domingo, enero 10, 2016

Julio Antonio Mella, el muerto útil. Nicolás Águila sobre la mentira del asesinato del líder comunista Julio Antonio Mella el 10 de enero de 1929 en México

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano


-Foto: © Artbeat. El mural En el arsenal (1928), del artista mexicano y comunista Diego Rivera, plasma sutilmente el affaire Modotti-Mella-Viladi. Aunque la figura central es Frida Kahlo, quien reparte armas, a la extrema derecha aparece Modotti, sosteniendo una canana en pose afectiva con Mella y, por encima de su cabeza, el rosto semi-oculto de Viladi, con boina negra y extraña mirada.

Pueden leer más sobre  el asesinato de Mella AQUÍ.

 Comentario de José Fidalgo dejado en Facebook.

José Fidalgo:  Hasta donde sé el asesinato no sólo se fraguó en Moscú sino también desde. Todo empezó cuando Mella aspiró a ser dirigente de la región americana de la Internacional comunista. El preferido de Moscúa era un colombiano, cuyo nombtre no recuerdo, y que fue el que salió electo para ee cargo. Mella salió de la Unión Soviética un poco molesto, parece, y llegó a México. Allí empezó a trabajar "El Machete" periódico de los comujnistas mexicanos y allí también conoció a la Modotti. Lo demás, es de sobra conocido. ¿Qué cómo fue? como son las cosas de la política y de esta gente. Lo demás son botes de humo y encubrimiento de todo el mundo. En Cuba había mucha gente que sabía sobre el particular. Mella fue un antecedente del asesinato de Troksky, también en México. La Modotti es un personaje que han querido encumbrarla: como mártir, viuda etc. Pero ella era capaz de hacer cualquier cosa tanto en política como sexualmente. Capaz de tarrear a su amigo el pintor famoso, Diego Rivera con su mujer, la no menos famosa Frida Khalo, que también es otro personaje de cuidado. No es difamación, según los últimos documentos , documentales y películas que atestiguan los hechos que hemos señalados. Pero el asesinato sigue conla misma tierra de entonces. Esto como dignoi homenaje al 10 de enero de 1929.
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Julio Antonio Mella, el muerto útil

Por Nicolás Águila
Madrid
Enero 10 de 2016

El asesinato de Julio Antonio Mella nunca se ha llegado a esclarecer del todo. Sigue siendo un caso abierto después de casi 90 años, pero todo indica que se trató de un operativo soviético.

Al líder comunista cubano lo mataron en Ciudad de México el 10 de enero de 1929 a los 25 años de edad. Los comunistas prosoviéticos, que son los primeros sospechosos, inmediatamente se apresuraron a acusar de su muerte al entonces general-presidente de Cuba, Gerardo Machado, de cuyos supuestos sicarios enviados desde La Habana nunca se halló el menor rastro. Hay suficientes pistas, sin embargo, que apuntan en sentido opuesto.

Meses antes de su asesinato, dada su franca decantación por el trotskismo, a Mella lo habían expulsado del Comité Central del Partido Comunista Mexicano, al que se había incorporado durante su exilio azteca. El joven líder, incómodo y heterodoxo, adquiría cada vez mayor estatura a nivel continental, convirtiéndose en una piedra en el zapato para la Komintern (Internacional Comunista). Lo que constituía una razón más que suficiente para justificar un operativo contra su vida por parte de la OGPU (nombre de la Policía secreta rusa en esa época), posiblemente con la anuencia de los comunistas cubanos (¿Rubén Martínez Villena, Fabio Grobart…?). A esta tesis se apuntaba públicamente la neotrotskista Celia Hart Santa María, fallecida en La Habana, junto con su hermano, en lo que para algunos fue un sospechoso accidente automovilístico.

Lo más seguro, pues, es que a Mella lo matara el pistolero estalinista Vittorio Vasili, alias Carlos Contreras, Enea Sormenti, Comandante Carlos o José Díaz, según el contexto, el momento y el país. El inescrupuloso agente habría sido enviado a México expresamente con dicha misión, no sin antes haber pasado por La Habana para entrevistarse con los comunistas cubanos y recibir supuestamente su apoyo a la eliminación de Mella.

Vasili, según toda evidencia, contó con la complicidad de la bella fotógrafa Tina Modotti, muy vanguardista ella tanto en el arte como en la vida, amante a la vez de la víctima y del victimario. Pero no caigamos en la trampa fácil del triángulo amoroso. Aun cuando sea un factor más a tomar en cuenta, no se trata de un crimen pasional. Todo indica que fue en esencia un asesinato político ordenado por y desde Moscú.

