lunes, mayo 05, 2014

Esteban Fernández sobre la : LA DISCRIMINACIÓN RACIAL

LA DISCRIMINACIÓN

Por Esteban Fernández
5 de Mayo

Ahora con las barrabasadas  dichas -en una conversación telefónica privada-  por Donald Sterling el dueño de los Clippers se vuelve a revolver el odioso tema de la discriminación racial de algunos (cada día son menos) en los Estados Unidos. Y yo quiero también meter la cuchareta en el tema.

¿Usted no nota que palabras y conceptos que tienen una malísima connotación pueden también resultar comprensibles en determinados casos?  El mejor ejemplo es la discriminación. No sé como sería la cosa en La Habana pero en mi pueblo y en la mayoría de los pueblos del interior donde nos conocíamos todos y sabíamos de qué pie cojeaba cada cual entonces todos los maleantes eran convertidos en marginales.

Es decir que los H.P. los bandidos, los tramposos  y los perdularios vivían relegados y discriminados.  Un expendedor de drogas llegaba al parque y no tenía con quien entablar una conversación.  Siempre había alguien que nos decía: “Mira, ahí viene el tipejo ese, dale de lado”  Eso fue hasta que llegó Fidel Castro y los uniformó y los convirtió en torturadores, chivatos, cederistas y milicianos.

Y rápidamente vamos a la actualidad en los Estados Unidos: muchísimos se quejan de discriminación que obviamente existe de ambos lados: de parte de los negros y de los blancos.  Pero yo he llegado a la plena conclusión de que en este país lo principal que se discrimina es a la falta de educación, talento e inteligencia.

Usted perfectamente sabe que un individuo puede ser negro o blanco o  amarillo, no hablar una papa de Inglés, ser feo, ser malo, ser pesado, pero puede meter 45 jonrones en las Grandes Ligas  y nadie lo discrimina y 40 mil personas lo aplauden delirantemente todos los días.

Recuerdo que estando yo trabajando en el A.T.T.  comenzó a laborar un muchacho salvadoreño como “janitor”,  enseguida que comenzamos a hablar me di cuenta que tenía una magnifica educación. Me dijo que estaba estudiando ingeniería y que terminaría su carrera el próximo año. Enseguida los jefes le dijeron que cuando terminara de estudiar no se fuera de la compañía que ellos lo ayudarían  y cumplieron la promesa dándoles un tremendo cargo en San Francisco. Es decir que ante una educación esmerada no hay discriminación que valga.

Y lo mismo fue en la Pacific Bell cuando un día llegó a mi centro de trabajo procedente de New York un encumbrado jefe –tercer grado- y le partí para arriba y le dije: “Mr. Keiling  tengo un buen amigo que es brillante, habla varios idiomas, su nombre es Mario Byrne y este es su número de  teléfono”.  Se metió el papelito en el bolsillo y simplemente me dijo: “Thank you” y antes de una semana Mario tenía un magnifico empleo en las “Yellow Pages” Aquí nadie les cierra las puertas a los cerebros privilegiados…

Y de pronto se aparece a este país un pobre negro  latino  con un nombre raro y a los varios meses gana más dinero que el 90 por ciento de los americanos blancos de ojos azules. ¿Su nombre? Yasiel Puig. Y otro mulato de nombre y apellido rarísimos, hijo de un negro africano, está  desde hace más de cinco años en la Casa Blanca.

Lo que pasa es que aquí si el tipo es bruto, analfabeto, sin ningún tipo de talento y encima de eso es vago entonces opta por echarle la culpa de estarse comiendo un cable a su mala suerte y a la discriminación norteamericana.

Pero lo cierto es que es muy difícil encontrar un país en el mundo donde vivan mejor que aquí los que tienen un oficio. Nadie discrimina a un buen -y honesto- mecánico por ser guatemalteco a la hora que el carro necesita ser arreglado. No existe un lugar del planeta  Tierra donde un plomero -si sabe lo que está haciendo- se gane la vida mejor que en los Estados Unidos.

Y también es una realidad que aquí nadie discrimina al que tenga un paco de dólares en el bolsillo sin importar su nacionalidad ni el color de su piel a no ser el imbécil de Sterling y cien más.  ¿Usted nunca ha visto a un hombre horripilante que mide cuatro pies de estatura y anda rodeado de bellísimas mujeres? Si le pregunta el motivo a una de ellas posiblemente diga: “Oh, porque cuando se encarama en sus montones de billetes de cien dólares y sus tarjetas de crédito mide 6 pies y es bellísimo” Sí, aquí no es como que el boxeador Floyd Mayweather se baja de su Mercedes y le prohíben la entrada a un restaurante de lujo porque es negro. Ni a Pacquiao porque es filipino.

Los cubanos decentes no nos hemos sentido discriminados en este país jamás. Y en el exilio no hemos cambiado y seguimos discriminando a la metralla, a los chusmas y mal vivientes. Nunca me he reído más que un día en que en la CNN en Español un entrevistador le hacía preguntas a un cubano exiliado y le dijo: “¿Es verdad que ustedes discriminan y se creen mejores que el resto de los latinos?”  Yo pensé que el compatriota se asustaría y daría un montón de excusas y negativas pero se sonrío y contestó: “No, nosotros solamente discriminamos  a los delincuentes y elementos guaricandillas sean latinos o norteamericanos y a los propios cubanos que no sirven también les damos de lado”… El conductor del programa se quedó boquiabierto, no sé si por la respuesta o porque no sabía lo que de quería decir “guaricandilla”