miércoles, febrero 05, 2014

En entrevista de Carmen Muñoz del diario español ABC a los editores de Espacio Laical dan respuestas nauseabundas que muestran su complicidad con la tiranía. Oswaldo Payá los denunció en su momento .LAS PROVOCACIONES, MENTIRAS Y OFENSAS DE LOS EDITORES DEL ESPACIO LAICAL

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Mano dura internacional sí fue la  que hubo contra Pinochet,  la Sudafrica del apartheid, Sudán, etc.. Contra la tiranía de los Castro ha habido pañitos calientes y complicidades e indiferencia. Oswaldo Payá en su momento los criticó como se debía en su artículo
LAS PROVOCACIONES, MENTIRAS Y OFENSAS DE LOS EDITORES DEL ESPACIO LAICAL
. Yo sólo añadiré: ¿  Es tanto pedir  que los Derechos Humanos  condicionen el diálogo ?. Ya esa expresión los denuncia como colaboradores, conscientes o inconscientes de la dictadura  totalitaria de los Castro  y de su purpurado peón ... Una vez más se muestra que  Oswaldo Payá estorbaba en la agenda de la tiranía y de intereses foráneos que desean invertir en Cuba.
Su asesinato era predecible.
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 «En Cuba no habrá una primavera árabe sino una transición a la cubana»

Por Carmen Muñoz
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Los editores de «Espacio Laical» creen que los derechos humanos deben figurar en la agenda, pero no condicionar el diálogo
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isabel permuy
Roberto Veiga (d) y Lenier González, editor y vice-editor de la revista cubana «Espacio Laical», el martes en Madrid


El futuro, como el presente de la última dictadura del hemisferio occidental, «será a la cubana». Los editores de la revista «Espacio Laical», del Arzobispado de La Habana, aseguran que en Cuba «no habrá una primavera árabe sino una transición a la cubana que no se va a parecer a lo ocurrido en ninguna parte del mundo». Roberto Veiga y Lenier González, editor y vice-editor respectivamente de la publicación trimestral, afirman que la «creciente» sociedad civil y «todos los cubanos en general tenemos el desafío» de participar en este proceso de forma «creativa» y «pasar de la dinámica de la confrontación a la de la concordia».

En el contexto del traspaso de poder de Fidel a Raúl Castro, cuando el régimen cubano abría un proceso de reformas ahora «lento y confuso pero que no tiene marcha atrás», surgió esta revista que «intenta dar espacio a la pluralidad y que ésta se relacione de forma positiva». En «Espacio Laical», fundada en 2005 a iniciativa del cardenal Jaime Ortega, tiene cabida «toda la nación cubana, de la isla y de la diáspora». Carmelo Mesa-Lago, Arturo López-Levy o Carlos Saladrigas han colaborado en algún momento con sus artículos o conferencias. Como la mayoría de los cubanos, Veiga (abogado) y González (comunicador social), no tienen acceso a internet. Durante su visita a España, este miércoles presentan la revista en el Real Instituto Elcano y el próximo viernes tienen previsto reunirse con el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia.

Tanto Veiga como González advierten, durante una entrevista con ABC, de que los países no deben erigirse en «jueces»: «La política hacia Cuba no debe basarse en el enfrentamiento con el Gobierno y en intentar derrocarlo. No ha dado resultado la estrategia de la mano dura ni la de la mano suave, sino la de acompañar a los cubanos como amigos a salir de la crisis». Los editores subrayan que la «institucionalidad debe ser reformada por los cubanos de dentro y fuera de la isla, lo que no quiere decir que los demás países no opinen, aconsejen o critiquen, pero deben hacerlo como amigos de todos los cubanos».

Entre las críticas, Veiga y González incluyen las relativas a los derechos humanos, una cuestión clave para los disidentes anticastristas y los países occidentales. Los derechos humanos pueden aparecer en la agenda de las relaciones con Cuba, pero puntualizan que «ningún asunto debe condicionar el desarrollo de los demás». En este sentido, creen que en su país existen derechos «plenamente garantizados», otros «un poco lesionados» por la crisis económica... y otros «limitados por las circunstancias políticas que vive la isla», entre los que mencionan el derecho a expresarse, manifestarse o asociarse. «En medio de la confrontación, hay que buscar la manera de ensanchar esos derechos, a lo que está contribuyendo nuestra revista», apuntan.
Papel de la Iglesia

La Iglesia católica cubana tuvo un papel clave en el diálogo con las autoridades de La Habana para excarcelar a los prisioneros de conciencia de la Primavera Negra en 2010. En Cuba existen un 2% de católicos practicantes entre una población de más de once millones de habitantes, de los que un 70 por ciento están bautizados. Veiga y González sostienen que la Iglesia juega un papel «en el presente y lo hará en el futuro, en la medida en que continúe siendo un instrumento de diálogo al servicio de la nación cubana, que ayude a despolarizar el campo político».

