Espionaje. Los secretos de la KGB, al descubierto. En Londres se exhiben públicamente gran parte de los archivos de Vasili Mitrohin ex archivero de la KGB que se refugió en Occidente durante la Guerra Fría
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Reino Unido abre por primera vez al público el archivo Mitrokhin, compuesto por miles de documentos que revelan las prácticas del espionaje soviético durante la Guerra Fría
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COLPISA / AFP | LONDRES
Moscú pensaba que dos miembros del notorio grupo de 'los cinco de Cambridge', los espías británicos que se pasaron al bando de la URSS durante la Guerra Fría, eran unos borrachos incapaces de guardar un secreto, según documentos desclasificados este lunes.
El archivo Mitrokhin ha sido abierto al público por primera vez en el Centro de archivos Churchill de Cambridge, en el este de Inglaterra, tras permanecer 20 años en un lugar secreto.
El mayor Vasili Mitrokhin fue un alto responsable de archivos del KGB, los servicios secretos soviéticos, desde 1972 hasta 1984. Decepcionado por la opresión del régimen comunista, copió secretamente a mano muchos documentos y en 1992 huyó con ellos al Reino Unido, transportando el archivo de inteligencia más completo jamás entregado por una fuente extranjera.
Los miles de documentos contienen los nombres y observaciones sobre los 200 británicos que espiaron para Moscú, entre ellos los famosos dobles agentes reclutados en los años 1930 en la prestigiosa universidad de Cambridge. Eran Kim Philby, Guy Burgess, Donald Duart Maclean, Anthony Blunt y posiblemente John Cairncross, aunque la identidad del quinto es todavía objeto de debate.
Una visión sin precedentes sobre la KGB
Para Moscú, Burgess y McLean eran un desastre, una visión que contrasta con la de frialdad y eficiencia que dieron de ellos el cine y las novelas de espionaje. De Burgess se dice que estaba "constantemente bajo los efectos del alcohol", poniéndolo todo en riesgo. "Una vez, saliendo del pub, se le cayeron al suelo los documentos que se había llevado del Foreign Office", ha explicado la investigadora Svetlana Lokhova, del Centro de archivos Churchill. Maclean "no era muy bueno guardando secretos" y estaba "constantemente borracho". De hecho, habiendo bebido, le dijo a una amante y a su hermano que era una agente soviético.
El profesor Christopher Andrew fue el único historiador en poder examinar los archivos hasta este lunes. "El trabajo de la KGB, sus operaciones de inteligencia en el extranjero, y la política exterior rusa de la era soviética son parte de los aspectos abordados en esta colección extraordinaria, cuya escala y naturaleza dan una visión sin precedentes de las actividades del KGB durante gran parte de la Guerra Fría", ha detallado. Los documentos revelan que Juan Pablo II ya era vigilado de cerca en Polonia, antes de ser elegido Papa.
Mitrokhin murió en 2004 y quería que sus archivos fueran públicos. Su familia es la propietaria de los documentos y trabajó para ello con el Centro Churchill, custodio de los papeles de los primeros ministros Winston Churchill y Margaret Thatcher.
Las notas escritas a mano por el oficial ruso siguen clasificadas y no pueden verse, pero 19 de las 33 cajas con la versión mecanografiada son las que acaban de abrirse al público, bajo cita.
La deserción de Mitrokhin
Vestido con harapos, Mitrokhin apareció en una ciudad báltica sin precisar con un maletín lleno de documentos y ropa interior sucia. Ante la larga cola en la embajada estadounidense, según Andrew, decidió irse a la británica, donde lo recibieron y le ofrecieron una taza de te. Otras 25.000 páginas de documentos fueron recuperadas de su casa y su familia fue trasladada en secreto al Reino Unido.
Los documentos detallan también la práctica soviética de tener escondrijos de armas por todo el mundo durante la Guerra Fría. Se cree que contenían armas ligeras y equipos de comunicaciones, para ser usados por los agentes operando en el extranjero si se llegaba a un conflicto. Andrew ha dicho que había arsenales en la mayoría de las grandes ciudades. Algunos han sido descubiertos.
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Tomado de http://www.elcomercio.com/
AFP 7 de julio de 2014 20:28 Moscú pensaba que dos miembros del notorio grupo de “los cinco de Cambridge”, los espías británicos que se pasaron al bando de la URSS durante la Guerra Fría, eran unos borrachos incapaces de guardar un secreto, según documentos desclasificados el lunes.