La noche de autos Tina, Vasili y Mella daban juntos su paseo triangular nocturno. Pasaron frente a una panadería. Se oyeron disparos. El panadero, que se hallaba en la puerta del establecimiento, vio lo que pasaba y pudo distinguir a un joven que corría despavorido para salvar su vida. Mella no logró sin embargo evitar dos tiros mortales, uno que le perforó los intestinos y el otro el pulmón. Terminó sus días desplomado en un charco de sangre. Quizás haya tenido tiempo para un último pensamiento lúcido y cerciorarse in extremis de que no era lo mismo meterse con Zayas o Machado que con el poderosísimo José Stalin.

El panadero, testigo principal en el juicio, declaró sin titubeo que había sido Vasili quien le disparó a Mella con saña y alevosía, implicando de paso a la Modotti. Pero esta tenía un amigo muy influyente, el pintor Diego Rivera, que era a su vez íntimo del entonces presidente de México, Emilio Cándido Portes Gil. De manera que el caso fue archivado. Le echaron tierra y le dieron pisón.

Los comunistas cubanos, con ese sentido tan suyo de la ironía macabra, convirtieron a Mella en mártir de la revolución antimachadisma, basándose en la dudosa versión dada por la Modotti sobre las últimas palabras del occiso.

A la frase de Mella: “Hasta después de muerto somos útiles”, los mismos camaradas del Partido que lo mandaron a matar y los que le sucedieron le sacaron el máximo provecho político. Fue, en el peor sentido de la expresión, un muerto muy útil.
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EL ASESINATO DE MELLA

Los motivos que llevaron a la decisión de liquidar a Julio Antonio Mella

¿Un complot internacional de mentirosos?

POR PINO CACUCCI

Julio Antonio Mella fue asesinado la noche del 10 de enero de 1929 en la esquina de Abraham González con Morelos, de dos tiros de revólver .38: la primera bala atravesó el codo izquierdo y el intestino, la segunda perforó un pulmón. El juez Alfredo Pino Cámara interroga a Tina Modotti y la acusa de varias contradicciones: ella ha declarado que quien disparó -desde un automóvil en la oscuridad- lo hizo mientras ella caminaba tomada del brazo izquierdo de Mella, algo imposible porque la primera bala lo hirió en ese brazo, y no pudo ser un acto sorpresivo porque Mella corría tratando de escapar.

(Julio Antonio Mella y Tina Modotti; después Tina sería pareja de Vittorio Vidali, que también es conocido como ¨Contreras¨)

Hay tres testigos de los hechos: el panadero Luis Herberiche que se encontraba en la puerta de su panadería, y los jovenes Anacleto Rodríguez y José Flores, que estaban a la puerta de su casa en Abraham González. Los tres afirman que vieron a tres personas, dos hombres y una mujer, avanzando desde Bucareli y discutiendo animadamente, y que uno de los dos hombres sacó una pistola y disparó mientras el otro corría hacia delante. En el careo con Tina, Herberiche declara: "No tengo ningún motivo para engañar a la justicia. Soy un comerciante al que no le gusta verse implicado en estos hechos. Siento mucho desmentir a la señora, pero lo que dije es la verdad y lo sostengo". Los periodicos de la época publicaron estos y muchos otros detalles, pero la justicia no pudo esclarecer quién mató a Mella y por qué.

En 1986 hablé con Félix Ibarra, que a los 17 años entró en la Juventud del Partido Comunista Mexicano (PCM) y después simpatizó con la Oposición de Izquierda, que apoyaba a León Trotsky. Ibarra tenía la máscara mortuoria de Mella, que me enseñó -aún conservo la foto que hice- y fue una emoción ver cómo era el rostro del luchador cubano pocas horas después de su fallecimiento. Luego, Félix me contó:

"Lo conocí en 1928, cuando yo vivía donde ahora está el metro San Antonio Abad. El venía a repartir propaganda y me acuerdo muy bien de ese muchacho alto, fornido, que siempre transmitía entusiasmo. Al principio se adhirió a la Oposición de Izquierda, pero cuando lo acusaron de atentar contra la unidad del PCM, oficialmente tomó distancia, aunque en octubre de 1928 fundó la revista Tren Blindado, que era el emblema de Trotsky... Fue un desafío. Además, Tina fotografió la máquina de escribir de Julio Antonio y en la hoja de papel que sale del carro se puede leer una frase de Trotsky sobre la función revolucionaria del arte. Cuando lo mataron, le pregunté varias veces a mi tío Alberto Martínez, que era dirigente del PCM, quién era el asesino, y siempre evitó contestarme, hasta que un día, cuando pensó que yo tenía ya una consciencia política sólida, me dijo: 'Fue ese malvado de Sormenti'. Y no quiso agregar más. Mi tío conocía a Vittorio Vidali como Carlos Contreras o Enea Sormenti, y creía que Sormenti era su verdadero apellido. Años después, hablé del asunto con Diego Rivera, y me dijo: 'Todos sabemos que fue Vidali, ya nadie puede tener dudas al respecto'".

