domingo, agosto 16, 2015

“Lucecitas montadas para escena en la Habana” y reunión opositora en Puerto Rico. Jorge Hernández Fonseca sobre la reanudación de relaciones entre EE.UU. y la tiranía Castrista de Cuba

“Lucecitas montadas para escena en la Habana” y reunión opositora en Puerto Rico


 Por Jorge Hernández Fonseca
15 de Agosto de 2015

Pasada la visita del Secretario de Estado norteamericano John Kerry a la Habana para izar la bandera estadounidense en su embajada; más allá de la repercusión de la lamentable exclusión de los opositores cubanos de semejante acto y después de la reunión de consolación de Kerry con una representación de disidentes, lo que queda de más importe en el panorama político cubano es el avance del desarrollo de los trabajos de los opositores reunidos en Puerto Rico.

Todos los sucesos enumerados son de importancia histórica indiscutible, como lo es también la negativa de algunos opositores cubanos al rechazar la invitación para asistir a la reunión de consolación con el Secretario de Estado norteamericano. Sin embargo, para los demócratas cubanos, más que la reunión opositora con el Secretario Kerry y la apertura de su embajada --pasando por encima de críticas, con o sin fundamentos-- lo verdaderamente destacado de estas jornadas fue lo menos publicitado: la reunión opositora de Puerto Rico, porque su resultado podría constituirse por sí mismo en una cristalización para la libertad de Cuba.

No se trata de restar importancia al peso específico que tendrá la representación diplomática estadounidense en la Habana –y precisamente por eso-- es que el encuentro de la oposición cubana en Puerto Rico está obligado a encontrar una representación unitaria, lo que de conseguirse, ejercerá un impacto determinante en el entramado político cubano actual. Importantes opositores cubanos quedaron atrapados en las “lucecitas montadas para escena” en la Habana y han privado a los reunidos en Puerto Rico de sus importantes puntos de vista.

Por encima de las declaraciones de efecto, se percibe que detrás de la decisión norteamericana de acercarse a los hermanos Castro están importantes intereses económicos y estratégicos del coloso del Norte, que muy poco tienen que ver con el anhelo democrático de los cubanos, asunto principal de la mencionada reunión opositora en Puerto Rico, de ahí su destaque.

Se ha dicho con razón que el futuro democrático de Cuba depende de los cubanos, en momentos que están próximos a desaparecer los causantes del desastre cubano (y con ellos desaparecerá su dictadura, una razón a más para la decisión norteamericana de hacer presencia en la isla ahora) lo que obliga a la oposición democrática a convertirse en una opción real de gobierno de transición a la democracia, sin la atomización que hoy domina el panorama.

Si Estados Unidos se prepara en la isla para el cambio ineludible y necesario, con mucha más razón la oposición política cubana debe prepararse convirtiéndose en una alternativa creíble y efectiva de gobierno. Desaparecidos los hermanos Castro del panorama político cubano, no habrá fuerza capaz de discutir el poder opositor cubano con una representación de los mejor de la oposición política cubana actual. Esa es la semilla se siembra hoy en Puerto Rico.


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