Revelaciones en entrevista al Sr. Rubén Batista y Godínez, hijo de Fulgencio Batista y Zaldívar
Nota del Bloguista
*******
Batista en septiembre de 1933
************
Batista, el hombre fuerte en los años 30s y en ocasiones el poder detrás de la Presidencia
********
El Presidente constitucional Fulgencio Batista en 1942; época cuando fue elogiado por el Presidente mejicano Lázaro Cárdenas y al que el poeta comunista Pablo Neruda le dedicó versos apologéticos y palabras lisonjeras
************Batista en el Exilio en Daytona Beah, EE.UU., durante una Parada en su honor. Batista se fue al Exilio después que Ramón Grau San Martín alcanzó la Presidencia en 1944
****************
Batista al dar el Golpe del 10 de Marzo de 1952. Batista había regresado a Cuba después que el Presidente Carlos Prío Socarrás lo había invitado a que entrara a Cuba, pues Batista había sido el Senador que más votos había obtenido pese a estar en el Exilio y no haber podido hacer una camapaña electoral en igualdad de condiciones. Prío tenía el lema de ser un Presidente Cordial.
**************
Batista en la conferencia de prensa que dió después del ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
**************
Mitín político a favor de Batista con vistas a las elecciones presidenciales de 1954 en las cuales la Oposición política se fue al retraimiento.
**************
Carta de desagravio de Marta Rojas, entonces fanática batistiana y después fanática Castrista, donde felicita y adula a Batista después del asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957; esa carta explica el porqué Marta Rojas fue la primera periodista en entrar al Moncada después del ataque el 26 de julio de 1953 y en estar presente en los juicios de los asaltantes al Moncada: Marta Rojas era de ¨confianza¨por ser una admiradora de Batista. Por cierto, hubo un gigantesco acto frente al Palacio Presidencial donde participaron decenas de miles de habaneros en desagravio a Batista. Hubo millones de ¨Marta Rojas¨ que se convirtieron, al menos aparentemente, a admiradores de Fidel Castro el 1 de enero de 1959
*************
**********
Batista en República Dominicana en 1959 durante su Exilio
Tomado de http://www.eichikawa.com
Entrevista con el Sr. Fulgencio Rubén Batista y Godínez, hijo del General Fulgencio Batista y Zaldívar
Por Emilio Ichikawa
Coral Gables, 2006
Fulgencio Rubén Batista y Godínez nació el 18 de noviembre de 1933 en la Ciudad Militar Columbia, Marianao, La Habana. Casado con Carmen Robaina Llaneza en la Catedral de La Habana en 1956, tiene 4 hijas y tres nietos. Cursó estudios de primaria en el Colegio Baldor de La Habana y en la New York Military Academy. Hizo estudios de Bachillerato en Harvey School, New York y Lawrenceville Academy, en New Jersey, graduándose en Ruston Academy, en La Habana. En 1956 se graduó en Ciencias Económicas por la Universidad de Princeton. Ha vivido en Barcelona y Madrid, y desde hace más de treinta años en Coral Gables. Rubén “Papo” Batista es el hijo mayor del General Fulgencio Batista y Zaldívar, cuyo legado de archivo está empeñado en rescatar y dar a conocer. A pesar del poco tiempo que le deja una vida llena de trabajo y responsabilidades, ha accedido a contestar unas preguntas de gran interés para la comprensión de la historia cubana.
-P:Emilio Ichikawa:
Quizás deba comenzar hablando de usted, de su familia. La familia Batista, apellido clave en la historia política cubana del siglo XX.
-R:Rubén Batista:
La familia de mi padre es de Banes, al norte del Oriente cubano. Fulgencio Batista y Zaldívar nació en el barrio de Veguitas. Mas pronto se mudó al barrio La Guira, donde creció. A mediados del siglo XIX Banes era casi nada. Ni siquiera una aldea. Pero al final del siglo una familia de origen francés, después muy cubana, que había venido de Haití cuando la sublevación de esclavos, se estableció en la zona iniciando lo que llegaría a ser una comunidad productiva, incluso industrial. Se trata de la familia Dumois. Esta familia se establece ahí y crea unas bananeras con ferrocarril y todo. Después le vendieron esas tierras a la United Fruit Co. Hay un libro que es como una historia de Banes, se titula “A name a family and a town”, del Ingeniero Alfred Dumois, que cuenta esta historia en detalles. Yo lo busqué para ver si decía algo de Fulgencio Batista y Saldívar, mi padre. Después de muchas búsquedas se logra incluso que el autor me dedique el libro. Dice mi ejemplar:
( Fulgencio Rubén Batista y Godínez )
“For Rubén Batista: The history of Banes. A town your father never forgot.” La dedicatoria refleja la atención que mi padre le dedicó a su pueblo, pues hizo muchísimas obras públicas y siempre estuvo al tanto de las necesidades de sus correligionarios.
El suegro del autor dirigía el colegio “Los amigos”, fundado por los cuáqueros después de la primera intervención norteamericana, donde estudiaba mi padre por las noches. Trabaja por el día en el campo ayudando a su padre y después de realizar varios trabajos ingresó en los ferrocarriles.
El autor del libro afirma que tanto Batista como Castro crecieron en las antiguas tierras de los Dumois, en Banes y Mayarí. Tierras que, como se dijo, después fueron de la United Fruit Co. En estas tierras también vivió otra importante familia política cubana, los Díaz-Balart. La figura fundadora de esa familia era el abuelo de estos muchachos (los congresistas Lincoln y Mario, José, que es periodista, y Rafael Jr., que es banquero). Fue una persona importante, llegó incluso a ser alcalde de Banes en tiempos de Machado por el Partido Liberal. Era un abogado muy conocido en Banes, con respaldo de mucha gente, por lo que no lo afectó demasiado la caída de Machado. Ellos habían venido de Santiago, pero se establecieron en Banes. Otro libro muy importante sobre Banes es el de Víctor Amat Osorio, “Banes 1513-1958. Estampas de mi tierra y de mi sol” (New Ideas Printing Inc. Miami, 1981) donde aparece una breve pero muy documentada biografía de Batista.
-EI:Reinaldo Arenas y Guillermo Cabrera Infante, caracteres literarios de mucha fuerza, muy politizados ambos, también eran de la zona.
-RB: Interesante.
-EI: ¿Vive algún Dumois en Miami?.
-RB: Sí, pero este autor reside en Texas. Mi padre ingresó en el ejército cuando tenía veinte años (1921), con el propósito de tener tiempo para ampliar sus estudios. A través de exámenes de oposición llega al grado de Sargento Mayor Taquígrafo. Con este grado llega a convertirse en el jefe de los militares que producen la revolución del 4 de septiembre de 1933, a la que se únen otros sectores revolucionarios.
-EI: Ahora bien, antes de empezar en la vida pública, ¿hubo relaciones entre la familia Batista y los Castro?.
-RB: Esporádicas, normales. Te puedo decir que cuando Castro se casa con Mirtha Díaz-Balart mi padre les manda unos regalos, unas lámparas.
-EI: ¿Esa relación podría haber llegado hasta el punto de que el General Fulgencio Batista haya bautizado a Raúl Castro?.
-RB: No, no.
-EI: Pero se ha dicho.
-RB: Sí, sé que se ha dicho. Por ahí aparece a cada rato una foto de Batista con un niño vestido de militar, con unos galoncitos creo que de sangento, y se dice que es Raúl Castro. En primer lugar, yo no sé si es Raúl Castro o no. Aparentemente esa foto fue tomada durante un viaje que hizo mi padre por la zona y donde los niños de los colegios rurales iban a verlo y se retrataban juntos y demás. Lo otro es especulación. El contacto con los Castro fue entonces indirecto. Y después también.
-EI: ¿Algún otro recuerdo de esa hipotética relación?.