Otra persona, cuya vida es parte de la historia del comunismo en Italia, pero no quiere involucrarse en esta polémica desgarradora, me contó que una vez, discutiendo con Vidali en Trieste, éste le dijo: "No fui yo personalmente, pero claro que a Mella lo liquidamos nosotros. Era un irresponsable, estaba quebrando la unidad del partido y la unidad sindical".

(Última constancia fotográfica y fílmica en que se ven a Stalin y a Trosky juntos (ambos con camisas blancas) que fue durante el funeral de Félix Edmundovich Dzerzhinsky fundador y jefe de la tenebros Cheká, cuyo féretro es llevado por la más alta dirigencia comunista)

La ruptura entre Trotsky y Stalin se da en 1924. La lucha entre dos conceptos de revolución socialista -"revolución permanente" y "revolución en un solo país"- se propaga a los "partidos hermanos" del mundo, y en México alcanzará uno de los niveles más sangrientos. El PCM es considerato por el Komintern el eje de la ideología moscovita en América. La línea que dicta la ciudad de México está destinada a influir en el subcontinente. Stalin tiene en México un comité central lleno de líderes fieles, pero, junto a ellos, emergen figuras peligrosamente atraídas por el trotskismo. Y es para controlarlas o suprimirlas que Vidali -alias Carlos Contreras o Enea Sormenti- es enviado a México.

Mella no fue abierto partidario de Trotsky, pero su deseo de derribar a Gerardo Machado en Cuba es bloqueado por Moscú: cada foco rebelde en América Latina representa un peligro para la consolidación del poder en la Unión Soviética. Apoyar un intento insurreccional en la isla significa desafiar los intereses económicos estadunidenses, y Moscú no quiere que Washington considere a la Unión Soviética una amenaza a su "patio trasero", según la Doctrina Monroe. Los partidos comunistas, en esta fase histórica, trabajan para impedir sublevaciones armadas en sus respectivas áreas de influencia.

En el IV Congreso de la Internacional Sindical, Mella conoce al comunista español Andrés Nin, quien le expone las tesis de la Oposición de Izquierda sobre la política de colaboración entre las clases impulsada por Stalin y Bujarin. De inmediato, el dirigente comunista argentino Víctor Codovilla exige la expulsión de Nin. Mella comparte la postura de Nin pero no puede apoyarlo, porque se aislaría, ni quiere hacerse cómplice de la expulsión; así, decide mantenerse al márgen y Codovilla emprende una campaña contra él.

Cuando Mella apareció en México, el PCM afrontaba una profunda crisis interna. Entre 1925 y 1926, se había producido una ruptura entre la dirigencia de Xavier Guerrero, David Alfaro Siqueiros y Rafael Carrillo, y el ala derecha del partido que buscaba aliarse con sectores del gobierno de Plutarco Elías Calles, o sea el gobierno que estaba usando a la CROM para controlar el movimiento obrero y aplastar los movimientos independientes. En el V Congreso del PCM, en abril de 1928, Mella y su grupo llaman a reorganizar la lucha sindical contra la CROM, pero son derrotados por la dirección del partido, que los acusa de intentar una nueva dispersión de las fuerzas obreras. Todo esto sucede en vísperas del IV Congreso de la Internacional en Moscú.

El 17 de julio un cristero mata al presidente reelecto Alvaro Obregón en el restaurante La Bombilla, y a los pocos días los dirigentes de la CROM son acusados de complicidad en el magnicidio: aprovechando la confusión debida a los torpes errores de la dirigencia de centro-derecha del PCM, y con respaldo de Diego Rivera, Mella, decide afrontar en Moscú la intransigencia del Komintern y del mismo Stalin. Apoyado por delegados obreros y campesinos, gana la votación y los dirigentes de la Internacional son obligados a permitir el nacimiento de la Confederación Sindical Unitaria de México. Stalin no replica, se limita a esbozar una sonrisa que sus adversarios aprenden a reconocer pronto: es aquella anuencia lenta, de padre bonachón, que anticipa la venganza. Es su manera de emitir condenas inapelables, por las cuales sabrá esperar años en algunos casos, y sólo meses en otros.

(Vittorio Vidali o ¨Contreras¨ )

En septiembre de 1928, la derecha del PCM pide la expulsión de Mella por "el crimen de trabajar contra la línea del partido". Lo apoyan Xavier Guerrero, Rafael Carrillo y Vittorio Vidali. Muchos dirigentes hacen frente común contra la izquierda dirigida por Mella y Diego Rivera. El partido se enfrenta al peligro de una grave ruptura, y Mella es destituido del comité central y aislado. Ante la prohibición absoluta de organizar una expedición a Cuba, suspende su colaboración con el partido y sigue con su proyecto. Pero comprende que son muy pocos los militantes dispuestos a embarcarse en la empresa, pues hacerlo significa ponerse en contra del PCM y de la Internacional. Gerardo Machado sabe muy bien que Mella no tiene recursos ni hombres para emprender una guerrilla en Cuba, menos aún zarpando desde México, donde los militantes del PCM y el mismo gobierno mexicano se lo impedirían; Machado no tiene ningún motivo sensato, tomando en cuenta la situación, para provocar la reacción del gobierno mexicano mandando a matar a Mella que en ese momento no constituye ninguna amenaza. Es diciembre de 1928, un mes antes de su asesinato. Durante una acalorada reunión en la calle de Mesones, la última en la que Mella participa, Vidali pierde el control y se acerca al cubano gritándole: "No lo olvides nunca: de la Internacional se sale de dos maneras, ¡o expulsado o muerto!"

