Alberto Hernández: ¿Es Manuel Cuesta Morua el líder que necesita la oposición cubana? Sus fortalezas y amenazas. Acusaciones y preocupaciones sobre su persona
Por Alberto Hernández
27 marzo, 2015|
Por estos días el activista socialdemócrata Manuel Cuesta Morua cumplió una apretada agenda internacional que lo llevo a Estados Unidos, España, Ginebra, Bélgica, Argentina y por último Chile. En estos dos últimos países presento su libro ensayos progresistas desde Cuba. Varias de sus intervenciones y entrevistas pueden leerse en internet.
Al portavoz de arco progresista, grupo que integra espacio abierto, luego de 23 años de labor ininterrumpida en la oposición, ya se le considera hoy un referente en la disidencia cubana. Sin duda, muestra tener capacidad, preparación y cultura general.
El también coordinador de la plataforma “Nuevo País” y gestor del proyecto “Consenso Constitucional” brinda una buena imagen personal, se desenvuelve con facilidad en público y ha ido ganando experiencia en el arte de manejarse con la prensa no por gusto algunos medios occidentales lo califican de prominente opositor.
En sus intervenciones tiene un discurso coherente, aunque por momento resulta algo ambiguo. Pero sabe trasmitir pausadamente sus ideas y argumentos como invitando a la reflexión y nunca imponiendo sus posiciones. Características estas que escasean entre algunas figuras de la disidencia en la isla.
Impresiona ser inteligente aunque también da la sensación que se esfuerza en demostrarlo, como buscando imprimir su sello distintivo que le diferencie del resto de los líderes opositores internos, especialmente de aquellos que considera incapaces de generar proyectos novedosos que contribuyan a alcanzar el anhelado cambio democrático.
Pareciera que ese es su objetivo en la vida convertirse en la figura capaz de liderar el cambio en Cuba. Al menos su trayectoria demuestra que hace un buen tiempo viene trabajando y vendiéndonos hábilmente esa imagen. Y en ello debemos reconocerle un relativo éxito, pues ha conseguido incrementar su presencia en escenarios internacionales donde cada vez se da mas a conocer.
En su último viaje a Estados Unidos al ser entrevistado por el periodista dominicano Oscar Haza en su programa Ahora, lo presento como el opositor más inteligente en Cuba, y Cuesta Morua, dejándose arrastrar por el ego, solo atino a responderle el más reflexivo.
Tal respuesta revela su proyección psicológica de colocarse por encima del resto de los líderes de la oposición interna. Y aunque pudiéramos entender su aspiración, primeramente debe ganárselo, demostrándolo con inteligencia y promoviendo una agenda de consenso que invite a la unidad necesaria en una disidencia lamentablemente marcada por el caciquismo y la fragmentación.
Por ello le aconsejaría no apresurarse y, sobre todo, no confundir deseos con realidad. También le recomendaría más humildad, pues todavía está lejos de alcanzar la talla de algunas prestigiosas figuras de la oposición con más aval y trayectoria que él. Como cubano e historiador de formación debería asumir esa máxima martiana de honor a quien honor merece.
Un elemento que pesa en contra de Cuesta Morua es que se le conoce como discípulo de Elizardo Sánchez Santacruz, lo que para muchos opositores a ambos lados del estrecho de la Florida no es una buena carta de presentación, debido a los conocidos antecedentes que pesan sobre el presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Tampoco es bien visto el hecho de que al igual que Elizardo Sánchez- fue uno de los escasos disidentes que la dictadura permitió realizar en el 2000 una gira por varios países europeos que concluyo en estados unidos. Sin embargo, a su regreso no tuvo ningún contratiempo con la policía política, al menos que haya trascendido a los medios.
En realidad Cuesta Morua nunca ha estado preso ni siquiera integro el grupo de los 75 disidentes que sufrieron injusta prisión durante la ola represiva conocida como la primavera negra de 2003, cuestión que despierta la suspicacia de algunos opositores dentro y fuera de la isla que se preguntan ¿por qué razón no corrió igual suerte?
Por otra parte, una fuente vinculada al Comité Ciudadano de Integración Racial al que también pertenece Cuesta Morua-, comento, a condición de conservar el anonimato, que la actual joven pareja del portavoz de “Arco Progresista”, Liliana Ruíz Andarcio, no es vista con agrado entre sus seguidores, pues, entre otras cosas, actúa como si fuera la primera dama. Todo lo contrario a su ex esposa, Gloria Llopis, una humilde y honesta maestra que lo apoyaba en todo y sin pretensión alguna de protagonismo, pero a la que el con sus frecuentes infidelidades llego hasta humillar en público.
De acuerdo a la misma fuente, un hecho que pudiera ser una amenaza y destapar un escándalo que lapidaria las aspiraciones de este opositor socialdemócrata es que un belga nombrado Dirk van der Brocke – que siempre ha sido muy solidario con la oposición cubana- respondiendo a una petición del propio Cuesta Morua le entrego más de 30 mil euros para la adquisición de una casa en el céntrico municipio de Centro Habana, que sería utilizada para actividades opositoras.
Sin embargo, según la propia fuente, el sr. der Brocke está preocupado porque ha transcurrido bastante tiempo y no tiene señal que la referida casa haya sido adquirida ni tampoco noticia del paradero del dinero, sospechando que fue estafado.