( Fidel Castro de comparsa mientras el líder de los ortodoxos Eduardo R. Chibás hablaba por la radio. En la foto se ve a Luis Orlando Rodríguez quien en sus discursos antes del Golpe del 10 de Marzo de 1952 hablaba de incautar en Cuba las propiedades del entonces Ex Presidente Batista. Luis Orlando después sería fundador de Radio Rebelde en la Sierra Maestra )
-RB: En el año `51, me lo contó el mismo Rafael Díaz-Balart, él fue con Castro a ver a Batista a Kuquine. Estuvieron hablando largo rato. Hay un periodista que vive y te puede confirmar esa entrevista. Se llama Llano Montes; quien también me lo contó. Porque da la casualidad que Llano Montes había ido ese día a hacer una entrevista a Batista y coincide con la llegada de Rafael con Fidel. En ese momento parece que Fidel estaba teniendo problemas en la Ortodoxia para la postulación como representante, y Rafael lo lleva, primero para que conociera a mi padre, pero también porque parece que se concibió una posibilidad de que Castro entrara en el partido de Batista. Papá lo dice en su libro “Respuesta...” (Imprenta Manuel León Sánchez, México, 1960), pero lo menciona un poco en forma despectiva. La versión de Rafael es que se entrevistaron en la biblioteca, hablaron primero de literatura e historia, y después un poco de política. Dice que cuando salieron de la entrevista Fidel se expresó de forma muy admirativa sobre Batista; pero Fidel agregó que él no cabía en aquel Partido; veía al partido de Batista muy controlado por personas ya asentadas, tradicionales, y afirmó que ellos debían tener otro camino, ya que Batista daba la impresión de no querer dar un golpe de estado; dejando entrever que, en ese caso, lo habría seguido. Es más, me contó Rafael que Castro observó que en la biblioteca de Batista faltaba un libro: “La técnica del golpe de estado”, de C. Malaparte. Pero todo con mucho respeto.
-EI: Después, cuando Batista da el golpe de estado en 1952, ¿hubo algún contacto específico con Castro?.
-RB: No. En verdad la preocupación de Castro cuando el golpe de estado vino porque se nombró jefe de la policía a Salas Cañizares, a quien el abogado Fidel Castro tenía procesado en la audiencia de La Habana como supuesto autor de la muerte de un estudiante. A Castro se le aconsejó cambiar de domicilio provisionalmente dada la situación familiar que tenía, de matrimonio joven con una criatura muy pequeña. Y se lo llevaron a casa de una hermana. Sin embargo, pasaron los días y Castro no tuvo problemas con Salas Cañizares, y continuó sus actividades dentro del Partido Ortodoxo. Rafael Díaz-Balart cuenta este incidente en sus “Memorias” (Edic. Universal, Miami, 2006); así como el Dr. Eduardo Borrel Navarro en un artículo publicado en México antes de su reciente muerte. Esa mañana del 10 de marzo cuando Rafael y el Dr. Borrel se dirigían a cumplir una misión de Batista, pasaron por el apartamento de Fidel Castro y le comunicaron los hechos. Este exclamó que ya era hora de que quitaran a Prío; pero su actitud cambió cuando supo del nombramiento de Salas Cañizares.
( Presidente Fulgencio Batista y Presidente D. Einsenhower; inmediatamente detrás, el entrevistado Rubén Batista ¨Papo¨, ya fallecido y del cual sólo he oido que era una persona decente y atenta; foto y comentario del bloguista de Baracutey Cubano )
-EI: Respecto a las elecciones de 1944, hay quien alega que Batista se alegró de que perdiera su candidato, Saladrigas, pues así permanecía él como una persona indiscutida dentro de su partido. ¿Ha escuchado Ud. eso?.
-RB: Sí, lo he escuchado, pero no es cierto. Una victoria de Saladrigas, que además era su amigo, le hubiera garantizado una gran influencia. Yo soy testigo de que le preocupó aquella victoria de Grau sobre el candidato de su partido. El tiempo le dio la razón pues durante el gobierno de Grau no se le dieron garantías para regresar a Cuba.
Su pesar es uno de los recuerdos más claros que tengo de mi niñez, pues hasta me sacaron de la escuela cuando se supo el resultado de aquellas elecciones. Al llegar a Palacio me lo encontré en una pequeña sala del tercer piso muy preocupado. Sin embargo, acató la voluntad del pueblo, y fue vitoreado por su conducta.
( el entrevistado Rubén Batista, ¨Papo¨, de niño jugando con su padre)
-EI: ¿Le ha sido difícil llevar el apellido Batista?.
-RB: A mi padre lo hicieron casi una personificación del mal. Y el acoso fue internacional. Pero el problema ya no era solamente ser batistiano, sino ser “proclive” a Batista. La “proclividad” como una inclinación que te hace culpable. La familia de Batista, como se puede imaginar, era “proclive” a Batista, de forma que el maleficio alcanzaba a todos sus miembros. La suerte es que ya hay historiadores desprejuiciados en el exilio, y quiera Dios que también dentro de Cuba, que pueden analizar los hechos. Porque lo que ha sucedido en el proceso nuestro es que muchos de los historisdores también fueron actores de ese proceso. Y no digo solo que en contra, también a favor había prejuicios. En la mayoría de los historiadores, por muy objetivos que hayan querido ser, se percibe cierta “proclividad”, antibatistiana y batistiana. Esa objetividad ya la empiezo a percibir en el ámbito de la academia americana. Se comienza a estudiar la época de Batista sin prejuicios.
-EI: ¿Recuerda Ud. algo que le haya dicho su padre que indique arrepentimiento, autocrítica?.
-RB: Él hablaba de equivocación respecto a algunos hombres. Pero nunca se arrepintió por el 10 de marzo. Quizás pudo haber un momento interno, pero conmigo no lo conversó nunca. Tampoco aparecen índices de arrepentimiento respecto al del 10 de marzo en alguno de sus escritos o cartas. Y esa se trata, sin duda, de su actuación más cuestionada. Pensó que el país se encaminaba a la anarquía y que debía dar el golpe de estado. Había recibido informes, según cuenta en su libro “Respuesta...”, de que el Presidente Prío preparaba un golpe de fuerza, en caso de que triunfara el Partido Ortodoxo.
La aceptación por las “clases vivas” del país y, eventualmente por el movimiento obrero, indica que existían condiciones políticas y sociales que hicieron posible este hecho. Hasta el Consejo de Veteranos de la Independencia acudió a Palacio a los pocos días para felicitarlo.
-EI: ¿Lo del 4 de septiembre nadie se lo reprocha?.
-RB: Quizás en un momento sí. Debes considerar que en el 4 de septiembre cayeron algunas personas, otras fueron relegadas o no vieron satisfechas sus expectativas. Hay crítica también al mismo movimiento revolucionario en sí, algunas divisiones políticas con Grau y Guiteras, etc. Pero esas contradicciones son explicables, porque el 4 de septiembre se produce contra un Presidente de gran prestigio, hijo del padre de la patria, Céspedes, pero que los sectores revolucionarios miraban críticamente; primero, como una continuación de Machado, pues había sucedido amparado en aquella constitución; luego, era percibido como alguien que se cubría con los norteamericanos, en la superviviente Enmienda Platt. El del 4 de septiembre fue un movimiento claramente nacional y revolucionario.
( Foto de 1933: La Pentarquía, asumió la jefatura del Estado y del gobierno cubano; la integró: Guillermo Portela Möller, Sergio Carbó Morera, Porfirio Franca Álvarez de la Campa, José Miguel Irisarri Gamio y Ramón Grau San Martín. Aparece Fulgencio Batista al lado de Ramón Grau San Martín; foto añadida por el editor de Baracutey Cubano )
-EI: Ahora bien, respecto al golpe del 10 de marzo de 1952 contra el gobierno de Prío, además de su padre, ¿había otros militares inconformes con la situación política del momento?.
-RB: Sí, muchos. Había posiblemente más de dos movimientos. Según algunas personas con las que yo he hablado y que conocían el proceso desde dentro, había tres. Uno que se inició en la Escuela Superior de Guerra por un grupo de oficiales que estaba en contacto con el profesor Rafael García Bárcena. Cuando se crea la Escuela Superior de Guerra en tiempos de Grau, se invita a una serie de profesores a colaborar. Se convoca a Herminio Portell Vilá, a Roberto Agramonte, a Rafael García Bárcena y otros. Según me han contado, hubo un momento inicial tras las elecciones del `48, donde gana Carlos Prío, en que ya hubo cierto movimiento subversivo a favor de Chibás; que había quedado en tercer lugar en los votos, muy por detrás del Dr. Ricardo Núñez Portuondo.
