En el libro La verdadera República de Cuba, escrito por el Dr. Andrés Cao Mendiguren, uno de los mejores libros sobre la república cubana, quizás el mejor de los ya unos cuantos que me he leido en mi vida, incluyendo la monumental obra en 10 tomos Historia de la Nación Cubana, se lee:
¨Cabe decir que aquellos pensamientos de 1913 expresaban una realidad porque esa nación se alcanzó muy pronto en décadas posteriores, aunque en 1959 fue demolida por los que usurparon el poder, y ha sido vilipendeada por una oleada de intelectuales comprometidos o mediocres. El testimonio de ello es que Cuba ocupaba las primeras posiciones en todos los renglones de los anuarios de las Naciones Unidas para la América Latina. Y hay que reconocer que estos logros tan destacados no se hubieran podido conseguir si nuestros gobernantes, y a pesar de sus errores, no hubieran tenido interés y acierto para resolver los problemas de la sociedad cubana, si nuestros legisladores no nos hubieran dado una legislación avanzada y moderna, o si el pueblo cubano no hubiera estudiado y trabajado para superarse. El pueblo cubano era exigente y siempre aspiraba a lo mejor, pero tenemos que acusarnos de un pecado, y es que cuando no lo lográbamos plenamente, en vez de analizar los fallos y aplaudir lo logrado, prodigábamos una crítica irresponsable.¨¨ (Cao, 2008, p. 87)
En 1950 la Misión Truslow, comisión internacional solicitada al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) por el gobierno presidido por el Dr. Carlos Prío Socarrás para que hiciera un diagnóstico de la economía cubana y recomendara medidas para dinamizarla, planteó, entre otras cosas, que Cuba debía diversificar su economía teniendo al azúcar como punto de partida y que Cuba poseía los recursos humanos, financieros y materiales necesarios para ello salvo el combustible; alertó que la prosperidad bélica (II Guerra Mundial y Guerra de Corea) había propiciado nuevos niveles de vida para muchas personas y que el actual crecimiento económico no satisfacía las necesidades de su creciente población y que si la economía era incapaz de sostener ese nivel en tiempos menos prósperos, sobrevendría una gran tirantez política (Zuaznábar, 19 y 20). Como elemento conclusivo planteó:
¨Si los líderes se han descuidado en prever esta posibilidad, la opinión pública los inculpará. Y si ello ocurriera, el control podría pasar a manos subversivas y engañosas, como ha ocurrido en otros países donde los líderes no se han dado cuenta de las corrientes de estos tiempos. ¨ (Zuaznábar, 20)
El español Julián Alienes Arusa, Jefe del Departamento de Investigaciones del Banco Nacional de Cuba y destacado economista cubano de aquella época, planteaba en un artículo, publicado en la edición especial del Diario de la Marina por su 125 aniversario en 1957, que la inestabilidad era la característica más acusada de la economía cubana por estar apoyada en una sola producción (el azúcar) y estar esto agravado por la dependencia de un solo mercado y el desequilibrio natural fundado por la presencia de una dualidad de precios debido a las características del azúcar de no permitir ajustar, fácil, rápida y suavemente la oferta a la demanda. La dualidad de precio radicaba en lo siguiente: el precio que había en un momento dado y el cual había determinado la producción de azúcar y el precio que uno o dos años después impone en el mercado el mecanismo de oferta y demanda.
Esa situación había ya empezado a cambiar y ya a finales de los años 50 del pasado siglo XX, los ingresos al país por la industria no azucarera habían superado los ingresos de la industria azucarera, fundamentalmente por los ingresos el turismo. Debido a esa problemática Cuba estaba pasando de una economía quasi monoproductora y quasi monoexportadora a una economía diversificada de bienes y servicios; ese ajuste provocó en Cuba un desempleo alrededor del 12% pese a la política del Gasto Compensatorio (incremento de las construcciones públicas para absorber gran parte de la fuerza laboral desempleada); política económica cuyos orígenes se encuentran en la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas para contribuir al desarrollo económico y social de esa región. La Deuda Externa de Cuba en 1958 era aproximadamente de 42 millones de dólares (correpondía, aproximadamente a 7 dólares por habitante) algo muy poco significativo para la Renta Nacional de la Cuba de esos años. La política del Gasto Compensatorio fue utilizada en ocasiones para el fraude y el robo del erario público. Esa política seguía el modelo de Keynes, el cual fue positivo en los Estados Unidos durante la Gran Depresión. Qué fallas pertenecieron realmente al modelo económico y cuáles fueron producto de la corrupción, es algo aún pendiente de análisis. Algunos resultados económicos y sociales de esa Cuba pueden leerlos AQUI; otra fuente es el libro “La aventura cubana.” (Artes Gráficas Edic. SA. Madrid, 1977) del boliviano Julio Alvarado, quien trabajó en el Banco Nacional de Cuba.
¨Cabe decir que aquellos pensamientos de 1913 expresaban una realidad porque esa nación se alcanzó muy pronto en décadas posteriores, aunque en 1959 fue demolida por los que usurparon el poder, y ha sido vilipendeada por una oleada de intelectuales comprometidos o mediocres. El testimonio de ello es que Cuba ocupaba las primeras posiciones en todos los renglones de los anuarios de las Naciones Unidas para la América Latina. Y hay que reconocer que estos logros tan destacados no se hubieran podido conseguir si nuestros gobernantes, y a pesar de sus errores, no hubieran tenido interés y acierto para resolver los problemas de la sociedad cubana, si nuestros legisladores no nos hubieran dado una legislación avanzada y moderna, o si el pueblo cubano no hubiera estudiado y trabajado para superarse. El pueblo cubano era exigente y siempre aspiraba a lo mejor, pero tenemos que acusarnos de un pecado, y es que cuando no lo lográbamos plenamente, en vez de analizar los fallos y aplaudir lo logrado, prodigábamos una crítica irresponsable.¨¨ (Cao, 2008, p. 87)
- Sobre la situación económica y social de Cuba en la década de los años 50 del pasado siglo XX:
En 1950 la Misión Truslow, comisión internacional solicitada al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) por el gobierno presidido por el Dr. Carlos Prío Socarrás para que hiciera un diagnóstico de la economía cubana y recomendara medidas para dinamizarla, planteó, entre otras cosas, que Cuba debía diversificar su economía teniendo al azúcar como punto de partida y que Cuba poseía los recursos humanos, financieros y materiales necesarios para ello salvo el combustible; alertó que la prosperidad bélica (II Guerra Mundial y Guerra de Corea) había propiciado nuevos niveles de vida para muchas personas y que el actual crecimiento económico no satisfacía las necesidades de su creciente población y que si la economía era incapaz de sostener ese nivel en tiempos menos prósperos, sobrevendría una gran tirantez política (Zuaznábar, 19 y 20). Como elemento conclusivo planteó:
¨Si los líderes se han descuidado en prever esta posibilidad, la opinión pública los inculpará. Y si ello ocurriera, el control podría pasar a manos subversivas y engañosas, como ha ocurrido en otros países donde los líderes no se han dado cuenta de las corrientes de estos tiempos. ¨ (Zuaznábar, 20)
El español Julián Alienes Arusa, Jefe del Departamento de Investigaciones del Banco Nacional de Cuba y destacado economista cubano de aquella época, planteaba en un artículo, publicado en la edición especial del Diario de la Marina por su 125 aniversario en 1957, que la inestabilidad era la característica más acusada de la economía cubana por estar apoyada en una sola producción (el azúcar) y estar esto agravado por la dependencia de un solo mercado y el desequilibrio natural fundado por la presencia de una dualidad de precios debido a las características del azúcar de no permitir ajustar, fácil, rápida y suavemente la oferta a la demanda. La dualidad de precio radicaba en lo siguiente: el precio que había en un momento dado y el cual había determinado la producción de azúcar y el precio que uno o dos años después impone en el mercado el mecanismo de oferta y demanda.
