La presencia de miembros de ETA en Cuba, nuevo escollo al 'deshielo' entre EEUU y la isla
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El gobierno de Obama tendrá que retirar a Cuba de la lista de estados que patrocinan al terrorismo como condición a la apertura de embajadas
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PABLO PARDO
Washington
27/02/2015
(Pablo Iglesias, el líder de Podemos, y etarras en Cuba. Foto añadida por el bloguista de Baracutey Cubano)
Estados Unidos quiere que las negociaciones que este viernes celebra con Cuba en Washington se concentren, ante todo, en la apertura de embajadas entre los dos países, y, en un segundo término, en el establecimiento de dos grupos de trabajo, uno en materia de Derechos Humanos en la isla, y otro en cuestiones relativas al tráfico aéreo.
Pero La Habana dejó claro el miércoles que, antes de que se abran las embajadas, EEUU tiene que retirar a Cuba de la lista de Estados que patrocinan el terrorismo. Una lista en la que Cuba está acompañada de otros tres países-la República Islámica de Irán, Siria y Sudán-después de que George W. Bush sacara de ella a la Libia de Moamar Gadafi en 2006 y a Corea del Norte en 2008.
Y el motivo fundamental por el que Cuba se encuentra en ese listado es por su apoyo a ETA, a las FARC colombianas, y a varios fugitivos de la Justicia de Estados Unidos, como la miembro del Ejército de Liberación Negro Assata Shakur, culpable del asesinato de un miembro de las fuerzas de seguridad de EEUU en 1977.
En los informes de 2011, 2012 y 2013 del Departamento de Estado de EEUU sobre el apoyo del Gobierno cubano a grupos terroristas solo se citan esas tres organizaciones. Sin embargo, los documentos también declaran que Cuba no presta ayuda de ningún tipo a esos grupos terroristas, sino solo a personas pertenecientes a ellos, y que en los últimos años, La Habana "ha tratado de distanciarse" de ellos.
La permanencia de Cuba en esa lista es una de las herramientas que EEUU tiene para ejercer el embargo. Pero, desde luego, no es la única. Y una de las pocas ventajas claras que podría obtener La Habana de su salida de la lista de países que patrocina el terrorismo es que EEUU levantaría así su veto a que los organismos multilaterales, como el Banco Mundial, el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo, le presten dinero. Pero, una vez más, ésa no es una posibilidad real: Cuba, junto con Corea del Norte, no está en esas organizaciones.
Así, las 6 horas de negociaciones que este viernes se celebran en Washington quedan, desde el primer momento, en cuestión. Para Jason Marczak, subdirector del Centro Adrienne Arsht para América Latina del think tank de Washington Atlantic Council, lo más probable es que el encuentro termine "con una serie de tecnicismos sobre la apertura mutua de embajadas, y poco más". De hecho, un alto funcionario del Departamento de Estado declaró al diario 'The Washington Post' que "no existe un vínculo" entre la presencia de Cuba en la lista y la reapertura de embajadas.
Además, frente a la postura cubana, EEUU puede argüir que Barack Obama ya ha iniciado el proceso para eliminar a La Habana de la lista de estados promotores del terrorismo. Pero el proceso es largo. De hecho, parece imposible que se produzca antes de, como muy pronto, finales de abril. Eso significa que Obama y Raúl Castro se reunirán en la Cumbre de las Américas que se celebra en panamá el 10 y 11 de abril sin que los dos países tengan relaciones diplomáticas, y con Cuba, todavía, en la lista.
Todo en esta cumbre va cogido con alfileres. Incluso la fecha. Estados Unidos y Cuba se habían comprometido a que la segunda ronda de las negociaciones para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, culturales y comerciales se celebrará en el mes de febrero.
Y al final, así ha sido. Pero por los pelos: el último viernes del mes. Las jefas de las delegaciones serán, por parte estadounidense, Roberta Jacobson, la secretaria de Estado adjunta para América Latina; por el lado cubano, Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Ambas ya negociaron hace cinco semanas, en la primera ronda de contactos, en la Habana.
El cruce de declaraciones previo a la reunión no parece un buen auspicio para una rápida normalización de relaciones entre ambos países. Como afirma Marczak, "los cubanos no quieren que las negociaciones vayan muy deprisa -que es lo que quieren los estadounidenses- ya que su régimen se ha asentado sobre la confrontación con EEUU". Este analista concluye con una pregunta: "¿Cómo van a pasar de no tener relaciones durante cinco décadas a darse un apretón de manos?"
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