miércoles, junio 10, 2015

Esteban Fernández: EL ÚLTIMO EN EL VENUS


 Esteban Fernández como radista del JURE junto a Jorge Riopedre  pertenecientes al grupo de Vicente Méndez

 
 Esteban Fernández al frente con otros miembros de las unidades cubanas del ejército norteamericano

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EL ÚLTIMO EN EL VENUS

Por Esteban Fernández
8 de junio de 2015


Después del último viaje de la motonave Venus capitaneado por Blas Enrique Castro, después de haber estado 49 días detenidos en la Base de las Calderas en Santo Domingo, después de la desintegración del JURE trás el fracaso de intento de desembarco de Manuel Ray junto a mi buena amiga Mirta Borrás, regresamos a Puerto Rico.

Los guajiros ex combatientes del Escambray, Vicente Méndez, Edel Montiel, y sus seguidores, no llegaron con nosotros al muelle, sino que se montaron en una pequeña embarcación y desembarcaron de antemano en un lugar llamado Cataño.

Acto seguido, la tripulación del barco con bandera panameña se fue yendo para Miami poco a poco. La cuestión fue, que al mes yo estaba completamente solo en aquel navío de 110 pies de eslora.

Tuve la suerte que un ancianito cubano llamado Estanislao (que había sido el contramaestre del barco ) se acercaba al “Venus” diariamente en un botecito y me traía alimentos y los cocinaba. Me hablaba por un rato, conversábamos de Cuba, y me hacía alardes de una muchacha puertorriqueña que le daba alojo en su casa. Se iba y no regresaba hasta el próximo día.

No tenía ni un solo centavo, y andaba con dos mudas de ropa que lavaba a mano un día si y un día no. Como ustedes se imaginarán, en el Venus no tenía que pagar renta, ya les dije que el viejito me daba comida, y una joven llamada Carmen Rivera, que conocí a priori en Bayamón, me visitaba. Así es que desesperado del todo no estaba.

Yo tenía la esperanza que los líderes del JURE, Manolo Ray Rivero o Rogelio Cisneros, llegaran y me enviaran para otro lugar. Lo único que me molestaba era no conocer el paradero de Jorge Alberto Riopedre, uno de los que iban a desembarcar en Cuba, y que se había hecho mi mejor amigo. Pensaba: “Si Albertico supiera mi situación, me sacaba de aquí.”

De pronto, una mañana se aparece un hombre y noté tres cosas: una, que tenía cara de hombre serio, la otra que era calvo, y por último que era cubano. Y no crean que la tercera me inspiró mucha tranquilidad, porque estábamos en guerra contra el castrismo, y los castristas en su mayoría también son cubanos.

Él tampoco me tenía entera confianza. Me dijo en forma agresiva: “Muchacho ¿y tú quién eres, que haces aquí?”. Yo le contesté sonriéndome ( o algo parecido a una sonrisa): “Eso mismo le iba a preguntar a usted”…

((Miguel (Miguelón) Olmo, Ricardo  Casanueva, Orlando (Bebo) Acosta, Ricardo (Rico) Rodríguez y Manuel (Croqueta) Rodríguez Aragón. en los cayos  de la Florida en 1960 )

Me dijo: “Mi nombre es “Bebo Acosta” y vengo a hacerme cargo de esta embarcación”. Entonces más aliviado le dije: “Soy Esteban (sin darle mi apellido) y soy el telegrafista de este barco” (VER AL FINAL BREVE BIOGRAFIA DE ORLANDO ‘BEBO’ ACOSTA).

Me contestó: “Voy a buscar un teléfono en San Juan, averiguo de verdad quién eres tú y vuelvo para acá. Si no te conviene mi presencia aquí, piérdete antes de que yo regrese”. Y como no tenía nada que ocultar, ni lugar a donde ir, me quedé allí hasta que “Bebo” regresó sonriente y me estrechó la mano…

Me dijo: “¿Muchacho, tu estás loco? Los que quedan de la Junta no tienen ni la menor idea en donde tu has estado metido. ¿Qué haces tú aquí todavía?” Le respondí: “Es que no tengo dinero para poder irme de Puerto Rico; además, no quería dejar el Venus completamente abandonado” Soltó una carcajada y me dijo: “A ti te falta un tornillo, parece que no tienes ni 20 años. Ni te preocupes que te vas conmigo para Florida” Suspiré hondo.

Nos montamos en un avión y nos fuimos. La esposa de Bebo nos recibió en el aeropuerto. Yo sólo traía un papelito con el número de teléfono de una desconocida para mí, llamada Diana Ayala, que Humberto Solís me había dado diciéndome: “Me voy, pero por si acaso algún día llegas a Miami solo, recurre a ella que es una persona caritativa y buena, y siempre va a saber mi paradero”

A mí me pareció que mi indumentaria era tan precaria, además de la presentación que me hizo Bebo a su esposa, que ambas cosas inmediatamente contribuyeron a que la señora me cogiera tremenda lástima.