Esa situación había ya empezado a cambiar y ya a finales de los años 50 del pasado siglo XX, los ingresos al país por la industria no azucarera habían superado los ingresos de la industria azucarera, fundamentalmente por los ingresos el turismo. Debido a esa problemática Cuba estaba pasando de una economía quasi monoproductora y quasi monoexportadora a una economía diversificada de bienes y servicios; ese ajuste provocó en Cuba un desempleo alrededor del 12% pese a la política del Gasto Compensatorio (incremento de las construcciones públicas para absorber gran parte de la fuerza laboral desempleada); política económica cuyos orígenes se encuentran en la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas para contribuir al desarrollo económico y social de esa región. La Deuda Externa de Cuba en 1958 era aproximadamente de 42 millones de dólares (correpondía, aproximadamente a 7 dólares por habitante) algo muy poco significativo para la Renta Nacional de la Cuba de esos años. La política del Gasto Compensatorio fue utilizada en ocasiones para el fraude y el robo del erario público. Esa política seguía el modelo de Keynes, el cual fue positivo en los Estados Unidos durante la Gran Depresión. Qué fallas pertenecieron realmente al modelo económico y cuáles fueron producto de la corrupción, es algo aún pendiente de análisis. Algunos resultados económicos y sociales de esa Cuba pueden leerlos AQUI; otra fuente es el libro “La aventura cubana.” (Artes Gráficas Edic. SA. Madrid, 1977) del boliviano Julio Alvarado, quien trabajó en el Banco Nacional de Cuba.
- Sobre el Golpe del 4 de Septiembre de 1933:
Sobre los orígenes y desarrollo del golpe del 4 de septiembre de 1933 pueden leer AQUÍ PERO NO QUIERO DEJAR DE SEÑALAR QUE EN ESE GOLPE PARTICIPARON organizaciones revolucionarias civiles como el Directorio Estudiantil Universitario (DEU), el ABC Radical y "Pro Ley y Justicia", etc. como rechazo ¨al débil gobierno del presidente Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, y a la mediación ingerencista del Embajador de Estados Unidos, que estos días de desórdenes mantenían en la Bahía de La Habana dos buques de guerra con los cañones desenfundados, e infantería de marina a bordo lista para desembarcar.¨.
Una muestra del apoyo de las fuerzas revolucionarias al golpe del 4 de septiembre de 1933 se puede inferir a partir de las firmas de la siguiente proclma:
- Sobre la batalla del Hotel Nacional deseo apuntar lo siguiente:
En http://www.encaribe.org se lee:
¨Otro hecho sobresaliente del lugar fue la llamada "toma del Hotel Nacional" ocurrida en octubre de 1933. Cuatrocientos oficiales que había servido durante el gobierno de Gerardo Machado, muchos de los cuales no habían tenido ningún vínculo criminal con la tiranía a la cual servían, llamados los "no maculados", tramaban un golpe de Estado para conseguir su reintegración al ejército, para lo que buscaron la protección del embajador de los Estados Unidos, Benjamin Sumner Welles que vivía en el hotel, quien al final los traicionó. Los oficiales se guarecieron en la instalación y permanecieron en el recinto desde el 6 de septiembre hasta el 2 de octubre, fecha cuando ocurrió la toma del Hotel por efectivos gubernamentales. Este fue rodeado por soldados armados con fusiles, ametralladoras, varios cañones ligeros y algunos de gran calibre, pertenecientes a una de las baterías del Castillo de San Carlos de La Cabaña y apoyados por las unidades de superficie de la marina de guerra Patria y Baire que hicieron fuego sobre la instalación. Ante este desborde de armamento, los oficiales se defendieron, pero tenían las de perder y se rindieron. Después de la batalla se desató un tiroteo sobre los 70 oficiales indefensos, dejando un saldo de nueve muertos y diez heridos.¨
En esa batalla participaron también civiles armados del DEU y de ¨Pro Ley y Justicia¨ apoyando a los atacantes, se lee lo siguiente en el sitio Castrista Ecured: ¨La noche del 1 de octubre el secretario de Gobernación, Antonio Guiteras Holmes citó a una reunión en Columbia y ordenó a los mandos tomar el hotel por la fuerza. A las 05:00 horas del 2 de octubre de 1933 cerca de tres mil soldados del Ejército Nacional rodearon el Hotel Nacional. El coronel Fulgencio Batista, jefe del Ejército, situó su puesto de mando en el garage Alfaro a unos 500 metros del hotel en M y Calzada. Allí se le reunieron Guiteras y otros líderes civiles y militares. ¨
Sobre el saldo de los 300 muertos de los que escribe Richard Gott en ¨Cuba: una nueva historia¨ concernientes a la batalla del Hotel Nacional tengo la opinión que exagera de manera superlativa, pues en el sitio proCastrista Cuba Periodistas.cu se lee, además de la intención de Batista de parar el rnfrentamiento y el derramamiento de sangre, las bajas dentro de las filas de los atrincherados en el Hotel Nacional:
¨A la 1 de la tarde hubo una tregua y una ambulancia de la cruz roja llevó a los jefes Horacio Ferrer y Julio Sanguily una nota del coronel Batista. Decía el papel:
“Hemos declarado una tregua hasta el regreso del señor Victor G. Mendoza, representante de la Cruz Roja, cuyo tiempo será de una hora a lo sumo, a fin de que dicho señor haga las gestiones de su humanitario cargo y proponga las siguientes bases para terminar la guerra declarada por los habitantes del Hotel Nacional.
“Primero, deponer la actitud bélica inmediatamente, salir de 5 en 5, a intervalos de 10 minutos completamente desarmados, en calidad de detenidos.
“Segundo, que por esta parte se respetará la vida y se les darán toda clase de garantías para terminar situación tan enojosa en nombre de la república.
“A las 11.30 a.m. del día 2 de octubre de 1933, en el campamento de operaciones, en la ciudad de La Habana, del estado mayor de ejército.(Firmado) Fulgencio Batista, Jefe del ejército nacional”
No hubo rendición y el fuego se reanudó a las tres de la tarde. Dos horas y media después, la oficialidad, ya sin balas, izó la bandera blanca. Inmediatamente los soldados al mando del recién ascendido a teniente Belisario Hernández entraron al lobby en tropel. Allí estaban esperándolos los jefes Ferrer y Sanguily. La serenidad y firmeza de los rendidos impresionó a la soldadesca. Belisario Hernández, que sirvió a las órdenes de Sanguily en el cuerpo de aviación, previendo que cualquier exaltado pudiera atacarlos, impuso su autoridad y los sacó del edificio custodiados con personal de su confianza y los llevaron en un automóvil a la Cabaña.
La decisión del teniente Belisario fue muy oportuna pues minutos después, mientras los oficiales desarmados y fuertemente custodiados formaban una fila desde la puerta del hotel hasta la calle 21 y O para subir a los camiones que los llevarían a las prisiones militares, fueron tiroteados, matando a 10 de ellos e hiriendo a otros 20.(Durante la batalla los sitiados sólo habían tenido cuatro heridos graves y ocho leves). Algún tiempo después los jefes y oficiales serían puestos en libertad.¨
¨A la 1 de la tarde hubo una tregua y una ambulancia de la cruz roja llevó a los jefes Horacio Ferrer y Julio Sanguily una nota del coronel Batista. Decía el papel:
“Hemos declarado una tregua hasta el regreso del señor Victor G. Mendoza, representante de la Cruz Roja, cuyo tiempo será de una hora a lo sumo, a fin de que dicho señor haga las gestiones de su humanitario cargo y proponga las siguientes bases para terminar la guerra declarada por los habitantes del Hotel Nacional.
