jueves, diciembre 18, 2014

Acuerdo Cuba-EUA. Un análisis. Jorge Hernández Fonseca en el Día de la Infamia


DÍA DE LA INFAMIA
Acuerdo Cuba-EUA. Un análisis

Por Jorge Hernández Fonseca
17 Diciembre de 2014

Finalmente se ha concretado de manera repentina lo que muchos habíamos deducido: Estados Unidos negociaba con la Cuba castrista desde hace más de año y medio, llegándose a acuerdos en los cuales los intereses de los demócratas cubanos no están reflejados.

El enunciado anterior nada tendría de raro si entendemos que la lógica de la negociación entre dos países se basa en la defensa exclusiva de los intereses de ambos, como ha sucedido en este caso. Sin embargo, el resultado asimétrico de los acuerdos, en los cuales la parte norteamericana ha hecho innumerables concesiones sin obtener nada a cambio, nos lleva a pensar en la posibilidad que teníamos los demócratas cubanos para haber influido en la esencia de la negociación y haber llegado así a un resultado más balanceado que el actual, considerado realmente como una victoria neta de la dictadura que oprime al pueblo cubano.

Hay que decir que EUA entregó sus mejores cartas de negociación con la dictadura castrista a cambio de prácticamente nada. Hubo, en paralelo a los acuerdos de tipo político, un intercambio de tres prisioneros cubanos convictos de espionaje en Estados Unidos por un contratista norteamericano hecho rehén en Cuba por los hermanos Castro y condenado a 15 años de prisión. Como era evidente el rechazo a semejante chapucería, se inventó la existencia de un supuesto “espía” cubano (del cual nadie tiene información, ni la tendrá en el futuro) que se cambió por Alán Gross, como si no hubiera “vida inteligente” fuera del grupo negociador.

Desde esta columna se ha levantado la voz en varias ocasiones para pedir, sugerir, proponer, que todo lo que actualmente el gobierno norteamericano ha concedido a los hermanos Castro, sólo se hiciera en el marco de una negociación donde no hubiera nada ‘unilateral” --en función de la importancia de las negociaciones-- y que los muchos puntos entregados por EUA a la dictadura cubana como “regalos de Navidad”, fueran negociados adecuadamente a cambio de una efectiva y comprobable democratización de la vida política cubana al interior de la isla.

Para que se tenga en cuenta las cartas de negociación que Estados Unidos entregó a la dictadura cubana sin pedir nada a cambio, hemos hecho una simulación de la valorización de semejantes cartas, si las conversaciones hubieran tenido como objetivo establecer un balance adecuado entre los deseos, necesidades y medidas mutuas a ser implementadas:

Un acuerdo de tres pasos para la normalización de los asuntos entre EUA y Cuba:

Primer Paso Simultáneamente se ejecutarían las medidas recíprocas siguientes:

    EUA eliminaría a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo, indultaría a los tres espías cubanos condenados en EUA, y al mismo tiempo restablecería las relaciones diplomáticas plenas entre EUA y Cuba;
    Cuba por su parte autorizaría a todos los cubanos de dentro y fuera de la isla a entrar y salir libremente de su país conservando plenos derechos políticos, liberaría al norteamericano preso en la isla, Alán Gross, al mismo tiempo que autorizaría a los cubanos para crear nuevos partidos políticos.

Segundo Paso: Diez días después del Primer Paso, se ejecutarían las medidas simultáneas y recíprocas siguientes:

    EUA autorizaría el comercio y los financiamientos a Cuba de forma amplia, pero condicionada al cumplimiento integral de todos los pasos acordados;
    Cuba autorizaría la creación de nuevos medios de comunicación independientes;

Tercer paso: Treinta días después del Primer Paso, se ejecutarían las medidas simultáneas y recíprocas siguientes:

    El Congreso de EUA autorizaría un levantamiento (condicionado) del embargo;
    Cuba anunciaría elecciones supervisadas, directas, a todos los niveles, seis meses después de su anuncio, con toma de posesión un mes de transcurridos los comicios.

¿Por qué Estados Unidos actuó sin tener en cuenta el poder de las cartas de negociación en sus manos? es una pregunta que ahora pertenece al mundo de las conjeturas: Obama valoró el pasar a la historia como el presidente norteamericano que “resolvió” el diferendo con Cuba, más que resolver el “problema cubano”; Estados Unidos con estas medidas unilaterales y sin compensaciones complace a una Latinoamérica deseosa de ver resuelto este diferendo; los negociadores creen que es esta la manera como más se pudiera influir en el cambio hacia la democracia, a medio plazo y sin intervención externa; y en fin, muchas hipótesis adicionales.

Lo cierto es que el campo democrático cubano se ha visto de pronto sin el apoyo perspectivo de su principal aliado en la lucha contra la dictadura castrista, que ya en las palabras de Raúl Castro –simultáneas a las palabras de Obama-- cantó victoria en todos los campos en los que se negociaron acuerdos, cambio de espías, levantamiento unilateral de sanciones y reconocimiento del gobierno dictatorial castrista, al establecer relaciones diplomáticas plenas.

Claro que no es el fin del mundo, sobre todo para los que hemos tenido que vivir nuestro exilio en Latinoamérica, donde el sentimiento anti-norteamericano y la confusión de la opinión pública siempre fue del mismo tipo, del que ahora enfrenta el exilio de EUA con este “regalo” navideño de Obama a los demócratas cubanos de dentro y fuera de la isla. Este golpe quizá sea el “último aldabonazo” que la oposición política cubana necesitaba para madurar, y enfocar su futuro un poco más lejos del beneficio norteamericano o europeo y mucho más cerca de establecer nuestra propia estrategia, táctica y programa de luchas de todos los cubanos.

Los cubanos en Estados Unidos no podemos perder la perspectiva por estas decisiones. EUA es más que un gobierno, una voluntad específica de pasar a la historia, o de enfocar las relaciones con Cuba como simples negocios que “se les van de las manos”. La historia de Cuba ya pasó con EUA por episodio similar al final de la guerra de independencia y supo reponerse para convertirse en uno de los más pujantes países latinoamericanos, como lo seremos en el futuro, si conseguimos obtener de esta amarga derrota, la fuerza, la estrategia y la voluntad que nos lleve a la victoria interna más temprano que tarde, sin “compromisos con un vecino tan poderoso”.

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