¿Qué se hizo Raúl?lunes, Por Carlos Francisco Echeverría
Ex Ministro de Cultura de Costa Rica 2 de febrero de 2015
A juzgar por lo que publicaron los medios de comunicación locales, lo más importante que hizo Raúl Castro en la cumbre de la CELAC en Costa Rica fue llegar de primero. El que Raúl “madrugara” para ser el primer jefe de Estado en aterrizar en el Aeropuerto Juan Santamaría fue lo único que ameritó notas en los medios, además, por supuesto, de la inserción de algunos segundos de su discurso en los noticieros de televisión, al igual que los de otros presidentes. Por lo demás, estuvo prácticamente desaparecido de la luz pública.
De lo que ocurrió en los dos días de la Cumbre, lo que más llamó la atención de los costarricenses fue el desplante de Daniel Ortega al incluir como parte de su delegación a un representante del partido independentista de Puerto Rico, y exigir que se le escuchara como a un jefe de Estado. La pertinacia de Ortega llegó al punto de regresarse a Nicaragua y dejar al puertorriqueño al frente de la delegación, para que participara en la sesión privada de los gobernantes el segundo día de la Cumbre. Como resultado de tal arbitrariedad, el presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, hubo de cancelar esa sesión, con el pleno respaldo de su sucesor en la presidencia del CELAC, Rafael Correa, que no dudó en condenar la pretensión de su colega nicaragüense. Ortega no debe ser muy popular
en estos días entre los gobernantes latinoamericanos, a quienes su capricho les hizo perder la ocasión de sesionar en privado.
Otra cosa que llamó la atención de los ticos fue la charla que dio Evo Morales en la Universidad de Costa Rica, donde dijo desear que todos los presidentes fueran anticapitalistas y antiimperialistas. Por cierto, se había anunciado que Maduro acompañaría a Evo, pero no apareció. Lo de Maduro fue, como era de esperarse, todo un circo. Primero advirtió desde Venezuela que en Costa Rica le esperaban terroristas para asesinarlo, para luego, en cuanto bajó del avión, ponerse al volante de un vehículo y circular tranquilamente por las calles, incluso deteniéndose a saludar a algunos seguidores sin la menor preocupación aparente. El gobernante venezolano alquiló un piso entero del hotel más lujoso de la ciudad, pero se fue a dormir a Nicaragua.
El que sí mereció una atención respetuosa e incluso entusiasta fue José Mujica, que pronunció en el pleno uno de sus discursos filosóficos, aplaudido largamente de pie por todos los presentes. De Raúl Castro no se supo más.
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