“Primero, deponer la actitud bélica inmediatamente, salir de 5 en 5, a intervalos de 10 minutos completamente desarmados, en calidad de detenidos.
“Segundo, que por esta parte se respetará la vida y se les darán toda clase de garantías para terminar situación tan enojosa en nombre de la república.
“A las 11.30 a.m. del día 2 de octubre de 1933, en el campamento de operaciones, en la ciudad de La Habana, del estado mayor de ejército.(Firmado) Fulgencio Batista, Jefe del ejército nacional”
No hubo rendición y el fuego se reanudó a las tres de la tarde. Dos horas y media después, la oficialidad, ya sin balas, izó la bandera blanca. Inmediatamente los soldados al mando del recién ascendido a teniente Belisario Hernández entraron al lobby en tropel. Allí estaban esperándolos los jefes Ferrer y Sanguily. La serenidad y firmeza de los rendidos impresionó a la soldadesca. Belisario Hernández, que sirvió a las órdenes de Sanguily en el cuerpo de aviación, previendo que cualquier exaltado pudiera atacarlos, impuso su autoridad y los sacó del edificio custodiados con personal de su confianza y los llevaron en un automóvil a la Cabaña.
La decisión del teniente Belisario fue muy oportuna pues minutos después, mientras los oficiales desarmados y fuertemente custodiados formaban una fila desde la puerta del hotel hasta la calle 21 y O para subir a los camiones que los llevarían a las prisiones militares, fueron tiroteados, matando a 10 de ellos e hiriendo a otros 20.(Durante la batalla los sitiados sólo habían tenido cuatro heridos graves y ocho leves). Algún tiempo después los jefes y oficiales serían puestos en libertad.¨
Se decía que los oficiales atrincherados en dicho hotel habían fingido una tregua o rendición y que posteriormente abrieron fuego de manera traicionera contra la tropa enemiga.
¨ La Universidad se convirtió en tribuna y centro de fermento insurreccional. Las asociaciones de banqueros, colonos, hacendados y otras entidades económicas o sociales ofrecieron respaldo al gobierno de facto. Los dirigentes políticos, unos se hicieron cómplices del asalto, algunos esperaron semanas para comprometerse, y muchos otros hicieron el papel de leales oposicionistas, prestándose a farsas electorales. Los partidos políticos no tuvieron ni la menor capacidad para erguirse con dignidad. Algunos activistas se pusieron bajo la protección de personeros del gobierno de facto y por suerte para su personal destino, estuvieron a punto de ingresar en un Consejo Consultivo creado por nombramiento. La presión de amigos lo impidió, lo que les permitió participar en la lucha insurreccional que se avecinaba de forma protagónica. El partido comunista envió una comisión al campamento militar de Columbia para entrevistarse con el Gral. Batista, integrada entre otros por Blas Roca, Salvador García Agüero y Lázaro Peña al objeto de ofrecer la colaboración del Partido al gobierno golpista. La gestión fue de inmediato neutralizada por el Embajador Norteamericano que le comunicó al general que todo acuerdo tendría por consecuencia el no reconocimiento de su gobierno por Estados Unidos. No obstante el nuevo régimen, estableció un concordato de tolerancia. Los sindicatos en su gran mayoría se plegaron en pocas horas al nuevo gobierno. La Iglesia en la voz del Cardenal Arteaga felicito a Batista por el exitoso asalto.
Los grandes partidos auténticos y ortodoxos se fraccionaron dedicando sus energías mayores a la lucha por el liderazgo, más que al enfrentamiento a la dictadura que surgía. ¨
Ese golpe de Estado fue celebrado por Raúl Castro junto a Waldo Díaz-Balart en un local de la campaña política batistiana; recordemos que en el Congreso del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), PRC(A), de noviembre de 1951 se pidió la ilegalización del PSP y el Presidente Carlos Prío pertenecía a dicho partido político y había expulsado a los comunistas del movimiento obrero y Raúl Castro era aspirante a la organización juvenil del Partido Socialista Popular (PSO), nombre que tenía el partido comunista en Cuba. En esa época de 2 800 000 votantes que tenía Cuba, el PSP solamente tení 60 000; la mayoría la tenía el PRC(A) con 700 000, según se plantea en la página 191 del libro Cuba, cronología: cinco siglos de historia, política y cultura de Leopoldo Fornés Bonavía, hermano de la vedette cubana Rosita Fornés.
- Sobre el Golpe del 10 de Marzo de 1952:
¨ La Universidad se convirtió en tribuna y centro de fermento insurreccional. Las asociaciones de banqueros, colonos, hacendados y otras entidades económicas o sociales ofrecieron respaldo al gobierno de facto. Los dirigentes políticos, unos se hicieron cómplices del asalto, algunos esperaron semanas para comprometerse, y muchos otros hicieron el papel de leales oposicionistas, prestándose a farsas electorales. Los partidos políticos no tuvieron ni la menor capacidad para erguirse con dignidad. Algunos activistas se pusieron bajo la protección de personeros del gobierno de facto y por suerte para su personal destino, estuvieron a punto de ingresar en un Consejo Consultivo creado por nombramiento. La presión de amigos lo impidió, lo que les permitió participar en la lucha insurreccional que se avecinaba de forma protagónica. El partido comunista envió una comisión al campamento militar de Columbia para entrevistarse con el Gral. Batista, integrada entre otros por Blas Roca, Salvador García Agüero y Lázaro Peña al objeto de ofrecer la colaboración del Partido al gobierno golpista. La gestión fue de inmediato neutralizada por el Embajador Norteamericano que le comunicó al general que todo acuerdo tendría por consecuencia el no reconocimiento de su gobierno por Estados Unidos. No obstante el nuevo régimen, estableció un concordato de tolerancia. Los sindicatos en su gran mayoría se plegaron en pocas horas al nuevo gobierno. La Iglesia en la voz del Cardenal Arteaga felicito a Batista por el exitoso asalto.
Los grandes partidos auténticos y ortodoxos se fraccionaron dedicando sus energías mayores a la lucha por el liderazgo, más que al enfrentamiento a la dictadura que surgía. ¨
Ese golpe de Estado fue celebrado por Raúl Castro junto a Waldo Díaz-Balart en un local de la campaña política batistiana; recordemos que en el Congreso del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico), PRC(A), de noviembre de 1951 se pidió la ilegalización del PSP y el Presidente Carlos Prío pertenecía a dicho partido político y había expulsado a los comunistas del movimiento obrero y Raúl Castro era aspirante a la organización juvenil del Partido Socialista Popular (PSO), nombre que tenía el partido comunista en Cuba. En esa época de 2 800 000 votantes que tenía Cuba, el PSP solamente tení 60 000; la mayoría la tenía el PRC(A) con 700 000, según se plantea en la página 191 del libro Cuba, cronología: cinco siglos de historia, política y cultura de Leopoldo Fornés Bonavía, hermano de la vedette cubana Rosita Fornés.
En
el golpe ¨manu militari ¨ del 10 de marzo de 1952 hubo tres víctimas
mortales, todos militares, dos de parte de los golpistas y uno
de la parte defensora del Palacio Presidencial. El teniente Negrete se
apresuró y sin haber recibido órdenes fue a tomar el Palacio
Presidencial; Negrete fue junto al vigilante Guillermo Escanaverino los
dos muertos por la parte golpista y el sargento Rosendo Hernández por
la parte de los defensores del Palacio Presidencial.
El error mayor de Fulgencio Batista no fue el golpe del 10 de marzo de
1952, sino postularse en las elecciones de finales de 1954. Otras
personas plantean que el mayor error de Batista fue no ordenar que
mataran a Fidel Castro después del asalto al Cuartel Moncada el 26 de
julio de 1953.