En el «fuego cruzado» en el que señalan que viven ellos mismos, achacan las críticas a la Iglesia católica cubana a esa «polarización». Los «duros» de la oposición tachan a la institución de «colaboracionista» con la dictadura, mientras que los «duros» del régimen la consideran «subversiva». El «gran pecado» de Cuba como nación es que «se ha intentado imponer un proyecto que excluye a los demás». El «gran cambio», concluyen, es lograr «un marco en el que todos los proyectos puedan compartir el país y construir juntos un futuro sin nuevos vencidos donde quepan todos». Roberto Veiga y Lenier González incluyen al régimen: «El Gobierno es y será un actor clave en el presente y futuro de Cuba, y tiene el desafío de moverse de una posición de parte del conflicto a otra de garante de la diversidad».

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LAS PROVOCACIONES, MENTIRAS Y OFENSAS DE LOS EDITORES DEL ESPACIO LAICAL (En respuesta del MCL a los ataques de los editorialistas de Espacio Laical contra la oposición democrática cubana.)


El día 16 de Mayo emitimos una declaración con el título “La Unica Opción del Pueblo es la Libertad”. En respuesta a esa declaración la Revista Espacio Laical ha publicado un editorial en el que sus redactores enuncian, entre otras, las siguientes ideas:

1-Esta gestión del Cardenal Ortega nunca ha representado una aceptación a-crítica de lo mal hecho por las partes del espectro nacional. Unas veces en público y otras en privado, ha cuestionado el quehacer político opositor dentro y fuera de Cuba, que suele caracterizarse por criticar, condenar e intentar aniquilar, sin proyectos claros y universales para el destino de la nación.
2- Desde su amor indiscutible a Cuba libre y soberana, la Iglesia no puede comulgar con proyectos monitoreados y acoplados, en muchos casos, a agendas dictadas desde fuera de la Isla y sin un distanciamiento crítico claro sobre las medidas de bloqueo contra nuestra Patria.
3. No obstante, el Cardenal y muchos otros cubanos, dentro y fuera de la Iglesia siempre han vislumbrado que la solución definitiva para Cuba pasará por una metodología política signada por el encuentro, el diálogo y el consenso. Pero esto no es aceptado por muchos que, cargados ~de odio, de prejuicios y en algunos casos hasta de escasísima inteligencia política, prefieren derrocar al actual Gobierno y conseguir un triunfo que nuevamente excluya a los adversarios. Este tipo de victoria, por supuesto, podría conducirnos hacia un cambio político y económico, pero no hacia el necesario equilibrio nacional de inspiración martiana, en tanto muchas veces sus promotores parecen empecinados en excluir a todos aquellos que de alguna manera apoyan o han apoyado a la dirigencia de la Revolución. Dicha pretensión podría cincelar nuevos mecanismos electorales, que tal ~vez satisfagan a ciertos sectores políticos, pero serían reglas deficitarias de un verdadero contenido democrático y reconciliador.
Con estas expresiones; manifiestan toda una doctrina mentirosa de la descalificación que deforma la realidad. Con la conocida petulancia con que desprecian desde la inteligencia hasta la buena voluntad de los otros, niegan escandalosamente la existencia de iniciativas de diálogo sin exclusiones, que durante décadas hemos impulsado bajo la represión. Hemos soportado en silencio una guerra sistemática  e implacable de parte de elementos desde la Iglesia como los que se manifiestan en este Editorial de Espacio Laical. Todos en la Iglesia conocen esta persecución y esa guerra que hemos soportado. Lean todos como acusan a la oposición de querer excluir los que han participado en la revolución y nos atribuyen la intención de aniquilar. ¿Qué es eso? ¿Un llamado para que el régimen nos aniquile a nosotros?  No le tememos.
Apelamos a todos los obispos cubanos porque consideramos injusto y escandaloso, que se emitan, a nombre de la Iglesia, esas expresiones empapadas de protagonismo, desprecio a otros y vanidad excluyente para descalificar a todo el movimiento cívico cubano, que tanto ha luchado y sufrido por impulsar el diálogo, los derechos y la democracia y a quienes este editorial trata como rivales. Es una dañina confusión de planos. ¿Además de descalificar y perseguir la oposición, que pretenden? ¿Suplantarla?
Con las anteriores afirmaciones, ese editorial de Espacio Laical insulta a la oposición, la calumnia y la acusa en los mismos términos injuriosos que emplean el Gobierno y la Seguridad del Estado. Son los mismos falsos argumentos con que los fiscales y tribunales del régimen han condenado a muchos cubanos disidentes a altas penas de prisión, en condiciones crueles e inhumanas, tal como hicieron con los 75.
Los que redactan dicho editorial son los mismos que están pidiendo el voto de confianza para el gobierno de Raúl Castro y al acusar a la oposición, aunque sea con mentiras, actúan como clásicos delatores. Respondemos con justeza a la gravedad de sus acusaciones calumniosas contra nosotros los opositores.
Al afirmar que la oposición no tiene proyectos claros y universales, mienten y niegan la riqueza de proyectos y propuestas de solución pacífica para la compleja realidad de Cuba, que sostiene la oposición dentro y fuera del País. El Proyecto Varela no pretende aniquilar a nadie, sino defender los derechos para todos los cubanos sin exclusiones, la soberanía popular y la reconciliación. El Proyecto Varela, más que una propuesta opositora es una demanda muy clara y universal apoyada por decenas de miles de cubanos.
Por otra parte, hablar a nombre de la Iglesia en esos términos acusatorios y ofensivos, es una provocación que pretende enfrentar, artificialmente, la oposición y la iglesia. Sabemos que esas no son las actitudes, ni las palabras de la Iglesia, sino posiciones políticas de algunos que dominan medios de prensa de la Iglesia, algo que continúa generando confusión. En definitiva, lo que no menciona ese editorial es que es la actitud del Gobierno la que está condenando al pueblo a  vivir sin libertad y sin derechos. Esa es la esencia del problema.