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por JUAN O. TAMAYO El Nuevo HeraldLunes 19 de Septiembre 2005
Diecinueve años después de que la crisis de los cohetes rusos en Cuba casi diera lugar a una guerra nuclear, Fidel Castro le pidió a la Unión Soviética que emplazara de nuevo armas atómicas en su isla, según dice un libro recién publicado y basado en informes de la agencia de inteligencia moscovita KGB.
El libro, basado en documentos revelados por el archivista Vasili Mitrojin de la KGB cuando desertó en 1992, hace otras alegaciones asombrosas cuando describe las operaciones de la KGB en el Tercer Mundo en los años 60 y 70.
• Los documentos de la KGB mencionan pagos hechos y propuestos a Salvador Allende, de Chile, por un total de $420,000 antes y después de sus elecciones como presidente en 1970.
• José ''Pepe'' Figueres de Costa Rica, recibió $300,000 de la KGB para su campaña presidencial en 1970 y $10,000 después.
• Carlos Fonseca, fundador del Frente de Liberación Nacional Sandinista, era un ''agente de la KGB de mucha confianza'', que usaba el nombre código de GIDROLOG.
• El nicaragüense Manuel Andara y Ubeda era un agente de la KGB que dirigió a un grupo de sandinistas a fines de los 60 encargados por Moscú de monitorear la frontera de Estados Unidos con México en busca de posibles objetivos para los equipos de sabotaje de la KGB.
• La KGB ''entrenó y financió'' a los sandinistas que tomaron el Palacio Nacional de Managua y docenas de rehenes en 1978. Un alto oficial de la KGB recibía información en vísperas de las operaciones, dirigidas por Edén Pastora, conocido también como ``Comandante Cero''.
No se pudo contactar a Pastora para escuchar sus comentarios, aunque el libro no se refiere a él como agente de la KGB. Todos los agentes identificados por sus nombres en el libro están muertos ya.
Mitrojin y el respetado historiador británico Christopher Andrew colaboraron primero en un libro publicado en 1999 sobre operaciones de la KGB contra Estados Unidos y Europa, ahora considerado por los expertos el libro definitivo sobre ese tema.
El nuevo libro que han sacado, The World Was Going Our Way: The KGB and the Battle for the Third World (El Mundo marchaba con nosotros: La KGB y la Batalla por el Tercer Mundo) abarca las operaciones de la KGB en Latinoamérica, el Oriente Medio, Asia y Africa, el Tercer Mundo que Moscú creyó podría dominar después de que Castro adoptó el comunismo y se convirtió en un faro para las izquierdas de todo el mundo.
La revelación más asombrosa sobre Cuba es que Castro, preocupado porque el presidente Ronald Reagan podría tratar de atacarlo en 1981, instó a un alto general del ejército soviético que estaba de visita en La Habana a rechazar el emplazamiento de cohetes estadounidenses en Europa.
''Castro planteó la extraordinaria proposición de que si se efectuaba el despliegue de cohetes, Moscú debía reconsiderar seriamente el restablecimiento de las bases de cohetes nucleares en Cuba, desmanteladas en la crisis de octubre de 19 años antes'', dice la información, que no incluye la reacción del general soviético ni da más detalles.
''El Castro de siempre. Tomar la iniciativa, estar a la ofensiva y sorprender al enemigo, aunque claro que los soviéticos nunca iban a considerar eso'', dice Brian Latell, un analista de asuntos cubanos retirado de la CIA.
Pero Latell añade que no es una sorpresa oír esto, ya que Raúl Castro ha dicho públicamente que a principios de los años 80 Moscú le dijo a La Habana que no protegería a Cuba en Caso de hostilidades con EEUU.
Los archivos de Mitrojin muestran que la KGB prácticamente no brindó respaldo a Castro antes de que sus guerrillas tomaran al poder en Cuba en 1959. Pero sólo tres meses después, le dieron a Cuba el nombre codificado de AVANPOST (cabeza de puente) y cimentaron mejores relaciones con La Habana que las que tenían los diplomáticos soviéticos destacados allí.
Incluso entonces, la KGB no dejó de espiar. Además de su presencia oficial en La Habana, operaba una rama secreta para espiar en Cuba que solamente en 1974 envió 269 informes a Moscú, según informa el libro.