Una observación interesante: los estatutos constitucionales que impuso
Batista inmediatamente después del golpe del 10 de marzo de 1953 fueron
llevados al Tribunal de Garantías Constitucionales y dicho tribunal
emitió un fallo donde desestimó la demanda . El tribunal por mayoría
entendió de que esos estatutos no iban en contra de la Constitución de
1940. En el artículo del Dr. Alberto Luzárraga ( sobresaliente abogado y
banquero cubano) titulado EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y SU ORGANIZACION: UNAPROPUESTA DE REFORMA, se lee:
¨...Aunque sin duda hubo buenas sentencias, aparentemente el tema
constitucional no cobró suficiente importancia en la conciencia popular
ni en el Tribunal en sí. Este efecto se palpó a raíz del 10 de Marzo
cuando por una votación de 10 contra 5 el Tribunal de Garantías (por
sentencia #127 de 17 de Agosto de 1953) desestimó el recurso interpuesto
por 25 ciudadanos contra los Estatutos Constitucionales promulgados por
Batista...¨
Hago la observación de que los miembros de ese tribunal no estaban
supeditados a Batista ni habían sido nombrados por Batista para ejercer
esa responsabilidad. Sería
interesante conocer los argumentos de los que votaron a favor de
desestimar el recurso y los argumentos de los que votaron en contra.
Tampoco he conocido de que Batista haya tomado represalias contra los 5
magistrados que votaron en contra de sus Estatutos.
Sobre Batista y su salida de Cuba:
En una entrevista que le hizo Emilio Ichikawa, EI, a Rubén Fulgencio Batista Godínez, RB, hijo mayor de Batista, este afirma que su padre no huyó, sino que renunció por el pedido que le hicieron la Iglesia y varias organizaciones como la asociación de hacendados y que no hubo tal fuga:
¨-EI: Bueno, de aquella noche del 31 de diciembre de 1958 que tanto gusta al cine y a la mitología política cubana. Recuerdo aquel día que le pregunté si se había producido una fuga y su esposa me retó: “¿Cómo una fuga si salimos tranquilamente delante de todo el mundo?.”
-RB: Claro, fue una salida tranquila. Nada de fuga. Incluso se firmó, y hasta se publicó, creo que en la revista “Carteles” el 4 de enero de 1959, un acta de renuncia que suscribió mi padre aquella noche. Nuestra última noche en Cuba. Existe ese dato relacionado con la salida de Cuba y existe también el relato, hecho por mi propio padre, de su posterior salida de República Dominicana donde estuvo unos meses. Otra historia muy intensa.¨
En esa entrevista Rubén Batista niega la existencia de una fastuosa fiesta antes de la partida y una histérica huida como se ha representado en varia películas o films.
Finalmente: son excepciones las tumbas de patriotas cubanos, de todas las épocas, que hoy en Cuba no están en similar situación (frecuentemente mucho peor) que la de Fulgencio Batista y Zaldivar, su esposa Martha Fernández Miranda y uno de sus hijos. Para terminar algo que todos no debemos olvidar en el peregrinar por este mundo:¨No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban¨ (Mateo 6, 19-20)
Algunas de las coplas de Jorge Manrique por la muerte de su padre
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte 5
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
....
....
....
¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué fue de tanta invención
como trajeron?
Las justas y los torneos,
paramentos, bordaduras
y cimeras,
¿fueron sino devaneos?
¿qué fueron sino verduras
de las eras?
******************
JUNTO A LA TUMBA DEL DICTADOR
Por: Rafael Azcuy González
22 de agosto de 2015
Allí lo encontré, en la tumba fría: A ”El Hombre”. “El Hombre Fuerte de Cuba” durante tantas décadas estaba a mis pies: Batista, aquel apellido tan nombrado en la Isla, tan unido a la historia reciente de mi país, aquel al que el ejército vitoreaba ,que hablaba en los desfiles y maniobras militares, que inauguraba obras sociales y que se hizo experto en dar golpes militares. Con él, juntos para siempre, en aquella bóveda desolada estarán también la ambición desmedida y el humano olvido.
Al abandonar cobardemente a Cuba –se dice que con más de 100 millones de dólares-arribó a Dominicana y luego a una de las Islas Madeira en Portugal. Después se trasladó a la villa de Estoril y falleció en Marbella el 6 de agosto de 1973, producto a un infarto del miocardio. Se afirma que en esa misma fecha arribaba a Madrid el finado coronel Tony de la Guardia con la misión dada por Castro de secuestrar al dictador hasta Cuba para allí juzgarlo por los tribunales revolucionarios.
El general Fulgencio Batista y Zaldívar que salvara la vida a Fidel Castro, luego de los sucesos del Moncada en 1953, según confesara años después el coronel Ríos Chaviano, jefe del cuartel Moncada en Santiago de Cuba, el propio Batista le advirtió que si sucedía algo a Castro él respondería con su cabeza. Aquel que permitió que condenaran al asaltante de la fortaleza a solo 15 años de prisión, de los que solo cumplió dos porque lo amnistió
Su hijo, Carlos Manuel, de 19 años, ya se encontraba enterrado allí al fallecer su padre. Ahora también están los restos de su esposa Martha Fernández Miranda, fallecida en el 2006. Las malas yerbas llegaban a la altura de la cara del Cristo crucificado de bronce, cubriéndolo literalmente. No hay una bandera, ni una miserable flor sintética ni artificial. Se nota el abandono y la desolación: las agarraderas de bronce de la loza, sin pulir, oxidadas: “Nadie viene a visitarla” –me comentan los celadores-“Alguno esporádico así como usted. Solo viene un hijo y a la mujer la trajeron desde Nueva York a enterrarla junto a él”.
Desde 1934 fue el Hombre Fuerte de Cuba al que apoyaba el ejército. El 4 de septiembre de 1933 derrocó al gobierno de Carlos Manuel de Céspedes. Ya en la “Proclamación al pueblo de Cuba,” hecha en el campamento militar de Columbia en La Habana, luego del 4 de septiembre de 1933, enseñaba las uñas al firmarse como “sargento revolucionario jefe de todas las fuerzas armadas de Cuba”. El Sargento redujo a fuego y sangre a los oficiales machadistas que se resistieron al golpe y cerca de 300 muertos fue el saldo de esos hechos tanto en el Hotel Nacional como en otros mandos militares. (Citado en “Cuba: una nueva historia”, Richard Gott. Editorial Acal, 2007, p. 207). En enero de 1934 también derrocó al Gobierno de los Cien Días encabezado por Grau y Güiteras y para cerrar el record el 10 de marzo de 1952 encabeza el golpe al gobierno de Carlos Prío y se nombra a si mismo Jefe de Estado.
En la loza reza esta inscripción: General Fulgencio Batista Zaldívar, ex presidente de la república de Cuba, 16-1-1901, 6-8-1973, Da. Martha Fernández Miranda, viuda de Batista, ex primera dama de la república de Cuba, 11-11-1917, 2-10-2006.
Durante 11 años fue presidente de la república y su primer gobierno estuvo aureolado por la avanzada Constitución de 1940 al ganar en elecciones a Grau. Emprendió grandes obras de beneficio social y de salud pública al cumplir con su programa de gobierno. Hubo grandes avances respaldados por un clima democrático. Fue un hombre inteligente obcecado por el poder y la riqueza. La corrupción lo llevó por funestos caminos a pesar de tener orígenes humildes y revolucionarios, era hijo de mambí, a diferencia de los hermanos Castro que eran ricos e hijos de un quinto español que luchó contra nuestra independencia. Hizo grandes obras y gran parte del pueblo lo quería.
¡Tanta ambición con la que vivisteis para quedar en el más absoluto olvido al lado de acá del mar, tan lejos del suelo patrio!. Así pienso en alta voz tocando con mi mano la tumba del tirano: ¡Ojalá Dios te haya perdonado, pero cuánto daño nos hiciste a los cubanos por tu aferramiento al poder: Tú nos trajiste la maldición de los Castro y ayudaste a convertirnos en un pueblo de emigrantes!
