Por Juan Gonz'alez Febles
noviembre 9, 2014
Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) En un artículo publicado en 2006, “Fortunes Of Kings, Queens And Dictators”, la revista Forbes calculó la riqueza estimada de Fidel Castro en 900 millones de dólares. En este artículo, se destaca que estimar el valor de las posesiones de jefes de gobierno, “es más un arte que una ciencia” y señala que en el caso de los Castro, los autores utilizaron un método basado en flujo de efectivo descontado de varias compañías del Estado, para asumir que una porción de la ganancia fue recibida por ellos.
Fidel Castro respondió que él “tiene un valor neto de menos de un dólar y retó a cualquiera capaz de probar que él tenga dinero en cuentas en países extranjeros”. Se trata de que Forbes quedó por debajo en aquello de recrear la realidad de un reino alucinante como es la Isla de Cuba en que todo está en función de la protección y sostenimiento en el poder de la élite que gobierna. Esto quizás se remita a aquella “reserva del comandante en jefe”, de la que se habló años atrás. Es probable que pocos la recuerden y aquellos con buena memoria, deben de forma muy conveniente haberla echado al olvido.
Entender la ingeniería social y política impuesta en Cuba, requiere algo más que la imaginación y el oficio de los avezados y calificados analistas de Forbes, porque el caso cubano es diferente a todo lo conocido hasta la fecha. Con lugares comunes compartidos con la Alemania de Hitler, la Rusia de Stalin-Putin, la China de Mao, la Libia de Gaddafi, otros espacios para corruptos de América e
infiernos políticos africanos, el horror del castrismo es más que original en las múltiples facetas de su sutileza y no solo para Forbes.
Las órdenes más importantes que se dan “desde las más altas instancias del partido y del gobierno”, son verbales y por no existir registros escritos, resulta muy difícil probar la responsabilidad criminal de quienquiera que las haya impartido. Aquel clásico del cine que surgió de la novela homónima de Mario Puzzo, El Padrino, que protagonizó Marlon Brando y dirigió Francis Ford Coppola, nos entregó en el personaje de Vito Corleone y su forma de dirigir “la Familia”, el facsímil del esquema de dirección política impuesto en Cuba desde 1959.
En 1970 en que la película llegó a Cuba, recibió tratamiento de material de estudio para parte de la oficialidad del Ministerio del Interior de aquellos momentos.
Las órdenes impartidas para el hundimiento de los remolcadores 13 de Marzo y Rio Canímar, resulta poco probable que cuenten con registros fidedignos en algún archivo. ¿Quién dio tales órdenes? Esto según la costumbre, quizás sea otro hito de ese rubro denominado, “información clasificada”.
Quedó documentado que Fidel Castro asumió su parte de responsabilidad en el fusilamiento de los tres infelices jóvenes negros supliciados en 2003, por el secuestro incruento de la lancha de Regla, pero fuera de este lamentable y notorio incidente, poco hay registrado en archivos oficiales cubanos sobre situaciones que Forbes ni nadie podrá demostrar con elementos documentales en un futuro.
Curiosamente, en uno de sus materiales publicados sobre el embargo, el New York Times pide una investigación objetiva de la muerte de Oswaldo Payá. Entonces, ¿cómo podría hacerse esto posible? Luego de escuchar la saga del sueco durmiente del auto, ¿habrá alguien en su sano juicio que espere que salga algo objetivo de una investigación hecha sobre la muerte de Oswaldo Payá por las actuales autoridades?
La corrupción emergente y los supuestos esfuerzos del régimen militar cubano por eliminarla, son parte de una leyenda en la que pocos dentro de Cuba creen. Los Castro no necesitan para nada cuentas personales en el extranjero: Disponen de todo un país a su nombre. Nadie dentro del país de su propiedad, podría pedirles cuenta de cosa alguna. ¿Entonces, para qué complicarse en el extranjero?
La vida nacional cubana hoy y ayer, se define como un laberinto kafkiano, con alguna que otra clave en archivos secretos fuera de Cuba y un inteligible e interminable galimatías Cuba adentro. Un arte concebido para la comprensión de “personas de extrema confianza” de quienes lo concibieron: Los espadones del gobierno militar cubano.
Para Cuba actualidad: j.gonzalez.febles@gmail.com
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