Otros informes de la KGB dicen que Raúl Castro, que estaba de viaje comprando armas en Checoslovaquia, ``duerme con las botas puestas y exige los servicios de prostitutas rubias''.
El libro describe a Allende como ''en todo sentido el más importante de los contactos confidenciales de la KGB en Sudamérica'' porque era un marxista electo democráticamente y aliado de Castro. Según el léxico de la KGB, un contacto confidencial es más bien como una fuente amistosa, no un agente.
Pero el libro añade que expediente de Allende en la KGB dice que la agencia mantenía ''contacto sistemático'' con él desde 1961. Un informe dice que ``él manifestó su deseo de cooperar confidencialmente . . . ya que se consideraba amigo de la Unión Soviética''.
El libro dice que mientras el gobierno de Nixon y la CIA trabajaban con diligencia para impedir su elección en 1970, y para quitarlo del gobierno después, la KGB trabajaba duro por mantenerlo en el poder.
Mitrojin y Andrew dicen también que mientras fue presidente, Allende le ofreció a un oficial de la KGB enviarle ayudantes suyos de confianza en la región para informarle sobre temas que le interesaran a Moscú. Allende murió en el golpe de estado en que lo derrocaron en 1973.
Sólo unas 130 páginas de las 677 que tiene el libro se dedican a Latinoamérica, desde contactos inocentes de la KGB con otros gobernantes latinoamericanos hasta envíos ya conocidos de armamentos soviéticos a las guerrillas salvadoreñas.
En cuanto a Pepe Figueres, de Costa Rica, el libro dice que después de que lo eligieron se reunía con regularidad con el jefe de la KGB en San José y no con el embajador soviético. Figueres también accedió a hacer un trato relacionado con un periódico que tenía.
Un informe de la KGB de 1974 enviado al presidente Leonid Brezhnev, decía: ``En vista de que Figueres ha acordado publicar materiales beneficiosos para la KGB, se le han dado $10,000 (U.S.) disfrazados como compras de acciones en su periódico''.
Aunque el libro no dice explícitamente si Allende o Figueres sabían que esos dineros venía de la KGB, Andrew alega en un mensaje electrónico al Herald que por supuesto que lo sabían.
''Allende sabía mucho antes de asumir la presidencia, y Figueres por lo menos desde 1970 que estaban tratando con oficiales de la KGB y no con alguien que pudiera pensarse eran diplomáticos o periodistas soviéticos'', dice Andrew en su comunicación.
Y continúa: ``El oficial de la KGB que trataba con Allende, Svyatoslav Kuznetsov, reportó en Moscú que Allende reaccionó positivamente a sus sugerencias de reorganizar la inteligencia chilena y establecer vínculos con la KGB. Figueres tomó complejas precauciones para preservar el carácter secreto de sus reuniones regulares con el agente en residencia de la KGB''.
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América Latina
Desertor: KGB ayudó a elección de Allende en Chile 19/09/2005 - 17:08(GMT)
La ayuda que brindó la KGB para que el marxista Salvador Allende resultara elegido presidente de Chile fue uno de los mayores éxitos del espionaje soviético en su batalla contra Estados Unidos por la influencia en los países en desarrollo, según un libro basado en documentos de inteligencia sacados clandestinamente de Moscú.
"The Mitrokhin Archive II: The KGB and the World" (El archivo Mitrojin II: La KGB y el mundo), aparecido el lunes, es el segundo tomo basado en miles de páginas de apuntes que el ex archivista de la KGB Vasili Mitrojin logró sacar de Moscú con ayuda de agentes de inteligencia británicos al huir a Londres en 1992.
Los agentes de la KGB rcontribuyeron a los fondos de campaña de Allende por intermedio del Partido Comunista chileno, se atribuyeron parte del mérito por la elección en los informes a sus superiores y concertaron reuniones con el presidente a través de su amante, dice el libro.
Mitrojin, que murió el año pasado a los 82 años, tomó apuntes de miles de documentos ultrasecretos mientras supervisaba el traslado de los archivos de inteligencia extranjeros de la KGB a un nuevo depósito, un proceso que demoró 10 años, dijo su coautor Chistopher Andrew, historiador de la Universidad de Cambridge. El fotocopiado era demasiado peligroso, pero Mitrojin copiaba a mano y escondía sus notas en la casa de campo de su familia.