Desde afuera llega la música y el jolgorio popular. Las calles están atiborradas de kioscos y de personas por la celebración de San Isidro, patrono de Madrid. Dejo el cementerio lentamente.
¡Que poco es el poder y la gloria. Verdad que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz como sentenciara nuestro Apóstol!.
Pudiera servir de epitafio esta valoración del historiador inglés Richard Gott: “Como líder revolucionario, presidente electo, dictador militar y millonario defensor de la mafia, dejó una marca casi indeleble en la historia de su país, que sólo fue borrada por la Revolución de 1959”
Las malas yerbas ahogan literalmente al Cristo del crucifijo. Ni una flor sintética ni natural, no tiene bandera. Solo hay soledad, abandono y olvido…Es el pago que reciben los opresores de sus pueblos.(Foto del autor).
COMENTARIO DE ROBERTO A. TORRICELLA
(aechivo: dejado en Cubanet)
Por Roberto A. Torricella
Tan culpables como los antedichos, algunos auspiciadores del triunfo comunista en Cuba entrevieron el peligro inminente pero las bajas pasiones (envidia, odio, hipocresía, resentimiento, cobardía moral y esa malsana inclinación de “pescar en río revuelto”) anularon la sensatez y al amor por Cuba. Miles de veces repetían la frase “cualquiera, con tal que se vaya Batista". Era intolerable para esa legión de necios que un hombre sin pergamino universitario, un simple sargento, dirigiera los asuntos del país. Y era tan profundo el odio clasista de tales “señoras y señores” que su animadversión era menor respecto a Castro. Cada vez que algún castrista arrepentido alude a la “traición” de Fidel, cita la promesa de éste de celebrar elecciones y de gobernar con la Constitución de 1940, como si esas circunstancias no hubieran ocurrido o estado vigente anteriormente.
DICTADURA O TIRANÍA
¿Qué es dictadura? ¿Qué es tiranía? ¿Qué es despotismo? ¿Hubo en Cuba durante la década de los 50s una situación que teórica o factualmente merezca cualquiera de esos nombres? Obviamente no. Veamos:
Dictadura es la concentración, en bien o en mal, de todos los poderes. ¿Tal era el caso en Cuba? Honestamente, no.
El Congreso ejercía sus funciones con independencia del Poder Ejecutivo y de la judicatura, con una representación oposicionista pequeña debido al retraimiento grausista en las elecciones, pero cumplió sus deberes con inteligencia y valor. En oportunidades diversas, leyes-decretos, aprobados por el Consejo de Ministros durante etapas de suspensión de garantías constitucionales y en receso el Poder Legislativo, fueron derogadas por éste al reanudar sus actividades.
El Poder Judicial (cuya independencia es suficiente para asegurar el carácter democrático de cualquier régimen), hubo de desenvolverse sin interferencia alguna, no obstante que su lenidad para con los terroristas constituía un estímulo a la sedición. ¿No se dictaron autos de procesamiento contra algunos miembros de la policía y del ejército por supuestos delitos cometidos al calor de la guerra civil? En ningún momento la estructura gubernamental, la “dictadura”, infringió la independencia del Poder Judicial.
No sólo los tres poderes del Estado eran interdependientes, sino que se desglosaron funciones del Poder Ejecutivo y se los adscribió a numerosos organismos autónomos y paraestatales cuya dirección y funcionamiento estaban a cargo de personas no vinculadas al gobierno.
Tiranía y despotismo poseen como elemento tipificador –adicional al de la dictadura- el ejercicio injusto, abusivo, anonadante de esos poderes. Contestemos con algunas interrogantes: ¿Por qué sobrevivieron Fidel y Raúl del asalto al Cuartel Moncada? ¿Por qué fueron excarcelados mucho antes de cumplir la sanción que le impusieron tribunales ordinarios? ¿Por qué la revista “Bohemia”, órgano del fidelismo, y otros, disfrutaron de las ventajas ofrecidas por bancos paraestatales creados por la “tiranía”? ¿Por qué la generalidad de los dirigentes terroristas y conspiradores claves que estuvieron en poder de la policía sobrevivieron a la “brutalidad” de ésta? ¿Por qué algunas entidades y empresas no fueron objeto de ataques o desaparecieron en aquella época a pesar de la ayuda notoria que prestaban al castrismo? ¿Por qué líderes oposicionistas recibían en el exilio las caudalosas rentas de sus propiedades? ¿Por qué periódicos, revistas, estaciones de radio y de televisión que alentaban la guerra civil no fueron allanados y destruidos sus maquinarias y mobiliario? Cualquiera que sea la respuesta, tendrá que aparecer en ella un elemento: la falta absoluta de crueldad, de prepotencia y de abuso por el gobierno existente.
¿Dónde está, pues, el dictador o el tirano?
BRUTALIDAD DE LA POLICÍA
La acusación de crueldad atribuida a la fuerza pública es la que más daño hizo ante la opinión pública internacional. Es, sin embargo, la más infame e infundada. La represión de los cuerpos policíacos fue una respuesta y rara vez se practicó descaminadamente. Aun así, como un exponente de que ni el ardor de la lucha ni la conciencia de que estaba en juego la vida, deshumanizaron la actuación del gobierno, ya que muchos pudieran confeccionar una extensa lista con los individuos a quienes protegió, escondiéndolos y atendiéndolos en sus casas, consiguiendo su excarcelación, facilitando su salida del territorio nacional, mientras que se mantenían a sus familiares en las posiciones públicas.
No puede aceptarse que la policía castigara con la muerte a quien produce la muerte indiscriminada con un aparato explosivo, pero no puede aceptarse tampoco que mientras se condene la acción policiaca, se cohoneste y aplauda la del terrorista. No puede aceptarse moralmente que el mayor número de víctimas producidas por un “revolucionario” merezca un alto grado en la jerarquía rebelde y que igual acción realizada por un miembro la fuerza pública merezca el pelotón de fusilamiento.
Tan culpables como los antedichos, algunos auspiciadores del triunfo comunista en Cuba entrevieron el peligro inminente pero las bajas pasiones (envidia, odio, hipocresía, resentimiento, cobardía moral y esa malsana inclinación de “pescar en río revuelto”) anularon la sensatez y al amor por Cuba. Miles de veces repetían la frase “cualquiera, con tal que se vaya Batista". Era intolerable para esa legión de necios que un hombre sin pergamino universitario, un simple sargento, dirigiera los asuntos del país. Y era tan profundo el odio clasista de tales “señoras y señores” que su animadversión era menor respecto a Castro. Cada vez que algún castrista arrepentido alude a la “traición” de Fidel, cita la promesa de éste de celebrar elecciones y de gobernar con la Constitución de 1940, como si esas circunstancias no hubieran ocurrido o estado vigente anteriormente.
DICTADURA O TIRANÍA
¿Qué es dictadura? ¿Qué es tiranía? ¿Qué es despotismo? ¿Hubo en Cuba durante la década de los 50s una situación que teórica o factualmente merezca cualquiera de esos nombres? Obviamente no. Veamos:
Dictadura es la concentración, en bien o en mal, de todos los poderes. ¿Tal era el caso en Cuba? Honestamente, no.
El Congreso ejercía sus funciones con independencia del Poder Ejecutivo y de la judicatura, con una representación oposicionista pequeña debido al retraimiento grausista en las elecciones, pero cumplió sus deberes con inteligencia y valor. En oportunidades diversas, leyes-decretos, aprobados por el Consejo de Ministros durante etapas de suspensión de garantías constitucionales y en receso el Poder Legislativo, fueron derogadas por éste al reanudar sus actividades.