Nuestro pueblo desea y necesita cambios políticos y en todos los órdenes y busca caminos pacíficos para realizarlos. Muchos miembros de la oposición democrática dentro y fuera de Cuba estamos impulsando una solución pacífica con la propuesta, El Camino del Pueblo, una hoja de ruta para el cambio. No permitiremos que ninguna distracción nos aparte de ese camino en el que trabajamos por un diálogo sin exclusiones, por la libertad y los derechos para todos.
¡TODOS CUBANOS, TODOS HERMANOS Y AHORA LA LIBERTAD!

Oswaldo José Payá Sardiñas
A Nombre del Movimiento Cristiano Liberación
La Habana, 22 de Mayo de 2012

Publicado: 23 Mayo 2012 en Artículos Oswaldo Payá y M.C.Liberación.
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Payá acusa a intelectuales laicos en Cuba de “calumniar” y “descalificar” a la disidencia

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El opositor respondió este miércoles con duros ataques a un artículo recién publicado en la revista Espacio Laical, que salió en defensa del cardenal Ortega y arremetió contra grupos opositores
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Redacción CE,

 Washington DC 
23/05/2012 

El opositor Oswaldo Payá, coordinador del Movimiento Cristiano Liberación, respondió hoy con duros ataques a un artículo recién publicado en la revista Espacio Laical, el órgano de prensa del Consejo de Laicos de la Arquidiócesis de La Habana.

El texto de Payá, titulado “Las provocaciones, mentiras y ofensas de los editores del Espacio Laical”, fue publicado este miércoles en la web del opositor, en medio de la polémica suscitada por recientes declaraciones del cardenal Jaime Ortega.

En su documento, Payá acusa a intelectuales cercanos al Arzobispado de La Habana de “calumniar” y “descalificar” a grupos disidentes en los medios cercanos a la Iglesia cubana.

La revista Espacio Laical publicó el lunes un editorial en el que acusaba a “ciertas facciones” opositoras en la Isla y en el exilio de llevar a cabo una “guerra” contra la política de diálogo abanderada por el arzobispo de La Habana, el cardenal Ortega.

Según la revista, publicada por laicos cercanos a la cúpula eclesiástica, grupos “cargados de odio” y de “escasísima inteligencia política” buscan “deshacerse” de Ortega y de su línea de diálogo con el gobierno.

“Hablar a nombre de la Iglesia en esos términos acusatorios y ofensivos es una provocación que pretende enfrentar, artificialmente a la oposición y la Iglesia”, respondió hoy Payá, premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2002.
(Oswaldo Payá)

El disidente acusó a los grupos laicos al frente de publicaciones como Palabra Nueva o Espacio Laical de arrogarse la representación de la Iglesia, excluyendo a la oposición.

Palabra Nueva también salió en defensa del cardenal Ortega con un texto publicado la semana pasada por el vocero de la arquidiócesis de La Habana, Orlando Márquez, al que Payá respondió.

En opinión del líder opositor, católico practicante, se trata de “posiciones políticas de algunos que dominan medios de prensa de la Iglesia”.

“Los que redactan dicho editorial son los mismos que están pidiendo el voto de confianza para el gobierno de Raúl Castro”, apuntó Payá, que acusó a los intelectuales laicos de actuar como “delatores” y de pretender “suplantar” a la disidencia.

Varios grupos opositores, sin embargo, acusan a Ortega de legitimar el gobierno castrista con el diálogo. También grupos del exilio atacaron recientemente al cardenal por su “contubernio” con el castrismo.

La Iglesia, por su parte, asegura que con su línea busca impulsar cambios “graduales”, “incluyentes” y “pacíficos”, para renovar el modelo sociopolítico cubano, en contra de la tradicional política de confrontación de la disidencia.

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