El título de la edición estadounidense es "The World Was Going Our Way" (El mundo seguía el rumbo que nosotros queríamos), una frase tomada de los archivos que resumía la convicción reinante en la KGB desde los años 60 hasta principios de los 80 de que estaba ganando su Guerra Fría contra Estados Unidos por el poder en los países pobres del mundo, dijo Andrew a The Associated Press.
Los jefes de la inteligencia soviética comprendieron ya en los años 50 que Estados Unidos jamás sería comunista, pero no tardaron en formular otro objetivo, prosiguió.
"Realmente creían... que podían derrotar a Estados Unidos en el Tercer Mundo porque podían adquirir mayor influencia y difamarlo", dijo Andrew. "Y lograron una serie de victorias tácticas".
La elección de Allende en 1970 fue una de las victorias que más enorgulleció a la agencia, dice el libro.
La KGB mantenía "contactos sistemáticos" con Allende desde 1961, dicen los papeles de Mitrojin. Envió miles de dólares a su campaña a través del Partido Comunista chileno e incluso sobornó a un adversario para que no se presentara, dicen los papeles.
En documentos internos, la KGB se atribuyó en parte el mérito de la victoria, que consideró un fuerte revés para la influencia de Estados Unidos en la región.
El agente de la KGB que mantenía el contacto con Allende concertaba los encuentros a través de la secretaria y amante del presidente, Miria Contreras Bell, apodada La Payita.
"Allende es muy atento con las damas y trata de rodearse de mujeres encantadoras", escribió el agente Svyatoslav Kuznetsov, según el libro. "Por eso, su relación con su esposa se ha visto afectada más de una vez".
Cuando Kuznetsov sugirió reorganizar el ejército y los servicios de inteligencia chilenos y estrechar las relaciones de inteligencia con Moscú, "Allende respondió positivamente", dice el archivo de la KGB.
Fidel Castro también era un aliado crucial, aunque la oficina de la agencia en La Habana dijo que la vanidad creciente del líder cubano se convertía en un problema.
"La vanidad de F. Castro se vuelve cada vez más notable", dice un informe de 1979. "Se necesita la aprobación de Castro para cualquier decisión, aunque sea insignificante".
"Todos guardan silencio por miedo a que una observación cualquiera pueda interpretarse como una intromisión en la autoridad incuestionable del jefe", añade.
El gran fracaso del espionaje soviético fue Irak, donde no logró ganar los favores de Saddam Hussein ni fortalecer a sus adversarios, entre ellos Jalal Talabani, el actual presidente de Irak, dicen los documentos. Terra/AP
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Los archivos del Coronel II (por Fernando Siles)
Febrero 01, 2004
Ha fallecido Vasili Mitrojin, antiguo jefe de los archivos de espionaje del KGB que huyó en 1992 a Londres con una gran cantidad de documentos sobre el espionaje de la URSS.
En el periódico El País del 30 de Enero del 2004 hay una larga necrológica: Fallecido en Londres el 29 de Enero a los 81 años, Vasili Mitrojin copiaba datos del archivo que sacaba de su oficina en zapatos, y más tarde directamente en su chaqueta, los guardaba bajo el colchón de su cama y los fines de semana los llevaba a su casa de campo donde los pasaba a maquina y los escondía bajo el suelo.
Según el FBI se trataba de los datos más completos y exactos que nunca se habían recibido de una fuente. A pesar de ello, cuando se presentó en 1992 en la embajada de los EEUU en Lituania la CIA no le creyó, y tuvo que pasarse a la del Reino Unido. Cuando su fuga se hizo pública en el año 1996 el KGB tampoco se lo creía:
?Cientos de nombres? Un agente puede saber el nombre de uno, dos o máximo tres, pero no de cientos
Nadie conocía tantos nombres excepto el jefe del archivo. Se dice que la información es poder. Personalmente pienso que cuando la información está escrita ya no tiene ningún poder, el archivo Mitrojin es la excepción que confirma la regla.
En 1999 publicó junto con el historiador Christopher Andrew el libro La espada y el escudo: el archivo Mitrojin.
Para más información: Los archivos del coronel I.
Posted by Javier at 10:27 PM Comments (15) TrackBack -->
La bruja Avería (por María José Sola)
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