Este mismo grupo intervino en la facilitación de la destitución del jefe del ejército General Pérez Gámera. Ese grupo, donde tengo entendido que estaba el Coronel Barquín, y otros que llamaban “el trust del cerebro” por enrolar a una serie de profesores de la Escuela Superior de Guerra, llegó a ser bastante fuerte. De ahí se desprende otro grupo que lo liderea el entonces capitán Jorge García Tuñón. Este era también un militar de preparación, que inclusive venía de una familia castrense anterior al 4 de septiembre. Es decir, que venía del viejo ejército, de una tradición. Luego también se úne al grupo que quería a Batista como líder. Y había otra disidencia más, que era independiente a Batista en sus orígenes, aunque después se vincularon, ya que buscaban un líder civil; los instigadores de este movimiento eran Colacho Pérez, un civil pero de origen “revolucionario”, miembro del ABC (al que Batista perteneció siendo joven) y que por los contactos que tenía pudo hacer una serie de relaciones significativas en el ejército, y otra figura importante, que es el Coronel retirado de la marina José Rodríguez Calderón. Para mí estas llegaron a ser las figuras más importantes en el golpe de estado. Además de Salas Cañizares (quien llegaría a ser jefe de la policía) que controlaba las perseguidoras y la motorizada. Hay otra serie de personajes a destacar, muchos de ellos retirados, como el Capitán retirado Díaz Tamayo, que también era de la Escuela Superior de Guerra, y el General retirado Francisco Tabernilla Dolz, que era un hombre que tenía mucho prestigio, un oficial graduado de la primera escuela de cadetes del ejército en el año 1917 o `18. Tabernilla era un hombre que tenía mucha simpatía sobre todo en la Cabaña, es decir, en el regimiento de artillería, que junto a Columbia (donde estaban los tanques y la infantería) era la otra plaza militar fuerte de La Habana. Dentro de Columbia hubo también militares simpatizantes; entre los cuales estaban los capitanes Robaina, Rojas, Sogo y otros.
( Batista y a su lado Francisco Tabernilla; El General Eulogio Cantillo también se encuentra en la foto )
Sobre la historia del 10 de marzo hay cartas cruzadas importantes, ya en el exilio, entre papá y el coronel Cruz Vidal, que hemos donado a la Universidad de Miami, aunque yo tengo copia. Ramón Cruz Vidal era un soldado del 4 de septiembre, que aparece en todos los libros como uno de los principales de ese movimiento. Batista hace un prólogo a un libro de este señor donde señala que en las vísperas del golpe de estado había una crisis; y que sin crisis institucional no hubiera existido un 10 de marzo. Había descontento, y muchos apoyaron a Batista no por batistianos sino por descontentos.
-EI: Háblenos un poco de Tabernilla como figura histórica; de la relación con su padre.
-RB: Tabernilla fue importante en la historia de Cuba, sin duda. Como te dije, cuando el 4 de septiembre él era teniente en la Cabaña; pero era un oficial muy popular. Su otro apellido, Dolz, lo emparentaba con un famoso periodista; se le consideraba de origen más bien burgués. Es de los oficiales que se únen al 4 de septiembre, que fueron más de 100 en un ejército con unos 700 oficiales; yo creo que demasiados para una tropa que no llegaba a 10 mil hombres entonces. Un grupo se queda, pero otros no se quedaron con Batista. Tabernilla sí; después llega a capitán, de momento tampoco fue el jefe de la Cabaña, que estaba en manos del sargento Tarrau. Pero pasan unos meses, a Tarrau lo traspasan a otro mando y entonces hacen a Tabernilla jefe de la Cabaña, ya como Comandante. Tabernilla, en honor a la verdad, se hace muy popular entre la tropa. Él protegía a sus artilleros, los defendía en sus problemas. Tabernilla estuvo 10 años de jefe de la Cabaña, del 1934 al 1944. Era un hombre mayor en edad respecto a los otros; el de más edad de todos ellos junto a Querejeta, que también llegó a General con Grau. En el año `41 viene una crisis en el ejército, después que Batista es electo presidente y deja a Pedraza como jefe del ejército. Al ponerse en vigor la Constitución del `40, una serie de instituciones que habían regentado la Marina y el Ejército pasaron al poder civil. Entre ellas las Escuelas Cívico- militares, que estaban bajo el control del departamento de Cultura del Ejército, y esas instituciones pasaron unas al Ministerio de Educación, otras a Hacienda, etc. Lo que dejó un disgusto, un mal de fondo entre la jerarquía militar porque veían que las Fuerzas Armadas iban perdiendo poder. Y el coronel Pedraza recoge ese malestar. Él, que era todo un caudillo en el ejército (además de Batista era el único caudillo real que tenía el ejército), un hombre con fama de ser muy valiente, un hombre que había puesto orden en La Habana cuando lo nombraron supervisor de la ciudad durante la huelga de marzo de 1935, un hombre muy recto, muy buen militar, muy valiente, que tenía indudablemente simpatía entre la tropa. Por cierto, yo estoy emparentado con los Pedraza por dos lados; en aquel momento un tío mío que era militar estaba casado con la hermana de Pedraza. Más tarde un hermano mío se casó con su hija.
Todo esto agravó un conflicto que hubo entre mi padre y Pedraza. El caso es que Batista tuvo que retirar a los jefes de la marina, el ejército y la policía. Hubo una cierta insubordinación, cuyo castigo fue retirarlos a los EE. UU. y que a los pocos meses regresaran. Mucho más tarde, a finales de 1958, Pedraza reingresa en el Ejército; después que los rebeldes mataran a su hijo en Santa Clara. Pero ya era muy tarde para que su presencia cambiara los acontecimientos.
( José Eleuterio Pedraza )
-EI: ¿Y cómo actuó Tabernilla en esa situación?.
-RB: En esa situación Tabernilla, que controlaba la Cabaña, que miraba directamente a Palacio, fue el primero que llamó a Batista y le dijo que estaba con él, fue un hombre clave en ese momento. Llega entonces el 1944, gana Grau, Tabernilla aún es el jefe de la Cabaña y Grau lo retira del ejército.
Él viene para Miami, y después se conecta con Batista cuando este viene a Daytona en el exilio de turno. Hay una foto de cuando mi padre toma el avión para regresar a Cuba, en noviembre de 1948, ya electo Senador; ahí está Tabernilla despidiéndolo en su viaje de vuelta a La Habana tras 4 años. Después siguen conectados y cuando se produce el 10 de marzo de 1952, Tabernilla es uno de los principales pues entra en la Cabaña con un carro o dos carros y toma el mando. Tenía entonces el mando de La Cabaña el general Velázquez, que también era un sargento del 4 de septiembre. Por eso el traspaso fue muy tranquilo. Por cierto el hijo de Velázquez, que era teniente, se queda en el ejército y lo fusiló Fidel Castro después.
-EI: ¿Hasta dónde llega Tabernilla con su padre?.
--RB: Hasta ser nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército. Era lógico. Fue leal, tenía mucho prestigio. Si había un general de carrera era ese, “el viejo Pancho”, como le decían con mucha simpatía. Quizás era un hombre ya mayor para el cargo. Los hijos también tomaron posiciones importantes, y se percibía como mucho poder militar concentrado en una familia. Hay quienes dicen que eso perjudicó al ejército, pero no sé. Yo creo que ellos fueron leales hasta el último mes de 1958; cuando al ver que aquello estaba perdido, buscaron una solución al margen del Presidente Batista.
-EI: ¿Se refiere al famoso incidente del 13 de diciembre?.
-RB: Bueno no. El 13 de diciembre es cuando el embajador americano se reúne, creo que en Kuquine, acompañado del Ministro de Estado y le dice a Batista que el gobierno americano no va a reconocer el gobierno de Rivero Agüero, que había sido electo en aquellas elecciones de noviembre de 1958. Fue entonces que Batista cita a los jefes y les cuenta lo que estaba pasando. Con toda honestidad. Faltaban unos 50 días para que Rivero Agüero tomara el poder, y él había prometido convocar a una Constituyente meses después de asumir. Yo creo que desde ese momento la alta jerarquía del ejército vio que no había solución, y algunos de ellos empezaron a buscar una salida. Tengo entendido que el general Tabernilla, el día 26 de diciembre, pide una entrevista al embajador americano.