¿Sabía o no?

Nunca sabremos si Tina estaba enterada de esto o si lo descubrió después, mucho después. Podemos entender por qué rechazó la versión de los tres testigos, declarando que los disparos llegaron desde la oscuridad: la justicia mexicana, la policía y los jueces eran el "enemigo", había que defender el ideal, la causa suprema, el Partido. Pero en 1941, poco tiempo antes de su muerte, habló con el exiliado español Jesús Hernández, que había sido ministro del gobierno republicano. En sus memorias, Yo fui un ministro de Stalin, Hernández afirma que Vidali participó en la captura, tortura y asesinato de Andrés Nin en la guerra de España. Ese día se lo recordó a Tina, diciéndole que por ello arrestó a Vidali pero otros funcionarios ordenaron su inmediata liberación. Ante eso, Tina con un rencor inesperado comentó: "Lo hubieras fusilado. Hubiera sido una buena acción, te lo aseguro. No es más que un asesino, y me arrastró a un crimen monstruoso. Lo odio con toda mi alma. Pero estoy obligada a seguirlo hasta el final. Hasta la muerte".

Esa muerte se produjo en un taxi la noche del 5 de enero de 1942, por "congestión visceral generalizada", como reza el acta de defunción, y no por un "ataque del corazón" como siempre dijo Vidali. La "congestión" sirvió a la prensa para anunciar en primera plana: "Envenenada Tina Modotti, típica eliminación estalinista". En la hemeroteca de la UNAM esos diarios están disponibles, pero nunca sabremos cómo realmente murió Tina.

Puras mentiras

¿Mintió Jesús Hernández sobre la amarga frase de Tina? ¿Mintieron los testigos de la calle Abraham González, acaso contratados por la embajada cubana? ¿Un panadero y dos menores de edad cómplices de Gerardo Machado? ¿Es un mentiroso Felix Ibarra? ¿Mintió Julián Gorkín, que en España combatió contra Franco y por el resto de su vida acusó a Vidali de varios asesinatos? ¿Mintió el combatiente italiano Umberto Tommasini, que en España organizó un grupo de buzos de asalto para dinamitar los barcos que llevaban armas a Franco, y luego se dedicó hasta el fin de sus días a perseguir a Vidali en cualquier situación pública acusándolo de haber matado cobardemente por la espalda a tantos compañeros?

Es difícil aceptar que algunos ídolos se caigan del pedestal, como a menudo le sucede a quien tiene escasos conocimientos de la historia, pero definir a Vidali como "un revolucionario" es un insulto a la memoria de tantos revolucionarios que sacrificaron su vida por un sueño de justicia y democracia que Stalin y sus esbirros convirtieron en pesadilla.

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Nota del blogguista

Para conocer más de Tina pueden leer
http://www.patriagrande.net
http://www.elangelcaido.org/

Pero una imagen muy diferente de Tina se lee en
http://www.socialistaction.org/news/200107/tina.html
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DOCUMENTOS SOBRE LA EXPULSIÓN DE JULIO ANTONIO MELLA DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA


Textos imborrables: El caso Mella

Nota de la redacción:
En la dirección de Internet www.cuba-urss.cult.cu investigadores cubanos han colocado 15 documentos relativos al caso en que Julio Antonio Mella fuera expulsado del Partido Comunista de Cuba a finales de 1925, tras la controvertida huelga de hambre que protagonizó al ser encarcelado. Hemos seleccionado para publicar en nuestra sección Textos Imborrables, la sentencia, una carta del Partido Comunista de Cuba dirigida al Partido Comunista de México, la Resolución sobre Cuba del Secretariado Político de la Internacional Comunista y la carta del PCC a la Internacional Comunista readmitiendo a Mella en el partido. Al final de esta selección indicamos los títulos de otros documentos que aparecen en este expediente, pero que no reproducimos aquí para no extendernos demasiado.

Documento Nr. 3: La Sentencia, En: RGASPI,
Fondo 495-105-2, folio 22

(enero 26)
(3-15 secr. i.p)

Los miembros del Jurado que firman abajo, proponemos al CCE del PCC la siguiente sentencia, en vista de los descargos hechos por el compañero Mella y habiendo investigado la verosimilitud de los extremos no probados plenamente en el acto del juicio, la siguiente

SENTENCIA

El compañero Julio Antonio Mella, miembro efectivo del Partido Comunista de Cuba y Secretario de Agitación y Propaganda en el CCE ha cometido faltas de: 1. indisciplina; 2. insubordinación a los acuerdos del CCE; 3. equivocación de las tácticas, nocivas a los intereses del Partido; 4. nexo personal con la burguesía y contra el proletariado y 5. falta de firme sentimiento de solidaridad.

