martes, mayo 06, 2014

Dimas Castellanos desde Cuba: El fracaso del último recurso


Tomado de http://www.diariodecuba.com/cuba/1399332797_8125.html
El fracaso del último recurso

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¿Qué pasa cuando el último recurso para una buena zafra reposa en el compromiso de los trabajadores con el segundo secretario del Partido?
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Por Dimas Castellanos
La Habana
6 Mayo 2014

El plan de azúcar de 2014 no se cumplirá. La ineficiencia resultante del proceso de estatización se manifestó en un retroceso sostenido de la producción azucarera. En el año 2001 no se pudo rebasar los 3,5 millones de toneladas (inferior a la zafra de 1919).  Como si la causa del resultado estuviera en la organización y disciplina, se designó un general al frente del Ministerio del Azúcar (MINAZ) y se implementaron varias medidas, entre ellas una dirigida a lograr 54 toneladas de caña por cada hectárea, cifra inferior a los indicadores de la FAO y la otra a extraer 11 toneladas de azúcar por cada 100 de caña. El declive, cuya causa está más allá de las órdenes militares, continuó su inexorable marcha atrás. En 2010 retrocedió hasta 1,1 millón, cifra inferior a la alcanzada en 1895.

Ante el fracaso, pero sin detenerse en las verdaderas causas, se sustituyó al MINAZ y al general por el Grupo Empresarial de la Agroindustria Azucarera (AZCUBA), el cual proyectó un  crecimiento productivo anual del 15 por ciento hasta el año 2016. La zafra de 2011 quedó por debajo de 1,3 millones de toneladas; la del 2012 se sembró suficiente caña y se contó con la casi totalidad de los recursos contratados, pero nuevamente ni se cumplió un plan de 1,45 millones de toneladas ni se terminó en la fecha planificada; en la de 2013 AZCUBA se planteó producir 1,7 millones de toneladas, pero no pudo rebasar 1,6 millones, una cantidad que se fabricó en 1957 con los centrales Morón, Delicias y Manatí.

El cambios de dirigentes, la reestructuración de la industria azucarera, la Tarea Álvaro Reynoso, el cierre de unas 100 fábricas de azúcar, la redistribución para otros cultivos de un alto por ciento de las plantaciones de caña, la sustitución del MINAZ por AZCUBA y un abultado paquete de medidas económicas, no lograron elevar la cantidad de caña por hectárea ni el  rendimiento industrial. Al comenzar la zafra de 2014, en el mes de noviembre, AZCUBA anunció que sería la mejor de la última década. Según el pronóstico se produciría 1,8 millones de toneladas, es decir, 200 mil por encima de la zafra anterior.

Ante el fantasma de los incumplimientos, el segundo secretario del Partido Comunista, José Machado Ventura, apeló a los llamamientos. Realizó varios recorridos por ingenios y provincias llamando a extender el tiempo de molienda y a sembrar más caña, pues según sus palabras "la principal limitación está en la caña insuficiente y los bajos rendimientos agrícolas, pues es inconcebible que hoy se cosechen campos de menos de 18 toneladas de caña por hectárea, lo cual es apreciable aún en muchas entidades del ramo a lo largo del país".

A pesar del hermetismo de la prensa oficial se supo que a fines de diciembre el central Ecuador, de Ciego de Ávila, estuvo parado 30 horas por roturas en una de sus cuchillas; que los centrales tuneros Majibacoa, Amancio Rodríguez y Antonio Guiteras reportaban atrasos y que el Héctor Molina, de Mayabeque, a pesar de una costosa reparación confrontaba los mismos problemas de zafras anteriores. El 17 de marzo, Juan Varela Pérez publicó en Granma "La zafra aún está a tiempo", donde, basado en el análisis de AZCUBA del día 10 de ese mes, dio a conocer que el monto producido hasta esa fecha era inferior a lo planificado.

El 23 de abril, el periodista Ortelio González, publicó en Granma "Deudas con el Primero…", donde dio a conocer que el central Primero de Enero había sobrepasado el plan en casi 4 mil toneladas. Y añadió: "Hoy sienten que cumplieron el compromiso con el segundo secretario del Comité Central del Partido quien, en uno de los recorridos, los conminó a producir la mayor cantidad de azúcar posible". Es decir, el compromiso con el llamamiento demostró su eficacia.

Sin embargo, tres después, el 26 de abril, Juan Varela, basado en datos de AZCUBA, informó "que por lluvia, roturas en los equipos de corte y la organización, el país no ha alcanzado la cifra de azúcar planificada para la fecha". Y citó a las provincias Artemisa, Granma, Holguín y Santiago de Cuba entre las atrasadas.

Empleando la misma lógica de Ortelio González para el cumplimiento en el central Primero de Enero, la mayoría de los trabajadores azucareros no respondieron al llamamiento, por lo que el plan de 2014 también se incumplirá y con fracaso del recurso del llamamiento, parece que todo se agotó.

Una mirada hacia los múltiples obstáculos para el crecimiento de la producción azucarera apunta como determinante el crónico bajo rendimiento agrícola, un fenómeno que emergió desde 1961 desde la eliminación del colonato. Surgido en la segunda mitad del siglo XIX como resultado de la competencia entre ingenios, donde los más pequeños se arruinaron, emergió la figura del colono, que desposeído de ingenio propio entregaba su caña al ingenio vecino por una parte del dulce. De ahí en lo adelante la caña para el gran central quedó garantizada por los colonos, y de las contradicciones entre estos y los hacendados emergió la necesidad de asociarse para su defensa.

La historia de las asociaciones de colonos, que tuvo su primer episodio a fines del siglo XIX, desembocó en enero de 1934 en la formación de la Asociación Nacional de Colonos de Cuba. Esta asociación garantizó toda la caña necesaria para producir hasta más de 7 millones de toneladas, como ocurrió en 1952, sin que ningún funcionario político o administrativo tuviera que hacer llamamientos ni indicar a los productores lo que tenían que hacer.

En diciembre de 1960, en una reunión en la que la Asociación de Colonos se negó a participar, el líder de la revolución adelantó la idea de crear una sola asociación nacional de agricultores: "Es necesario que los pequeños agricultores, en vez de ser cañeros, tabacaleros, etc., sean sencillamente agricultores y organicemos una gran Asociación Nacional de Agricultores Pequeños".

En enero de 1961 todas las organizaciones de empleadores y las asociaciones campesinas fueron sustituidas en por la Asociación Nacional de Colonos; la que en el mes de mayo de ese año pasó a denominarse Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). Pero el papel del colonato en el abastecimiento de caña a los centrales nunca pudo ser suplido por la ANAP, creada por y subordinada al partido gobernante, lo que se refleja en los actuales rendimientos de caña por hectárea.