-EI: ¿Y la concedió?.
-RB: Escucha lo que dijo el propio embajador: “De modo que se hicieron los arreglos para la entrevista (con Tabernilla). Llegaron en sus carros oficiales. El general Tabernilla me dijo que deseaba hablar conmigo a solas. Y su hijo y el otro general se fueron para una habitación contigua. El general Tabernilla me dijo que los soldados cubanos no peleaban más, y que el gobierno en sí no podía durar. Manifestó que el propósito de suvisita era el de salvar a Cuba del caos. De Castro y del comunismo. Dijo que quería formar una junta militar, compuesta por él, creo además que por el general Cantillo, el general Sosa de Quesada, el coronel Casares y un oficial de la marina. Dijo que le daría salvoconducto a Batista para que saliera del país y quería saber si yo apoyaría a esa junta. Le dije que informaría al Departamento de Estado de la conversación, pero que estaba seguro que no me darían una respuesta directa para él. Lo que estimaba correcto porque, agregué, `si le contestamos a Ud. directamente equivaldría a desconocer al general Batista, y yo estoy acreditado ante él`. El general Tabernilla me preguntó qué le podía yo sugerir. Le dije: `?Ud. le ha mencionado esta visita a Batista?` Y él me dijo: `No, no lo he hecho. No le he dicho que venía a verlo, pero he discutido en general nuestras posibilidades futuras con Batista.` Y le pregunté qué habría dicho Batista. Tabernilla respondió: `Él me dijo que le presentara un plan`. Yo le dije a Tabernilla que debía regresar y discutir con Batista, y que cualquier sugerencia que viniera de Batista sería relatada por mí al Departamento de Estado...” Eso manifestó el embajador norteamericano y consta en el libro “El cuarto piso” (Smith, Earl E. T. “El cuarto piso”. Editorial Diana, SA. 1963).
-EI: Entonces Tabernilla es una personalidad histórica de muchos matices.
-RB: Tal vez él pensó en una solución a la crisis; pero al intentarla, no hizo más que complicar las cosas. Pero además, Batista se entera de la entrevista. Recuerda que había entre ellos una amistad, que se trataban con apodos cariñosos; a Tabernilla se le podía ver casi a diario en casa. Bueno, cuando Batista se entera se reúne con Tabernilla y le dice: “Pancho, ¿es cierto que tú has ido a ver al Embajador americano?.” Tabernilla lo reconoció, pero le dijo a Batista que lo había hecho por su bien. A lo que Batista replicó: “?Tú no te has dado cuenta Pancho que me acabas de dar un golpe de estado?.” Esto lo relata mi padre en su libro “Respuesta...”.
-EI: Y entonces Batista hizo lo más lógico: destituyó a Tabernilla.
-RB: Pues no. No lo destituyó. ¿Sabes por qué?. Bueno, primero te cuento algo. El mismo día 25 yo voy a Palacio y me encuentro a Batista hablando con dos señores; eran Jorge Barroso (Ministro sin cartera, pero el contacto del gobierno con los azucareros) y Gastón Godoy (Vicepresidente de la Cámara, una personalidad entre los abogados). Cuando ellos terminan de hablar, yo me acerco a saludar a mi padre. Le pregunto qué hablaban y me dice que esos señores le acababan de informar que la Asociación de Hacendados iba a reunirse para pedirle la renuncia. Eso el día 25 de diciembre de1958, antes de la entrevista. El día de navidad. Y se queda pensando y me dice que debería destituir a todos los Tabernilla; y entonces agregó: “Pero ya es tarde”. Yo me digo que si él destituía a los Tabernilla, que eran en apariencia sus hombres más leales, pues ahí mismo colapsaba el régimen.
-EI: Bueno, eso significa que ya alrededor del 25 de diciembre Batista debe saber que tiene que salir del país.
-RB: Pero yo creo que él no decidió salir ese día. Yo creo que él trató hasta el último momento de mantener aquello. Basaba sus esperanzas en la batalla en Santa Clara, que se pierde casi el mismo día de su salida.
-EI: Hablábamos del día 25 de diciembre, le quedan entonces unos seis días...
-RB: Ten en cuenta una cosa. El 26 es la citada visita de Tabernilla al Embajador americano; poco tiempo, poco tiempo... Los hechos se van acumulando. Las mismas fuerzas conservadoras, por llamarlas así, ya se viraban. Los únicos que se mantuvieron leales hasta el final fueron los obreros. El movimiento obrero. Los líderes obreros en ningún momento titubearon. Es un enredo esta historia. Las clases conservadoras se le viraron a Batista, se le pusieron en contra. Ya lo habían dicho varias asociaciones cívicas y profesionales. Después, cuando alguna gente me preguntaba en el exilio, aquí en Miami: “Bueno, y por qué se fue Batista”, yo les respondía: “Pues porque ustedes lo pidieron.”
-EI: ¿Quién en particular pidió eso?.
-RB: Pues ya te dije que los hacendados y otras organizaciones. Esos mismos señores lo pidieron. Algunos de los cuales después me lo preguntaban. Ellos lo pidieron. Se reunieron los hacendados, los mismos que habían ido a palacio a vitorearlo, le pidieron la renuncia. Pero bueno, así es la vida, así es la política. Pero mira, la cosa en verdad empieza desde que el gobierno americano en marzo del `58 le hace el bloqueo de las armas a Batista. De ahí el ejército, no los cabos, no los sargentos, no los soldados que eran leales, sino algunos oficiales pensantes dijeron, bueno, si dicen que la URSS está apoyando a Castro, porque eso se decía, y los mismos americanos no envían armas a Batista, entonces todo está decidido. Algunos oficiales lo vieron así.
-EI: ¿Qué lógica le ve Ud. a la decisión americana? Es decir, bloquear las armas a Batista era apoyar indirectamente a Castro.
-RB: Yo tengo un libro por ahí de los años `40, “Con el rifle al hombro”, del Coronel Ferrer, que tuvo mucho que ver con el derrocamiento de Machado. Él dice en ese libro, a partir de un alzamiento en Oriente, que mandan a liquidar... Él decía que la guerrilla que no se fulmina sobrevive, crece. Pues eso fue lo que pasó con Castro, además de una campaña propagandística muy bien orquestada. Hay una teoría interesante. La primera vez que yo leí esto fue en un panfleto que publicó Gastón Baquero en Madrid, posiblemente en el mismo año `60, donde él dice que bajo el gobierno de Batista se empezaron a lastimar intereses americanos. Pero además de Baquero lo señala un economista boliviano que trabajaba en el Banco Nacional llamado Julio Alvarado; lo señala en su libro “La aventura cubana.” (Artes Gráficas Edic. SA. Madrid, 1977).
Por ejemplo, el túnel de La Habana lo iba a tener firmas americanas, y se les dio a los franceses. Y se les dio porque era la mejor opción, porque parte del pago se produjo en azúcar, que estaba almacenada, porque la zafra producía mucho e incluso había que aguantarla para que no bajara el precio. Había almacenada mucha azúcar, y se financió parte del túnel con eso. Por otra parte, cuando se fue a renovar los ferrocarriles, que estaban nacionalizados; cuando fueron a comprar las locomotoras, en lugar de comprárselas a la General Motors, se las compraron a los alemanes. Yo tuve la suerte de ir a Alemania en una misión relacionada con eso, fui con Martínez Sáenz (ex ABC), Presidente del Banco Nacional. Un tercer caso fue la decisión de construir un molino de harina en Santiago de Cuba que le quitaba el monopolio al de La Habana, que era de ellos. Otro estudioso también me explicó que todo el papel de la prensa cubana se compraba a Estados Unidos y se le quitó ese monopolio del papel a los norteamericanos cuando Cuba empezó a poner varias papeleras que usaban bagazo de caña como materia prima. Yo no lo he comprobado, pero me dijo que accionistas de “The New York Times” eran a la vez socios de esas papeleras. Por otra parte, se iba a una revisión de las tarifas proteccionistas que perjudicaría a los Estados Unidos; además de que se hicieron planes para producir materias que hasta el momento eran compradas básicamente a los Estados Unidos, como el cemento y el arroz. Yo no digo que esto determinó, pero digo que pesa. Si tú lees la correspondencia de los embajadores americanos, yo tengo varias compilaciones, tú no ves ahí nada contra el gobierno de Batista. Hasta fines del `57 y el `58, que se empieza a notar el distanciamiento. Quizás ellos pensaron trabajar con otro tipo de oposición, pero se les fue de las manos. Batista sin duda era aliado y amigo de los Estados Unidos, pero tenía su propia agenda nacionalista como legado de la propia revolución del 4 de septiembre de 1933. Todos los gobiernos cubanos durante esa época fueron nacionalistas; un ejemplo: de 1939 a 1958 los ingenios azucareros en manos cubanas habían subido de 56 a 121 (del 22% al 62.13%)
-EI: Herbert Mathews, además de autor de célebres artículos sobre Castro, fue un entusiasta de su causa, ¿le dijo Batista algo del rol que este periodista jugó en esa parte de la historia cubana?.
