viernes, septiembre 18, 2015

17D: ¿Empoderar al ciudadano o al Estado?. Juan Antonio Blanco sobre el 17 de diciembre de 2014 en que el Presidente Barack Hussein Obama y el tirano en funciones Raúl Castro acordaron restablecer relaciones diplomáticas entre ambos países



Tomado de http://www.diariodecuba.com

17D: ¿Empoderar al ciudadano o al Estado?

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¿Es aconsejable continuar avanzando unilateralmente hacia el levantamiento de las sanciones estadounidenses a la economía estatal mientras el Gobierno cubano mantenga inalterable su bloqueo al sector no estatal?
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Por Juan Antonio Blanco
Miami
18 Sep 2015

El loable propósito de "empoderar" a los cubanos —argumento público central para justificar el giro iniciado el 17D— sigue tropezando con el perverso bloqueo… del Estado cubano sobre los ciudadanos en la Isla. ¿No sería ese un buen tema de conversación para los presidentes Obama y Castro cuando se reúnan en la sede de Naciones Unidas, Nueva York, la semana próxima?

Entre las primeras medidas del presidente Obama después del 17D (BBC Mundo 1-16-2015) estaban las cuatro siguientes:

    (Los que viajen) podrán llevar a Cuba hasta US$ 10.000 en remesas, mientras ciertos bancos obtienen los permisos para procesarlas.
    En particular, las (remesas) con fines humanitarios o sirvan para desarrollar negocios privados, en general serán autorizadas sin límites.
    Se autorizarán ciertos proyectos de microfinanciamiento y capacitación profesional para negocios privados y operaciones de agricultura, así como la importación de algunos productos y servicios fabricados por empresarios independientes de la Isla.
    Las nuevas medidas contemplan la exportación de productos a Cuba que tengan como objetivo el de apoyar la actividad económica independiente, mejorar las comunicaciones y fortalecer la sociedad civil.

En otras palabras, un viajero podría llevar a Cuba miles de dólares para el desarrollo de empresas privadas, a las cuales puede apoyar también con microcréditos y entrenamientos. Pueden igualmente exportarse a Cuba aquellos insumos que esas empresas no estatales necesiten, apoyar el desarrollo de sus comunicaciones e incluso importar a Estados Unidos sus productos y servicios. En pocas palabras: el embargo al sector privado emergente, en esencia, se ha levantado.

En teoría, esta apertura de Washington debería fortalecer la autonomía económica de los ciudadanos, pero hasta ahora no ha sido así.

La Habana le ha dado la bienvenida al incremento del flujo de remesas y visitantes estadounidenses, se ha beneficiado del efecto psicológico colateral del 17D para reestructurar el monto y condiciones de su deuda externa, ha logrado acceso a algunos nuevos créditos gubernamentales y ha promovido una ofensiva de congresos en hoteles cinco estrellas para publicitar las grandes oportunidades que tendrían las empresas estadounidenses si finalmente se levantase el embargo a… las empresas estatales.

Mientras tanto, el bloqueo del Estado cubano a la iniciativa privada nacional continúa inalterable. Nadie toma nota de que este sector, en lo esencial, no está ya sometido a las sanciones estadounidenses, pero continúa bloqueado por el Estado cubano.

Ninguno de los restaurantes no estatales de los que, por ejemplo, comenta la prensa internacional, existe legalmente porque no tienen personalidad jurídica. Son operados sobre la base legal de una "licencia para trabajar por cuenta propia", como "vendedor de alimentos" —uno de los dos centenares de oficios autorizados a ejercer de forma privada. Desde una perspectiva económica, el emprendedor (no "empresario") nacional está acotado en un corralito de actividades secundarias. Sus negocios no gozan de los privilegios fiscales que se extienden al capital extranjero. Por otro lado, mientras se multiplican los encuentros con corporaciones extranjeras se le sigue negando hasta ahora cualquier espacio significativo a la diáspora en el desarrollo futuro del país.

Todo el esfuerzo de promoción y cabildeo del Gobierno cubano está focalizado en alcanzar el fin del embargo para el sector económico estatal antes de que termine el mandato de Obama.

El Gobierno cubano no ha autorizado al sector no estatal de la economía a establecer empresas mixtas o comerciar con Estados Unidos, no ha permitido el establecimiento de una empresa importadora /exportadora a ese fin, ni ha creado un mercado mayorista para los insumos que requiere ese sector. No ha promovido una sola reunión para entusiasmar a empresarios extranjeros a que desarrollen relaciones directas con el sector nacional privado (si puede llamarse de ese modo, pese a las restricciones legales). Tampoco ha aceptado la oferta de Google para solucionar —de forma gratuita y en corto plazo— la baja conectividad a internet de la Isla, ni ha aceptado el establecimiento de centros comerciales para vender equipos de comunicaciones.

La única —excelente— excepción a esa situación ha sido el inicio de operaciones en Cuba de la conocida empresa internacional Airbnb que contacta directamente a aquellos que alquilan viviendas y los conecta con el mercado externo. Lo demás básicamente permanece como si viviésemos todavía el día 16 de diciembre.

Esta circunstancia —cualesquiera que sean las opiniones que se tengan sobre el embargo– levanta nuevas interrogantes: ¿Es aconsejable continuar avanzando unilateralmente hacia el levantamiento de las sanciones estadounidenses a la economía estatal mientras el Gobierno cubano mantenga inalterable su bloqueo al sector no estatal? Si el Estado cubano logra librar sus empresas de las sanciones del embargo, ¿qué incentivo tendría para luego levantar su bloqueo sobre los emprendedores nacionales?

Durante su visita a Cuba, el secretario de Estado John Kerry expresó que difícilmente se avanzaría en el tema del levantamiento del embargo si La Habana no comenzaba a dar pasos positivos en materia de derechos humanos. Muy bien.

Valdría entonces la pena ser más explicito y directo con Raúl Castro en este asunto: el Gobierno cubano no debería esperar nuevos avances respecto al embargo estadounidense si antes no levanta su bloqueo al derecho de los cubanos a buscar la felicidad desplegando a plenitud su  iniciativa individual.

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Oscar Haza- Reanudan conversaciones entre Washington y La Habana . Entrevistados: Juan Antonio Blanco y Orlando Luis Pardo Lazo