El Jurado del Partido, designado por el CCE propone la siguiente pena, teniendo en cuenta para atenuarla, lo joven que es el compañero Mella en el Partido y la clase a que pertenece:

1. Separación total de toda actividad pública, por tres meses.
2. Separación de las actividades del PC por dos años, a contar ambas penas de la notificación oficial del CC al compañero.
3. Reconvención privada y pública. Ésta en la prensa del Partido y después de ser firme [sic] por las instancias superiores esta sentencia.

De lo cual damos veracidad:

Presidente del Jurado: A. Ruiz
Vocal: V. Felix
Vocal: J. Pedrín
Vocal: Rosky
Secretario del Jurado: Lucas Chacheiro

El Comité Central Ejecutivo aprobó la anterior sentencia en sus partes 2) y 3) reformándola en lo que se refiere a la primera en la siguiente forma: 1) Separación total de toda actividad pública por dos meses.
De todo lo anterior doy fe,
Por el Comité Central Ejecutivo del Partido Comunista de Cuba,
Francisco Pérez Escudero, Secretario General.

Documento Nr. 5: Carta del PCC a Rafael Carillo, secretario general del PCM del 23.03.1926 En: RGASPI, Fondo 495-105-2, folio 23

Rafael Carillo
Apartado 613
México

Habana, 23 de Marzo de 1926

Camarada Secretario del CC del Partido Comunista de México

Estimado camarada:

El CC del PC de Cuba, en junta celebrada ha considerado en todo su valor y consecuencia para el prestigio y auge de los ideales comunistas en Cuba, la labor que viene realizando desde vuestro país el Sr. Mella, expulsado de este P. En nombre de los deberes internacionales por que están vinculados los P. de la IC, pedimos a vosotros no olviden que el referido ex-militante es un perfecto y descarado saboteador de los ideales comunistas, a quien le tenéis que negar toda relación, y mucho menos ofrecerle tareas como si fuera un comunista acreedor a servir los ideales de los cuales ha renegado en Cuba vergonzosamente.

Nosotros estimamos y así lo hacemos comprender a los camaradas de México, que un PC por joven que sea y por modestos que resulten sus efectivos, ha de merecer siempre la atención, y sus comunicados han de considerarse que revisten toda la seriedad, cuya verdad y la honradez en los hechos, no deben ponerse en duda, y oír a un P. antes que la opinión de un líder extraviado que no descansa en sabotear, por infinitos medios, nuestra heroica labor; esto no quiere decir que neguemos a vosotros, apreciables camaradas, sus esperadas y sabias apreciaciones referentes al enojoso asunto; pero en la forma que se manifiesta el Sr. Mella, y de la que hace alarde como desautorizando nuestro legítimo y ineludible prodecer, parece a la vista de él y de sus amigos, que para desgracia del comunismo en Cuba, que vosotros apoyáis esa infame labor con el propósito de utilizar algunos miembros de este P., haciendo ver que es una cuestión personal, lo que a las claras se deduce que es un caso bien definido de tácticas y doctrina comunista, apareciendo también entre ellos, individuos que nada tienen de proletarios ni de comunistas, "que no han roto el puente aún“, que no sólo tratáis de desautorizar a dignos militantes, sino que con vuestra acogida cordial a un renegado comunista, hábil simulador, estáis despreciando internacionalmente a un PC digno de que se le enseñe y oriente en cuantos le sean necesarios; pero no merecedor a que lo obliguen hacer un ridículo papel ante las masas trabajadoras, inutilizándolo para crear un poderoso sector de combatientes disciplinados, ganando la confianza y la dirección del proletariado de este país.

El Sr. Mella se viene dedicando a solicitar de algunos organismos obreros que nada tiene de conciencia ni de espíritu de clase, ni son capaces de apreciar lo hecho por él, que le remitan copias de certificados que le acrediten que no es "traidor“, por lo que se ve, es una pregunta capciosa con que sorprende con su confusionismo, pretendiendo lograr de los Comités de Organizaciones indiferentes y enemigas del comunismo la patente de que no es "traidor", siendo nuestra acusación de oportunista y desertor y ahora, después del juicio del P., de un traidor de nuestras ideales, cuyas pruebas han de conocer por las cartas insultantes que nos ha remitido, negando suficiencia y honradez para juzgarlo, burlándose del P. para quien no tuvo valor de enaltecer con la rebeldía de un conciente revolucionario. Además se dedica a escribir a individuos pretendiendo crear un núcleo mellista para inclinarlo contra el P., comenzando ya a verse los fatales intentos, así que, su labor es negativamente comunista.
También nos extraña como el Secretario del CC del PC de M. haya entregado al Sr. Mella el secreto confidencial de nuestra dirección, pues dicho individuo escribe a dicho lugar, siendo ustedes los únicos conocedores de la tal secreta dirección.
Así que, a reserva de enviarle copias de los documentos que acreditan al Sr. Mella como un perfecto y condenable renegado de nuestros ideales, el CC del PC de C., en nombre de los deberes internacionales, reitera a ustedes que consideren a Mella como un expulsado de nuestro P., a quien hay que tratar como tal, contribuyendo, con vuestra benévola acogida a que los individuos oportunistas no burlen de las tácticas y principios, base de nuestros Partidos y fundamento, de solidez internacional a que todos aspiramos. Quedando gustos y con deseos de oír vuestros oportunos consejos.