-RB: Mira, te cuento algo. Una vez un agente de inteligencia de Estados Unidos que hacía una investigación sobre Mathews me pidió, cuando yo vivía en Madrid, que lo llevara ante mi padre en Lisboa, Portugal, pues tenía que hacerle una pregunta importante. La pregunta trataba de precisar si, como se decía, Mathews le había pedido dinero. Y mi padre dijo que no, que en ningún momento. Ahí hubo otras cosas. Pero de esa naturaleza no. El embajador Gardner fue muy amigo de mi padre. Él le pidió a Batista que atendiera a Mathews y se le atendió bien. Y después él hizo lo que estimó pertinente.
-EI: Bueno, de aquella noche del 31 de diciembre de 1958 que tanto gusta al cine y a la mitología política cubana. Recuerdo aquel día que le pregunté si se había producido una fuga y su esposa me retó: “¿Cómo una fuga si salimos tranquilamente delante de todo el mundo?.”
-RB: Claro, fue una salida tranquila. Nada de fuga. Incluso se firmó, y hasta se publicó, creo que en la revista “Carteles” el 4 de enero de 1959, un acta de renuncia que suscribió mi padre aquella noche. Nuestra última noche en Cuba. Existe ese dato relacionado con la salida de Cuba y existe también el relato, hecho por mi propio padre, de su posterior salida de República Dominicana donde estuvo unos meses. Otra historia muy intensa.
-EI: Pero volvamos a esa famosa fiesta... ¿cómo Ud. la recuerda?. Ud. era joven, también su esposa, ¿presentían algo?.
-RB: El asunto es que no hubo tal fiesta. Al menos no la fiesta lujosa que han inventado. Que nos íbamos a ir esa noche no lo sabía yo, pero que había una crisis sí. Era evidente. Mi padre sí me dijo que estuviera en contacto, que no me perdiera. Yo recuerdo que ese día tuve algunas reuniones. Una en la CENCAM, organismo para-estatal que yo había presidido, situado en la ladera de la fortaleza de Atarés, con jóvenes políticos y simpatizantes; recuerdo que me acompañaba Raulito, Raúl García Cantero, el padre del hoy magistrado de La Florida, que se casaría con una hermana mía. Después fuimos a Columbia, al club de oficiales, y después a casa de mi madre Elisa y Máximo Rodríguez, su nuevo esposo, donde también estaba mi hermana Mirtha con su esposo el Dr. Elmo Pons-Domenech, mi hermana Elisita con su novio Raúl García Cantero. Entonces, después de esperar el año con mi madre, me llama de Columbia (donde por cierto había nacido yo) el padre de Carmita, mi esposa, el general Robaina, para que fuera para allá. De casa de mamá fuimos a casa de Robaina: Raulito manejando, Elisita mi hermana, Carmita y yo, y mi hija María Aleida, que tenía un año, en payama. Fuimos derecho para casa de Robaina. En otra máquina fueron mamá (Máximo se quedó), Mirtha, mi tía Pastorita y el Dr. Elmo Pons-Domenech manejando. Entramos al campamento militar por el obelisco a Finlay, que originalmente fue erigido al 4 de septiembre. Pero no cambió el nombre Castro sino Grau, y ya después se quedó así. Batista no lo cambió más. Pues por esa puerta entramos a Columbia. Yo iba bien preocupado, pensé que el campamento podría estar alzado, íbamos sin escolta. Llegamos a casa de Robaina y allí estaban celebrando: Luisito mi cuñado, con la novia de entonces, celebrando sencillamente con otros familiares. Pues allí dejo a mi gente y solo, caminando, fui a la residencia principal que estaba al lado. Nada de grandes vestidos, mi hermana Mirtha andaba en pantalones, mi hija en piyama, mi esposa en un vestido normal; nada de ropas fastuosas, como se ha dicho. Fui al lado, la reunión era en el segundo piso, subo y había algunos militares, algunos políticos y algunos miembros de la familia... Y mi padre, claro está. Aquello no parecía una fiesta, sino todo lo contrario.
-EI: ¿Puede citar algunos de los políticos presentes?.
-RB: Bueno, algunos de los que recuerdo: estaba Anselmo Aliegro, que era el Presidente del Senado, estaba Justo Luis del Pozo, Alcalde de La Habana; Santiago Rey, que era el Ministro de Gobernación; Andrés Rivero Agüero, que era el Presidente electo; estaba Gastón Godoy, que era el Vicepresidente electo; estaba allí Oscar Figuerola, Presidente de la Cruz Roja; estaba el Dr. Lama, Director de Mazorra, que se había casado con mi prima hermana, una sobrina de mi padre; también Manolo Vieites, casado con una prima hermana de mi padre; Ramona... que yo recuerde, ellos estaban; yo no recuerdo a nadie más. Había otras gentes del ejército, pero nada que tenga que ver con la película “El padrino”. Y toda esa gente estaba ahí sentada, tranquilamente. Entre los militares recuerdo a Rojas, Pedraza, Robaina,Tabernilla, el padre y el hijo, Silito, muy cercano a mi padre hasta el último momento. También algunos ayudantes. Ah, y estaba también Jorge “Yoyo” García Montes, que había sido Primer Ministro, senador; Gonzalo Guell, Primer Ministro, Andrés Domingo y Morales del Castillo, Ministro de la Presidencia. A mí me llamaron a Columbia después de las 12 de la noche. Ya muy tarde, en un momento, mi padre baja al despacho de Silito Tabernilla. Unos se van, otros bajan. Yo bajé a ver a papá. Santiago Rey y Julio Luis del Pozo se fueron sin esperar cuando mi padre bajó. Hubo otros que bajaron pero no se quisieron ir, como Anselmo Aliegro y Yoyo García Montes. Yo estaba allí. Mi padre les dijo: “Vengan conmigo”, y García Montes y Aliegro le dijeron que no, que no era necesario. Después ellos se asilaron. Políticos y funcionarios que se fueron con mi padre, que yo recuerde: Andrés Rivero Agüero, Gastón Godoy y Oscar Figuerola; Gonzalo Guell y Andrés Domingo Morales. Yo lo recuerdo. Eso en el avión de mi padre, porque salieron tres aviones.
A la reunión llega el General Eulogio Cantillo, que había tomado el mando de Columbia y relata la situación militar. Lo mismo hacen otros jefes.
Se podía haber resistido allí, en Columbia, pero no se podía vencer, ya las fuerzas armadas estaban derrotadas en el sentido del país entero. Batista dice que se marecha para evitar más derramamiento de sangre. Entonces me dicen que busque la familia en casa de Robaina y fuera al aeropuerto militar. Todo fue muy calmado, hubo incluso quien no se fue. Pasaba algo surrealista, estábamos en la escalerilla del avión y había soldados que todavía gritaban “!Viva Batista!”. Había tres aviones, nosotros subimos creo que al segundo, donde también se fueron los Tabernilla, y fuimos los primeros en irnos. Yo estaba ya en el avión y veo que mi padre está abajo, entonces bajé del avión para darle un abrazo, y mi esposa Carmita se disgustó pues pensó que corría peligro. Después nos marchamos.
-EI: Pero, ¿esos aviones ya estaban preparados?.
-RB: El jefe de la aviación los tenía preparados, pero desconozco más detalles.
-EI: ¿Quién preparó la referida renuncia formal?.