“Bebo” me preguntó: “¿Para dónde te llevo?” y le respondí: “Para la casa de Carlos Zárraga, allá están los guajiros del Escambray y puedo incorporarme al próximo desembarco en Cuba”. Entonces los dos se miraron con tristeza (no tuvieron necesidad de ponerse de acuerdo) y me dijeron: “No, chico, ven con nosotros, te puedes quedar un tiempo en nuestro hogar”. Pero yo escogí irme con el futuro mártir Vicente Méndez. Al llegar a donde les pedí que me llevaran, nos despedimos con un apretado abrazo, que tanto “Bebo” como su esposa, me dieron al unísono.

Y como colofón les diré que Orlando “Bebo” Acosta (en la foto de arriba acompañado por otros patriotas- para ver sus nombres baje el cursor hasta la edición del 6 de junio donde aparece esta foto) fue uno de los más aguerridos combatientes en la causa cubana. Fue un héroe del M.R.R. y de la guerra por la libertad de Cuba. Fue hombre de confianza del gran Rogelio González Corzo, el famoso mártir “Francisco”. La historia del anticastrismo no se puede escribir ignorando a Orlando Acosta.

(Vicente Méndez momentos antes de desembarcar  para luchar por la libertad de Cuba. Murieron combatiendo; fueron traicionados por una agente infiltrada en Alfa 66que  en su primer libro publicado a su regreso de Cuba no pudo hablar mal de Vicente Méndez; sus cadáveres fueron expuestos públicamente en el poblado de La Máquina, Baracoa, antigua provincia de Oriente. Fotos y comentarios agregados por el bloguista de Baracutey Cubano)

Sobre él manifestó mi amigo ( recién fallecido) Waldito Castroverde: “Bebo” se convirtió en el mentor de toda una generación de jóvenes cubanos, ansiosos de ser útil en la lucha por la libertad de nuestra Patria. A “Bebo” acudíamos, a pedir consejos, preguntando dónde y cómo podíamos participar en acciones en contra del Castrismo, porque sabíamos, que si había algún intento o proyecto para llevar la guerra a Cuba, allí estaba “Bebo”, ayudando, cooperando con total desinterés, sin pretender ganar gloria o fama”

“Bebo” falleció hace años y “El Venus” quedó en manos del Comandante “Nino” Díaz. Después de varios fracasos bélicos Joaquín y Mercedes Bin hicieron una colecta y me trajeron para California. Mis hijas, que heredaron mi sentido del humor, me dicen a cada rato: “Papi, si no hubiera sido por el señor Acosta todavía tu vivirías en el Venus”. Y yo les respondo: “Y ustedes fueran mitad boricuas”…

Sources: Esteban Fernandez- TheCubanHistory.com
Padazos de Historia: en el Venus/The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

Sources: Esteban Fernández- TheCubanHistory.com
Pedazos de Historia: en el Venus/The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor

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ORLANDO ‘BEBO’ ACOSTA, BREVE BIOGRAFIA

“Bebo” Acosta como todos sus amigos le llamaban, era un cubano que procedía de las filas del Partido Auténtico de Cuba, desde temprano ‘Bebo’ comprendió el cariz totalitario, caudillista y Marxista del régimen Castrista, incorporándose a la organización anti-castrista MRR. Su valentía la demostró muchas veces dentro y fuera de Cuba. Fue “Bebo” Acosta quien recibiría entre otros a los miembros del Directorio Estudiantil quienes regresaban del Exilio a la Isla esclava para activar la lucha clandestina en contra de la tiranía castrista.

Al salir al Exilio, fue “Bebo” Acosta el hombre de confianza y amigo entrañable del Ingeniero Rogelio González Corzo, “Francisco” dirigente principal de la clandestinidad del MRR. Orlando Acosta es en quien más confía “Francisco” y a quien le envía su última carta, un día antes de ser capturado, siendo posteriormente fusilado, junto a otros patriotas, como Humberto Sor Marín y Eufemio Fernández.

Después del fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos y el desmembramiento del movimiento clandestino, “Bebo” continuó en el exilio en un esfuerzo incansable por tratar de llevar la guerra a Cuba, a pesar del hostigamiento y persecución llevada a cabo por las autoridades norteamericanas, las mismas que inicialmente alentaban y cooperaban con los cubanos que intentaban derrocar la tiranía.

Con el tiempo, “Bebo” se convirtió en el mentor de toda una generación de jóvenes cubanos, ansioso de ser útil en la lucha por la libertad de Cuba.
Si había algún intento o proyecto para llevar la guerra a Cuba, allí estaba “Bebo”, ayudando, cooperando con total desinterés, sin pretender ganar gloria o fama. Su pasión primordial, aquella que ocupaba la mayor parte de su tiempo, lo fue hasta los últimos momentos de su vida, la causa de la libertad de Cuba. Orlando Acosta “Bebo” falleció en Miami.