Fraternalmente,
Por el CC Ejecutivo
Secretario General


Documento Nr. 9: Fragmentos de la „Cuban Resolution” del Secretariado Político de la Internacional Comunista (Traducción al español) del 28 de enero de 1927.
En: RGASPI, Fondo 495-105-5, folios 14-21

Resolución sobre Cuba

(…)

4. El gobierno cubano, agente servil y ejecutor de las órdenes del imperialismo norteamericano, no puede permitir el desarrollo de un movimiento obrero revolucionario y de una organización anti-imperialista. Ha intervenido brutalmente contra organizaciones que han existido sólo unas pocas semanas, disolviendo a aquellas a las que no pudo corromper, deportando a los líderes, expulsando a revolucionarios extranjeros e ilegalizando al partido comunista. Las organizaciones obreras eran muy jóvenes y estaban poco preparadas como para resistir esta oleada de la reacción. El partido comunista se reorganizó a sí mismo en la ilegalidad, pero perdió contacto con las masas. Sólo la Liga Antiimperialista mostró signos de vitalidad al comienzo del período de represión, cuando tuvo éxito en realizar en torno a uno de sus líderes, Mella, que se declaró en huelga de hambre en la prisión, un vasto movimiento de protesta de las masas anti-imperialistas.

5. En el curso de este período de represión, se cometieron errores que pueden explicarse por la falta de preparación y la juventud del partido comunista y de la Liga Anti-imperialista. El individualismo era un peligro para el Partido Comunista de Cuba, debido al hecho de que tenía un origen doble en el partido: 1) la tradición de anarco-sindicalismo que se encuentra en los movimientos obreros de todos los países latinos, especialmente en los países que poseen una lengua y cultura española o portuguesa, y 2) la mentalidad de los intelectuales, especialmente de los estudiantes. Entre este último elemento, que ha jugado un importante papel en la Liga Anti-imperialista de Cuba, Mella se unió al Partido Comunista sin entender la necesidad de una disciplina colectiva estricta, especialmente en momentos en que las persecuciones policiales obligaban al partido a organizarse en la ilegalidad.

Por el otro lado, el Comité Central del Partido, con una visión correcta de contrarrestar el individualismo que, bajo las circunstancias existentes en el partido, podría conllevar el peligro de disolución, aplicó una disciplina estricta y a menudo mecánica, sin comprender suficientemente bien que en un partido joven, bajo las circunstancias que existen en Cuba, su papel era el de aplicar la disciplina con el objetivo de agitar a los miembros, y no de purificar al partido con una expulsión que le diera al partido un carácter sectario y que involucrara a un cierto número de elementos fuera del partido. El caso de Mella es característico de este doble error de los elementos intelectuales que se inclinan al individualismo, y del comité central del partido que, como reacción, se ha deslizado hacia el sectarismo.
No hay ninguna duda de que Mella actuó individualmente, y sin tomar en consideración al partido, el cual tuvo una tendencia a subordinarse a su personalidad, y que careció del espíritu de disciplina que deben tener todos los miembros del partido comunista. Pero la sanción de expulsión del partido no guarda relación ni con la importancia de su infracción de la disciplina, ni con las exigencias de la situación política, pues la tarea del partido comunista en ese momento no era sólo el protegerse a sí mismo contra el individualismo y establecer una firme disciplina interna, sino también, y sobre todo, la de mantener el contacto con las masas que habían sido movilizadas para la defensa de Mella, utilizar este vasto movimiento popular para el partido comunista, para su defensa y para su Liga Anti-imperialista. Si el partido hubiera reconocido estas tareas políticas esenciales, habría tratado este caso de infracción de la disciplina y de individualismo de Mella con más elasticidad, sin disminuir de ninguna manera su autoridad.