-RB: Quizás fue Andrés Domingo, Secretario de la Presidencia. Yo no sé los pormenores. La presidencia le correspondía a Guás Inclán por ser Vice-presidente, pero estaba de cacería. El que estaba ahí en sucesión era el Presidente del Senado, Aliegro, que fue presidente del país solo un minuto (un récord), ya que inmediatamente renuncia a favor del magistrado más antiguo. Y se queda Cantillo a cargo de Columbia y el ejército. Yo recuerdo a mi padre aún en la escalerilla aconsejando a Cantillo. Si no es por Cantillo de allí hubiera sido muy difícil salir. Él había regresado de Oriente, y llegando se reúne con Batista esa misma noche sobre las 10:00. Mi padre le dice que iba a renunciar para evitar derramamiento de sangre y que él tomara el mando de Columbia. A esas altas horas se transfiere el mando a Cantillo. Cantillo llama a algunas figuras para que lo ayudaran, y fueron a buscar al Magistrado Piedra a la casa, el magistrado más antiguo, y le dicen que él era el presidente. Esa fue si se quiere una misión constitucional de Cantillo, que acabó siendo sacado por Barquín y no por Camilo Cienfuegos como cree la gente. Cantillo y Barquín habían sido compañeros de curso.
( El Genral cantillo y el Magistrado Piedra )
-EI: ¿Puede dar un breve perfil de Cantillo?.
-RB: Había estudiado mucho. Tenía mucho prestigio. Era el número uno en su curso, y Barquín el segundo. Estuvo preso mucho años y murió en el exilio. No tenían de qué acusarlo. Jefe militar de toda una región y no tenían nada contra él. Era una persona muy decente. Cantillo entró en el ejército después del `33. Pero él no era septembrista. Había militares viejos en su familia. Un hombre muy capaz. Él tenía varios hermanos, pero Carlos era su hermano militar. Cuando mi padre deja la presidencia en el `44, Cantillo debía haber sido teniente o capitán. Cuando el 10 de marzo era Coronel. Jefe de la Fuerza Aérea de Prío. Fidel Castro lo condena por el 10 de marzo pero él no tuvo que ver con el 10 de marzo. Después se unió, pero no estaba en la conspiración inicial. Cuando mi padre le pide que se quede como Ayudante General del Ejército, le dice: “Mire General Batista, anoche mismo yo estaba jugando dominó con el General Cabrera, Jefe del Ejército, y es indigno que yo acepte esto ahora sin avisarle. ¿Usted cree que le podemos comunicar?.” Cabrera estaba retenido en casa de Doña Emelina, la madre de Martha, la suegra de Batista. Allí llega Cantillo y le comunica a Cabrera lo que le había pedido Batista. Y estuvo de acuerdo.
Esto me lo contó el Coronel Martínez Suárez, que fue con Cantillo a ver a Cabrera. El mismo coronel José J. Martínez Suárez, que había sido enviado por Cantillo a contar a Batista la orden de entrevistarse con Castro que le había dadoTabernilla, me envió una carta fechada en junio 29 de 1995, donde relata hechos que se relacionan con lo que hemos conversado. Era su voluntad que esa carta se diera a conocer, por lo que puede formar parte de esta entrevista, parcial o totalmente. (*)
-EI: Bueno, respecto a Ud., ¿qué siente hoy en relación con Cuba?.
-RB: No te niego que durante un tiempo quise manejar ese sentimiento. Mi familia había caído en desgracia y éramos azotados por una propaganda internacional en parte para justificar las arbitrariedades de los que habían ganado.
Pero desde hace unos años he recuperado mi interés por la historia, el amor por Cuba que siempre estuvo ahí. Tengo proyectos de rescate de su historia, hemos donado muchos documentos a la Universidad de Miami. Estamos activos en esto mi hermano Roberto y yo, un grupo de familiares y amigos. Hay algunos estudios sobre el papel de nuestro padre en marcha en universidades, todo eso nos da aliento. Toda esta suerte ha implicado un dolor, pero todos nosotros nos hemos superado mucho. Cuando salí de Cuba estuve en los Estados Unidos un par de semanas, pero después me fui para España. Allá me fue mucho mejor de lo que me hubiera ido aquí en aquella época. Estuve aquí en New Orleans y New York. Recuerdo que yo llamé a mi padre a Santo Domingo y le dije que quería irme de aquí, que esto era insoportable.
( Batista jugando con su hijo Roberto, quien lleva el nombre de un tio materno )
-EI: ¿La gente le era hostil?.
-RB: Un ambiente horrible; por parte de los americanos y mucha otra gente. Tuve una serie de incidentes y le dije que si podía me iba para Dominicana. Y él me dijo que no, que era mejor que no.
-EI: ¿Pasaba algo con Trujillo?.
-RB: Esa es otra historia, otro sábado.
-EI: Una de las cosas que se ha dicho es que Trujillo era el gran aliado de Batista. Y que Batista voló a Santo Domingo y no a los Estados Unidos porque lo iban a proteger allá.
-RB: Todo lo contrario. Igual que esa llamada conspiración batistiano-trujillista que nunca existió. Trujillo quería invadir a Cuba en el `59, y fue Batista quien dijo que eso no era razonable ya que Castro estaba en un momento de mucha popularidad; además, mi padre pensaba que en Cuba se alzarían hasta las piedras para combatir a Trujillo en caso de una invasión. Esto no quiere decir que no hubieran exmiitares valientes
involucrados en esta aventura.
-EI: ¿Y Miami?.
-RB: Pensé que no tenía futuro en España, por eso en el `62 vine a Miami. Yo tenía que ver como me orientaba en Miami; era difícil. Varias gentes le escribieron a mi padre diciéndole que debía impedirme venir a Miami. Me lo decían algunos amigos también. Como te decía era el 1962. Ya había pasado Playa Girón, y la cosa estaba más calmada. Pero todavía esto estaba lleno de enemigos y mucha gente nuestra aún estaba resentida por lo sucedido. Yo vine, y decidí desde el primer día irme a la calle para que me vieran, para que se acostumbraran a verme. Yo no tuve aquí un problema con nadie; ni con amigos ni con enemigos. Había una situación económica muy mala, difícil en política, pero yo no tuve problemas con la gente.
Yo traté de ser lo más natural posible. Ayudé en lo que pude. A mí me dolía ese odio contra mi familia, pero seguí adelante.
-EI: Si Ud. tuviera que definir la posición política de Batista, en general, ¿cómo lo haría?.
-RB: Un día yo le pregunté eso mismo a mi padre. El se consideraba un hombre de centro; con mucha sensibilidad por los más necesitados, por las clases menos favorecidas. Incluso, después de la Guerra Civil Española llegaron muchos refugiados republicanos que fueron bien recibidos; así como miles de otros países europeos.
En cuanto a la pregunta podría decirte que políticamente mi padre fue de centro; es decir, creía que era necesario apoyar a la clase obrera pero que al mismo tiempo había que dar las garantías al capital para que invirtiera en el progreso. Yo creo que en la primera época podría considerarse hasta de centro izquierda; el problema es que en Cuba en esa época, casi todo el mundo era de centro-izquierda. En los años `30 se competía por lucir bien “progresista”. Hasta el Partido Conservador se cambió el nombre. El conservador cubano era de centro. En Cuba, ¿cuál era en verdad la clase conservadora? Ciertas familias muy ricas, parte del clero, el “Diario de la marina” en la prensa... pero si el “Diario de la marina” era de derecha era una derecha de tipo muy flexible porque en él escribía muchísima gente, gente muy diversa. Mañach escribía ahí y era de centro-izquierda. Baquero también y era de centro-derecha. Y era el mulato, fijese Ud. El conferencista graduado de Harvard tiraba a la izquierda. El poeta mulato a la derecha. Así era Cuba.
-EI: En el plano personal, ¿tuvo relaciones Batista con algún comunista?.
-RB: Con Batista fueron Ministros sin cartera dos comunistas: Juan Marinello, que después renunció para aspirar a otra posición y fue sustituido por Carlos Rafael Rodríguez, el segundo de sus Ministros comunistas. Y eso fue en el `43, cuando el gobierno de unidad nacional. Se hizo una política de frente unido, en la que participaron todos menos los auténticos; aunque fueron invitados. Y aún así varias personalidades del autenticismo participaron en el gobierno, como Carlos Hevia y Rubén de León.