Dice un conocido un refrán que cuando el rio suena es porque algo trae. Y ciertamente en Miami también fue acusado de estafador. Ello sucedió a finales de enero de este año cuando la ex integrante las Damas de Blanco, con residencia actual en los Estados Unidos, Lilian Castañer, interrumpió una conferencia de prensa en la casa Bacardi y le lanzo a la cara esa dura acusación que dejo estupefactos a todos los presentes.
Según explica Castañer que insiste en denunciarlo en las redes sociales – antes de establecerse en los Estados Unidos, Cuesta Morua la timo al convencerla de no vender su apartamento valorado en 8 mil dólares ubicado en calle J No. 104 entre Calzada y 9na. en el capitalino municipio del Vedado, con la supuesta finalidad de utilizarlo en apoyo a las actividades opositoras, pues como está muy cerca de la embajada norteamericana le posibilitaría recoger firmas de los cubanos que van a solicitar visas para su proyecto “Asamblea Constituyente Ahora”.
De acuerdo a la ex Dama de Blanco, Cuesta Morua se comprometió en gestionar esa suma de dinero con sus contactos en los Estados Unidos y otros países europeos y latinoamericanos, mencionándole entre otros nombres a un tal Aimel Ríos, a cambio de que ella dejara en el apartamento al periodista independiente José Alberto Álvarez Bravo.
Pero lo cierto es, precisa la desesperada mujer, que hasta la fecha no ha recibido un solo centavo y el apartamento tampoco se utiliza en actividades opositoras sino que es alquilado ilegalmente como casa de citas y que frecuenta con bastante regularidad Cuesta Morúa.
En fin, esas son algunas amenazas y hasta debilidades que este opositor socialdemócrata deberá sortear con inteligencia si quiere evitar se interpongan en sus aspiraciones políticas. Ciertamente tiene fortalezas que le ayudan, pero el mayor reto que tiene por delante es lograr la articulación de una estrategia que convierta a la disidencia en una verdadera opción política y, sobre todo, persuadir a los demás líderes de la oposición interna como también en el exilio de su capacidad para liderar el cambio en Cuba.
KALULE. EL CLIENTELISMO POLÍTICO Y LA AUSENCIA DE UN PROYECTO NACIONAL EN UNA DISIDENCIA ENVIDIOSA Y BUROCRÁTICA
o
“El clientelismo politico y la ausencia de un proyecto nacional en una disidencia envidiosa y burocrática”
(Fragmento)
Por Frank Escobar
NOTA DEL AUTOR: Dedico este artículo a Agustín Tamargo, quien me enseñó a llamar “al pan, pan y al vino, vino”
Hace unos días me encontré después de casi treinta años con Manuel Cuesta Morúa, conocido como “Kalule” en nuestra época de estudiantes de la Escuela de Historia en la Facultad de Filosofía de la Universidad de La Habana. Durante muchos años he venido siguiendo su carrera política, desde que comenzó de la mano de Elizardo Sánchez Santacruz junto a nuestro común amigo Leonardo Calvo.
En la Universidad no éramos amigos pues estábamos entonces en posiciones antípodas, pero tampoco enemigos y nos encontrábamos casualmente y él tenía amistad con mi novia de entonces y luego mi esposa y madre de mi hija que era una de las referencistas de la Biblioteca Central. Sin embargo yo era un alumno indeseable –con un récord de 4 consejos disciplinarios y 3 Asambleas por la Educación Comunista en mi contra- a quien por alguna razón misteriosa no acababan de expulsar y Kalule todo lo contrario: un serio y aplicado joven militante que preparaba una interesante tesis de Historia Contemporánea sobre el Japón..
....
....
....
Le ofrecí a Kalule mi teléfono cuando lo encontré casualmente en la FIU el pasado 25 de enero y lo invité a un encuentro para conocer más sobre su proyecto político y poder quizás desterrar mis dudas sobre su esencia gramsciana, elitista, utópica y desvinculada de las masas. Él estaba siendo acosado por amanuenses del ICAAS de la Universidad de Miami y del Grupo de Saladrigas. Nunca me contestó y su invitación pública fue a “Cuba 8”. Ese café-bazar “culturoso” que se ha quedado a mitad de camino entre una castrista “Casa de la UNEAC” y un anticastrista “pulguero” de “Cuba nostalgia”. El tema de la conferencia era más de lo mismo: “Convención por la democracia forjando el discurso de la nación”. Kalule es inteligente y se ha convertido en un político profesional. Escogió un tópico sazonado con frases retóricas de ambigüedad política: convención, democracia, discurso, nación, con un ápice de realismo socialista con lo de “forjar” por su analogía con la famosa obra del lisiado leninista Nicolai Ostrovski.
Hace unos años, en el verano del 98, cuando la visita de Juan Pablo II a Cuba viajé a la isla para despedirme de mi padre que falleció tres meses después y traté también sin éxito de reunirme con Kalule. Mi última semana la compartí con mis amigos de “CubaPress” alternando entre la casa de Raúl Rivero en Centro Habana y la de Ana Luisa López Baeza en Playa- casualmente frente adonde él estaba viviendo entonces- sin embargo y a pesar de la invitación personal de Raúl en más de una ocasión nunca acudió. Hasta una vez le pregunté personalmente a Elizardo Sánchez de visita en casa de Ana Luisa-quien entonces era su jefe y me contestó que tenía mucho trabajo-político por supuesto- y recuerdo que le dije a Rivero en broma: dile a Kalule que no le tema tanto a los fantasmas del pasado.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home