sardiñas, Villarreal le dijo a su esposa Ofelia Acevedo que se iba a quitar la vida, pues no veía otra salida a su situación. Nos alarma que un hombre como Villarreal, cristiano, de una fe enorme y de un valor y una firmeza en sus principios a toda prueba, haya llegado a un nivel de desesperación tal que piense que el suicidio es la única solución a la terrible situación que padece.

Villarreal es miembro del Movimiento Cristiano Liberación, tiene 58 años de edad y está confinado en la prisión La Pendiente de Santa Clara, cumpliendo 15 años de privación de libertad acusado injustamente de violar el artículo 91 del Código Penal. Villarreal sólo se dedicó a defender los derechos de los cubanos y a promover el Proyecto Varela como camino de solución pacífica y entre cubanos.

Hacemos un llamado de atención y solución urgente a las autoridades del penal, a los miembros de la Fiscalía y del Tribunal Provincial de Villa Clara, a la Seguridad del Estado y a la máxima dirección política del país, que son los máximos responsables de esta situación que pone en peligro la vida de Villarreal, que es incompatible con el régimen de encierro en que se encuentra."

Ofelia Acevedo Maura

Consejo coordinador del Movimiento Cristiano Liberación.
Publicado: 30 Diciembre 2013

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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Dios  no es arrogante. 
Dios permite que el hombre tome sus propias decisiones, inclusive la de pecar o suicidarse.
Por otra parte: 
"Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.  Porque Dios NO es Dios de muertos, sino de VIVOS, pues para él, TODOS VIVEN".
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Tomado de http://orlandoluispardolazo.blogspot.se

EN LA MUERTE MALA DE UN HOMBRE BUENO

LÁGRIMAS PLÁSTICAS
Por Orlando Luis Pardo Lazo
30 de diciembre de 2013


En la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba, un impedido físico, un preso común (para mí ningún preso es común), Norge Cervantes, un ciego, le dijo como despedida a Antonio Villareal, uno de los 75 prisioneros de la Primavera Negra con que Fidel Castro reaccionó al Proyecto Varela: “las lágrimas que corren por mis mejillas son del corazón, porque tengo los ojos de plástico”.

Antonio Villareal apareció muerto en Miami el sábado 28 de diciembre pasado. Día de los Inocentes, que en paz descanse este niñón noble de sesentitantos años, que fue torturado hasta la saciedad en Cuba. Hasta perder por etapas la voluntad sobre sus reflejos más elementales, como el de controlar su micción. Y sus lágrimas. Habló con muchos llorando dentro y fuera de Cuba, por teléfono o en cámara, pero nunca sus verdugos de verde olivo lo lograron quebrar. Por eso mismo se ensañaron.


Nosotros no, por supuesto, a nosotros no nos pasará nada parecido. Nosotros estamos sanos y en control. Nosotros triunfamos, como triunfó ya Miami y muy pronto triunfará La Habana. Miami, una ciudad largamente modelada desde La Habana para cumplir el rol histórico que a partir del 2014 se precipitará: salvar a la Revolución castrista, gestionar un futuro empresarial para su militariado mafioso de cuello y corbata. Putinismo a pulso.

No hay nada que el gobierno cubano haga que no esté signado por la muerte (de ahí mana su verdadero poder a perpetuidad). La liberación de los 75, por ejemplo, ya arrastra con varias muertes, incluida la de Laura Pollán, que aún estaría entre nosotros de no haber ocurrido esas “liberaciones”, pues ella por sí sola se sabía defender mucho mejor del complot asesino que le quitó la vida por la espalda y la cremó para no dejar evidencias.

El Cardenal Jaime Ortega es artífice de todas estas deportaciones forzosas y cómplice de la ristra de crímenes a los que él en persona les va dando el consumatum est. Los Castros ponen sólo la mano de obra.

Se especula que fue un suicidio y enseguida la prensa lo perdona porque Antonio Villareal tenía “problemas mentales” o “estaba enfermo de los nervios”. Suicidarse no es un síntoma de enfermedad mental, sino de fortaleza espiritual: es un bofetón a la arrogancia de Dios o el sinsentido de la Nada. Si se mató, es porque así se lo merecía Miami. Pero, en cualquier caso, no existe la menor evidencia de que haya sido un suicidio. Atentado o enfermedad, lo que sí es un hecho es que los cubanos lo habíamos abandonado, incluso desde La Habana.

Los cubanos somos todos como ese prisionero ciego, pero al revés. Nuestras lágrimas sí son de plástico, como los ojos con que miramos sin ver.