El Poder Judicial (cuya independencia es suficiente para asegurar el carácter democrático de cualquier régimen), hubo de desenvolverse sin interferencia alguna, no obstante que su lenidad para con los terroristas constituía un estímulo a la sedición. ¿No se dictaron autos de procesamiento contra algunos miembros de la policía y del ejército por supuestos delitos cometidos al calor de la guerra civil? En ningún momento la estructura gubernamental, la “dictadura”, infringió la independencia del Poder Judicial.
No sólo los tres poderes del Estado eran interdependientes, sino que se desglosaron funciones del Poder Ejecutivo y se los adscribió a numerosos organismos autónomos y paraestatales cuya dirección y funcionamiento estaban a cargo de personas no vinculadas al gobierno.
Tiranía y despotismo poseen como elemento tipificador –adicional al de la dictadura- el ejercicio injusto, abusivo, anonadante de esos poderes. Contestemos con algunas interrogantes: ¿Por qué sobrevivieron Fidel y Raúl del asalto al Cuartel Moncada? ¿Por qué fueron excarcelados mucho antes de cumplir la sanción que le impusieron tribunales ordinarios? ¿Por qué la revista “Bohemia”, órgano del fidelismo, y otros, disfrutaron de las ventajas ofrecidas por bancos paraestatales creados por la “tiranía”? ¿Por qué la generalidad de los dirigentes terroristas y conspiradores claves que estuvieron en poder de la policía sobrevivieron a la “brutalidad” de ésta? ¿Por qué algunas entidades y empresas no fueron objeto de ataques o desaparecieron en aquella época a pesar de la ayuda notoria que prestaban al castrismo? ¿Por qué líderes oposicionistas recibían en el exilio las caudalosas rentas de sus propiedades? ¿Por qué periódicos, revistas, estaciones de radio y de televisión que alentaban la guerra civil no fueron allanados y destruidos sus maquinarias y mobiliario? Cualquiera que sea la respuesta, tendrá que aparecer en ella un elemento: la falta absoluta de crueldad, de prepotencia y de abuso por el gobierno existente.
¿Dónde está, pues, el dictador o el tirano?
BRUTALIDAD DE LA POLICÍA
La acusación de crueldad atribuida a la fuerza pública es la que más daño hizo ante la opinión pública internacional. Es, sin embargo, la más infame e infundada. La represión de los cuerpos policíacos fue una respuesta y rara vez se practicó descaminadamente. Aun así, como un exponente de que ni el ardor de la lucha ni la conciencia de que estaba en juego la vida, deshumanizaron la actuación del gobierno, ya que muchos pudieran confeccionar una extensa lista con los individuos a quienes protegió, escondiéndolos y atendiéndolos en sus casas, consiguiendo su excarcelación, facilitando su salida del territorio nacional, mientras que se mantenían a sus familiares en las posiciones públicas.
No puede aceptarse que la policía castigara con la muerte a quien produce la muerte indiscriminada con un aparato explosivo, pero no puede aceptarse tampoco que mientras se condene la acción policiaca, se cohoneste y aplauda la del terrorista. No puede aceptarse moralmente que el mayor número de víctimas producidas por un “revolucionario” merezca un alto grado en la jerarquía rebelde y que igual acción realizada por un miembro la fuerza pública merezca el pelotón de fusilamiento.
EL PELIIGRO DE CUBA
El
peligro de Cuba no fue Fidel Castro ni su movimiento 26 de Julio. Lo fue
la mayoría de la ciudadanía elite, clase media, y de profesionales, con
cultura y patrimonio, que ciegamente y por odio apoyaron a un gánster
de reconocida procedencia asesina. Será mucho más fácil rectificar el
daño y la destrucción causada por la tiranía castrista que alimentar el
sentido común y el juicio racional a una ciudadanía no pensante,
fanatizada por tener a este tipo de criminal como su indiscutible líder
cuando, en realidad, en Cuba no se requería ni había la necesidad de una sangrienta
revolución terrorista. El problema es mucho más profundo y mucho más
serio que Castro ya que él es una simple herramienta y síntoma del
comunismo internacional que nos conquistó y destruyó a Cuba. Colocar la
culpa solamente en el castro-comunismo no debe servir para cegarnos de
la vasta cofradía de ignorantes que lo hicieron su príncipe. La
república sobrevivirá a Fidel Castro y sus secuaces pero es menos
probable que sobreviva a la multitud de necios irresponsables como los
que lo convirtieron en su Robin Hood.
*****
Tomado de http://zoevaldes.net/Fragmento de Desmintiendo las manipulaciones: Ataque al Palacio Presidencial, 13 de marzo de 1957
Por Roberto Torricella.
El 10 de marzo de 1952, Batista nunca
ordenó una “embestida” contra el Palacio ya que cuando los militares
llegaron, desde Palacio fueron recibidos a tiros y uno o dos de elos
murieron. Como ya sabes y te lo adjunto de nuevo, el golpe de estado
nunca fue organizado por Batista. Fueron los tres profesores ortodoxos
de la Escuela Superior de Guerra quienes con la aprobación de Eduardo
Chibás lo organizaron con la ayuda dentro de Columbia del Capt. García
Tuñon. Chibás lo encabezaría como líder populista que los militares
necesitaban para evitar el derramamiento de sangre pero cuando ve que su
popularidad aumenta a nivel electoral, decide no apoyar el golpe y dice
a los tres profesores que lo detengan. Ellos lo hicieron pero García
Tuñón no pudo detenerlo con los oficiales dentro de Columbia y exigieron
se buscara otro líder populista. Escogieron todos ellos a Batista que
rechazó encabezarlo a pesar que Carlos Prío le mandó un mensaje con el
Dr. Juan J. Remos que él estaba listo para entregar su mandato a los
militares por haber perdido autoridad y por la infiltración comunista
dentro del Partido Ortodoxo. En la última visita que García Tuñón hace a
Batista en Kuquine en Febrero de 1952 (después del asesinato del Dr.
Alejo Cossío del Pino), éste le dijo que con él o sin él los militares
darían el golpe. Es ahí donde Batista acepta ponerse al frente. Es el 7
de marzo de 1952 donde Rubén y yo estamos comiendo en casa de su hermana
Mirta con Batista, cuando llegan tres personas, el General habla con
ellos 5 minutos, y después nos enteramos que ese día fue que se decidió
el golpe el día 10. Nos enteramos después que los tres visitantes fueron
Colacho Pérez, Rodríguez Calderón y García Tuñón.
******Tomado de http://www.diariodecuba.com
En la entrevista Sadulé, ayudante presidencial se lee:
¿Se le veía nervioso?
Siempre vi al Presidente seguro de sí
mismo. Cuando el asalto al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957,
alguien llamó por teléfono antes del asalto, el telefonista le pasó la
llamada, y él personalmente llamó a la Cruz Roja y avisó: "Prepárense
para lo peor".
A la Primera Dama también la vi entera, digna. El 31
de diciembre de 1958, cuando todo estaba perdido, él mantuvo una actitud
digna, sobre todo tratando de no preocuparla a ella.
En muchos momentos de peligro que conviví con él siempre se portó a la altura de las circunstancias. Un día, en Ceiba del Agua, entre una fila de personas que querían darle la mano, un maestro joven trató de dispararle. Al sacar el revólver, el martillo se le enganchó en la guayabera, y el Presidente le sujetó el brazo y le dijo al personal de seguridad: "Acompañen al joven, que se siente mal".
******
Tomado de http://baracuteycubano.blogspot.co
( Entrevista publicada en la revista Encuentro de la Cultura Cubana, número 18; número homenaje al gran arquitecto y urbanista Nicolás Quintana)
Nicolás Quintana «El gran burgués»
(Fragmento. Entrevistó Rafael Fornés)
El Centro Turístico de Varadero
era el sitio donde estábamos laborando. Se hicieron muchas obras: se
dragó la Laguna de Paso Malo, se construyeron los muelles y un montón
de obras más. Habíamos codificado la altura de los pinos existentes
como la mayor altura a la que se podía construir y tomamos una serie de
decisiones ambientales para proteger Varadero.
