viernes, enero 22, 2016

Álvaro Alba: Londres implica a Putin en el envenenamiento de Litvinenko. Jorge Ignacio Pérez: De los asesinados Alexander Litvinenko a Oswaldo Payá, la necesidad de investigar las muertes


Tomado de http://www.martinoticias.com/

De Litvinenko a Payá, la necesidad de investigar las muertes

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Rosa María Payá no tuvo la suerte de la viuda de Alexander Litvinenko, pero todavía insiste en foros internacionales en aclarar las circunstancias de la muerte de su padre, líder del disidente Movimiento Cristiano Liberación.
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Por Jorge Ignacio Pérez
enero 21, 2016

Una investigación pública acaba de concluir que, “probablemente”, fue Vladimir Putin quien ordenó el asesinato de Alexander Litvinenko, el ex espía ruso envenenado con polonio en Londres, en 2006. La noticia ha sido divulgada por los medios de prensa internacionales y ha puesto en peligro las “buenas” relaciones diplomáticas entre Moscú y Londres.

Estas dos capitales trabajan conjuntamente combatiendo a ISIS, un problema de primer orden a nivel mundial, pero la investigación sobre la muerte del ex expía, al ser independiente, iba por otro camino. La alegría se la ha llevado, mayormente, la viuda de Litvinenko, de nombre Marina, quien en su día juró darlo todo hasta descubrir la tenebrosa trama que terminó con la vida de un hombre que sabía mucho sobre la manera de actuar de los servicios secretos rusos (antes soviéticos), un hombre que llegó a establecerse en Londres y obtener la ciudadanía británica.

Según explica un artículo del diario español El País, “la investigación pública fue dirigida por el juez retirado Sir Robert Owen, y se trata de un ejercicio indagatorio para reunir los hechos en torno al caso. No es por tanto un método para encontrar un culpable, como sería en un proceso criminal. En una investigación de estas características no hay partes, sentencia, ministerio público, defensa o juicio. Simplemente un esfuerzo por establecer los hechos”.

(Marina Litvinenko, viuda de Alexander Litvinenko, durante la presentación de su libro 'Muerte de un disidente'.)

“Este tipo de procesos”, dice El País, “dirigido por un juez de instrucción, con o sin jurado, pretende en líneas generales obtener respuestas fiables a cuatro preguntas fundamentales: la identidad de la víctima, cómo murió y el lugar y momento de su fallecimiento”.

En un Estado de Derecho, como queda expuesto, un proceso tan delicado es realmente posible, y Moscú lo sabe. La reacción de Rusia no se hizo esperar: "Lamentamos que este caso puramente penal se haya politizado y ensombrezca la atmósfera general de las relaciones bilaterales", expresa un comunicado oficial, que además se apresta a matizar que “la investigación no ha sido transparente”.

Es muy posible que el presidente Putin, en el caso de haber ordenado el crimen, no pague por esto y la resolución del proceso se diluya en el tiempo (los resultados señalan a dos ejecutantes directos, antiguos colegas de Litvinenko, Andrei Lugovoi y Dimitry Kovtum), pero deja un precedente de cómo un sola persona, en el papel de la acusación particular, puede organizar una investigación pública y obtener la razón de parte de un juez.

(Alexander V. Litvinenko. en su lecho de muerte)

La escuela de la KGB

Los métodos de trabajo de la agencia secreta de inteligencia soviética fueron copiados en Cuba. De eso casi nadie duda. De hecho, la traducción de KGB es Comité para la Seguridad del Estado, nada más parecido al tropical Departamento de Seguridad del Estado (DSE), que con el tiempo fue abreviado por los cubanos en “La Seguridad”. Casos de envenenamiento con material radiactivo no han sido documentados en Cuba, pero sí pinchazos con “objetos punzantes y duros” a los opositores al gobierno, en manifestaciones públicas.

La fallecida líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, había denunciado pinchazos en su cuerpo durante las protestas civiles, antes de morir repentinamente en 2011. La antigua profesora de Literatura dejó su profesión para intentar sacar de la cárcel a su marido, que era preso político. Su muerte en La Habana levantó sospechas de envenenamiento o inoculación de algún virus. El informe oficial expuso que la líder de las Damas de Blanco “falleció víctima del virus respiratorio sincicial, un germen que afecta en una abrumadora mayoría de los casos a bebés y niños de menos de 3 años”.

Recientemente, Antonio Rodiles, líder de una organización opositora que trabaja conjuntamente con las Damas de Blanco, denunció pinchazos en los brazos, mostrando en fotos unos hematomas redondos con puntos centrales. Ante la desconfianza de los medios de salud públicos de Cuba, Rodiles viajó al sur de los Estados Unidos para investigarse.

La inexistencia de una separación de poderes (ejecutivo, legislativo, judicial) en la isla es una verdadera traba para iniciar cualquier investigación independiente. Esta carencia la ha sufrido Rosa María Payá, hija de otro líder de la oposición, Oswaldo Payá, fallecido en un extraño accidente de tránsito en 2012. Ni ella ni sus hermanos tuvieron acceso al juicio por el siniestro.

No estando conforme con el dictamen oficial, Rosa María intentó abrir una investigación internacional apelando a la justicia española, ya que su difunto padre poseía esa nacionalidad, pero los tribunales peninsulares desestimaron el caso.