-EI: ¿Otras fuerzas importantes de aquella coalición?.
-RB: En la coalición entró también el ABC, que era un partido de oposición. Entró con Martínez Sáenz, que había sido muy enemigo de mi padre, incluso de retarlo a duelo. Martínez Sáenz entra de Ministro de Agricultura. Más adelante (1952-1958), como Presidente del Banco Nacional, Martínez Sáenz llevó la política económica de Batista, fue el gran impulsor del desarrollo económico. Una personalidad muy destacada Martínez Sáenz. Estuvo preso y murió aquí. Un hombre muy nacionalista; como era la doctrina “abecedaria”. Incluso, yo creo que él pensaba que estaba implementando la doctrina del ABC dentro del gobierno de Batista
-EI: ¿El pacto con los comunistas fue un ardid político o ambas fuerzas tenían puntos de vista conciliables?.
-RB: Cuando formaron parte del gabinete de Batista, en plena II Guerra Mundial, los Estados Unidos eran aliados de Moscú; en aquella época los comunistas la verdad que no dieron ningún problema. Anteriormente habían apoyado a Batista para la presidencia en 1940, como también lo hizo el Partido Demócrata Republicano (conservador), el Partido Liberal y otros (un total de siete partidos). Cosas de la Cuba de entonces: los comunistas y los conservadores formaban parte de la misma coalisión política. En las elecciones de 1944 el Partido Socialista Popular apoyó a Carlos Saladrigas, que era el candidato del gobierno de Batista. Después, durante la guerra fría, nade quería pactar con ellos en las elecciones presidenciales, aunque sí pactaron con distintos partidos en las elecciones municipales.
Mi padre tuvo un secretario que se llamaba Raúl Acosta Rubio que escribió dos o tres libros sobre Batista y su época. Después también una serie de artículos y entrevistas en una revista que habia aquí que se llamaba “Alerta”. Son interesantes algunas cosas que dice respecto al 10 de marzo, cuando él sí estaba muy unido a Batista. Recuerdo que a raíz del 10 de marzo a Batista le da como una varicela. Y tuvo que aislarse. Pues Acosta Rubio, que estuvo a su lado, cuenta que él mismo recibe un recado del PSP donde se asegura que quieren reunirse con Batista. Finalmente se reúnen con el propio Acosta Rubio, al cual Batista le dice que le transmita a los comunistas que se queden tranquilos; pero que no es el instante oportuno para un entendimiento. El no podía, no era prudente políticamente. El embajador cubano en Washington, Aurelio Fernández Concheso, que había sido embajador ante Hitler y Stalin y lo era ahora ante los norteamericanos, ha estado enviando información y manda una carta muy importante donde previene a Batista sobre un entendimiento con los comunistas, a partir de lo que podía captar en un Washington en guerra fría con Moscú. Después rompe relaciones con la URSS un mes después del 10 de marzo de 1952 y más tarde ilegaliza al PSP.
A finales de 1957 el embajador soviético en México se encuentra con nuestro embajador Oscar de la Torre y le dice que deseaba hablar con él a solas. Así lo hacen y el embajador soviético le sugiere al nuestro que la URSS desea mejorar las relaciones con el gobierno de Batista. De la Torre viaja a Cuba a informar a Batista, quien le ordena que finalice esos contactos. Esto se cita en la “Historia del Partido Comunista de Cuba” (Edic. Universal, Miami, 1970), de Jorge García Montes y Antonio Alonso Avila.
Tengo la impresión que desde ese instante crece el apoyo a Castro. Batista creía que en plena guerra fría esa posibilidad no era conveniente. Ya él, en la Reunión de Presidentes en Panamá, en 1956, había dicho que un gran peligro acechaba el continente: el marxismo-leninismo. Su advertencia y postura le costaría caro.
Eso hay que estudiarlo bien, porque al final lo que tumba a Batista es precisamente su anticomunismo; específicamente en su segunda etapa (1952-1958).
EI: Por último, ¿qué balance haría del papel político de Fulgencio Batista?.
RB: Hace algún tiempo se me preguntó qué hecho consideraba como más importante en la historia de Batista, mi padre. Contesté que aunque importantes habían sido sus obras públicas, su labor educacional y sanitaria, su impulso a la economía (sobre todo en su segunda etapa) y las leyes sociales que había implementado, lo que más admiraba era como había encaminado el proceso institucional que culminó con la Constituyente de 1940. Hay que advertir que el proceso político cubano desde 1933 hasta 1939 había estado lleno de conflictos, algunos violentos. Batista, en solo seis años como “el hombre tras el trono”, auspicia que regresen todos los exiliados políticos tras una amplia amnistía y se celebran las elecciones para la Asamblea Constituyente de 1939. En estas participan todos los partidos –desde los conservadores (Pertido Demócrata Republicano) hasta los comunistas; los liberales (Partido de los machadistas) y hasta los enemigos de esos liberales, el ABC, el Partido Revolucionario Cubano y muchos más. Para completar, la oposición gana la mayoría y se respetan los resultados. Este es un proceso que no es típico dentro de una situación política en la que predomina la influencia de un supuesto “dictador”.
Esta institucionalidad tiene como colofón la celebración de unas elecciones presidenciales que gana Batista con el apoyo de siete partidos. Gobierna cuatro años sin que existiera un solo exiliado político; sin un preso político y con la aprticipación de todos los sectores de la nación.
Al celebrarse las elecciones de 1944, pierde el candidato del gobierno y gana el mayor enemigo político de Batista. Pero acata el resultado de las urnas y entrega el poder.
___________________________________________
-(*)-Apéndice:
Carta del Sr. José J. Martínez Suárez al Sr. Fulgencio Rubén Batista.
Junio 29, 1995.
Estimado amigo:
Leyendo en estos días algunos libros que cuentan los hechos de la caída del gobierno que presidiera su padre, encuentro que se confunden los acontecimientos y las fechas. Como fui testigo de un hecho de gran trascendencia, he querido darle este testimonio como contribución a la verdad histórica, me refiero a la entrevista, el 28 de Diciembre de 1958, entre el General Eulogio Cantillo y Fidel Castro.
En el mes de Agosto, el General Cantillo recibió una carta del cabecilla rebelde, a través del padre Guzmán, en la que le proponía una entrevista. Esta propuesta fue informada al Estado Mayor y el Presidente Batista. Se le pidió al General Cantillo que fuera a Varadero, donde se runió con el Presidente, ya que se trataba de la posibilidad de una solución nacional. Aunque el Gral. Batista veía con escepticismo esta gestión, le sugirió al Gral. Cantillo que enviara a otro oficial.
Fue designado el Teniente Coronel Fernando Neugart, el cual tuvo varias conversaciones con Fidel Castro sin resultados positivos, por lo que el Gral. Cantillo suspendió esas gestiones.
Ya en el mes de Diciembre la situación en Oriente había empeorado considerablemente. Al acudir a La Habana el 22 de ese mes e informar al Gral. Francisco Tabernilla Dolz, Jefe de Estado Mayor Conjunto, de esta realidad, este le preguntó al Gral. Cantillo si él tenía algún contacto para concertar una cita con el Jefe rebelde, recordando este al Padre Guzmán. El Gral. Tabernilla le ordenó que regresara a Santiago de Cuba a la mayor brevedad. El Gral. Cantillo cumplió la orden pensando que tenía la aprobación del Presidente de la República.
El día 25 de Diciembre regresa nuevamente a La Habana el Gral. Cantillo y recibe la orden del Gral. Tabernilla Dolz de entrevistarse con Fidel Castro para que lo tanteara. Mientras tanto el Gral. Cantillo había solicitado una audiencia con el Presidente a través de su Jefe de Despacho, el Gral. “Silito” Tabernilla Palmero. Al no recibir noticias de este general y como la situación en Oriente apremiaba, tuvo que marcharse.
Antes de irse, sin embargo, me dijo que le extrañaba mucho que el Presidente no lo llamara y lo orientara al respecto, preguntándome si yo podía hacer algún contacto para ver al Presidente y le informara de la orden recibida.
(...)