Hoy
día Varadero está totalmente «cancunizado», fuera de escala los
edificios con el sitio natural. Han cometido una barbaridad
imperdonable. Un crimen ambiental.
Recuerdo
que una vez Batista me dijo: «Nicolás, yo he inaugurado varias obras
en Varadero y siempre hay un asiento vacío en la tribuna que se supone
es el asiento tuyo, de Nicolás Quintana y Gómez, Jefe del Plan. Nunca
te veo en las inauguraciones ¿por qué?» Le respondí: «Es que yo no soy
batistiano, Presidente.» ¿Cuál es la diferencia entre el Innombrable y
Fulgencio Batista y Zaldívar? Que a mí no me pasó entonces
absolutamente nada. Cuando se levantó me puso la mano en el hombro y me
dijo: «Tengo entendido que eres un gran arquitecto».
Durante
el verano yo siempre alquilaba en Varadero una casa cerca de la playa.
Batista alquilaba la casa de Gómez Wallington frente a la playa. A
veces él venía, y me preguntaba cómo iba el Plan. Así hubo varias
reuniones ocasionales y Batista te daba el chance de medirlo. Cuando el
Innombrable se robó el país, engañando al pueblo de Cuba según
confesión propia, todo eso se alteró, uno no podía comunicarse con el
individuo. Esa relación humana no se perdía con Batista, a pesar de
todos sus defectos evidentes de típico dictador latinoamericano. No te
puedo decir que odiaba a Fulgencio Batista y Zaldívar. No me interesa
odiar, no hay nada creativo en eso. En cuanto al Innombrable… Camus
decía que: «No hay destino que no se venza con el desprecio».
Los
ministros de Batista eran gente de primera categoría. Dos ejemplos:
Juan J. Remos, Ministro de Educación, y el arquitecto Nicolás Arroyo,
Ministro de Obras Públicas. Había gente criminal en los cuerpos
represivos, en los militares, y en la policía. Batista fue cómplice al
permitirlo, eso es obvio, y fue lo que lo hundió; aparte de la irracionalidad del golpe militar del 10 de Marzo de 1952, que hundió a Cuba.
Por
cierto, Batista nunca fue mi jefe cuando yo dirigía los Planes en la
jnp. Los jefes de Planes reportábamos a los Miembros de la Junta, que
eran cinco. Su Presidente era el arquitecto Nicolás Arroyo. Batista no
participaba ni influía en la toma de decisiones.
Creo
que el Dr. Rivero Agüero tenía la condición intelectual y humana
necesaria para salvar a Cuba y entregar el poder, luego de unas
elecciones libres y honradas, al Dr. Roberto Agramonte, al Dr. Márquez
Sterling, o al ingeniero Carlos Hevia. Los tres eran hombres de un
probado espíritu martiano. Rivero Agüero hubiera sido un buen gobernante
de transición, estoy absolutamente convencido. Creo que estábamos en
la misma puerta de la solución política y no la cruzamos, nos caímos
justo antes de entrar.
******
Tomado de http://baracuteycubano.blogspot.com
SUPUESTA CARTA DE MIGUEL ÁNGEL QUEVEDO ANTES DE SUICIDARSE(Fragmento)
Sr. Ernesto Montaner
Miami,
Florida12 de agosto de 1969
Sé que después de muerto llevarán sobre
mi tumba montañas de inculpaciones. Que querrán presentarme como «el
único culpable» de la desgracia de Cuba. Y no niego mis errores ni mi
culpabilidad; lo que sí niego es que fuera «el único culpable». Culpables fuimos todos, en mayor o menor grado de responsabilidad.
Culpables
fuimos todos. Los periodistas que llenaban mi mesa de artículos
demoledores, arremetiendo contra todos los gobernantes. Buscadores de
aplausos que, por satisfacer el morbo infecundo y brutal de la multitud,
por sentirse halagados por la aprobación de la plebe. vestían el odioso
uniforme que no se quitaban nunca. No importa quien fuera el
presidente. Ni las cosas buenas que estuviese realizando a favor de
Cuba. Había que atacarlos, y había que destruirlos. El mismo pueblo que
los elegía, pedía a gritos sus cabezas en la plaza pública. El pueblo
también fue culpable. El pueblo que quería a Guiteras. El pueblo
que quería a Chibás. El pueblo que aplaudía a Pardo Llada. El pueblo que
compraba Bohemia, porque Bohemia era vocero de ese pueblo. El pueblo
que acompañó a Fidel desde Oriente hasta el campamento de Columbia.
Fidel
no es más que el resultado del estallido de la demagogia y de la
insensatez. Todos contribuimos a crearlo. Y todos, por resentidos, por
demagogos, por estúpidos o por malvados, somos culpables de que llegara
al poder. Los periodistas que conociendo la hoja de Fidel, su
participación en el Bogotazo Comunista, el asesinato de Manolo Castro y
su conducta gansteril en la Universidad de la Habana, pedíamos una
amnistía para él y sus cómplices en el asalto al Cuartel Moncada, cuando
se encontraba en prisión.
Fue culpable el Congreso que aprobó la Ley de Amnistía. Los
comentaristas de radio y televisión que la colmaron de elogios. Y la
chusma que la aplaudió delirantemente en las graderías del Congreso de
la República.
Bohemia no era más que un eco de la calle. Aquella calle contaminada por el odio que aplaudió a Bohemia cuando inventó «los veinte mil muertos». Invención diabólica del dipsómano Enriquito de la Osa, que sabía que Bohemia era un eco de la calle, pero que también la calle se hacía eco de lo que publicaba Bohemia.
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Tomado de http://zoevaldes.net/
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Tomado de http://zoevaldes.net/
¿BESITOS A RAÚL Y A LOS CULPABLES DE AYER Y DE HOY DE LA DEBACLE CUBANA?
Por: Roberto A. Torricella
Miami, Florida, 29 de septiembre, 2012
Ha llegado a nuestras manos un escrito del 2 de agosto, 2012, haciendo un “Llamamiento Urgente para la Reconciliación” con el desgobierno cubano donde un grupo de personas, entre ellos algunos conocidos cubanos de respeto y prestigio en el exilio, desean empezar a “darse abrazos” con Raúl Castro y con los actuales miembros del régimen castro-comunista de Cuba, culpable de miles de asesinatos por más de medio siglo.
Creemos comprender sus intenciones pero nos es imposible acoplarnos y aceptar que abracemos a muchos del sistema comunista, cuyo sistema es imprescindible ERRADICAR –no reconciliar- de Cuba, y mucho menos podemos “compartir” con grandes responsables de nuestra debacle ya que muchos, directa o indirectamente, tienen sus manos manchadas de sangre de miles de cubanos y hoy, todavía, se las siguen enchumbando.
No podemos entender como muchos exilados que fueron grandes culpables y contribuyentes directos del ascenso al poder del régimen nefasto que sucumbe a Cuba en la actualidad –y algunos todavía lo siguen “justificando” para apaciguar su conciencia- y por el cual permanecemos en el exilio, aboguen por esta reconciliación –y apoyados posiblemente por supuesta “ayuda” de gobiernos foráneos que fueron grandes responsables de lo que hoy tenemos-, máxime cuando “ayer”, que no había esa represión (excepto la que inventaron y siguen repitiendo para cubrir sus errores y justificar el terrorismo que promovieron y auparon) ni los crímenes de hoy, nunca tuvieron un segundo para deponer el odio irreflexivo que los embargó y haber realizado algo como lo que hoy proponen.