(Los asesinados Oswaldo Payá Sardiñas y Haroldo Cepero. foto y comentario del bloguista de Baracutey Cubano)

Rosa María Payá no tuvo la suerte de la viuda de Alexander Litvinenko, pero todavía insiste en foros internacionales en aclarar las circunstancias de la muerte de su padre, líder del disidente Movimiento Cristiano Liberación, la organización que puso en jaque a la dictadura castrista mediante un plan apoyado en la Constitución cubana vigente.

El hoy presidente de Rusia era el jefe de los servicios secretos rusos, el antiguo KGB, en 1998, y chocaba con Litvinenko, que pretendía introducir reformas en la organización. Antes de exiliarse en Londres en el año 2000, Litvinenko cumplió prisión en su país.

Litvinenko falleció el 23 de noviembre de 2006, a los 43 años, en un hospital londinense, tras ingerir una dosis letal de polonio 210, una sustancia altamente radiactiva que fue colocada en una taza de té.
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Tomado de http://www.martinoticias.com


Oscar Haza - Vladimir Putin acusado de la muerte de ex-espía Ruso



 Londres implica a Putin en el envenenamiento de Litvinenko

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Varios han sido los críticos del Kremlin que han perdido la vida, lo mismo en el extranjero que en Rusia. Lo que ha cambiado es el método.
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Por Álvaro Alba
enero 21, 2016

Vladimir Putin probably approved Litvinenko's murder: U.K. inquiry


"Ya le mandamos un Mercader", dijeron en Rusia cuando detenían en Estados Unidos a los miembros de una red de espías rusos delatados por otro agente que pidió asilo en Occidente.

El mensaje era claro, Ramón Mercader, el asesino de Trotski por encargo de Stalin, es un ídolo a imitar. Lo mismo un golpe de piolet, un plato de sopa o una taza de polonio, el método para acallar a los críticos ha sido efectivo.

En el parlamento británico se escuchó un detallado informe sobre la muerte del ruso. La investigación judicial afirma que el mandatario ruso Vladimir Putin, "aprobó probablemente" el asesinato con polonio del exespía ruso Alexander V. Litvinenko en 2006 en Londres.

El embajador de Moscú fue llamado a la Cancillería para notificarle de los resultados del informe y la Interpol y otras agencias policiales regionales han sido notificadas por Scotland Yard para detener a los ciudadanos rusos Andrei Lugovoi y Dmitri Kovtun, implicados en el asesinato, según el informe. Desde Londres se difundieron en noviembre del 2006 las imágenes de Litvinenko, depauperándose lentamente en su lecho de muerte. Antes de morir acusó a Putin.

Las investigaciones han durado casi 10 años y han sido tan minuciosas como las costumbres inglesas.

La historia del deceso no asombra. La cantidad abundante, lo exagerado del método y un rastro por toda Europa sólo ayudaban a sospechar más del Kremlin.

Una pequeña bomba nuclear fue introducida en el cuerpo del exagente del FSB (heredera del KGB). Litvinenko, desde Londres, venía denunciando las irregularidades del espionaje ruso y acusaba a Putin de iniciar la Segunda Guerra de Chechenia y los atentados del verano del 2000 en Moscú. El agente ruso obtuvo asilo en el Reino Unido. Desde su muerte, los especialistas afirmaron que existía una "presunción prima facie" que apuntaba hacia el Kremlin como autor intelectual y material del asesinato.

(Manifestación en homenaje a Nemtsov.)

Al mediodía del jueves, minutos después que terminara en Londres la audiencia parlamentaria, el informativo Novosti de la televisión rusa tenía como titulares las protestas ante el parlamento de Moldavia, la caída de los precios del petróleo y la caída del rublo y la reunión en el Kremlin del Presidente con los miembros del Consejo para las Ciencias y la Educación y una sesión gubernamental sobre el sistema de educación.

La información desde Londres apareció en el quinto lugar, pero era más un comentario que noticia. "Ambiciones políticas de Londres" o "histeria antirusa" iniciada "con los acontecimientos en Ucrania en el 2014" e intento de "dañar las relaciones bilaterales" y "comprometer a las máximas autoridades del país" fueron los enunciados del informativo ruso.

El nombre del señalado Presidente ruso no se pronunció en ningún momento.

La historia rusa está llena de crímenes políticos, por orden de las autoridades, desde Rasputin hasta Litvinenko.

En Washington D.C. apareció ahorcado en su apartamento el agente Walter G. Krivitsky; al bailarín Rudolf J. Nureyev le quisieron fracturar las piernas. La cara del presidente ucraniano, Viktor A. Yushchenko, es una muestra de esas acciones. En una cena el 5 de septiembre de 2004 hubo de ingerir una sopa, juntos a la mesa estaban el director y el sustituto de los servicios secretos ucranianos. En la sangre tenía toxina.

La periodista Anna Politkovskaya, crítica de la política de Putin en Chechenia murió de un disparo en Moscú. Varios líderes chechenos han sido ultimados lo mismo con una carta envenenada que con una bomba en el auto. Y el opositor Boris Nemsotv murió en un puente cercano al Kremlin.

La historia no cambia, el crimen como método se ha perfeccionado. Los viejos hábitos nunca mueren, y los hábitos soviéticos menos.

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Periodista rusa Anna Politkovskaya.