La rígida política seguida por el Comité Central tuvo una repercusión política contraria a aquello que el partido quería alcanzar. Lejos de hacer que Mella y sus amigos intelectuales de la Liga Anti-imperialista entendieran y aceptaran la disciplina, la expulsión de Mella dio lugar a manifestaciones repetidas de individualismo de parte de los elementos intelectuales en la Liga, y creó una situación de malas relaciones entre el partido comunista y la Liga Anti-imperialista, que Mella y sus amigos han intentado convertir en una organización rival del partido. También condujo a un aislamiento del partido comunista respecto de las masas populares pequeño-burguesas que apoyaban a la Liga Anti-imperialista e incluso de ciertas organizaciones sindicales que Mella logró exitosamente movilizar en su defensa. La política seguida en el momento actual por Mella y sus amigos, de convertir a la Liga en una organización rival del partido, es un nuevo error que pervierte el carácter que la Liga tiene que tener: una organización de masas anti-imperialistas, y que es dañina tanto para el desarrollo del movimiento comunista y el movimiento anti-imperialista, los cuales en los países de América Latina deben trabajar mano a mano, y no en organizaciones competidoras y rivales.

6. Pese a estos errores tácticos cometidos por el CC del PCC en este período, la Internacional Comunista enfatiza el hecho de que, bajo difíciles circunstancias, y sin conexión directa con ello, el PCC se ha empeñado en desarrollar una actividad comunista revolucionaria y en seguir las instrucciones de la Internacional. El ejecutivo de la Internacional Comunista reconoce que la causa del PCC con la IC no tuvo relación con sus intenciones, y después de oír a los representantes del PCC, el ejecutivo ha decidido admitir al PCC como una sección de la Internacional Comunista.

(…)

8. Como uno de los primeros pasos en su actividad, debe plantearse el problema del desarrollo de la Liga Antiimperialista en una organización de masas que incluya a obreros, campesinos, intelectuales y a la pequeña burguesía rural y urbana. Es absolutamente esencial reestablecer la relación normal entre el partido comunista y la Liga Antiimperialista, y resolver el caso de Mella y sus seguidores, tomando en consideración los requerimientos de nuestra política general en América Central en el momento actual. El CC permitirá su readmisión en el partido bajo la condición de que se someta a la disciplina.

(…)

Documento Nr. 10: Carta del PCC al EKKI: Comunicación sobre la readmisión de Mella en el Partido, del 29.05.1927. En: RGASPI, Fonds 495-105-8, folio 3

Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista

Copias: Secretariado Latino-Americano de la IC
Comité Central del PC de México,
c. Julio Antonio Mella

La Habana, 29 de Mayo de 1927

Compañero:

Hemos recibido la resolución de la Internacional recaída en la cuestión cubana, en la que se soluciona el "caso Mella". Se nos ordena reconsiderar nuestro dictamen confirmatorio de la sentencia impuesta por el juicio del Partido de fecha 10-13 enero de 1926.

El Comité Ejecutivo ha estudiado de nuevo el asunto y CONSIDERANDO: Que habiendo guiado al CCE del Partido Comunista de Cuba, en todo lo relacionado con la actitud del c. Julio A. Mella, un solo motivo y un solo fin: mantener el prestigio y la disciplina del entonces naciente Partido de Cuba, y estando ambos garantizados por nuestra afiliación a un organismo superior – la IC – que no permitiría se repitieran actos de igual o parecida índole a los cometidos por Mella, y pareciendo, asimismo, que el citado compañero, ha rectificado, por lo menos en el extremo de la disciplina, su manera de pensar y proceder, y no olvidando, desde luego, que debemos acatamiento a las instancias superiores del Partido.

RESUELVE: Dar entrada de nuevo en el Partido Comunista de Cuba, Sección de la Internacional Comunista, al c. Julio A. Mella, restableciéndolo en todos sus derechos y deberes de afiliado; haciendo constar que cada vez que se repitan las mismas condiciones con cualquier compañero, este CCE aplicará los fueros disciplinarios que le conceden los estatutos, las resoluciones y los precedentes de la IC de los Partidos hermanos.

Por el Comité Central Ejecutivo

G. Cortina
Secretario General

Otros documentos que aparecen en el expediente:

Documento Nr. 1: Dos cartas de Mella, que envió en diciembre de 1925 al CC del PCC y a uno de sus miembros.
En: RGASPI, Fondo 495-105-2, folio 34
Documento Nr. 2: Protocolo del juicio del PCC a Julio A. Mella.
En: RGASPI, Fondo 495-105-2, folios 13-22
Documento Nr. 4: Comunicación a la Internacional Comunista sobre la expulsión de Mella del partido.
En: RGASPI, Fondo 495-105-2, folio 48
Documento Nr. 6: Carta del PCC a los miembros del Comité Central del PCM del 31.05.1926 En: RGASPI, Fondo 495-105-2, folios 44-47
Documento Nr. 7: Carta del secretario general del Partido Comunista de los EE UU, Ruthenberg, al PCC del 15.07.1926
En: RGASPI, Fondo 515-1-635, folios 66-68
Documento Nr. 8: Fragmentos del Informe sobre el PCC del camarada Automayor, delegado del PCC en Moscú, del 31.12.1926
,En: RGASPI, Fondo 495-105-1, folios: 39-55
Documento Nr. 11: Carta de Mella a Willi Münzenberg del 06.05.1927.
En: RGASPI, Fondo 534-2-108/542-1-18, folio 19
Documento Nr. 12: Cartas de Victorio Codovilla al Secretariado Latinoamericano de la Komintern del 21.08.1928. Tema: el “Caso Mella”.
En: RGASPI, Fondo 503-1-19, folios 29, 32-33, 34
Documento 13: Carta del Partido Comunista de México, Sección Mexicana de la Internacional Comunista, Comité Central Ejecutivo, Secretaría, dirigida al Secretariado Latino de la Comintern, Moscú, URSS, del 14.06.1928
En: CEMOS, Fondo PCM, Caja 3, Exp. 17 y RGASPI, Fondo 495-108-84, folio 42
Documento 14: Tren Blindado, Nr. 1, editado por la Asociación de Estudiantes Proletarios, México D.F.
Documento 15: Circular No. 295. Urgente. Reservada. Al Comité Central del PCM. Dado en Moscú, 8 de julio de 1928
En: Archivo General de la Nación (México D.F.) AGN, Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales. Secretaria de Gobernación. Departamento Confidencial. Año 1928/Julio. Tomo I. (III. Internacional).
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Tomado de http://eichikawa.com


Enero 10 (1929) Atentado a Mella

enero 10, 2011

Por Gustavo Silva

Luego de ser readmitido, tras haber sido expulsado, de los partidos comunistas de Cuba (PCC) y México (PCM), el líder cubano Julio Antonio Mella recibe dos balazos por la noche, en la intersección de las calles Abraham González y Morelos (Ciudad México), y muere al amanecer. El PCM y la Internacional Comunista culparon enseguida al dictador en la Isla, Gerardo Machado, pero anda también en coplas que Vittorio Vidali, agentón del Kremlin, liquidó a Mella por la doble motivación de que Mella era trotskista y ambos pujaban por Tina Modotti, quien se relacionaría amorosamente con Vidali tras la muerte de aquel hasta morir ella misma en un taxi (enero 5, 1942) por «congestión visceral generalizada», esto es: envenenamiento.

(Diego Rivera y a su lado Frida Kahlo)

En artículo panfletario sobre Mella, la finada Celia Hart se explayó ya contra Modotti: «No le perdono que teniendo la fina sensibilidad de una artista y habiendo sido amada por el hombre más bello, inteligente y revolucionario de su tiempo, se hubiese ligado al oscuro Vidali. Pero Mella y no Vidali es el que está fresco y más vivo que nunca. Vidali permanecerá helado y siempre con mal olor».

A su regreso del VI Congreso de la Internacional Comunista (Moscú, julio-septiembre de 1928), Vidali y un tal Manuel Díaz habían pasado por La Habana y llevaron a México la resolución del PCC que ordenaba a sus militantes exiliados «no escribir ni hacer nada por su cuenta y riesgo». Mella se indignó tanto que el secretario general del PCM, Rafael Carrillo, decidió expulsarlo por desviación trotskista, pero la sanción se atenuó a tres años sin derecho a ocupar cargos.

Así y todo, Machado tenía también sobradas razones para eliminar a Mella, quien salió de Cuba por causa de haber sido citado (enero 18, 1926) a los tribunales. A través de Honduras y Guatemala fue a dar a México, donde fundaría (1928) la Asociación Nacional de Nuevos Emigrados Revolucionarios (ANERC) con el empeño de organizar una expedición armada a Cuba. Su amigo Leonardo Fernández Sánchez no tardó en advertirle por carta (Nueva York, diciembre 14 de 1928) que agentes machadistas habían salido de Cuba «con drásticas intenciones hacia tu persona». Daniela Spenser añade otro argumento en El Triángulo Imposible: México, Rusia Soviética y Estados Unidos en los Años Veinte (1998): las autoridades mexicanas rechazaron las reiteradas solicitudes de Machado para que procedieran contra Mella y los demás exiliados cubanos envueltos en los preparativos de la expedición, a pesar de que la inteligencia machadista llegó al extremo de remitir documentos falsos que involucraban al PCM en complot antigubernamental (páginas 214-19).
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Nota del Bloguista

El Partido Socialista Popular, PSP, mediante órdenes de Osvaldo Sánchez y Joaquín Ordoqui , este último jefe del brazo armado del PSP, asesinaron al sindicalista y excomunista Sandalio Junco en la década de los años 40s porque se había apartado de la Internacional Comunista y según ellos era troskista. El asesinato ordenado por Stalin de León Trosky a manos de ¨Ramón Mercader¨, hijo de cubana comunista, en Méjico es algo muy conocido y aceptado.
Estrategia comunista: ¨matar a sus adversario, culpar a otros y rendirle homenaje al asesinado por ellos¨