Siguiendo mi relato, el día 27 de Diciembre, se trasladó el Gral. Cantillo para Santiago de Cuba. Siguiendo yo sus instrucciones, decidí visitar al Dr. Antonio Lamas, casado con una sobrina del Presidente, a quien le informé, sin más detalles, de la urgencia que tenía de ver al Gral. Batista, fuera de los conductos reglamentarios. Fue entonces que hicimos contacto con usted para que gestionara esta cita. Usted se comunicó con su padre el cual le dijo que nos recibiría esa noche. Yo le insistí en que no podíamos esperar tanto por la urgencia del caso. Usted habló nuevamente con su padre y nos comunicó que me esperaba a las tres de la tarde en Palacio. Usted se reunió conmigo en el Restaurant El Carmelo de la Calle Calzada y de allí partimos juntos. Recuerdo que usted trataba de saber lo que estaba sucediendo pero yo no le dije nada, tan solo que recordara a Brutus, uno de los asesinos de Julio César, al cual este quería como a su propio hijo.
Cuando llegamos a la ante sala del despacho de su padre, usted entró para notificarle mi presencia y luego regresó para acompañarme, dejándonos solos.
Al preguntarme cuál era la urgencia de mi visita, le informé que el Gral. Cantillo me había pedido que hiciera gestiones para verlo, y le contara sobre la orden que había recibido del Jefe de Estado Mayor Conjunto, extrañado de no haber recibido ninguna orientación de su parte.
El Presidente se paró y me dijo: “?Usted está seguro de lo que está diciendo?”, y yo le contesté: “Estoy cumpliendo con lo ordenado por el Gral. Cantillo.” Hablamos más de dos horas, durante las cuales pude percibir que el Presidente no estaba siendo bien informado, pues ignoraba la deserción del Coronel Florentino Rosell (mientras cambiábamos impresiones, le llegó el informe de este acontecimiento). Al concluir, me dijo que haría pasar a través del Jefe del Ejército, Gral. Rodríguez-Avila, un mensaje por la micro-onda al Gral. Cantillo para que dejara sin efecto la entrevista ordenada. Tembién me dijo que pondría un avión a las seis de la mañana para que me trasladara a Santiago de Cuba e informara al Gral. Cantillo que desistiera de la misión. Recuerdo que al salir de Palacio nuevamente trató usted de averiguar lo que pasaba pero yo guardé silencio.
A las 2: 00 a.m. del día 28, recibí una llamada telefónica del Cmt. Dole, ayudante del Gral. Tabernilla Dolz para que me personara en el Estado Mayor. Lo llamé a usted nuevamente para que le preguntara a su padre si debía acudir a la cita, contestándome, a través de usted que cumpliera la orden. Me presenté al Gral. Tabernilla Dolz, me apartó para que nadie nos escuchara y me preguntó: “?Tú sabes algo de la orden que se le dio al Gral. Cantillo?”. Le contesté que algo había oído. “Hay un avión para usted mañana para que lo traslade a Santiago de Cuba y le diga al Gral. Cantillo que le dé largo a la orden que se le dio.”
A las 6: 00 a.m. estaba en el Aeropuerto Militar de Columbia pero no pude salir hasta las 10: 00 a.m., ya que me dijeron que el avión se estaba reparando. No llegamos a Santiago hasta la 1: 00 p.m. y en el mismo aeropuerto pregunté por el Gral. Cantillo. Se me contestó que volara en helicóptero, solo con su piloto, el Capt. Izquierdo. Al regresar y verme, se paró y abrió los brazos sorprendido por mi presencia. Le informé de mi conversación con el Presidente y de la contra-orden del Gral. Tabernilla Dolz. Me contestó “Too late Martínez, too late. Acabo de tener la entrevista ya que no había recibido ninguna contra-orden. Mañana regresaré a la capital e informaré al Presidente.”
Esa noche regresé a La Habana en un avión comercial. Al otro día, 29 de Diciembre, me comuniqué con usted para informarle que el Gral. Cantillo regresaría ese día por la tarde, para que se lo dijera a su padre. Al poco rato, me telefoneó usted para decirme que el Presidente le había indicado que esperara al Gral. Cantillo en el Aeropuerto de Columbia para llevarlo directamente a Kuquine. El Gral. Cantillo llegó a las 2: 00 p.m., esperándolo varios altos oficiales; pero, siguiendo las órdenes de su padre, marchamos a verlo. Usted iba delante en su automóvil y nosotros lo seguimos.
El Gral. Cantillo entró solo al despacho del Presidente, pero luego me contó la conversación. El Presidente le había preguntado por qué no había ido a verlo antes de cumplir la orden dada por el Gral. Tabernilla Dolz. El Gral. Cantillo le explicó que el Jefe de Estado Mayor Conjunto le había ordenado que se marchara rápidamente. Cumplió la orden porque pensó que el Presidente estaba informado, lo cual no era cierto según pudo constatar.
También me contó que cuando le iba a relatar los detalles de la entrevista, el Presidente lo paró diciéndole: “No me cuentes nada, ya es demasiado tarde.”
Espero que esta carta ayude a esclarecer la verdad histórica y, con tal propósito le autorizo que haga uso de la misma en la forma que estime conveniente.
Afectuosamente,
Tte. Col. José J. Martínez Suárez.
Ayudante del Gral. Cantillo.
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Jose Gonzalez ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Revelaciones en entrevista al Sr. Rubén Batista ...":
Pablo, mil gracias por postear esta entrevista que da mas luz a la historia cubana del ultimo siglo.
Falta que hacen muchas mas como estas a figuras cubanas de aquel tiempo que todavia viven.
Creo que se nesecita rescatar todo lo que se pueda de esa epoca para cuando termine la desgracia castrista poder armar el rompecabezas historico cubano.
saludos
6 Comments:
Pablo, mil gracias por postear esta entrevista que da mas luz a la historia cubana del ultimo siglo.
Falta que hacen muchas mas como estas a figuras cubanas de aquel tiempo que todavia viven.
Creo que se nesecita rescatar todo lo que se pueda de esa epoca para cuando termine la desgracia castrista poder armar el rompecabezas historico cubano.
saludos
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Comentario del Bloguista de Baracutey Cubano
No se si Batista estuvo por Santa Clara en los días próximos a la ¨Batalla¨ de Santa Clara. En caso de que su pregunta se refiera a cualquier otro momento de la vida de Batista, le envio este enlace de cuando se estaba construyendo el Hospital para Tuberculosos de Topes de Collantes, hoy un hotel para turistas extranjeros.
http://lockerz.com/u/videoszovalds.vo6315/decalz/12050279/fulgencio_batista_esperado_en_trinidad_
Mi padre, Alfredo Saldívar, alto funcionario del gobierno peruano, nos contó alguna vez que había sido invitado a Cuba por el Señor Don Fulgencio Batista y Zaldívar. Incluso tenía invitación a alojarse, no recuerdo bien si en palacio de gobierno o en una residencia afín. Desgraciadamente falleció en febrero de 1953
Todo gobierno a tenido que tener "mano dura" para mantenerse, la policía de Batista es cierto que fué cruel, y esto hizo que el pueblo ayudara a triunfar a Fidel...pero Batista dejó al pueblo ser LIBRE, mientras que ahora los cubanos no lo son ni del aire que respiran...las calles sucias, los patrimonios arquitectónicos destruidos, la moral y la educación se desconocen...huyeron de Cuba en el 1959....yo nací en el 1955, pero al ver hoy como era Cuba de limpia, educada, desarrollada, me doy cuenta que nunca conocí o mejor dicho, el gobierno nunca me dejó conocer la realidad de la historia cubana...en Cuba en las clases de historia solo se dá la guerra de los mambises contra España, y el derrocamiento de Batista por Fidel...no nos preguntes y menos a las nuevas generaciones quienes fueron los antiguos presidentes cubanos como Menocal porque no saben ni que exisitieron...al analizar la historia creo que eraan mejor haber seguido con Batista, ahora veo que no eran tan "malo" como lo quisieron pintar, si sus .policias mataban era a los que creaban revoluciones, actualmente en Cuba pasa lo mismo pero en silencio y sin libertad de escapar
Sin duda alguna las conclusiones que saco es que Cuba necesita otro Batista, creo que fue uno de los mejores presidentes de la historia del pais
Publicar un comentario
<< Home