Es obvio que debido a la avanzada edad de algunos “alzheimeristas” y principalmente por los intereses $personales$ de otros “no tan viejitos”, los hace usar términos como: “Es necesario conocer y aprender del pasado para no repetirlo” y pregonan a todos los cubanos, de aquí y de allá: “para evitar actos de violencia, derramamientos de sangre” y… tomen nota de esto que sigue: “particularmente aquéllos dirigidos contra la población indefensa”. ¿No fue precisamente esto último lo mismo que algunos cometieron durante nuestra época republicana?
Y por lo visto no han aprendido ni de las experiencias del pasado y tampoco de las experiencias vividas hasta hoy, tanto de Cuba como las ocurridas en otras partes, en los más de cincuenta años que llevamos en el exilio. Esos mismos elementos que ellos piden en sus incisos 1, 2, 3 y 4, existían en Cuba durante la época republicana y ellos, por el odio que los cegó y les nubló su capacidad analítica (y hasta quizás por muchas de las mismas razones por las que ahora piden la reconciliación), fueron los propulsores de quebrantarlas, creando el estado de caos que hundió a Cuba aunque hoy traten de justificarse culpando otras circunstancias. Pero, a pesar que traten, no pueden rebatir evidencias palpables y pruebas históricas imparciales confirmadas principalmente cuando se tienen en la mano.
No dejamos de sentirnos hermanados con muchos de los cubanos firmantes de tan fatídico documento puesto que, al fin y al cabo, todos somos cubanos añorando un mismo propósito. Pueden ser diversas las estrategias para conseguirlo pero definitivamente, NUNCA abrazando y besando al enemigo. Pero de los que firman y que se equivocaron en aquel entonces, entendemos que no tienen sus manos manchadas de sangre cubana, directa o indirectamente, y solamente tratan de alcanzar el objetivo primordial de todos aunque ellos proponen un método despreciado y desahuciado por una gran mayoría de cubanos.
Repetimos dos grandes verdades que son realidades vividas y comprobadas:
1. La libertad y democracia no pueden ser conferidas a cualquiera. Ambas tienen precondiciones y hasta naciones que son libres y democráticas hoy, tomaron siglos para llegar a ello. Es fácil exportar los símbolos de la democracia -constituciones, elecciones, parlamentos, y todos los demás elementos- pero no se pueden exportar los siglos de experiencia y desarrollo que hicieron posible que esas instituciones funcionaran.
2. El peligro de Cuba no fue Fidel Castro ni su movimiento 26 de Julio. Lo fue la mayoría de la ciudadanía elite, clase media, y de profesionales, con cultura y patrimonio, que ciegamente y por odio apoyaron a un gánster de reconocida procedencia asesina. Será mucho más fácil rectificar el daño y la destrucción causada por la tiranía castrista que alimentar el sentido común y el juicio racional a una ciudadanía no pensante, fanatizada por tener a este tipo de criminal como su indiscutible líder cuando, en realidad, en Cuba no se requería ni había la necesidad de una sangrienta revolución terrorista. El problema es mucho más profundo y mucho más serio que Castro ya que él es una simple herramienta y síntoma del comunismo internacional que nos conquistó y destruyó a Cuba. Colocar la culpa solamente en el castro-comunismo no debe servir para cegarnos de la vasta cofradía de ignorantes que lo hicieron su príncipe. La república sobrevivirá a Fidel Castro y sus secuaces pero es menos probable que sobreviva a la multitud de necios irresponsables como los que lo convirtieron en su Robin Hood.
******
ENTIERRO de Fulgencio BATISTA
(Aparecen con Gastòn Baquero, Diaz Balart y la familia BATISTA)
1.- ¨Acto político celebrado en la explanada de La Punta, La Habana, durante la campaña electoral de 1954. En los comicios efectuados en noviembre fue electo Presidente de la República, por el término de cuatro años, el general Fulgencio Batista y Zaldivar. En la tribuna se destaca el aspirante presidencial por los partidos Acción Progresista, Liberal, Demócrata y Unión Radical, cuyos emblemas son también visibles conjuntamente con el lema: ¨Este Hombre es la Paz¨
***
2.-Ángulo de la multitud que expresaba su adhesión al candidato con letreros como el que dice¨Lo que importa a Cuba es Batista¨. Al fondo el Palacio Presidencial.
*********
http://es.wikipedia.org
Elecciones presidenciales de Cuba de 1954
Las elecciones presidenciales de Cuba de 1954 se llevaron a cabo el 1 de noviembre de ese año.1 Fulgencio Batista fue elegido presidente de la República para el período 1955-1959.
[editar] Contexto
Elecciones presidenciales de Cuba de 1954
Las elecciones presidenciales de Cuba de 1954 se llevaron a cabo el 1 de noviembre de ese año.1 Fulgencio Batista fue elegido presidente de la República para el período 1955-1959.
[editar] Contexto
A
lo largo de 1954 hubo algunos intentos de sabotaje al proceso
electoral, incluyendo un complot organizado por el ex presidente Carlos
Prío Socarrás y su ex Secretario de Educación. Durante la campaña
electoral, Ramón Grau mostraba una importante intención de votos, pero
no la suficiente para triunfar.2
Los abstencionistas, que en general apoyaban a Prio, los Ortodoxos y los Comunistas boicoteaban los actos de Grau, irrumpiendo en los mismos con consignas revolucionarias. Los actos de Batista, por el contrario, se desarrollaban sin disturbios.2
El
ex presidente Grau, sospechando que Batista cometería fraude, renunció a
su candidatura dos días antes de los comicios. Batista fue entonces
elegido presidente sin oposición. La participación se redujo a un 52,6%
frente al 79,5% de las elecciones de 1948.3
****
En el libro ¡25448, No! Roberto Martín Pérez, de Rafael Cerrato Salas
se lee
"Batista anunció elecciones para noviembre de 1954. Se presentaron a estos comicios Batista y Grau San Martín, quien se retiró en el último momento consciente de su derrota, alegando sus partidarios habían sido aterrorizados. Batista fue elegido presidente con el 45, 1 % de los votos. Grau recibió sólo el 6, 8 %. A partir de este momento quedaba restablecida la constitución de 1940."
NOTA: Las elecciones Castristas ( las primeras fueron en 1976 !; 17 años después del triunfo de la Revolución) han sido todas unipartidistas y como sabemos todas han tenido un sólo candidato con todos los medios masivos de comunicación ( todos en manos del Estado) haciendo campaña política durante todos los días de todos los años año en función de esa figura. Si esas elecciones de Batista no fueron legítimas ( tengo la opinión de que no lo fueron y que Batista debió esperar a que la oposición le pidiera elecciones) ¿ Qué nombre le damos a las elecciones Castristas ?
se lee
"Batista anunció elecciones para noviembre de 1954. Se presentaron a estos comicios Batista y Grau San Martín, quien se retiró en el último momento consciente de su derrota, alegando sus partidarios habían sido aterrorizados. Batista fue elegido presidente con el 45, 1 % de los votos. Grau recibió sólo el 6, 8 %. A partir de este momento quedaba restablecida la constitución de 1940."
NOTA: Las elecciones Castristas ( las primeras fueron en 1976 !; 17 años después del triunfo de la Revolución) han sido todas unipartidistas y como sabemos todas han tenido un sólo candidato con todos los medios masivos de comunicación ( todos en manos del Estado) haciendo campaña política durante todos los días de todos los años año en función de esa figura. Si esas elecciones de Batista no fueron legítimas ( tengo la opinión de que no lo fueron y que Batista debió esperar a que la oposición le pidiera elecciones) ¿ Qué nombre le damos a las elecciones Castristas ?
******
Acto
de desagravio a Batista en abril de 1957 por haber sufrido el asalto
al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957. En la foto se dice que
esa foto es solamente de un ángulo de la manifestación, a la que
asistieron aproximadamente 250 000 personas
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